Frente a la acelerada pauperización de la clase trabajadora, producto de la agudización de la crisis económica que enfrenta el país, diferentes grupos de trabajadores están tomando las calles en defensa de sus derechos, exigen reactivar la producción tanto de las empresas nacionalizadas como las del sector privado.
En todo el país las consecuencias del dialogo se hacen sentir, como hemos venido señalando, las concesiones hechas a la burguesía nacional y al imperialismo hacen recaer la crisis sobre los hombros de la clase trabajadora. Medidas como la bonificación del salario o la flexibilización laboral, en medio de una economía hiperinflacionaria, desvaloriza el trabajo y golpea a los trabajadores en su conjunto.
Hace días, señalábamos como un grupo de jubilados, al que se sumaron algunos trabajadores activos del Metro de Caracas, tomaron por momentos la Av. Universidad exigiendo un salario que les permitiera vivir dignamente, a la vez que señalaban el deterioro del sistema y la persecución de los trabajadores por parte de la directiva con el silencio de la burocracia sindical. Esta vez fue el turno de los trabajadores de Lácteos Los Andes en Lara y trabajadores de más de 20 empresas en el Estado Carabobo.
Entre 31 de enero y 1 de febrero, los trabajadores de Lácteos los Andes, en el estado Lara, salieron a la calle a denunciar el desmontaje de la empresa, cuyo objetivo es rematarla al sector privado. Los trabajadores de la que fuera una de las principales empresas del área señalan que la corrupción ha ido acabando con la industria y que los recursos asignados por el Estado, en vez de servir para adquirir la materia prima necesaria, sirven únicamente para engrosar los bolsillos de la directiva.
Hay que recordar que esta empresa fue nacionalizada durante el gobierno del comandante Chávez. Sin embargo, en este como en tantos otros casos, la burocracia puso a su frente a gerentes, en muchos casos militares, sin ningún tipo de control por parte de los trabajadores, que se han dedicado a todo tipo de corruptelas, llevando a la quiebras de las empresas y el desprestigio general de la idea de nacionalización. Ahora se preparan para devolver las empresas a sus antiguos due;os o quizás a sus gerentes, convertidos en dueños privados. Por lo tantono basta con sólo nacionalizar las industrias, sino que éstas deben estar bajo el control democrático y transparente de los trabajadores, única forma de acabar con el flagelo de la corrupción. La principal exigencia de los trabajadores es poder volver a realizar un trabajo productivo ya que la producción se ha visto paralizada en más de un 80%. Ante estos señalamientos, el gobierno nacional a procedido a criminalizar la protesta, encarcelando a tres de los dirigentes sindicales quienes fueron detenidos por el CICPC.
La acción de las fuerzas de seguridad del estado contra los trabajadores viene a demostrar la corrección de lo que dijo el presidente Chávez en Golpe de Timón acerca de la necesidad de abolir el estado burgués, que sigue existiendo y defiende los intereses de la burocracia y los capitalistas. Esta acción represiva se produce apenas días después que la Guardia Nacional desalojara a campesinos de una hacienda en Barinas donde se encontraban produciendo después de que el INTI la expropiara. Bajo presión de un conocido terrofago local el INTI cambio su calificación y concedió la propiedad de la finca a este terrateniente que además es contratista de obras de PDVSA. Ahora los comuneros han sido violentamente desalojados de sus tierras.
Ambos casos están estrechamente vinculados con la cuestión de la producción de alimentos. Tanto Lacteos Los Andes como las fincas ociosas en Barinas tienen el potencial de producir para satisfacer las necesidades de alimentación del pueblo. Sin embargo la burocracia y el aparato del estado prefieren que estén ociosas para entregarlas al capital privado. Al mismo tiempo que se mantiene paralizada Lácteos Los Andes por falta de insumos, el gobierno entrega créditos a empresas privadas del sector de alimentación, incluido el Grupo Polar. El gobierno se queja de la “guerra económica”, pero que guerra es esta en la que se financia y suministra a las fuerzas del enemigo?
Por otro lado, el 2 de febrero, decenas de trabajadores provenientes de más de una veintena de empresas tomaron uno de los principales corredores viales de la capital carabobeña. Su destino era también la gobernación del Estado y exigían, al igual, recursos para la materia prima necesaria para realizar su labor productiva. Es importante señalar que el empresariado pone como escusa el atraso en la asignación de divisas para la adquisición de materias primas para cerrar líneas enteras de producción, sin embargo, venden sus productos a precios de dólar paralelo y mantienen sus libros contables cerrados. Como vemos, para los trabajadores de las empresas nacionalizadas, el responsable es más evidente ya que la asignación de recursos es más transparente, mientras que para el trabajador de la empresa privada, el responsable es el gobierno “que no asigna divisas” y no el empresario que se las lleva para engordar sus cuentas en el exterior como lo han hecho por décadas.
En ambas manifestaciones, se evidencian pancartas con un claro contenido de clase, incluso, el el comunicado emitido por la FUSBEC en Carabobo, se termina con la frase «Viva la Revolución Bolivariana». Es por ello que las manifestaciones de los trabajadores, sus luchas y reivindicaciones, no son ni serán jamás parte de la agenda de la oposición. A lo sumo, la MUD intentará sacar provecho manipulando a los trabajadores de las empresas del Estado para poder echarle mano posteriormente, por ello insistimos en explicar a los obreros que la lucha es por el control transparente y democrático de la industria nacional por parte de los trabajadores organizados en consejos.
Luchas como las de los trabajadores de Carabobo ponen de relieve la contradicción central que se expresa en la crisis capitalista: los medios de producción están disponibles pero se encuentran paralizados porque a la burguesía no le interesa producir para satisfacer las necesidades de la población sino solamente para satisfacer su sed insaciable de beneficios. Es obvio que la caida del precio del petroleo ha tenido un impacto muy fuerte sobre la capacidad importadora del pa’is. Pero no es menos cierto que el gobierno ha privilegiado el pago de millardos de dolares a banqueros y parasitos que poseen la deuda externa, antes que usarlos para importar alimentos y medicamentos. Al mismo tiempo los dólares preferenciales se otorgan a capitalistas, en connivencia con funcionarios corruptos, que los usan para su lucro privado en el mercado negro.
Debemos exigir que se publiquen los detalles de a quien se atorgaron las divisas y realizar una auditoria obrera de a d’onde fueron los dolares y para que su usaron. Todas los empresarios culpables de malversacion deben de ser juzgados y sus activos expropiados bajo control obrero para ponerlos al servicio del pueblo trabajador.
Las empresas que estén paralizadas deben ser tomadas por los trabajadores bajo su control, conformando verdaderos consejos de trabajadores y no esa caricatura patronal que quieren imponer desde la ANC.
Como vemos, la actual dirección del proceso “bolivariano”, en alianza con los representantes de la burguesía nacional, ha tomado el rumbo de la criminalización de las protestas obreras y populares, la única manera de enfrentar esta situación es a través de la organización de los trabajadores, una organización que tendrá que rebasar, en muchos casos, a sus actuales direcciones sindicales burocratizadas.
¡No a la criminalización de las protestas obreras y populares!
¡Todo el poder a los trabajadores! ¡A construir los consejos de trabajadores!