Podemos ha vuelto a situarse en el centro del debate a raíz del proceso de formación de la lista para las elecciones a la Comunidad de Madrid, y tras la filtración de un documento de la exdirigente nacional, Carolina Bescansa, en el que proponía al sector de Íñigo Errejón un acuerdo secreto para disputarle a Pablo Iglesias la secretaría general de Podemos y la candidatura a presidente del gobierno en las elecciones de 2020.

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Cómo se forjó la lista de Podemos-Madrid

El proceso de formación de la lista electoral para la Comunidad de Madrid se ha realizado de la peor manera imaginable, con un acuerdo de aparato por arriba sin debate programático alguno, en el que la mayoría oficialista de Ramón Espinar, afín a Pablo Iglesias, ha cedido al chantaje de Íñigo Errejón, cuyo sector minoritario en la dirección de Podemos-Madrid se ha quedado con el 60% de la lista. Más aún, Errejón impuso que de haber dos o más listas en la elección interna, no se respetara la proporcionalidad en la composición final de la lista, según el porcentaje que cada lista obtuviera en la votación, sino que la lista más votada tuviera una mayoría cualificada superior al porcentaje obtenido.

Disconforme con este proceder, la corriente Podemos en Movimiento, dirigida por Anticapitalistas, que comparte la dirección de Podemos-Madrid con el sector de Ramón Espinar, ha renunciado a entrar en la lista de Madrid, y también a presentar una lista alternativa. De esta manera, la militancia de Podemos-Madrid sólo tendrá opción a votar por una sola lista, no nacida de un debate democrático interno, con documentos, asambleas y votaciones previas en los círculos, que refleje el apoyo real a las distintas corrientes o posiciones, sino cocinada en reuniones y negociaciones por arriba a espaldas de la militancia.

Claro está que eso sólo ha podido suceder porque Pablo Iglesias, siguiendo el modelo caudillista que se instaló en Podemos desde su fundación, impuso desde hace un año la candidatura de Errejón, como  “premio de consolación” tras haber perdido éste en Vistalegre II, presentándola a la base como un hecho consumado.

Con su habitual cálculo oportunista, Iglesias piensa que Errejón atraerá el voto «moderado» y alejará el calificativo de «radical» a su candidatura. Nuevamente, vemos la apuesta por el “márketing” político que tan mal resultado ha dado, en vez de presentar un programa claro y un modelo de sociedad a favor de la mayoría que sufre y trabaja. Como si el voto «moderado» no estuviera ya firmemente en las manos de Ciudadanos, y como si explicar lo que hay y lo que se necesita hacer, guste a quien guste, no pudiera entusiasmar a  la base de la izquierda y a una mayoría amplia de la clase trabajadora, la mayoría social en la Comunidad de Madrid. Pero ¡ay! la desconfianza en las masas siempre ha sido el santo y seña de los dirigentes de Podemos.

Como era de esperar, Errejón se ha aprovechado de esta circunstancia para imponer la mayoría de la lista para su sector y hacerse con la dirección de la campaña, con la anuencia de Pablo Iglesias y Ramón Espinar.

¿Qué mensaje se le da a base de Podemos-Madrid? Ésta, creyó a pies juntillas a Espinar  e Iglesias hace año y medio, y le dio un apoyo mayoritario, cuando planteaban que una victoria del ala Errejón-Rita Maestre para la dirección de Podemos-Madrid tenía el apoyo  del Régimen y que supondría un giro a la derecha. Y ahora se le entrega la lista, el programa y la campaña electoral sin debate alguno en la base ¡qué desprecio a la democracia interna de la organización y a los militantes!

El acuerdo Errejón-Bescansa

Con ser grave lo anterior, el pasado 18 de abril salió ‘’accidentalmente’’ a la luz pública un documento enviado desde la cuenta de Telegram de Carolina Bescansa, que revelaba las maniobras burocráticas del ala derecha de Podemos y de su vertiente más pequeñoburguesa y socialdemócrata –la representada por Errejón y Bescansa– con su plan para tratar de de controlar la organización, en Madrid y a nivel estatal, y desplazar a Pablo Iglesias y a su sector, al que ven demasiado escorado a la izquierda.

