El día de ayer, 17 de enero, convocados por la Asociación de Jubilados y Pensionados del Metro de Caracas (AJUPEMECA), se dieron sitio en el edificio de recursos humanos un grupo de trabajadores y pensionados del metro exigiendo la presencia del presidente de la institución, el Mayor General César Vega.
Entre sus reclamos está el incumplimiento en el pago de varios aumentos salariales y el mal cálculo de los mismos por parte de la administración, expresan que el salario, su derecho conquistado con años de servicio, no les alcanza en la actual situación. Por otro lado, reclaman ante las autoridades el despido injustificado de trabajadores y la persecución a los pocos líderes sindicales que de verdad representan a los trabajadores
Las pésimas condiciones del servicio también fueron un punto a tener en consideración por quienes le dedicaron gran parte de su vida a la institución. Señalaron que más del 60% de las escaleras mecánicas están fuera de servicio, el deterioro de las instalaciones y la aparición de parásitos por la falta de limpieza que pone en riesgo la salud de los trabajadores y usuarios.
Aunque la concentración no tenía previsto tomar la calle, ante la falta de respuesta del presidente de la institución los trabajadores cerraron por unos minutos la Avenida Universidad con el fin de hacer presión y comunicar su descontento al pueblo caraqueño que comenzó a acercarse.
Una vez retirado el cordón y mientras se esperaba la presencia del presidente del Metro, fue enviado un grupo antidisturbios de la PNB, como respuesta, los trabajadores elevaron la consigna “No solos delincuentes, somos jubilados”, por su parte, la patronal también envió a los miembros de la seguridad, quienes intentaron agredir a uno de nuestros militantes quienes se encontraba en el sitio acompañando la protesta y tomando fotografías.
Es de destacar como estos burócratas temen que se les identifique con fotografías cuando para ellos es común el hacer lo mismo hacia los trabajadores con el fin de amedrentarlos, identificarlos para luego despedirlos. Sin embargo, con el apoyo de trabajadores y pensionados quienes gritaban “que no se vayan” los medios independientes y miembros de movimientos sociales pudimos permanecer en el sitio.
Un anciano enfadado, un ucraniano trastornado y la Tercera Guerra Mundial
Sí, has leído bien el título. Un anciano enfadado en Washington y un presidente psicológicamente trastornado en Kiev han estado ocupados urdiendo conjuntamente un plan que podría empujar al mundo al abismo.
