Los marxistas no deben jugar con la guerra. La guerra es una cuestión muy seria y puede tener consecuencias muy serias. Por lo tanto, debemos ser cuidadosos y no podemos permitirnos caer enredados con ese tipo de aventuras militares que la burguesíaa El peligro de la guerra

Los marxistas no deben jugar con la guerra. La guerra es una cuestión muy seria y puede tener consecuencias muy serias. Por lo tanto, debemos ser cuidadosos y no podemos permitirnos caer enredados con ese tipo de aventuras militares que la burguesía ¾ no sólo en las naciones imperialistas desarrolladas sino también en el llamado Tercer Mundo ¾ a menudo utiliza para confundir y desorientar al proletariado, y descarrilar la revolución.

El peligro de la guerra en América Latina es más real de lo que imagina la mayoría. El imperialismo estadounidense está observando los acontecimientos al sur de Río Grande con gran preocupación. Washington no quiere verse implicado militarmente en América Latina. Ahora tienen las manos llenas con Irak. Por otro lado, América Latina es una región vital para EEUU. En particular, están preocupaos por los acontecimientos en Venezuela y Bolivia. Si la situación se les "va de las manos" en estos países, es bastante posible que Washington intente impulsar una intervención militar extranjera desde estados vecinos. Ya ha habido ruidos amenazadores contra Venezuela desde Colombia, cuyo gobierno está en el bolsillo de Washington.

Más peligrosa aun es la situación en Bolivia. Es verdad que Chile despojó a Bolivia de su salida al mar. Pero una campaña ruidosa en determinados círculos políticos bolivianos puede servir como pretexto para una intervención armada contra la revolución boliviana. A la pregunta: ¿Bolivia tiene el derecho a tener una salida al mar? Responderíamos que sí tiene este derecho. Pero debemos añadir una advertencia: en las circunstancias actuales una guerra resultaría desastrosa para Bolivia y para la causa de la clase obrera en toda América Latina.

Presentar la aventura militar de Galtieri como una guerra de liberación nacional es un chiste. ¿A quién se supone que iba a liberar? ¿A los malvinenses? Por supuesto que no, ellos consideraban la agresión como un acto de opresión. ¿Quizá tenía como objetivo la liberación de la población argentina? Todo lo contrario, si Galtieri hubiera tenido éxito, la Junta podría haber consolidado su poder, al menos temporalmente. Al día siguiente de los desfiles militares de la victoria habría regresado la vieja represión, junto con Astiz y los otros "héroes" militares, recibiendo medallas por su valentía ante el enemigo.

Esta guerra reaccionaria no era en interés de la clase obrera argentina o británica. Esto ya lo dijo Ted Grant en 1982:

"Ni los trabajadores argentinos ni los británicos tienen nada que ganar con este conflicto. Una victoria de uno u otro lado significaría el fortalecimiento de su propia clase dominante, mientras los malvinenses se convierten en simples peones del juego imperialista. La política exterior de Thatcher, como la interior, seguía los intereses del capitalismo británico. No era una guerra como ellos pretendían por la democracia frente al ‘fascismo’, sino una guerra para defender el poder y el prestigio del imperialismo británico". (Ted Grant. La crisis de las Malvinas: una respuesta socialista. Mayo 1982. El subrayado es mío).

La victoria militar británica no fue una victoria para la clase obrera británica, que pagó un precio elevado por ella. La victoria de Argentina ciertamente hubiera liberado a la población británica del gobierno Thatcher. A ella la habrían echado inmediatamente y nos habríamos ahorrado dos décadas de gobierno conservador, la derrota de los mineros y los impresores, las leyes antisindicales y otras similares. Eso no ocurrió y los resultados de la victoria en las Malvinas fueron muy negativos para la clase obrera británica.

Pero para la clase obrera argentina la derrota militar supuso el colapso de la Junta y abrió un capítulo nuevo en el movimiento en dirección a la revolución, que todavía no se ha cerrado. La derrota de la invasión fue el inicio de la revolución argentina.

La forma en que uno hace la pregunta, con frecuencia determina la respuesta. Francamente, la pregunta se ha hecho de una forma demagógica. Ahora debemos plantearla correctamente. ¿Es el deber de los marxistas apoyar a las naciones débiles coloniales y semicoloniales frente a los intentos de las grandes potencias imperialistas de aplastar, invadir y esclavizarlas? Por supuesto que sí, sin la menor duda. ¿Es el deber de los marxistas apoyar cada una de las aventuras militares iniciadas por dictaduras militares inestables con propósitos reaccionarios? La respuesta es aún más enfática, no lo es. Es necesario distinguir cuidadosamente entre las dos cosas, si no caeremos en una trampa.