El documento, elaborado por Bescansa, planteaba que el control de Errejón del futuro grupo parlamentario en la Comunidad de Madrid, y eventualmente su entrada en el gobierno autonómico en un posible acuerdo con el PSOE, debía ser utilizado para tomar posiciones dentro de la organización, e incrementar el perfil público de este sector para situarlos en una posición de fuerza, a fin de que Bescansa se alzara con la secretaría general de Podemos y la candidatura a presidenta de gobierno en las elecciones de 2020. En este acuerdo, Bescansa se proponía como número 2 en la candidatura de Errejón para las elecciones en la Comunidad de Madrid y así elevar su perfil personal ante la opinión pública y ante las bases de Podemos.

De hecho, tanto la fracción de Errejón como Bescansa han estado tratando de desarrollarse estos meses mediante numerosos actos en universidades, Centros Cívicos, declaraciones, etc.

Se dio la circunstancia de que la tarde anterior a la filtración, Errejón y Bescansa se habían reunido durante dos horas en el despacho del primero en el Congreso. Claramente, las líneas centrales del borrador habían sido acordadas por ambos. Es completamente imposible que Bescansa entrara en detalles tan minuciosos en el contenido del documento sin un acuerdo tácito con Errejón, y que en la reunión previa de dos horas entre ellos, este tema no hubiera salido en la conversación.

Cuando la prensa sacó este documento a la luz pública Errejón declaró públicamente que no sabía nada del documento y que le parecía “delirante”, que no había pactado nada con Bescansa, salvo que ésta fuera como número 2 en su lista de Madrid. Por supuesto, nadie puede creer a Errejón que ha hecho del disimulo su principal rasgo personal, a fin de alcanzar un objetivo político.

Finalmente el 18 de Abril por la tarde comparecieron en una rueda de prensa conjunta Íñigo Errejón, Pablo Iglesias y Ramón Espinar, bajo una escenografía naíf. En su intervención,  Pablo Iglesias finalmente confirmó el pacto con Iñigo Errejón apelando a la necesidad de la pluralidad y la unidad, tónica que repitieron Errejón y Espinar. En cuanto al ‘’putsch’’ de Bescansa-Errejón ninguna palabra, solo hablar de conceptos vacíos como “ganar Madrid”, “tener a los mejores”, transmitir amor y dignidad, fraternidad internas, y que nuestra brújula es la ‘’gente’. Ninguna perspectiva sobre lo que está pasando en el país, sobre cómo construir la organización, etc. En resumen,  un cúmulo de abstracciones para volver a cerrar una crisis en falso. El único “castigo” sufrido por Bescansa fue renunciar a ir como número 2 en la lista de Errejón, puesto que ha sido ocupado por Tania Sánchez.

Si ya el malestar en amplios sectores de la base era muy grande por la manera en que se conformó la lista electoral de Podemos-Madrid, cuando se conoció este último episodio la indignación amenazó con desbordarse.

Grave error de Anticapitalistas

Aquí puede apreciarse el grave error que han cometido los compañeros de Anticapitalistas, con su negativa a disputarle a Errejón las primarias para la lista de Podemos-Madrid. El acuerdo burocrático, y las maniobras de Bescansa-Errejón, han levantado ampollas en amplios sectores de la base, más aún cuando se conoció que Tania Sánchez, ampliamente desacreditada por su perfil oportunista y de arribista, irá de número 2 en la lista de Errejón. Una lista auspiciada por Anticapitalistas habría actuado como un revulsivo para agrupar el malestar de la base, y en caso de no haber ganado indudablemente habría conseguido un muy buen resultado que habría servido de advertencia a la dirección estatal de Podemos por su oportunismo político. Habría fijado una demarcación política y una referencia para el futuro, sobre la que construir una importante oposición de izquierda en la organización. Sin embargo, al negarse a confrontar con Errejón, Anticapitalistas ha dado la imagen de haberse rendido sin presentar batalla lo que ha tenido un efecto desmoralizador en sectores importantes de la base más a la izquierda, y ha expuesto la estrechez de miras de la dirección de Anticapitalistas y su limitado espíritu de lucha en este asunto.

¿Qué debe hacer la izquierda de Unidos Podemos?

