«¡La oscuridad pasará, el amanecer rojo está llegando!». Este exaltado cántico en urdu resonó en cientos de voces de los comunistas pakistaníes que se reunieron en Lahore los días 2 y 3 de marzo para participar en el congreso de Lal Salaam. Fue un fin de semana que combinó un alegre optimismo revolucionario con un intenso fervor y una solemne preparación para una nueva etapa en la lucha de clases.
Dada la catastrófica situación a la que se enfrenta la clase dominantes a nivel internacional, y en particular, el calamitoso estado del capitalismo pakistaní que se desmorona, la necesidad de preparar nuestras fuerzas para las tareas históricas que tenemos por delante ha adquirido un nuevo nivel de urgencia.
Por esta razón, más de 350 camaradas viajaron desde todos los rincones del país, desde la región montañosa de Gilgit-Baltistán, fronteriza con China al norte, hasta Karachi, en la costa más meridional del mar Arábigo. Los camaradas viajaron desde los remotos territorios occidentales fronterizos con Afganistán, donde los talibanes luchan el poder contra las autoridades estatales locales, y una delegación de más de 100 camaradas llegó desde los confines de Cachemira, al este. Ni una sola región del país quedó sin representación.
Atravesar Pakistán no es tarea sencilla. Las lluvias torrenciales de los días previos al congreso provocaron inundaciones destructivas en varias regiones, sumiendo en un caos aún mayor el sistema de tránsito, el cual ya está en ruinas. Algunos compañeros tardaron más de 30 horas en llegar al congreso.
Por no hablar del coste económico de este viaje. Para muchos, asistir al congreso suponía un sacrificio económico importante, ahorrar hasta el sueldo de un mes en un momento en que la inflación se ha disparado entre el 35% y el 50%. Pero los bolcheviques saben cómo superar obstáculos, y estos esfuerzos merecieron la pena para los revolucionarios de la CMI, que reconocen la enormidad de la tarea que tienen por delante.
El sábado por la mañana, los participantes se reunieron en el Railway Workers’ Hall [ Salón de Trabajadores Ferroviaros], una instalación situada dentro de una colonia de trabajadores ferroviarios en Lahore. Los compañeros disfrutaron de cálidas tazas de chai en el aire fresco de la mañana antes de entrar en la sala de reuniones, brillantemente adornada con banderas rojas con hoces y martillos. Cuando los participantes tomaron asiento, los altavoces retumbaron con el alegre redoble de canciones revolucionarias clásicas del subcontinente.
Siguiendo la tradición, el congreso abrió con recitales de poesías revolucionarias originales compuestas por los camaradas, que incluían versos en las lenguas de las distintas regiones. Entre las interpretaciones estallaron espontáneos cánticos revolucionarios.
Luego de que el moderador diera formalmente la bienvenida a los camaradas e iniciara el acto con unas palabras introductorias, el camarada Adam Pal tomó la palabra para presentar a las delegaciones internacionales. Este año se unieron al congreso invitados de Italia, Sri Lanka, EE.UU. y el camarada Rob Sewell en nombre del Secretariado Internacional de la CMI en Londres.
La primera sesión estuvo dedicada a las Perspectivas Mundiales. Rob inició el debate describiendo vívidamente a una clase dominante que se desliza impotente con los ojos cerrados hacia una catástrofe. El capitalismo mundial está atrapado en una espiral descendente que se acelera cada año que pasa. La burguesía internacional no puede hacer ningún movimiento correcto en la situación actual; cada intento de restablecer el equilibrio económico supone una amenaza directa para el orden político y social y viceversa.
Esto es particularmente evidente en el caso del imperialismo estadounidense. Tras sufrir décadas de declive en su estatus de superpotencia indiscutible en el escenario mundial, los imperialistas estadounidenses están tocando ahora nuevos fondos. La OTAN ha sido totalmente humillada en su guerra por poderes en Ucrania, que no logró debilitar y aislar a uno de sus principales rivales. Lejos de paralizar la economía rusa con sanciones, la guerra ha debilitado a Europa, ha agotado las armas y municiones occidentales y ha puesto de manifiesto la incompetencia de la cúpula militar de Kiev, respaldada por Estados Unidos. La cínica apuesta de Joe Biden fracasó y el precio es empapar Ucrania con la sangre de decenas de miles de jóvenes.
Por si fuera poco, Biden aprovechó la oportunidad para respaldar la matanza genocida de Netanyahu, que casi ha derramado más sangre en Gaza en los últimos cinco meses que en los dos años enteros de matanza en Ucrania hasta la fecha. Pero lo único que se ha conseguido con ello es una mayor desestabilización de toda la región, que se precipita ahora hacia un conflicto más amplio. El último asalto a Rafah amenaza con desencadenar una nueva Primavera Árabe que podría suponer el fin de todos los regímenes de la región.