De un error a otro

La Junta preparó una trampa a la izquierda argentina y mucha gente cayó en ella. Ya es hora de que veintidós años más tarde se aprendan las lecciones. Quien no aprende de la historia está condenado a repetirla. La misma gente que capituló ante la burguesía puede volverlo a hacer en un momento crítico, y con las mismas excusas.

Muchos en la izquierda argentina se dejaron llevar por la oleada temporal de intoxicación patriótica. Quedaron desorientados y perdieron el rumbo. Esto habría que admitirlo franca y honestamente. Pero parece que los dirigentes del PO no son capaces de admitir un error y beneficiarse de él. El resultado es que van de un error a otro.

En Afganistán defendieron un "frente único militar con los talibanes", cualquiera que sea su significado. Un frente único es un frente de acción. Si un frente único militar significa algo, eso debería ser un acuerdo real de lucha. ¿Cuántos militantes del PO se fueron a luchar a Afganistán? No lo sabemos. ¿Cuántos rifles, balas y bombas enviaron a Kabul? Sobre esta cuestión tampoco tenemos información. Pero sin todo esto, el "frente único militar" se reduce a una mera frase sin contenido real. ¡Este tipo de radicalismo terminológico no nos lleva demasiado lejos! Sin el elemento militar (que claramente se ha añadido para provocar un efecto dramático) sólo nos quedaría un "frente único" político con los talibanes, es decir, con las fuerzas de la reacción en Afganistán; las fuerzas que asesinaron a comunistas y que se oponen implacablemente a todo lo que sea progresista.

Nosotros nos opusimos a la invasión de Afganistán e intentamos desenmascarar a los imperialistas con todos los medios a nuestra disposición. Pero nunca dimos crédito algún a los monstruosos talibanes. El PO puede permitirse el lujo de utilizar semejante demagogia porque no tiene fuerzas trabajando en la zona. Si las tuvieran, a lo mejor actuarían con más cautela. Está bien que el PO dé su apoyo a los talibanes desde una distancia segura, porque si estuvieran a distancia de tiro pronto estarían muertos. La cuestión central es que los talibanes eran incapaces de llevar adelante una guerra seria contra los imperialistas estadounidenses, igual que la Junta era incapaz de luchar contra los imperialistas británicos.

Una postura equivocada en la cuestión nacional inevitablemente conduce al abandono de una posición de clase y a la capitulación ante la reacción. Un caso extremo de esto es el SWP británico, que, con la excusa de "luchar contra el imperialismo" ha capitulado ante los fundamentalistas islámicos, es decir, ante las fuerzas de la oscura reacción en Oriente Medio. Esto está en directa contradicción con la posición que Lenin y Trotsky defendieron con relación a las tareas de los revolucionarios en Oriente.

Incluso donde los revolucionarios apoyan la lucha de los países débiles y oprimidos contra los intentos de los imperialistas de invadir, ocupar y esclavizarles, es necesario mantener una lucha ideológica implacable contra las tendencias reaccionarias. Esto estaba claro en las tesis del Segundo Congreso de la Internacional Comunista del 5 de junio de 1920. En el Borrador de las tesis sobre las cuestiones nacional y colonial, escritas por Lenin, podemos leer lo siguiente:

"Segundo, la necesidad de luchar contra el clero y otros elementos influyentes reaccionarios y medievales en los países atrasados;

Tercero, la necesidad de combatir el pan-islamismo y tendencias similares, que intentan combinar el movimiento de liberación nacional contra el imperialismo europeo y estadounidense, con la intención de fortalecer las posiciones de los khans, terratenientes, mulás, etc.".

La lucha de liberación nacional en Afganistán triunfará en la medida en que el ala revolucionaria de la izquierda derrote a los talibanes y consiga la dirección de la lucha. Hace falta una lucha consistente contra la ocupación imperialista de Afganistán, combinada con el apoyo a aquellos dentro de Afganistán que estén luchando por la democracia y un gobierno de trabajadores y campesinos. Estos recibirán el apoyo de los marxistas pakistaníes, que siempre han combinado la lucha contra el imperialismo con una batalla implacable contra el fundamentalismo islámico, que, después del imperialismo (con el cual frecuentemente ha sido aliado), constituye la fuerza principal de la contrarrevolución en la región.

Cómo resolver la cuestión de las Malvinas y cómo no resolverla

Aquellos grupos en Argentina que se inclinaron en la guerra hacia una posición socialpatriota intentan ridiculizar la posición que adoptaron los marxistas británicos. ¡Es natural! Los oportunistas siempre intentan ridiculizar a aquellos que mantienen una posición de clase firme. Siempre intentan demostrar que son "irrealistas" y "utópicos", o incluso una especie de "colonialismo socialista". Pero la realidad es que la política "práctica" adoptada por ellos, es decir, una aceptación acrítica de la aventura militar reaccionaria de la Junta, no solucionó la cuestión de las Malvinas y nunca la solucionará. Veintidós años después las islas permanecen firmemente bajo el control del imperialismo británico. Este problema nunca lo podrá solucionar la burguesía, a pesar de toda la demagogia y verborrea patrioteras.

