En las últimas semanas hemos escuchado sobre dos casos aparentemente aislados, que nos han mostrado uno de los peores rostros del capitalismo; nos referimos al femicidio de cuatro mujeres venezolanas, dos en Barlovento Edo. Miranda y dos en El Callao, Edo. Bolívar.
Yanir Burguillos, una ama de casa de tan solo 33 años y Glendy Castillo, una docente de 48 años de edad, fueron vilmente asesinadas el pasado mes de mayo en horas de la madrugada, mientras se encontraban en su lugar de habitación. Les dispararon y luego desmembraron sus cuerpos, cuyas partes fueron distribuidas en diferentes lugares del sector Cumbo, entre ellos una vivienda, la plaza Bolívar del pueblo, y frente a la iglesia de Cumbo.
Yanir y Glendy también eran lideresas comunitarias, que habrían denunciado a bandas traficantes en su zona de residencia, lo que les costó su vida, al peor estilo de las prácticas paramilitares. Lamentablemente Yanir y Glendy no serían las primeras lideresas populares que han sido asesinadas, otras cuatro mujeres también han perdido la vida por denunciar a bandas delictivas que operan en la zona.
Por otra parte, en el sur del país Martha Aristizábal de 37 años y Dorialcely Tocuyo de 29 años de edad, fueron desaparecidas el 31 de mayo, y sus cuerpos sin vida encontrados el 1 de junio con signos de tortura. Según lo que habitantes en la región publicaron en redes sociales, sus asesinatos se relacionan con su participación en protestas efectuadas en El Callao, por el alto costo de los alimentos y por la negativa de los comerciantes a recibir bolívares.
En vídeos que también circularon en redes sociales, se puede observar a Dorialcely Tocuyo acusando al alcalde de la localidad de corrupción y complicidad con redes de prostitución, diciendo claramente “si me matan, fue él, porque no le gusta lo que estoy diciendo”.
Ante este caso el fiscal general de la república se pronunció a través de su cuenta en twitter @TarekWiliamSaab e informó lo siguiente: “#AHORA testigo presencial indica que los autores materiales del abominable #Homicidio serial son presuntamente integrantes de la Banda El Peru q azota el sector El Callao: conocidos bajo los seudónimos de alias “Coca-Colay 19”… sin descartar una presunta autoría intelectual”.
En lo que va de año más de 70 mujeres han sido asesinadas en Venezuela, según el observatorio de femicidios UTOPIX.CC. Se han contabilizado 23 casos en el mes de enero, 20 en el mes de febrero, 15 durante el mes de marzo y 15 casos en el mes de abril, para un total de 73 femicidios registrados a nivel nacional en los primeros cuatro meses del año 2021 https://utopix.cc/pix/abril-2021-73-casos-de-femicidios-en-venezuela/.
Si bien históricamente, la sociedad venezolana no ha estado exenta del terrible flagelo social de los femicidios y feminicidios, como es de esperarse, la violencia contra las mujeres se ha incrementado de forma alarmante en la medida en que la crisis del sistema capitalista en Venezuela se ha agudizado, deteriorando rápidamente el nivel de vida de las masas trabajadoras.
Trágicamente, no hay aún a la vista una salida revolucionaria a la crisis, por lo que la descomposición social en el país, como consecuencia de la crisis, se seguirá agudizando, y, una de las caras más crueles que muestra el sistema es la vulnerabilidad de las mujeres frente a la violencia, la pobreza, el abuso y finalmente la muerte, que por lo tanto, también tenderá a seguirse incrementando. Esto lo podemos ver en los dos casos anteriores, que aunque parecen aislados, son producto de la podredumbre de la sociedad capitalista venezolana.
A pesar de lo que la derecha pueda decir al respecto, por el estrepitoso fracaso del reformismo en Venezuela, que ha sido uno de los responsables de la grave crisis económica que vive el país, el socialismo sigue siendo una necesidad urgente para resolver los problemas acuciantes de las masas trabajadoras, y en particular, para superar los flagelos económicos y sociales que azotan a las mujeres trabajadoras venezolanas día tras día.
Cerca de 100 mujeres han sido víctimas del femicidio en lo que va de año en el país, además, lo que es peor, la mayoría de ellos han pasado a convertirse en feminicidios en tanto no ha habido respuesta por parte del Estado venezolano para aplicar la justicia correspondiente en dichos casos.
Ahora bien, los casos de Barlovento y El Callao, que no son casos de violencia o femicidio doméstico, deben ser una alarma aún mayor para todas las organizaciones que luchamos contra la opresión de la mujer. Estos casos representan una amenaza abierta para todas las mujeres y para los habitantes en general, que se alzan su voz contra las mafias criminales que hoy operan en todo el país, así como contra los grupos de poder que se han enquistado en el aparato de Estado burgués, y, disfrazados de revolucionarios, saquean las arcas y los recursos nacionales, a la vez que oprimen al pueblo en el nombre del “socialismo”.
Desde Lucha de Clases exigimos justicia para estos y todos los casos de feminicidios ocurridos en el país. No es suficiente tener una ley especial que sea letra muerta, y un ministerio para la mujer que sea en los hechos inexistente. Ante ello, exigimos a las instituciones competentes políticas serias que ayuden a mermar este flagelo, del que cada día más mujeres son víctimas.
Por nuestra parte, las mujeres trabajadoras debemos construir organizaciones y plataformas de lucha con carácter clasista, para denunciar estos flagelos y luchar por su superación, entendiendo siempre que sólo habrá emancipación definitiva de las mujeres cuando echemos abajo al sistema capitalista que constituye la raíz material de dicha opresión.
¡Ni una menos!
¡Justicia para todas!
¡Abajo el capitalismo femicida!