Desde la década de los cincuenta, hasta los setenta, las principales obras de servicios públicos en Venezuela empezaron a erigirse. Las arterias viales, las redes de suministro de agua potable, saneamiento y electricidad fueron parte del inicio de este profundo proceso de construcción. Todo esto hasta finales de la década de los ochenta, fecha en que comienza a reducirse el financiamiento que se venía haciendo.
Desde el 2003 se inicia nuevamente un proceso de megas inversiones que buscaría darle una mejora a las condiciones de vida de la población, y de hecho se llegó a evidenciar en algunos proyectos que se elaboraron por aquellos años, como en el sector eléctrico, con la Central Hidroeléctrica Francisco de Miranda. Para el 2012, ya se estaban invirtiendo anualmente más de 5 mil millones de dólares en la optimización del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), lo que incluía nuevos proyectos de infraestructura y recuperación, modernización y mantenimiento de estructuras antiguas. Pero para ese mismo año debía estar lista la construcción de la Central Hidroeléctrica Manuel Piar, mejor conocida como represa de Tocoma, en el sur del país, por solo mencionar un ejemplo; al día de hoy, aún no está lista.
Si hablamos del sistema de distribución de agua: desde el 2000 al 2015 se venía realizando una inversión sectorial de más de 7mil millones de dólares, según Memoria y Cuenta del Ministerio de Ambiente. De acuerdo al Comandante Hugo Chávez, se inauguraría el Sistema Tuy IV en 2010; diez años después de la supuesta fecha de inauguración, aún ni se ha completado el proyecto. Hoy por hoy, Caracas se encuentra recibiendo alrededor de 5.000 litros menos de agua que hace una década atrás.
Referente a la movilidad del pueblo venezolano: en el 2003, la Corporación Andina de Fomento (CAF) otorgó dos préstamos para la ejecución del Programa de Inversiones Operativas del Metro de Caracas, que sumaban 133 millones de dólares. Para el año 2005 la misma corporación había aprobado un crédito de 71.76 millones de dólares, destinado a la rehabilitación, repotenciación y reemplazo de equipos de las líneas operativas del sistema Metro de Caracas para su reajuste técnico. De acuerdo a testimonios de los mismos trabajadores y usuarios del metro, en la actualidad, de los 40 trenes comprados con ese dinero se encuentran operativos un poco menos de la mitad, un 80% de las escaleras mecánicas no están funcionando y ni hablar de las fallas en el sistema eléctrico.
Con respecto al Sistema Integrado Nacional de Gestión y Manejo de la Basura (SIN Basura): en 2004 se aprobó la Ley de Residuos y Desechos Sólidos con el objetivo de oficiar eficiente y conscientemente dicho sistema. En septiembre de 2018, el exvicepresidente del área de Servicios Públicos, Miguel Motta Domínguez, expresó «ahora tenemos equipos para recoger los desechos sólidos, tenemos que hacer planes periódico de recolección de desechos sólidos», tras la adquisición de 64 compactadoras y 282 camiones de última tecnología, a través del convenio China. Para la fecha, el 80% de la basura en Venezuela permanece a cielo abierto, y solo un porcentaje reducido es separado informalmente para ser reciclada por algunas empresas; sin mencionar que existe una escasez de áreas para la disposición final de la basura generando conflictos en el uso del terreno con la población. A esta situación se le incorpora la usencia de equipos adecuados para la labor de los trabajadores del aseo, lo que los expone a múltiples enfermedades.
Por tanto, las preguntas que todos, en nuestro legítimo derecho, nos hacemos son: ¿a dónde está yendo todo ese dinero invertido?, ¿cómo se están manejando esos recursos? Y, sobre todo, si el pueblo no se está beneficiando de esas innumerables inversiones destinadas a las pretendidas mejoras de los servicios públicos ¿quién sí?
Tengamos claro que esta Patria y sus recursos son de todos nosotros. Y si la actual gerencia del país no ha podido hacer un buen uso de los mismos, no solo podemos exigir una auditoria, sino también justicia a quién se está apropiando de lo que es nuestro. Quizás ya es hora que el pueblo sea el que gobierne al pueblo; hora de crear una instancia alternativa y revolucionaria ¡”Compatriotas fieles, la fuerza es la unión”!