Trabajadores del Banco de Venezuela nos informaron cómo el pasado 5 de enero se cumplieron 2 meses desde que les depositaron apenas el 30% de sus utilidades, con la promesa de que el resto de las utilidades sería depositado lo más pronto posible, aunque nunca se les dio una fecha definida a tal respecto.
Ahora bien, lo más grave de la situación es que para su sorpresa, en los recibos de pago del mes de diciembre se reflejó el mismo monto faltante correspondiente al 70% de sus utilidades como ya pagado, cuando en realidad en sus cuentas bancarias no cayó ni un solo Bolívar.
En consecuencia, los trabajadores han solicitado información al respecto de manera individual y dispersa, pero la respuestas por parte de los responsables de pago han resultado tan sorprendentes y vergonzosas como los hechos mismos: lo que vieron en sus recibos se debe que la operación supuestamente debía necesariamente reflejarse a nivel administrativo, ya que debía cuadrarse el cierre del año 2019, no obstante ese pago se les realizará en el año 2020, aunque aún no se les da una fecha clara.
Esta situación, en la que aún a la fecha no se conoce el destino del dinero que debía ser utilizado para el pago de sus utilidades, nos motiva a hacernos la pregunta: ¿Se trata esto de un retraso común en el pago a los trabajadores, cosa que aunque totalmente injusta, ha sido históricamente parte del pan del cada día del proletariado venezolano, sobre todo en el sector público, o será que alguna mano invisible metió la mano en su dinero a fin de hacer algún buen negocio?
A inicios de noviembre la tasa del dólar BCV era de 21.500 Bs., mientras la tasa de hoy es de 78.000 Bs., es decir, que el Bolívar ha sufrido una depreciación de su valor de compra de casi el 300%, y a medida que pasan los días, semanas y meses su valor seguirá depreciándose, por lo que al momento de que les sean canceladas las utilidades, valdrán considerablemente menos que lo que valían cuando debieron haber sido depositadas en las cuentas de los trabajadores.
Adicionalmente y como una especie de regalo del día de reyes, a los trabajadores se les realizó un descuento en los cesta tickets por concepto de pernil. Cabe señalar que este producto fue entregado en el mes de diciembre bajo la promesa de que correría por cuenta del banco, es decir, que el mismo no se descontaría a ningún trabajador, tal y como se hace en los 11 meses restantes por el concepto de cajas de alimentos, y que además no es en realidad un “regalo” del banco.
Considerando el ingreso extremadamente bajo de los trabajadores en relación a su trabajo real, este tipo de beneficios están más que sobrepagados, por lo tanto, lo que observamos aquí es un incumplimiento adicional de un beneficio ofrecido, cargando como siempre el peso de la crisis sobre los hombros de los trabajadores.
Para finalizar, Marx en sus escritos dice muy acertadamente que la clase trabajadora sin organización sólo es materia prima para la explotación, y en este caso, aunque el Banco de Venezuela es una institución de gran tamaño que agrupa a trabajadores en todo el territorio nacional, estos últimos no cuentan con una organización que vele por sus intereses de clase, lo que hace más fácil para los patronos cometer vejaciones y violar sus derechos a diestra y siniestra, así como cometer actos de corrupción.
Desde Lucha de Clases creemos que situaciones concretas como ésta del BdV, deben ser aprovechadas para avanzar en la organización de los trabajadores, y, retomando las tradiciones históricas de lucha de los trabajadores bancarios del país, comenzar a construir instancias organizativas y de articulación de los trabajadores de esta rama comercial, que sienten las bases para reconstruir la organización sindical bancaria nacional, que décadas atrás llegó a tener una fuerza importante, aunque su dirección se pervirtió y degeneró en líneas burguesas, de la mano de la vieja socialdemocracia adeca, tal y como hoy está degenerando rápidamente la Central Bolivariana.
Hacemos pues un llamado a todos los trabajadores del BdV, ante estos atropellos y vejaciones permanentes, a dar un paso al frente en la construcción de una organización democrática que realmente escuche el clamor de los trabajadores y que luche por sus beneficios e intereses de clase.