En este turbulento contexto, asistimos a una profunda crisis política de todas las instituciones gobernantes, que han perdido su legitimidad a los ojos de la inmensa mayoría de las clases trabajadoras del mundo. En todos los países, el callejón sin salida del capitalismo empieza a calar en la conciencia de las masas. Se expresa como un estado de ira generalizado, que está conduciendo a la rápida radicalización de una nueva generación de comunistas en todo el mundo.
Rob concluyó su análisis con un llamamiento a los camaradas para que extraigan las conclusiones necesarias de nuestras perspectivas: «¡Tenemos que despertar y darnos cuenta de dónde estamos ahora mismo! ¡Tenemos que aprovechar este momento histórico y actuar! Debemos luchar hombro con hombro con la clase obrera por cada reforma, explicando al mismo tiempo que el verdadero cambio sólo puede venir con la destrucción del sistema capitalista. Es hora de construir un partido revolucionario».
Tras la introducción de Rob, los invitados internacionales se sumaron al debate con contribuciones que destacaban la escala global de nuestra lucha por la revolución. Los camaradas de EE.UU. e Italia informaron sobre iniciativas emocionantes para aprovechar las oportunidades de este nuevo periodo con el lanzamiento de los Comunistas Revolucionarios de América y el Partito Comunista Rivoluzionario, respectivamente.
El camarada de Sri Lanka, que había participado en el movimiento de masas que capturó el palacio presidencial en el verano de 2022, dijo que Sri Lanka se había acercado a una revolución total. «Después de haber vivido la experiencia de una insurrección, puedo decirles hoy que no hay nada más poderoso que el movimiento de un pueblo que se levanta. Lo único que faltaba era un partido revolucionario que proporcionara la dirección necesaria».
La segunda sesión del congreso comenzó con una ponencia del camarada Adam Pal sobre «Perspectivas para Pakistán», que retomó los hilos de la discusión de la mañana. Adam observó que si todos los países más avanzados del mundo capitalista occidental estaban en un estado tan decrépito, ¿cómo se podía esperar que el sistema funcionara en un país esclavizado por el FMI y las multinacionales?
Siglos de opresión colonial y corrupción desenfrenada han hecho de Pakistán un país duro y de condiciones implacables. Decenas de miles de personas intentan huir del país cada año, mientras millones pasan hambre y mueren de enfermedades comunes. Unos 30 millones han sido desplazados por inundaciones masivas. Esto es lo mejor que el capitalismo puede ofrecer a una vasta porción de la humanidad.
Al mismo tiempo, Pakistán tiene otra cara. Es un país con una de las tierras más fértiles del mundo, hermosos terrenos, un rico y orgulloso patrimonio cultural y una resistente tradición revolucionaria. A diferencia de la clase crónicamente corruptible que gobierna esta tierra, desempeñando un papel servil ante el FMI y el Banco Mundial, las masas trabajadoras de Pakistán son fuertes y tenaces, y poseen un desafiante espíritu de lucha.
La camarada Salma se hizo eco de este punto en una conmovedora intervención en el debate. «La capa más oprimida de la sociedad pakistaní son sus mujeres. Pero nos negamos a vivir en las profundidades de este infierno. ¿Por qué pecados se nos castiga?». Explicó que las mujeres han desempeñado un papel activo en los recientes movimientos de protesta en todo el país. Las intervenciones de las camaradas durante el congreso fueron algunos de los momentos más potentes de agitación revolucionaria. Otra camarada que intervino fue la dirigente combativa del sindicato nacional de trabajadoras de la salud. «Los débiles de Pakistán no son las mujeres», tronó, «… ¡es la clase dominante!».
Adam explicó que en los últimos tiempos han estallado varios movimientos de masas en diversas partes del país, y que nuestros camaradas no sólo han intervenido, sino que han desempeñado un destacado papel de liderazgo en ellos.
En Gilgit-Baltistán, cientos de miles de personas salieron a las calles durante 40 días y obligaron al gobierno a restablecer un subsidio al trigo que había recortado anteriormente bajo las instrucciones del FMI. Nuestros camaradas desempeñaron un papel destacado en la coordinación de esta exitosa lucha.
En Cachemira, 10 meses de protestas contra un ataque similar a las subvenciones al trigo fueron coordinadas por un comité de acción popular que iniciaron nuestros camaradas. Esta iniciativa se amplió hasta convertirse en una encarnizada lucha regional que reunió a miles de personas e incluyó una huelga de impago de las facturas de los servicios eléctricos con la participación de cientos de miles. El movimiento alcanzó su punto álgido cuando el comité de acción decidió orquestar un bloqueo en toda regla de todas las carreteras con el apoyo de los trabajadores del transporte y miles de residentes de ciudades y pueblos, que ocuparon las calles.
