october 21

october 21Ante la actual crisis económica que afecta al país, los economistas burgueses de forma mal intencionada quieren hacer ver al pueblo que la crisis es producto del modelo socialista. Por un lado, se apoyan en los discursos de burócratas que afirman que en Venezuela se construye el socialismo, por otro, obvian las consecuencias que la crisis mundial del capitalismo ha tenido sobre la economía mundial, en la cual Venezuela se inserta de forma dependiente, convirtiéndose en uno de esos eslabones débiles de los que hablaba Lenin.

Como revolucionarios, sabemos que detrás de la fraseología de izquierda con la que sectores de la burocracia se dirigen al pueblo, lo que en realidad se esconde son políticas conciliacioncitas y entreguistas de las conquistas que se han logrado obtener desde el año 98. La crisis entonces no es del socialismo, es de un modelo de acumulación de riquezas que está basado en la explotación de unos por otros llamado capitalismo, es la crisis del reformismo, de los intentos de regular el capitalismo con controles de precios que ya no regulan nada.

Las consecuencias de esta crisis no se han hecho esperar, la acelerada pauperización de las masas populares, el retorno de lacras sociales como la indigencia, la prostitución, la desnutrición y el desmesurado aumento de la criminalidad, son cada día más evidentes. Hemos vuelto a la América desigual, pero de forma abrupta, sin pasos intermedios.

En este escenario, la dirigencia reformista no ha hecho sino proteger sus privilegios, aferrándose al poder e intentando bloquear toda crítica a su autoridad por parte de sectores de la vanguardia que puedan convertirse en una alternativa revolucionaria y disputarles la dirección de la revolución, por ellos secuestrada.

Trotsky señala que “la autoridad burocrática tiene como base la pobreza de artículos de consumo y la lucha de todos contra todos que de allí resulta”. Es por ello, que el agravamiento de la crisis económica no ha hecho sino fortalecer al aparato burocrático, indispensable para mantener los privilegios de un sector de la población en detrimento de otros, para administrar los escasos productos, aplicando medidas clientelares que no resuelven nada por un lado y coerción a quienes reclaman su derecho a la alimentación por otro.

Este fortalecimiento de la burocracia es en extremo dañino para la revolución. Basta observar los escándalos en PDVSA para darse cuenta que el principal amigo de la burguesía es el burócrata corrupto, aquel que por una comisión acepta sobreprecios y vende la soberanía del país para luego ir a refugiarse a las faldas del imperialismo como lo hiciera Rafael Isea, ex Gobernador de Aragua. Por ello, tenemos el deber de decir que está en curso una contrarrevolución liderada por la burocracia, cuyo objetivo es salvaguardar el Estado Rentista y mantener la estructura capitalista.

Los mecanismos de control que ha aplicado la burocracia en el poder son variados. Aprovechando la estructura del Estado Burgués a la que se ha adaptado de maravilla, ha puesto en peligro incluso el marco democrático legal e institucional actual. Una muestra, la tenemos en las pasadas elecciones de alcaldes, en las cuales se incurrieron en vicios electorales al negar que aparecieran los nombres de los candidatos de la izquierda no-oficial en el tarjetón, como fue el caso de Eduardo Samán, o el de no reconocer la victoria de los ganadores apelando a un permiso ilegal de la Asamblea Nacional Constituyente, como son los casos de Ángel Prado del Municipio Simón Planas del Estado Lara, o el de Regulo Reina del Municipio Libertador del Estado Monagas.

Ante esta amenaza, se ha hecho sentir el despertar de la vanguardia revolucionaria que busca rescatar las mejores tradiciones revolucionarias para hacer frente a la ofensiva de la derecha y de la quinta columna burocrática, sin embargo, hace falta organización si se quiere enfrentar a un enemigo que está altamente cohesionado y que no está dispuesto a ceder espacios.

Por ahora, debemos reconocer que aún existen amplias capas de las masas que no han roto con su dirección reformista, que siguen sujetas por mi y un hilos clientelares y que, no confiando en sus propias fuerzas, temen perder lo poco que tienen en una lucha contra aquellos a quienes ven como todopoderosos. Por ello, aunque mantengamos una rigidez de acero en nuestros principios, nuestra táctica debe ser flexible.

Nuestra orientación hacia los movimientos de vanguardia es a consolidar la unidad alrededor de un programa revolucionario que debe ser construido colectivamente, producto de un amplio y democrático debate. Este punto es de vital importancia si no se quieren repetir los errores del pasado, no se puede intentar transformar la realidad cargado con hipotecas ideológicas, con programas que no incomoden a la burguesía, para que en medio de la lucha las corrientes oportunistas desvíen el camino de la revolución.

Otro punto importante es la forma organizativa a adoptar. Las corrientes oportunistas, por lo general, desechan tanto el debate programático como el organizativo, el primero para poder moverse de un lado a otro del espectro político, el segundo, porque con la desorganización del movimiento de masas se logra controlarlo más fácilmente. Desde Lucha de Clases, consideramos que el Frente Popular Antifascista y Antiimperialista tiene un gran valor en este sentido, sin embargo, no desestimamos otras formas de organización que puedan ir surgiendo al calor de las luchas populares.

Por último, creemos fundamental el ir elevando los niveles de conciencia de las masas a través de la combinación de un plan de luchas concretas con exigencias democrático-revolucionarias. Acompañar al pueblo en sus luchas por un trasporte digno, por educación y salud de calidad, en la defensa de su derecho a la alimentación y contra la bonificación del salario de los trabajadores es nuestra vocación como revolucionarios, a la vez, enseña al pueblo que los derechos se conquistan peleando y no mendigando. Por otro lado, exigir transparencia total en la administración pública, que sean abiertos los libros de contables de las empresas y bancos del Estado, que se respeten los resultados electorales y los más elementales principios democráticos en los casos como el de Ángel Prado y Regulo Reina, pone en evidencia el carácter antidemocrático de la burocracia y abre los ojos de las masas ante su dirección reformista.

De esta manera, y a través de la explicación paciente de las contradicciones, método que nos caracteriza, podremos ir preparando la ofensiva revolucionaria para cuando se abran nuevos cauces revolucionarios marcados por el ascenso de las masas.

 

¡Ante la conciliación, responderemos con organización!

 

¡Contra el reformismo socialdemócrata! ¡Profundizar la revolución!

¡Exigimos un salario digno para los trabajadores, basta de bonificación!

¡Únete a Lucha de Clases! Sección Venezolana de la Corriente Marxista Internacional.