Todo esto dibuja un escenario complicado en la confluencia con Izquierda Unida y otros sectores de izquierdas de Unidos Podemos en la Comunidad de Madrid. Errejón y su equipo no ocultan su antimarxismo feroz y han manifestado en muchas ocasiones su rechazo a la confluencia con IU. Con toda seguridad, pretenderán marginar a IU en las listas unitarias de Unidos Podemos y en los actos de campaña.

Hay que oponerse a estas maniobras. Izquierda Unida, Anticapitalistas y demás sectores de izquierdas de Podemos y de Unidos Podemos deberían agrupar fuerzas para presentar una candidatura alternativa en las primarias de Unidos Podemos en Madrid, con un perfil claramente de izquierdas y combativo, haciendo una campaña activa en los barrios. Deben mostrarse inflexibles en negarse a negociaciones de despacho, y deben exigir que haya una representación proporcional exacta de la lista final, según el porcentaje obtenido por cada una de las listas presentadas.

Involución burocrática en Podemos

Podemos se presentó a comienzos de 2014 proclamando que nada se decidiría en su interior en negociaciones de mesa-camilla dentro de los despachos. La realidad ha demostrado que eso fue una argucia demagógica que tenía como fin, en un primer momento, disputarle a IU el electorado en las europeas de 2014, otorgándose una apariencia «ultra-democrática», frente al amplio descrédito del resto de partidos. Pero los dirigentes de Podemos nunca cumplieron con esto. Todo se ha realizado siempre a través del aparato y con formas burocráticas, como en cualquier partido convencional, sobre la base de presiones y luchas de grupos y camarillas sin control alguno por la base, que nunca ha dispuesto de mecanismos democráticos internos reales para hacer oír su voz ni controlar efectivamente a sus dirigentes.

Justamente, el argumento de que Podemos no tendría militantes al uso, sino que la «gente» decidiría en su casa a través de internet (sin necesidad de implicarse en la construcción del partido) revelaba desde el principio que la cúpula no deseaba ser molestada por una militancia despierta y activa que, en un determinado momento, le pudiera empujar demasiado a la izquierda. Y este sigue siendo el caso. Podemos siempre fue diseñado como un producto de márketing electoral donde la única opción que se le daba a la base era: lo tomas o lo dejas.

Este hecho se complementa con el paulatino encierro parlamentarista de la labor partidaria, restringiendo su campo de acción a despachos y grupos institucionales, en cuyos ambientes de trabajo prima la tendencia a la adaptación al sistema que era, precisamente, lo que se decía que se venía a impugnar en su totalidad. El alejamiento paulatino de los centros del conflicto solo alimentan los planteamientos «posibilistas».

La organización se ha vaciado rápidamente de militantes. Un reflejo claro de esto ha salido a la luz en los últimos días en Andalucía, donde se ha revelado que en núcleos urbanos principales en Andalucía, el partido no tiene ni 50 militantes por lo que no se pueden constituir Consejos Ciudadanos Municipales. Hablamos de ciudades como Almería, Motril, Dos Hermanas, Alcalá de Guadaira, Utrera, El Puerto de Santa María, etc.  En definitiva, esta situación refleja falta de un trabajo político motivado por la falta de unas ideas correctas que sirvan para orientar a la organización.
Podemos se ha conformado como una organización verticalista, plebiscitaria y caudillista. Tiene un solo mecanismo democrático formal, que la base vote a favor o en contra de lo que se ha cocinado por arriba, pero no se le permite a ésta participar en debates internos, donde puedan discutirse ni enmendarse los documentos de la dirección, ni proponer documentos alternativos que surjan desde los círculos que puedan confrontar entre sí en asambleas de delegados a nivel local, provincial, regional y, finalmente, estatal.

Esta situación es congruente con una dirección política que se ha fijado el papel de gestor honesto y eficiente del régimen, a través de especialistas y talentos «que saben», con sus títulos y su bagaje universitario; pero que es incompatible con una organización democrática que implica la participación y movilización activa de una base militante formada, informada y con capacidad de decisión real en la labor cotidiana de la organización y en sus congresos y asambleas estatales, regionales y municipales.

