A continuación, publicamos una entrevista realizada a Edgar Torres, militante de Lucha de Clases (sección venezolana de la Corriente Marxista Internacional) y candidato voto lista regional por el Estado Lara. En la misma, el compañero ofrece sus opiniones en tono a la Alternativa Popular Revolucionaria (APR) y cuál es la política que esta coalición debe defender en el parlamento. El compañero tiene una reconocida trayectoria de lucha en su entidad, defendiendo los intereses y derechos del gremio docente a través de la federación sindical de Sinafun.
Prensa Lucha de Clases: ¿Cuál es su balance sobre la compleja situación económica, política y social que afronta el país?
Edgar Torres: La situación actual del país es caótica, ya que el gobierno ha sido incompetente a la hora de resolver los problemas que aquejan a la sociedad. No se niega que el bloque por parte de los países imperialistas hacia Venezuela ha generado caos en nuestro sistema económico, y la degeneración económica en el comercio lleva a un desorden en los precios de los alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad. Sin embargo, el gobierno no ha podido lograr ordenar este caos económico, más bien aportó para que se generara la crisis económica que vive el país.
Desde la Corriente Marxista Lucha de Clases se propone un programa revolucionario que refleja la necesidad de romper con el reformismo e ir a una verdadera revolución socialista. Parte de las necesidad de que las masas se organicen, movilicen y luchen en las calles por salarios dignos, servicios públicos de calidad y tierra para los campesinos, entendiendo que estas reivindicaciones solo serán realizables mediante la nacionalización bajo control obrero de las palancas fundamentales de la economía y la planificación racional de la producción y recursos.
Prensa Lucha de Clases: Para usted ¿qué es la Alternativa Popular Revolucionaria?
Edgar Torres: La Alternativa Popular Revolucionaria es un frente que aglutina diferentes posturas de izquierdas, desde la socialdemócrata hasta la izquierda marxista. Este frente ha logrado unificar las organizaciones que tuvieron el valor de romper con el gobierno de Maduro, ya que sus bases desde hace tiempo presionaron a sus direcciones para tomar ese camino. La APR debe impulsar un programa político verdaderamente de izquierda y no uno que tienda al reformismo, un programa que hable sobre el verdadero control obrero sobre los medios de producción, una economía planificada, la nacionalización de la banca, la salud y la educación bajo dirección de los trabajadores.
Prensa Lucha de Clases: ¿Qué papel debe jugar la APR de cara al futuro de la izquierda venezolana?
Edgar Torres: Después del 6D, la APR debe sincerarse y ver qué programa va a impulsar, un programa revolucionario o un programa reformista. Debe también depurar sus filas de oportunistas y que todo los que representen el frente deben defender el programa revolucionario que se impulse. Esa es la forma en que se puede reorganizar la verdadera izquierda venezolana y no seguir cometiendo los mismos errores de siempre, como el pensar en que se puede hacer una revolución administrando el Estado burgués. Es por eso que lo principal después del 6D es combatir esos pensamientos socialdemócratas y así fortalecer la APR.
Prensa Lucha de Clases: En tu opinión ¿cuál debería ser la orientación de la APR en torno a la clase obrera y el movimiento sindical venezolano?
Edgar Torres: La APR tiene que organizar el movimiento sindical para defender sus conquistas, no solo salariales, también sus derechos y reivindicaciones. El logro de la clase obrera no será simplemente alcanzar curules en la Asamblea Nacional, será despertar la movilización y lucha del pueblo por sus intereses en la calle. Es por eso que el movimiento sindical y obrero debe tener una dirección política que esté clara y no cambie los métodos de lucha de la clase obrera por la lucha restringida en las 4 paredes del parlamento burgués. Los diputados deben ser herramientas de los trabajadores y no al revés, la clase trabajadora debe darles órdenes a los diputados y ellos deben acatar y si no que renuncien al cargo.