Tomó el dolor y el miedo, los abrazo transformandolos en valor. Alijero la carga de esposo, de padre, de hijo, de hermano, lo dejo en otras manos, por un tiempo o para siempre…
Y nació la criatura, hembra para que siguiera la prole buena, con ventajas y desventajas, con la muerte a cuesta buscando la vida.
Y nació con entusiasmo, después de tantos años de intentos y sacrificios, de abono al vientre madre santificada en impurezas del basurero profundo.
Su padre es comunista entrochado en su vejez a las necedades libertarias, quizás no tenga tiempo de verla crecer, pero piensa haber cumplido con la historia.
Su madre es la patria, aquella que no tiene fronteras, aquella que fue engañada por tantos aventureros que al pasar dejában preñada de hambre y miseria. Aún así nunca aborto un solo dolor, una sola lágrima.
Nació, ¡si!. Y ya causa miradas oscuras en el vecindario, los hienidos domesticados por el Don de la casa grande, desesperan y anuncian nubes grises; no puede haber más larga, Herodes ya no está en Belén.
Ha nacido sin rima, pues no responde a la élite bufana como estas prosas, su primer llanto de vida ha sido para limpiarse los arribistas que deambulan a su alrededor empleados del Don. ¡Ay Don ya sientes tambalear tú silla!
Ha nacido la niña, con aroma de Carmelo, con la sangre partera de las luchas de clases que llaman al obrero, al labriego y al común. Ha nacido la esperanza con martillo y hoz, ha nacido la Alternativa en condición popular y su camino, sin lugar a dudas, es la revolución.
… para que no estorbaran la claridad y el tino del verbo, que alimentan a la niña, y la niña le brinda aliento.