En contraposición con la mayoría de los empelados públicos del país, como los maestros, profesores, trabajadores de ministerios, trabajadores petroleros, militares, bionalistas, odontólogos, enfermeras, entre otros que han recibido importantes compen En contraposición con la mayoría de los empelados públicos del país, como los maestros, profesores, trabajadores de ministerios, trabajadores petroleros, militares, bionalistas, odontólogos, enfermeras, entre otros que han recibido importantes compensaciones salariales durante el gobierno revolucionario, el sector de los médicos ha vagado en el desierto durante estos seis años sin haber percibido ningún incremento salarial. Mientras la inflación acumulada durante estos años, exacerbada entre otras cosas por el saboteo económico, ronda el 80%, un médico venezolano sigue percibiendo una quincena similar a la de 1999. El sueldo de un Médico Residente recién graduado es de 560.000 bolívares y el de un Especialista I es de 760.000.

Ante este panorama que mantiene en situación de tribulación económica y descontento a una importante base social de la clase media venezolana, cabe hacer un análisis sobre las diferentes variables que se pueden haber conjugado para que se haya producido este severo rezago salarial.

Mitos y Realidades sobre la Condición Socio-Económica del Médico Venezolano

En las sociedades capitalistas, la condición de médico o médica se ha asociado a un alto nivel de ingresos; es decir se considera un profesional con importante status social y solvencia económica, capaz de mantener un elevado nivel de vida. Se considera que vive en una buena zona residencial, posee un buen vehiculo, sus hijos asisten a colegios privados, viaja al exterior anualmente de vacaciones entre otros privilegios. Este esteriotipo del profesional de la medicina, está incrustado en el inconciente colectivo de los habitantes de los países capitalistas y sobre todo en el inconciente del propio profesional de la medicina.

Ciertamente, si hacemos una evaluación al voleo sobre el status de los médicos y médicas venezolanos encontraremos que sólo un 5% de ellos posee elevadísimos ingresos económicos, producto de la actividad privada-mercantil fundamentalmente en las especialidades quirúrgicas. Ejercen en las principales clínicas privadas del este de Caracas y de otras ciudades del país, a las cuales tienen acceso igualmente un reducido número de la población, pertenecientes a los sectores de elevados ingresos y los poseedores de los llamados seguros HCM principal y paradójicamente financiados por el Estado, ya que un importante porcentaje de estos seguros corresponden a funcionarios de la administración pública protegidos por pólizas colectivas muchas de los cuales como la nómina mayor de PDVSA, EDELCA, CADAFE, CVG, CORPOZULIA, FUERZA ARMADA NACIONAL entre otras, con altos montos de cobertura que le permite a estos funcionarios de alto rango ser atendidos en estas clínicas en lo que constituye una clara transferencia de recursos del sector público al privado.Mil millonarios recursos a un sector del sistema de salud que sólo atiende a minorías privilegiadas.

Muchos de estos profesionales, en su gran mayoría provenientes de “dinastías” médicas, han heredado o adquirido acciones millonarias y dolarizadas en estas grandes clínicas, en realidad especies de consorcios mercantiles muy complejos, que contratan y explotan a su vez a médicos y médicas “no accionistas” bajo diferentes formas de asociación .En ellas se realizan intervenciones de alta cirugía, poseen equipos de última tecnología y se realizan labores de investigación Los costos en estas instituciones producto de la ganancia mercantil de todos los factores que intervienen son altísimos y la calidad es óptima.

Aproximadamente un 15% complementa su sueldo en el sector público, en pequeñas y medianas clínicas privadas donde reciben, a aquellos pacientes que por su mediano nivel de ingresos o el bajo tope de las HCM que poseen, no pueden acceder a las grandes clínicas privadas y se resisten a exponerse al caos de la medicina pública. Estos centros, conocidos como ambulatorios, suelen tener una alta rotación de pacientes, sobre todo en el área quirúrgica y obstétrica, se caracterizan por generar costos medianos debido a la corta estancia por paciente. Los ingresos de los médicos que laboran en estos centros suelen ser varias veces superiores a lo que pueden percibir con los actuales sueldos en el sector público, y para acceder a ellos hay que adquirir acciones de menor costo que las anteriores pero igualmente millonarias o someterse a la explotación de otro colega dueño absoluto de la institución, que decide cuanto paga por cada intervención o atención de paciente.