Es necesaria otra solución. La Internacional Comunista lo explicó y en su Segundo Congreso, celebrado en 1920, dijo lo siguiente: "En las condiciones internacionales actuales no hay salvación para las naciones débiles y dependientes, excepto en una unión de repúblicas soviéticas". (Ibíd.,) Esta es la esencia de la cuestión.

La forma de resolver el problema de las Malvinas no es a través de guerras (el único método conocido por la burguesía), sino a través de la revolución socialista y la creación de una Federación Socialista de América Latina. Los trabajadores de diferentes países no tienen intereses en el robo de territorio o recursos de otros países. En el contexto de una federación, todos estos problemas se pueden discutir y resolver de forma amistosa. Sobre bases capitalistas no hay solución posible y son inevitables nuevas guerras y conflictos.

La izquierda en Argentina y otros países latinoamericanos nunca logrará sus propósitos hasta que se libre de los prejuicios nacionalistas y defienda firmemente una posición internacionalista. El patriotismo es muy peligroso para la clase obrera porque desdibuja las líneas de clase y crea una confusión que sólo beneficia a la burguesía. Fomenta la ilusión de que la "nación" está por encima de todas las clases, cuando en realidad no existe tal cosa como la "nación", sólo existen ricos y pobres, explotados y explotadores.

El día en que el nacionalismo podía jugar un papel progresista en América Latina hace ya mucho tiempo que se alejó, porque el período progresista de la revolución democrático burguesa también hace ya mucho tiempo que pasó. La burguesía argentina ¾ y todas las demás burguesías de América Latina ¾ ha tenido casi dos siglos para demostrar qué es capaz de hacer. El balance de este largo periodo de dominio capitalista es claramente negativo. Sobre bases capitalistas no hay futuro para los pueblos de América Latina. Sólo la clase obrera puede sacar a América Latina del pantano de pobreza, hambre y humillación a la que ha sido llevada por la burguesía.

La única revolución posible en América Latina es la revolución socialista. Nuestro programa, política y consignas deben reflejar este hecho indiscutible. Sobre todo, la revolución latinoamericana debe defender firmemente el internacionalismo. El proletariado debe inscribir en su bandera roja la consigna de la Federación Socialista de América Latina, como la única salida al caos actual.

En realidad, incluso una Federación Socialista de América Latina no sería suficiente para asegurar la victoria final del socialismo. Lo que hace falta es una Federación Socialista Mundial. Sin embargo, la unificación de las economías de toda América Latina liberaría un poderoso potencial. La colosal riqueza del continente podría por primera vez ser explotada de una forma planificada y armoniosa, basándose en un plan socialista de producción común, gestionado democráticamente por los propios trabajadores.

Apéndice

Los marxistas e Irlanda

[Sin esperar a nuestra respuesta en el último número de Prensa Obrera, Luis Oviedo vuelve al ataque, en esta ocasión con una furiosa diatriba sobre Irlanda. Para no defraudarle añadiremos una pequeña nota sobre este tema. Aquellos que deseen saber más sobre nuestra posición sobre Irlanda pueden leer mi libro La dialéctica revolucionaria del republicanismo irlandés, que está disponible en www.marxist.com]

"En Irlanda del Norte (la principal posición colonial que le queda al desvencijado imperio de Su Graciosa Majestad)", escribe Luis Oviedo, "no reclama el retiro inmediato e incondicional de las tropas británicas. Durante décadas, calificó al IRA en los mismos términos que la prensa imperialista británica, como ‘terroristas’, ‘criminales’, en el mismo plano que las bandas fascistas de los ‘unionistas’ pro-británicos. El Socialist Appeal se ha distinguido, entre las corrientes de la izquierda inglesas, por no participar (en verdad, repudiar) de las manifestaciones y movilizaciones que se realizaban en Londres en defensa de la lucha nacional de Irlanda".

Los crímenes del imperialismo británico han provocado un inmenso sufrimiento, guerras y baños de sangre en todas partes: en Irlanda, India, Chipre y Palestina. Su política fue "divide y vencerás", enfrentando a una comunidad religiosa o nacional contra otra para dominar a ambas. La partición de Irlanda fue un crimen terrible del imperialismo británico, como fue la incluso más sangrienta partición de la India.

Los marxistas británicos siempre han estado a favor de una Irlanda unida, pero, siguiendo los pasos de James Connolly, también hemos comprendido que este objetivo sólo se puede conseguir como parte de la lucha por una Irlanda y Gran Bretaña socialistas. Sólo se puede conseguir con métodos revolucionarios y de clase.