Podemos carece de una gran idea de transformación social que inspire a las bases y a los electores. Se ha anulado su impronta radical y se ha convertido en un partido prematuramente envejecido, mansamente establecido dentro del régimen. El nivel político extremadamente bajo en el aparato y en los cientos de cargos públicos y liberados administrativos, ha abonado el terreno para que se instale el arribismo de personas deseosas de medrar por un puestecito bien remunerado bajo la sombra del Estado.
Precisamente, el sector de Errejón-Bescansa, que ha hecho de la cobardía política su eje estratégico desde los comienzos reflejando los prejuicios atrasados de la clase media, tiene su principal base de apoyo en esta capa amplia de arribistas y de aspirantes a cargos que ven como una locura el “izquierdismo” de Iglesias y sus maneras plebeyas, al pensar que eso les aleja de sus posibilidades de conseguir puestos de concejales, de diputados autonómicos, en el Congreso y en el Senado, o de consejeros en algún gobierno regional.

Así, a la confusión y vacilación general de la dirección de Podemos en temas “espinosos”, como la defensa del derecho democrático de autodeterminación de Catalunya, bajo el razonamiento de que en el resto del Estado español hay el triple de gente contraria a la separación de Catalunya, Bescansa y el errejonismo impusieron un giro más a la derecha en la dirección planteando que hay que hablar menos de Catalunya y más de España y de los españoles. Sobre el tema de la prisión permanente revisable, vemos la misma cobardía política en Bescansa, quien escribió en un artículo de El País, diciendo: “Hay argumentos a favor y en contra de la prisión permanente revisable que deben ser escuchados; a favor y en contra de la modificación de los plazos para la revisión de las penas; a favor y en contra de disminuir nuestra población reclusa; y un día tendremos que hablar sobre todos ellos, debatirlos como sociedad y legislar. Pero para que ese día llegue, primero necesitamos contar con unos mínimos de integridad moral en las instituciones que ahora mismo no existen. Por eso, mientras tanto, lo mejor que podemos hacer es guardar silencio, expresar nuestro respeto a las víctimas y sus familias’’.

¿Dónde está Izquierda Unida?

Se esperaba que Izquierda Unida utilizara su perfil más nítidamente de izquierda y de clase, con su activa capa de militantes con raíces en el movimiento obrero y los movimientos sociales, junto con la autoridad indudable de Alberto Garzón, para haber aparecido dentro de Unidos Podemos como su referencia de izquierda, proponiendo consignas avanzadas y radicales que capturaran la imaginación de miles de jóvenes y trabajadores. Sin embargo, nada de esto ha sucedido. IU aparece desdibujada, diluida dentro de UP, sin un discurso propio ni diferenciado de Podemos. Ha tomado de éste, incluso, su lenguaje insulso y ambiguo (“clases populares”, en lugar de clase trabajadora) sin ninguna referencia al socialismo. Ni siquiera ha tomado iniciativas políticas propias en la calle, tratando de organizar el movimiento, por ejemplo sobre la ofensiva de la derecha contra los derechos democráticos y la libertad de expresión, o sobre la lucha por la república.

Hace falta una gran idea por la que luchar

La ausencia de una alternativa clara por la izquierda por parte de Unidos Podemos, ha paralizado al sector más avanzado de la clase obrera y de la juventud, favoreciendo que amplias capas de los trabajadores, los jubilados y las capas medias empobrecidas pongan sus expectativas en Ciudadanos y el PSOE como la alternativa más eficaz para terminar con la desastrosa política del PP y su corrupción. Contrariamente a lo que piensan Errejón y los suyos, no es la moderación en el discurso y en las propuestas lo que fortalece a Unidos Podemos, sino lo que lo debilita; al borrar toda diferencia entre éste y Ciudadanos-PSOE, fortaleciendo a estos últimos, que son vistos como los moderados más consecuentes y confiables.

Si algo bueno tiene la experiencia es que aporta datos empíricos para la evaluación y el análisis. ¿Qué resultados tenemos de la postura cobarde en Catalunya, donde han llegado a criticar la actividad de los Comités de Defensa de la República, CDR? ¿Qué aporta el abandono de las responsabilidades organizativas? ¿Qué resultados ha arrojado la asunción de los discursos transversales e interclasistas del errejonismo derrotados en VistaAlegre II? ¿Qué aporta la nula implicación en la organización de los movimientos contestatarios de la juventud ante los ataques a los derechos democráticos? ¿Qué aporta el perfil moderado e institucional que se ha erigido en santo y seña del partido?

