Sonando solo en mi cabeza hambrienta;
La canción de Ali por eternidades,
de la cual se vive sin novedades
«Wara wa pa pa, Wara wa pa pa…
Échale bolas Ruperto, Guillo Ruperto que la lucha te liberaráaa….»
Nací en la década del ochenta;
Sufriendo todas las calamidades,
Que nos deja sin oportunidades
cuando la pobreza nos tiene en cuenta.
Mil cosas en sobrevivir se inventan,
los Rupertos en sus dificultades;
Años de pueblo partido en mitades
blancos y verdes, sólos con sus ventas.
Llegó el final de aquellos noventa;
La izquierda se mostró con sus bondades;
Los Rupertos sintieron caridades
pero al final sufrieron la tormenta.
Ese Ruperto, quien busco en imprenta;
Las tablas, para enterrar las maldades
de aquel viejo causante de los males,
que aquejan a Ruperto en lo que sienta.
Se acumula la rabia en la aparenta;
En los techos de cartón sin edades
vive Ruperto sus dificultades,
De aquel sistema cruel al que se enfrenta.
Y tristeza nos da cuando nos mientan;
Por los hijos sin universidades,
Ya que Ruperto no puede pagarles
ese lujo que sus hijos le tientan.
Con el dolor Ruperto nos comenta,
su hijo menor con sus enfermedades,
muchos niños sin sus comodidades
es lo que su hijo menor representa.
Esa misma corrupción que lamenta,
Traiciona la esperanza y sus verdades;
Así, los Rupertos en cantidades,
Luchan para cambiar su vestimenta.
Un mal gobierno si daña y fomenta;
En los Rupertos las desigualdades,
acaban con pueblos y libertades,
Al querer salir, la sangre frecuentan.
Cuando la necesidad incrementa;
Salir del gobierno sin facultades
pasa a ser de mayores prioridades,
Y cada vez la lucha es mas violenta.
¡Oh!, casi no han cambiado los ochenta;
Aquel anhelo de comodidades,
Motivo de luchas en las ciudades,
Con aquellos Rupertos que se enfrentan.