Las sectas internacionalmente machacan constantemente sobre nuestra posición en Irlanda. Si no fuera tan serio resultaría cómico. No tenemos nada de lo que disculparnos con relación a nuestra postura sobre Irlanda, de la misma forma que no debemos disculparnos por nada relacionado con nuestra posición sobre los Malvinas. Por otro lado, todos los grupos que han ido a la cola del IRA Provisional durante décadas ahora tienen mucho que explicar, ya que la gente a la que tan entusiastamente apoyaron ahora ha traicionado abiertamente la causa de la unificación irlandesa.

He aquí probablemente la razón por la que estas damas y caballeros han tenido muy poco que decir sobre Irlanda últimamente. La firma del Acuerdo de Viernes Santo y el posterior alto el fuego del IRA después de treinta años de "lucha armada", les ha puesto en una situación embarazosa. Durante todos estos años han estado actuando como un club de fans del IRA Provisional, y aplaudieron entusiasta y acríticamente todas sus acciones. Ahora guardan silencio.

El Acuerdo de Viernes Santo ¾ que nosotros junto con los republicanos socialistas irlandeses rechazamos ¾ fue un intento por parte de los Provisionales de alcanzar un acuerdo con el imperialismo británico que excluía la unificación de Irlanda.

Los "amigos del IRA Provisional" no tienen nada que decir a esto. Ni siquiera están dispuestos a admitir lo que es evidente incluso para un ciego, que después de treinta años, la estrategia, los métodos y las tácticas del republicanismo no socialista han terminado en un completo desastre. Los dirigentes del Sinn Fein, que ayer hablaban de la reunificación irlandesa con las bombas y las pistolas, ahora cambian la lucha armada por una cartera ministerial.

Esta cuestión es cuidadosamente evitada por todas las organizaciones que imaginaban que estaban apoyando la lucha de liberación nacional en Irlanda. En realidad, no han estado apoyando nada por el estilo. Han apoyado una política y tácticas desastrosas que, lejos de ayudar a la causa de la unificación irlandesa, la han socavado completamente. Aunque los dirigentes del Sinn Fein intentan negarlo públicamente, la unificación de Irlanda está fuera del orden del día y permanecerá así mucho tiempo.

A nosotros no nos sorprende. Ya lo pronosticamos hace mucho tiempo. La derrota de la "lucha armada" del IRA Provisional ¾ que no era otra cosa que terrorismo individual ¾ era inevitable desde el principio. Para triunfar una guerra de guerrillas tiene que tener el apoyo de las masas. Pero en Irlanda del Norte las masas están divididas en dos comunidades: los protestantes y los católicos (nacionalistas y lealistas). Los católicos son la minoría. Los protestantes tradicionalmente son hostiles a la unificación y se resisten a ella. Los Provisionales pensaban que podrían, con bombas y disparos, obligar a los protestantes a vivir en una Irlanda unificada. Este fue un error serio.

El único resultado de treinta años de terrorismo individual, aparte de la muerte de miles de jóvenes luchadores, ha sido la división de la clase obrera de los Seis Condados, la intensificación de la locura del sectarismo religioso, además del odio y la desconfianza mutua que ha alcanzado un nivel sin precedentes. ¿Cuánta gente en Argentina sabe que hay un muro en Belfast que divide físicamente a la población católica y protestante? Las últimas elecciones han subrayado la extrema polarización sectaria que ahora existe en Irlanda del Norte. Sobre estas bases no es posible ningún avance hacia la unificación. La perspectiva de una Irlanda unida está más lejos ahora que en cualquier otro momento de la historia. Los métodos del IRA Provisional han conseguido resultados diametralmente opuestos a los que pretendían en un principio.

¿Qué demuestra esto? Demuestra lo que León Trotsky explicó hace mucho tiempo: que en la época moderna las tareas de la revolución democrático burguesa sólo las puede solucionar la clase obrera, a través de la revolución socialista. De la misma forma que la burguesía argentina es incapaz de resolver el problema de las Malvinas, la corrupta burguesía irlandesa no puede solucionar la cuestión de la frontera. Tampoco la puede solucionar la pequeña burguesía nacionalista. La experiencia de las últimas tres décadas es una prueba concluyente de eso. Sólo el proletariado puede resolver esto y lo resolverá de paso, cuando tome el poder en sus manos dentro de una república obrera. No hay absolutamente ninguna posibilidad de solucionar el problema sobre bases capitalistas. James Connolly, el gran marxista irlandés, ya lo dijo hace mucho tiempo, y tenía razón.

