Días pasados en cadena nacional, el presidente Nicolás Maduro hizo referencia a la reciente alianza constituida por partidos y movimientos de izquierda que encabezan el Partido Patria para Todos (PPT), el Partido Comunista de Venezuela (PCV), Izquierda Unida y Lucha de Clases -Corriente Marxista Internacional- afirmando que la única Alternativa Popular Revolucionaria era la unidad.
Quienes hemos sido partícipes en la construcción de la Alternativa Popular Revolucionaria (APR) comprendemos perfectamente qué intentan referir estas palabras (que estamos dividiendo las fuerzas revolucionarias) Si bien, en primera instancia, esto solo pareció ser una simple insinuación, en los días posteriores se ha confirmado que Nicolás entiende perfectamente que es lo que se está gestando en este espacio y la potencialidad que el mismo recoge.
Si algo han demostrado las últimas declaraciones del presidente, que gozan de subestimación y menosprecio a las fuerzas políticas que emergen como una alternativa al PSUV, es el temor que le produce la posibilidad de que surja una verdadera oposición de izquierda. Si algo tienen de sobra las bases del pensamiento revolucionario y chavista, es el profundo compromiso ético y moral con el socialismo, algo que a la dirigencia del gobierno le falta, y esto sí que no se compra ni con todos los recursos estatales que han sido desviados.
De esta manera, observamos una vez más como el presidente recibe a la oposición de derecha de modo más complaciente, llamándola al diálogo y a la carrera democrática electoral, contrario a como ha recibido la iniciativa de otras organizaciones políticas de izquierda de rescatar el socialismo.
Alternativa Popular Revolucionaria
Algo que es necesario destacar, es que la APR no ha sido pensada como una alianza organizada únicamente para abordar las elecciones parlamentarias pautadas para el próximo 6 de diciembre. La misma, apunta a mantenerse en el juego político después de estas elecciones, referenciando las distintas luchas obreras, campesinas y populares existentes.
Esta es una alianza de fuerzas políticas con claros principios ideológicos, que se enmarcan en el antiimperialismo y en el rechazo a las sanciones económicas impuestas a nuestro país, de la misma manera que se asume socialista y en repudio de la posibilidad de que la derecha apátrida retome el poder en Venezuela.
La APR, nació en el seno de las discusiones que se fueron generando en el Frente Popular Antifascista y Antiimperialista (FPAA), por lo que la mayor parte de estas organizaciones que integran este espacio fueron las fundadoras de dicha propuesta, hablamos del Partido Comunista de Venezuela (PCV), el partido Patria para Todos (PPT), Lucha de Clases (LdC) e Izquierda Unida (IU), quiénes luego de profundos debates y contradicciones, alcanzaron la síntesis y el consenso y han invocado a las demás fuerzas revolucionarias a construir esta alternativa.
Los llamados a la construcción del espacio han sido hacia las organizaciones de tradición revolucionaria, por lo cual se han sumado agrupaciones como el Partido Revolucionario del Trabajo (PRT) y el MBR-200, entre otras. Como no podía ser de otra manera, no fueron invocados ni partidos, ni organizaciones de derecha. Sin embargo, no habría de sorprendernos que diferentes organizaciones, personalidades y partidos oportunistas, quieran acercarse al espacio con fines políticos partidarios e individualistas.
Por esto, es necesario dejar claro el carácter socialista de esta iniciativa, y dar el debate para la construcción de un programa revolucionario, como propuesta política de la alianza. He allí una de las razones por las cuales aún no sé ha dado el lanzamiento formal de la alternativa, porque el fin de la misma no es únicamente electoral, sino el de erigirse como un referente político que vaya más allá de la próxima contienda electoral parlamentaria.
¿A dónde nos quieren llevar?
Nuestros objetivos deben quedar claros, y hacia eso es a lo que debemos dedicar nuestro esfuerzo, a impulsar nuestro proyecto político.