En Baluchistán nuestros camaradas también han intervenido en el movimiento de masas, dirigiéndose a multitudes de miles de personas y planteando nuestras posiciones revolucionarias. Gracias a todos estos esfuerzos, nuestros camaradas han ganado autoridad a los ojos de una capa más amplia de contactos en torno a la organización. La tarea urgente ahora es captar y reclutar a esta capa de trabajadores y jóvenes luchadores directamente en nuestras filas.
El segundo día se abrió con una sesión sobre las ideas y métodos del leninismo, dirigida por el camarada Paras Jan, autor reciente del libro El leninismo en nuestro tiempo. Paras hizo una encendida defensa de la relevancia de las ideas de Lenin en la actualidad, y utilizó muchos ejemplos modernos para ilustrar la aplicabilidad del bolchevismo a la lucha por la revolución en Pakistán. Este debate formaba parte de una campaña llevada a cabo este año en toda la Internacional para conmemorar el centenario de la muerte de Lenin y reivindicar el auténtico legado del mayor revolucionario de la historia.
En el contexto de un levantamiento de masas, el papel de un partido revolucionario es dar una expresión organizada a la revolución, guiando al movimiento de la clase obrera hacia la toma del poder. Esto significa actuar en el momento decisivo para organizar comités obreros para las tareas prácticas de tomar las fábricas y las palancas clave de la sociedad. Pero para ello, explicó Paras, el partido debe tener una base ideológica clara y coherente.
Lenin nunca relegó la teoría revolucionaria a un segundo plano por debajo de la acción. El bolchevismo derivaba su fuerza de voluntad y su férrea disciplina de sus ideas; de la fuerza de la visión marxista del mundo. En un ardiente resumen de la discusión, Paras destacó de nuevo el poder de una perspectiva materialista para endurecer una voluntad revolucionaria. «¿Qué es la vida después de la muerte?», preguntó, «Es una mentira diseñada para engañar a la gente y que acepte una vida de barbarie. Pero la tarea del comunismo es transformar este mundo en un paraíso terrenal, crear condiciones verdaderamente humanas para la única vida que nos toca.»
Una de las cualidades clave de Lenin era su capacidad para calibrar la situación en cada momento y reconocer las tareas inmediatas que harían avanzar el objetivo más amplio. Con ese espíritu, el resto del día se dedicó a debatir las tareas organizativas.
Los camaradas que habían asistido a las sesiones vespertinas de la víspera informaron sobre los avances en diversos campos de trabajo: sindicatos, trabajo juvenil y comisión de mujeres.
El camarada Fazeel, presidente de la Alianza Progresista de la Juventud (PYA), hizo un apasionado llamamiento a los camaradas para que abordaran las tareas organizativas con una audaz actitud revolucionaria. «¿Cómo debe ser la reunión de un grupo de base ideal? Debería tener el mismo tipo de seriedad que se encontraría en una reunión de obreros de una fábrica que se sientan a discutir y toman la decisión de ir a la huelga».
También advirtió contra la adopción de una actitud pragmática hacia el trabajo de construir una fuerza revolucionaria. «El pensamiento práctico es preguntarse ‘¿por qué hacer un esfuerzo adicional, cuando nos enfrentamos a tantos obstáculos? Tenemos una inflación tan alta, ¿por qué deberíamos ir a por una oficina más grande?’. Este tipo de pensamiento es la muerte de una organización revolucionaria. Es el tipo de pensamiento que conduce a la derrota». Concluyó con un último llamamiento a la audacia en esta coyuntura crítica para las fuerzas del marxismo revolucionario en Pakistán: «¡Vivimos en tiempos de guerra!».
Tras escuchar los informes internacionales de los invitados sobre las tasas de crecimiento sin precedentes y los éxitos de las recientes campañas por un giro comunista abierto en toda la Internacional, los camaradas escucharon las observaciones finales de Rob Sewell.
Rob dijo que en sus casi seis décadas en el movimiento comunista, nunca había visto una situación mundial tan favorable como la actual. Por lo tanto, es el momento de que cada sección de la Internacional salga de su caparazón, se deshaga de todas las viejas rutinas y afile sus armas. El principal peligro para nosotros es no ver lo que ocurre a nuestro alrededor. Debemos tener confianza en nosotros mismos, en nuestras ideas, en nuestro partido y en nuestra victoria. Por eso vamos a lanzar la Internacional Comunista Revolucionaria en la Escuela Mundial del Comunismo que se celebrará en Italia el próximo mes de junio.
El congreso se clausuró con una interpretación de La Internacional que inmediatamente estalló en cánticos comunistas revolucionarios en urdu al son de los tambores de los camaradas. Fue un momento que dio expresión al ambiente de determinación dentro de la sala durante todo el fin de semana.
En última instancia, el destino de la revolución pakistaní depende del éxito de los esfuerzos de nuestros camaradas por reunir a los elementos más combativos de la clase obrera en un partido que pueda responder a las exigencias de la historia.