Los marxistas británicos e Irlanda

Para solucionar lo que queda de la cuestión nacional en Irlanda (la cuestión de la frontera), la condición previa es unir a la clase obrera en la lucha, y esto sólo se puede conseguir con el regreso a las tradiciones y el programa revolucionarios de Larkin y Connolly, el programa de la REPÚBLICA OBRERA. Mientras el capitalismo domine Irlanda existirá la división religiosa y la lucha sectaria, que socavará y destruirá el movimiento por la unificación irlandesa. Siempre hemos mantenido una posición de clase firme y revolucionaria. En contraste, la mayoría de los otros grupos de la izquierda han vacilado entre el oportunismo y el ultraizquierdismo; desde apoyar el envío de las tropas británicas a Irlanda del Norte en 1969 a capitular ante la política y las tácticas desastrosas del IRA Provisional.

Luis Oviedo demuestra su completa ignorancia cuando dice que no apoyamos la retirada de las tropas británicas de Irlanda del Norte. En realidad, Socialist Appeal (o mejor dicho, Militant, como se nos conocía entonces) "se ha distinguido, entre las corrientes de la izquierda británica" por ser los únicos que se opusieron al envío de las tropas británicas a Irlanda del Norte.

En 1969 la mayoría de la izquierda británica ¾ incluidos aquellos que más tarde apoyaron el movimiento "Tropas fuera" ¾ estaba totalmente a favor del envío del ejército británico. Eso ocurrió con la izquierda laborista, el Partido Comunista y el SWP, y también con los dirigentes del movimiento por los derechos civiles en el norte de Irlanda. Decían que se enviaba al ejército para defender a los católicos. Una excepción honrosa fue nuestra tendencia, la tendencia marxista del Partido Laborista británico, en aquel momento agrupada alrededor de Militant, y hoy representada por Socialist Appeal, que se opuso firmemente al envío de las tropas británicas al norte de Irlanda. En aquel momento escribimos lo siguiente: "La petición de la entrada de las tropas británicas se avinagrará en las bocas de algunos de los dirigentes por los derechos civiles. Han enviado a las tropas para imponer una solución adecuada a los intereses de las grandes empresas británicas y del Ulster". (Militant. Septiembre. 1969).

En el congreso del Partido Laborista celebrado en otoño de 1969 nuestros compañeros presentaron la Resolución Urgente número 2 que decía lo siguiente:

"Esta conferencia declara su oposición a los ataques sectarios contra los trabajadores en Derry y Belfast ocurridos en agosto de este año.

Condena la actuación por parte de la Policía Real del Ulster, sectores de los B-Especiales y las bandas de Paisley.

Afirma su apoyo a aquellos sectores del movimiento obrero irlandés, particularmente el Partido Laborista de Derry, que han intentado unir a los trabajadores católicos y protestantes contra el enemigo común, la clase capitalista, ya sea orangista o verde, y pide a los sindicatos de Irlanda que contengan el terror sectario con la organización de Comités Unidos de Defensa formados por obreros católicos y protestantes.

Este congreso cree que el imperialismo británico y sus seguidores en Irlanda han utilizado deliberadamente y ayudado a mantener el sectarismo religioso para asegurar sus inversiones tanto en el norte como en el sur de Irlanda, basándose en la política de ‘divide y vencerás’.

Los promotores de la resolución afirman que:

Tenemos que apoyar a nuestros compañeros de Irlanda del Norte, tenemos que exigir, como hacen ellos, la retirada de las tropas británicas. Las tropas británicas nunca han actuado en interés de la clase obrera en ningún país".

¿Está esto suficientemente claro, compañero Oviedo? La posición de la tendencia marxista era muy clara y diáfana. Está escrita en blanco y negro. Sin embargo, el resto de la izquierda británica no se atrevería a reeditar lo que escribieron en aquel momento. El resto de la izquierda británica jugó un papel lamentable. Después de apoyar el envío de las tropas británicas a Irlanda del Norte (supuestamente para ayudar a los católicos), dieron un giro de ciento ochenta grados y apoyaron acríticamente la campaña de atentados del IRA Provisional.

Durante décadas, las sectas ultraizquierdistas británicas jugaron un papel particularmente pernicioso en la cuestión de Irlanda. Estas señoras y señores interpretaron el "apoyo a la lucha de liberación nacional" como un apoyo acrítico al IRA Provisional. Desde la seguridad de sus apartamentos en áreas acomodadas de Londres, vitoreaban la "lucha armada", aunque ninguno de ellos corría peligro personal.

Los Provisionales no eran una tendencia revolucionaria, sino una tendencia de derechas, completamente hostil al socialismo. El IRA Provisional se creó en 1969 con el propósito de escindir el Ira Oficial a quienes consideraban como "comunistas". Consiguieron grandes cantidades de dinero y armas de los elementos derechistas más reaccionarios de la burguesía irlandesa ¾ el ala de Fianna Fail dirigido por Blaney-Houghey ¾ . La razón era que la contrarrevolucionaria burguesía irlandesa estaba tan aterrorizada como la clase dominante británica ante la situación revolucionaria en Irlanda del Norte. El objetivo de esta gente era descarrilar el movimiento revolucionario del norte desviándolo en líneas nacionalistas y militaristas.

