El pasado viernes 27 de agosto, falleció por ahogamiento el compañero Estarlin Arteaga, trabajador del muelle Simón Bolívar, ubicado en las instalaciones petroleras de Las Morochas, en Ciudad Ojeda, al caer en las aguas del muelle.
Al no encontrarle en el muelle, sus compañeros de trabajo reportaron el hecho a las autoridades, y 45 minutos después encontraron el cuerpo sin vida, sumergido en las aguas del puerto.
Estarlin, como la mayoría de las trabajadoras y trabajadores petroleros en la actualidad, no contaba con las condiciones mínimas de seguridad cuando cayó al agua, tales como el chaleco salvavidas y las botas de seguridad, según señalaron los bomberos que le rescataron.
La responsabilidad de la no dotación recae sobre las autoridades de PDVSA, quienes deben cumplir con el suministro de los implementos de seguridad contemplados en la contratación colectiva. En el caso de las empresas mixtas y contratistas, PDVSA y sus autoridades deben velar porque estas cumplan con la dotación correspondiente.
Pero en realidad, en la actualidad se violan los derechos laborales de los trabajadores petroleros de una forma flagrante y bochornosa, incluyendo por supuesto, la dotación de implementos de seguridad industrial.
Según señaló Demóstenes Velásquez, compañero de trabajo de Estarlin, el compañero sufría de epilepsia, y desde hacía tiempo no había podido costearse los medicamentos necesarios para el control de los ataques propios de su condición. De hecho, Arteaga estaba laborando para una contratista con el fin de poder sostener a su familia. Es posible que Arteaga haya sufrido de un ataque de epilepsia estando en plena jornada de trabajo sobre el muelle, y por ello haya caído al agua, además, como ya señalamos, sin salvavidas.
Compañeros de Prensa Lucha de Clases en PDVSA Zulia comentaron lo triste, lo crudo y lo impresionante de cómo se realizó el método de rescate del cuerpo sin vida del compañero Estarlin. Su cuerpo fue recogido por una grúa industrial, tristemente, como si se tratara de un mero objeto, de una pieza de trabajo en el muelle, como una cosa, que es como de hecho conciben el capital y los capitalistas a los trabajadores.
Asimismo, señalaron, “genera una enorme indignación, que después de tantas denuncias hechas por la clase obrera de manera continua, sobre la necesidad de cumplir con las medidas de seguridad laboral, ninguno de quienes tienen en sus manos la responsabilidad de darle respuesta a los trabajadores tomaron las medidas preventivas para evitar que esta situación llegase incluso a la pérdida del derecho más básico e indispensable para los trabajadores: la pérdida del derecho del trabajador a la vida, a la protección de la vida, que al final, después del despojo bárbaro que han acometido los capitalistas en nuestra contra en los últimos años, es lo último que nos queda realmente, nuestra vida.”
“Hoy por hoy, la gran mayoría de pérdidas humanas que ha significado el bloqueo imperialista, así como el gran esfuerzo que se lleva adelante para levantar la producción, recae sobre la clase obrera.”
“Sin embargo, vemos como tristemente la burguesía nos está ganando la batalla en estos momentos. Muchos sindicalistas patronales tratan de hacerse los locos para ocultar la realidad que vive la clase obrera.”
“Estamos en un momento en el que se están cayendo rápidamente las máscaras de aquellos que con un discurso pretendidamente revolucionario, defienden más los intereses y privilegios de quienes usan las instituciones legítimas de los trabajadores para defender el capital privado por encima del valor humano.”
Claramente, tanto PDVSA como el Estado son responsables fundamentales de la muerte del compañero Estarlin. Es necesaria una investigación a fondo de los hechos que condujeron a su muerte, y que no haya impunidad en este caso.
¡Basta que los trabajadores paguemos con nuestra vida por el precio de la crisis que han provocado los capitalistas y la burocracia reformista!
Al igual que Estarlin, cientos de trabajadores petroleros se ven obligados a trabajar en condiciones de extrema precariedad, con tal de poder llevar el imprescindible sustento en sus familias, aún y poniendo en riesgo sus propias vidas.
La unidad revolucionaria y la organización combativa de la clase obrera son instrumentos esenciales para alcanzar la victoria en la lucha por nuestros derechos. Aunque nos veamos rodeados de derrotas, cualquier forma de lucha que logremos concretar por la emancipación de nuestra clase, es una pequeña victoria para nosotros los oprimidos.
¡Justicia para Estarlin!
¡No más violaciones a la contratación colectiva!
¡Dotación adecuada para todas y todos los trabajadores petroleros!