La dirigencia del PSUV va a querer que nos rebajemos a su nivel y que entremos en una disputa absurda y sin sentido de si somos traidores o no, si somos divisionistas o no, y en un toma y dame que realmente solo puede desgastarnos. Nuestra tarea no es convencer a la dirección del PSUV de quiénes somos y cuáles son nuestras intenciones, nuestra tarea es llegar a las masas trabajadoras, a los obreros, a los campesinos, a los comuneros y a los sectores populares –incluyendo también a las bases honestas del PSUV- rescatando las banderas del socialismo que tanto han ensuciado aquellos quienes se arrogaron el título de “los hijos de Chávez”, pero que si el Comandante estuviese entre nosotros, hasta él mismo los habría repudiado.
La estrategia del gobierno será la tergiversación y la desvirtuación de nuestras verdaderas motivaciones, pero este será un intento desesperado de mantener su hegemonía en torno al ideario revolucionario y chavista. El asunto es que ellos mismos se han deslindado de la idea del socialismo, que es el verdadero legado del Comandante.
En ese sentido, debemos aprovechar que hablen de nosotros, que continúen despotricando, que nosotros lo usaremos a nuestro favor.
¿Quién ha dividido?
Algo relativamente reciente a destacar, es como el gobierno por medio de diferentes artimañas y triquiñuelas leguleyas, logró dividir los partidos de derecha a lo interno, e incluso, intervenir en las disputas dentro de partidos de izquierda que integran el Gran Polo Patriótico (GPP), como en el caso de UPV y más recientemente el de Tupamaros, en aras de fortalecer las alas más complacientes con el PSUV.
Ante esto, solo debemos advertir que no debería sorprendernos que la dirigencia del gobierno intente frenar a la APR de cualquier forma. En este sentido, es posible que intenten dirimir las diferencias que existen en el seno de la dirección del PPT a favor del ala de amigos del PSUV, hoy en clara y absoluta minoría.
Pero más allá de lo anterior, lo notorio es como se pretende erigir un discurso de “unidad”, como si esta no contemplara el trasfondo político y programático implícito. El gobierno ha sido quien se deslindó de los ideales revolucionarios, obligando a un creciente número de militantes y activistas de base, y tras de ellos, a varias organizaciones políticas de izquierda, a tener que marcar un camino separado del PSUV -por lo menos en las primeras de cambio-.
¿Quiénes se han apartado del socialismo?
Durante años, hemos sido testigos de cómo el gobierno ha virado a la derecha, llevando a cabo políticas anti-obreras, anti-populares y regresivas de las conquistas alcanzadas por las masas durante los gobiernos del presidente Chávez. Las privatizaciones, el desalojo de campesinos de sus tierras, e incluso el de estudiantes de sus residencias, es parte de ello.
Entonces, ¿realmente quiénes nos han traicionado? ¿Quiénes son los que manipulan, los que mienten, los que persiguen, los que judicializan y criminalizan las luchas y usan la fuerza pública en detrimento del pueblo? E incluso ¿Quiénes han sido los que abiertamente han emprendido una política de conciliación de clases con la burguesía y dejan la puerta abierta a negociaciones con el imperialismo estadounidense que aspira derrocarlos?
Lo hemos mencionado en otras ocasiones, algo que debemos agradecer es que la propia dirigencia del gobierno se ha desmarcado del proyecto revolucionario, dejando tiradas en el suelo las banderas del socialismo. Nosotros estamos decididos a recuperar estas banderas y el legado histórico de la revolución socialista.
Con este instrumento, que se está erigiendo como una verdadera alianza patriótica y popular de gran potencial, debemos hacer frente a las demandas del pueblo humilde y trabajador, y estar a la altura del momento histórico que atravesamos. Nosotros no nos deslindamos de aquel proyecto político que incluso antecedió a Chávez, el gobierno es quien se ha apartado del proyecto político socialista. Nosotros a diferencia, sí estamos dispuestos a continuarlo.
¡Revolución o nada!
¡Rescatemos las banderas del socialismo!