Aunque no jugaron ningún papel en el movimiento de masas de1968-69 en el norte, consiguieron crecer porque tenían la organización y las armas que buscaba la juventud del norte. A pesar de toda su demagogia "revolucionaria" y el discurso sobre la "lucha armada", desde el punto de vista ideológico los Provisionales eran —y siguen siendo — una tendencia burguesa de derechas del republicanismo. En el pasado incluso quemaron libros marxistas. Las sectas, presas de su entusiasmo por los Provos, olvidaron estos pequeños "detalles".

En general, han hecho mucho ruido sobre la "cuestión nacional" en Irlanda y en todas partes, sin ni siquiera tomarse la molestia de estudiarla. ¿No es suficiente con gritar "abajo el imperialismo"? No, compañeros, ¡no es suficiente! Si somos serios en nuestro deseo de luchar contra el imperialismo (como somos) entonces es necesario analizar concretamente cada situación, ver qué es progresista y qué es reaccionario en cada momento determinado, y proponer tácticas y consignas concretas que sean apropiadas para esa situación. No han hecho ningún esfuerzo en comprender lo que ha pasado en Irlanda durante los últimos treinta años y por lo tanto no tienen la más mínima idea de la verdadera situación que existe en los Seis Condados.

Marxismo y terrorismo

Luis Oviedo continúa su diatriba, desinteresado por la ausencia total de citas o cualquier otra prueba que respalde sus afirmaciones: "Durante décadas, calificó al IRA en los mismos términos que la prensa imperialista británica, como ‘terroristas’, ‘criminales’, en el mismo plano que las bandas fascistas de los ‘unionistas’ pro-británicos".

Como se dice en los medios de comunicación, ¿por qué dejar que los hechos estropeen una buena historia? ¿Es verdad que atacamos al IRA "en los mismos términos que la prensa imperialista británica"? No, no es cierto. Siempre hemos depositado la culpa de los horrores de Irlanda en la puerta del imperialismo británico. Sin embargo, también hicimos una crítica implacable de los métodos y las tácticas del IRA, que en realidad eran desastrosos, socavaron el movimiento e hicieron el juego al imperialismo británico.

El terrorismo individual del IRA Provisional tuvo los resultados más negativos tanto para la lucha de liberación nacional irlandesa como para la clase obrera. El marxismo siempre se ha opuesto al terrorismo individual. ¿Es necesario repetir esta proposición de ABC? Parece que sí. Es mil veces más importante en Argentina que en otros países, debido al terrible daño que provocó al movimiento revolucionario las tácticas del terrorismo individual que siguieron los grupos ultraizquierdistas y llamados "trotskistas", como el ERP, que fueron apoyados y animados vergonzosamente por Mandel y el Secretariado Unificado. Denunciamos esto en su momento y repetimos ahora esa denuncia.

Como resultado de esta política dañina miles de valientes cuadros juveniles fueron destruidos y la revolución descarrilada, con resultado espantosos. Las tácticas de los Provisionales tuvieron consecuencias similares. Esto llevó a la trágica muerte de muchos jóvenes valerosos que no consiguió que la causa de la reunificación irlandesa avanzase un ápice. Por el contrario, ha hecho retroceder décadas esta causa. ¿Qué tienen que decir Luis Oviedo y los dirigentes del PO sobre estos métodos? ¿Piensan que todo esto era bueno, una verdadera política revolucionaria, algo que deba apoyarse e imitarse activamente? Si es así, dejadme que os diga que prácticamente nadie en Irlanda del Norte hoy estaría de acuerdo con vosotros, incluido el IRA Provisional. Para un marxista defender el método del terrorismo individual es una abominación.

Aquellos "marxistas" que con entusiasmo apoyaron la campaña de bombas del IRA, que falsamente presentaron como "lucha armada", no estaban ayudando, sino perjudicando a la causa del pueblo irlandés. El daño causado por esta campaña ahora es reconocido por todos, al menos por los dirigentes del Sinn Fein que la abandonaron a favor de puestos ministeriales. Siempre nos hemos opuesto a estas tácticas, como hicieron Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Ya en el siglo XIX, Marx y Engels criticaron duramente a los fenianos irlandeses por utilizar tácticas terroristas. El 29 de noviembre de 1867 Engels escribía lo siguiente a Marx:

"En cuanto a los fenianos estás en lo correcto. La brutalidad inglesa no nos debe hacer olvidar que los dirigentes de esta secta son en su mayor parte asnos y en parte explotadores y no debemos de ninguna forma hacernos responsables de las estupideces que ocurren en cada conspiración. Y ocurrirán inevitablemente".