Hace 100, 80, e incluso 40 años, los partidos obreros, PCE y PSOE, pese al oportunismo de la dirección y su abandono de la lucha contra el capitalismo en las décadas anteriores, levantaban una bandera: el socialismo; agitaban por una sociedad nueva, sin explotadores ni explotados ni injusticias sociales, que encendía la imaginación de millones de trabajadores y jóvenes, y de cientos de miles de militantes abnegados que estaban dispuestos al más alto grado de heroísmo y sacrificio por su causa. Fue así cómo fueron construidos ambos partidos como organizaciones de masas, y cómo emergieron como las organizaciones más importantes no sólo de la clase obrera, sino del país en su conjunto. Hoy no vemos ni rastro de un gran ideal en Podemos ni en IU. Es esta ausencia, de una gran idea, de la lucha por un gran cambio social, lo que desorienta al sector más avanzado y lo hace agitarse en su impotencia, incapaz de ofrecer una guía al conjunto de la clase.

Los dirigentes de Podemos, en particular, han jugado un papel pernicioso al rebajar el nivel de conciencia del movimiento y confundirlo con fórmulas pequeñoburguesas sobre el patriotismo, el silenciamiento de la clase obrera y la rebaja de expectativas por un cambio social, temiendo el enfrentamiento con la clase dominante.

Dicho esto, en modo alguno tenemos una visión pesimista del futuro. Al contrario, las ideas ingenuas y confusas de la dirección de Podemos reflejan, hasta cierto punto, la orfandad y la ingenuidad del movimiento nacido el 15M y en los años posteriores, que carecía de lazos firmes con las tradiciones revolucionarias de los años 30 y 70 del siglo pasado. El movimiento está aprendiendo, a base de golpes duros. Sin dirección, sin consignas desde arriba, el movimiento está ejercitando sus músculos. Lo vemos en las maravillosas luchas de los jubilados y de las mujeres, así como en un número creciente de conflictos obreros y en el fortalecimiento de las tendencias republicanas en la sociedad. Hay una lava ardiente que pugna por salir.

Las fórmulas amorfas, edulcoradas, sin garra, de Unidos Podemos no pueden satisfacer al movimiento. Pese al fortalecimiento temporal de Ciudadanos y PSOE, no hay entusiasmo ni ilusiones excesivas en sus alternativas. Se está preparando un nuevo terremoto en la lucha social que sacudirá al régimen hasta en sus cimientos. Lo que vemos en Catalunya es parte de este proceso. Es imposible predecir en detalle el efecto que esto tendrá en Podemos e IU. Es indudable que se abrirán grietas en su seno. Que este sea el pistoletazo de salida para un giro a la izquierda en sus posiciones o, al menos, para el desarrollo de tendencias izquierdistas en su seno con un amplio apoyo en sus bases, está por ver.

Desarrollar el ala marxista y revolucionaria del movimiento

Lo que es indudable, y no puede esperar, es la necesidad de una alternativa marxista y revolucionaria que atraiga y organice a la capa más avanzada de la clase obrera y de la juventud, una fuerte corriente marxista en el movimiento que señale las tareas y proponga el programa y las consignas más adecuadas a la situación: ¡Terminar con el régimen podrido del 78, con su aparato de Estado franquista y su monarquía! ¡Romper la dictadura del gran capital y del IBEX35! ¡Empleo, salarios dignos y vivienda para todos! ¡Nacionalizar las palancas fundamentales de la economía para utilizarlas en beneficio de la mayoría de la sociedad! ¡Una política internacionalista activa para extender la llama de la revolución por Europa y más allá!

Es necesario fortalecer la corriente marxista que agite por una gran idea, por la transformación socialista de la sociedad, por la república y el socialismo y que demuestre su voluntad de llevarla a cabo hasta el final. Lucha de Clases, la Corriente Marxista Internacional en el Estado español, está empeñada en esta tarea, únete a nosotros para luchar por ella.