Engels pronto comprobó que estaba en lo cierto. Sólo dos semanas más tarde, el 13 de diciembre de 1867, un grupo de fenianos provocó una explosión en la prisión Clerkenwell de Londres en un intento infructuoso de liberar a sus compañeros encarcelados. La explosión destruyó varias casas vecinas e hirió a 120 personas. Como era de prever, el incidente desató una oleada de sentimiento anti-irlandés entre la población. Al día siguiente Marx escribió indignado a Engels:

"La última hazaña de los fenianos en Clerkenwell es una estupidez monumental. Las masas de Londres, que habían demostrado gran simpatía hacia Irlanda, se enfurecerán ahora y serán arrojadas a los brazos del partido gubernamental. No se puede esperar que los proletarios de Londres se dejen hacer volar por los aires para mayor gloria de los emisarios fenianos. Siempre hay una especie de fatalidad en semejantes conspiraciones secretas y melodramáticas". (Marx y Engels. Correspondencia Marx-Engels. Barcelona. Grijalbo. 1976. Pág. 406).

Unos pocos días más tarde, el 19 de diciembre, Engels respondió de la siguiente forma: "La estupidez de Clerkenwell fue claramente obra de unos fanáticos miopes; lo malo de todos los complots es que conducen a semejantes estupideces, porque ‘hay que hacer algo, hay que emprender algo’. Particularmente en América se habló mucho de explosiones e incendios, y ahora unos asnos cometen semejantes absurdos. Además, estos caníbales son en su mayoría unos cobardes tremendos, como el Sr. Allen, quien, al parecer, ha tenido tiempo de convertirse en testigo de la acusación. Fuera de todo esto, ¿qué idea es ésa de liberar Irlanda incendiando las sastrerías de Londres?". (Ibíd. p. 408)

¿Qué piensa el compañero Oviedo de estas declaraciones de los fundadores del socialismo científico? ¿Piensa que Marx y Engels también traicionaron la causa de la lucha de liberación nacional irlandesas porque denunciaron el método contraproducente del terrorismo individual? Pero todos los grandes maestros de nuestro movimiento tenían la misma opinión. Durante la Primera Guerra Mundial Lenin escribió: "Hay que hacer propaganda contra las acciones terroristas aisladas y vincular la lucha del sector revolucionario del ejército con el amplio movimiento del proletariado y, en general, la población explotada". (Lenin. Las tareas de los Zimmerwaldistas de izquierdas. Obras Completas. Vol. 21, p. 144. El subrayado es mío). En los escritos de Lenin y Trotsky podemos encontrar numerosos pasajes con el mismo espíritu.

Mientras rechazaba la política, métodos y tácticas del IRA Provisional, la tendencia marxista británica, ahora representada por Socialist Appeal y la página web www.marxist.com, ha defendido consistentemente una posición internacionalista en Irlanda. Nos opusimos al envío de tropas británicas a Irlanda del Norte, denunciamos los crímenes del imperialismo británico en los Seis Condados. Cuando el Domingo Sangriento publicamos una primera página de Militant con un gran titular en el que se podía leer: "¡Derry: esto fue asesinato!". Defendimos los derechos de los prisioneros irlandeses y nos opusimos al comportamiento violento de Thatcher hacia los huelguistas de hambre irlandeses.

Lo que no estábamos dispuestos a hacer ¾ y por esto las sectas oportunistas intentan atacarnos ¾ era ir a la cola del IRA Provisional. La historia ha demostrado que teníamos razón. Aunque juren por Lenin y Trotsky en cada frase, la izquierda y los grupos "trotskistas", que tan entusiastamente apoyaron a los Provos, hicieron un daño considerable a la causa irlandesa en Gran Bretaña e internacionalmente. Demostraron una completa ausencia de comprensión tanto de la lucha de liberación nacional como de la posición leninista hacia ella. Además, a través de sus palabras y hechos, han dañado la percepción que tienen los activistas de Irlanda del marxismo.

Luis Oviedo nos reprocha "no participar (en verdad, repudiar) de las manifestaciones y movilizaciones que se realizaban en Londres en defensa de la lucha nacional de Irlanda".

¿De qué manifestaciones y movilizaciones habla el compañero Oviedo? ¿Quizá se refiere a las actividades convocadas por el movimiento Tropas Fuera? Ya hemos explicado nuestra posición sobre la cuestión de las tropas. Siempre estuvimos a favor de la retirada de las tropas, pero vinculando esto con la reivindicación de una fuerza de defensa obrera, basada en los sindicatos, para proteger a la clase obrera de la locura sectaria de ambas partes (sí compañero Oviedo, de ambas partes). En otras palabras, planteamos la cuestión en términos de clase.

El compañero Oviedo olvida que las damas y caballeros de clase media que desfilaban por las calles de Londres gritando "¡tropas fuera!", eran las mismas personas que en 1969 gritaban "¡que vengan las tropas!" ¿No me cree? Entonces que haga el favor de leer los artículos de aquella época (incluidas las editoriales) que publicó el periódico del SWP. Esta gente nunca tuvo una posición de principios en la cuestión de Irlanda o sobre cualquier otra. En 1969 se pusieron a la cola del imperialismo británico. Se pusieron a la cola del IRA Provisional en al llamado Movimiento Tropas Fuera. Ahora van a la cola de los fundamentalistas islámicos. Con gente de este tipo no tenemos la costumbre de colaborar. Mantuvimos una posición independiente ¾ de clase ¾ , y la defendimos firmemente en los sindicatos y el movimiento obrero, en Gran Bretaña y en Irlanda, en el norte y en el sur.

Al final, los hechos han reivindicado nuestra posición, mientras que las sectas pequeño burguesas, como pronosticamos, terminaron en desastre. Después de aplaudir las campañas de atentados reaccionarios y contraproducentes de los Provos, que contribuyeron a dividir aún más en líneas sectarias la población de Irlanda del Norte, y a alejar completamente a los trabajadores británicos, las sectas y los reformistas de izquierda se quedaron con la boca abierta cuando la dirección Provo firmó el Acuerdo de Viernes Santo. Los marxistas de Socialist Appeal nos quedamos prácticamente solos en toda la izquierda británica oponiéndonos al Acuerdo de Viernes Santo porque lo calificábamos de un engaño y una traición, a diferencia de nuestros críticos oportunistas que no tienen nada que decir sobre el tema.

Dejaremos nuestra posición clara para que el compañero Oviedo pueda entenderla. Defendemos la reunificación de Irlanda. Pero eso sólo se puede conseguir con una República de Trabajadores de los 32 Condados. Esta posición, nos complace decir, es defendida por el ala de izquierdas de los republicanos irlandeses, los republicanos socialistas que, como nosotros, defienden las ideas de James Connolly. Las verdaderas ideas del marxismo, que hemos defendido firmemente, son conocidas por los mejores activistas del movimiento republicano, que han demostrado un gran interés en ellas. En contraste, aquellos sectarios británicos que capitularon ante la demagogia nacionalista y el terrorismo individual de los Provisionales, son vistos con desprecio.

Posdata:

Sobre Pierre Broué

Parece ser que hay una larga lista de cosas que a Luis Oviedo no le gustan. Además, parece ser más larga según pasa el tiempo. Su aversión hacia los árabes, turcos e ingleses ya es bien conocida. Ahora, por alguna razón, añade abuelas a la lista. (Ver Y parió la abuela). Que yo sepa, las abuelas, en general, son ancianitas muy agradables e inofensivas que normalmente hacen punto y no suelen estar inclinadas a parir, así que esta alusión es un poco desconcertante. Pero por otra parte, se puede pensar que mi compañero y amigo Pierre Broué ha salido relativamente bien parado cuando se le describe como una "abuela". Independientemente de lo que piensen las feministas de esto, algunos podrían pensar que es preferible a que te llamen imperialista contrarrevolucionario.

Sin embargo, no estoy muy seguro de que Pierre esté muy contento con éste y otros elogios que le regala Luis Oviedo. Si el compañero Oviedo tuviera en mente la edad de Pierre, entonces es verdad que no es un joven, sino un veterano del movimiento trotskista, al que ha servido lealmente y bien desde que se unió a él en los años cuarenta, después de un período de lucha en la resistencia francesa. Sus obras son las mejores que se han publicado jamás sobre la historia de nuestro movimiento y es insuperable su conocimiento de las ideas, política, métodos y tradiciones del trotskismo. Por lo tanto, Pierre está perfectamente capacitado para defenderse a sí mismo frente a semejantes agresiones, así que le dejaré a él esta tarea. Para un hombre de su capacidad, deshacerse de este tipo de argumentos es aproximadamente tan difícil como arrebatarle caramelos a un bebé. El PO debería ser consciente de que los insultos y los malos modos realmente no son un sustituto de la argumentación racional.

Londres, 19 de febrero de 2004

Traducción de Reply to Luis Oviedo – Part Five – For a class policy.

Vea también:

* UN LLAMAMIENTO A LA DISCUSIÓN RACIONAL: RESPUESTA A LUIS OVIEDO (Parte I) de Alan Woods.

* UN LLAMAMIENTO A LA DISCUSIÓN RACIONAL: RESPUESTA A LUIS OVIEDO (Parte II) de Alan Woods.

* Malvinas, la guerra y la cuestión nacional: RESPUESTA A LUIS OVIEDO (Parte III) de Alan Woods.

* LAS MALVINAS: EL MARXISMO Y LA GUERRA: RESPUESTA A LUIS OVIEDO (Parte IV) de Alan Woods.

* MARXISMO FRENTE A SECTARISMO: Respuesta a Luis Oviedo (PO) de Alan Woods.