Un 70% de los profesionales de la salud no ha tenido posibilidades de acumular capital para acceder a una de estas opciones. Pertenecen en su mayoría a capas medias bajas y medias que eligieron la medicina en una combinación de vocación profesional pero también tras el espejismo del esteriotipo del profesional económicamente solvente o “exitoso” que desde niño se fijó en el inconciente de él y de su familia y que es reforzado por un proceso de formación profesional científico-ideológico, donde se incorpora el elemento mercantil como objetivo superior y como medición del éxito profesional.

Una vez que se gradúan, empiezan el largo y tortuoso camino de la subsistencia, descubren que el ideal de médico=hombre o mujer rica, era un mero espejismo al menos que se tenga suficiente dinero y contactos para entrar en las clínicas. Un porcentaje es asimilado lenta y progresivamente por el sistema público, tras años de trabajar como suplentes, cargos vacantes, vacaciones o incluso sub-contratados por colegas que les “arriendan” algunos días, guardias nocturnas, mientras trabajan en las clínicas privadas. Paralelamente mientras bregan por su entrada en el sistema público, se mantienen trabajando en varios consultorios, brincando de aquí para allá, sirviendo de ayudantes quirúrgicos de colegas que tienen acceso a clínicas y se los llevan para “matar un tigrito”, en fin en un estado de absoluta buhonería o informalidad económica, percibiendo ingresos bajos e irregulares, sin bono vacacional, sin bono de fin de año, sin acumular prestaciones. Tras de si, tienen una sociedad que juzga su éxito por su manera de vestir o el carro que poseen.

En fin podemos concluir, que lejos de la imagen que se obtiene de los médicos y médicas al visitar una clínica privada del este, elegantes, y con buenos vehículos, la realidad es que el 70% de la fuerza médica venezolana, que obtuvo igual formación profesional que sus congéneres de las grandes clínicas se encuentra PROLETARIZADA, pero “guardando las apariencias” de ser un pequeño burgués.

Otro porcentaje de los profesionales de la medicina permanece desempleado, sin opciones ciertas para su desempeño laboral, e incluso laboran en otras áreas de la economía informal.

En conclusión podemos decir que la mayoría de los profesionales de la medicina pertenecen a un sector que podríamos calificar de “informal”, sometido a relaciones de explotación y percibiendo ingresos económicos que de acuerdo a la actual escala salarial de la administración pública no alcanza al millón de bolívares mensuales, no habiendo podido compensar su ingreso debido a la congelación que de facto se ha impuesto a este sector por parte del gobierno nacional.

Características Políticas de los Médicos Venezolanos

Debido en parte al origen de clase de un sector de los profesionales de la medicina, a la formación académica curativa- mercantilista-individualista en que se modela al futuro profesional, a las expectativas y presión social impuestas al sujeto, en su gran mayoría la orientación política e ideológica del médico y médicas venezolanos suele ser de derecha pequeño burguesa A pesar de su penuria se aferra a defender por inercia el modelo existente que beneficia sólo a minorías, todavía con el sueño de poder igualar algún día al colega con suerte o “exitoso”, por lo que tiende a ser reaccionario ante propuestas de tipo socialistas.

Además los partidos de la cuarta república, AD y COPEI, cultivaron una importante clientela en base al otorgamiento de cargos a sus militantes y simpatizantes por lo cual han controlado históricamente los organismos gremiales como los Colegios Médicos, Sociedades Científicas y la Federación Médica Venezolana, constituyéndose de hecho una oligarquía gremial, perpetuada en los cargos. Es de hacer notar que la actitud general de los profesionales de la medicina ente sus organizaciones gremiales se caracterizó en los últimos años del puntofijismo por la más absoluta apatía e indiferencia, llegándose a cifras de abstención de hasta 90% en los procesos electorales donde solo votaban los más afectos a las mafias gremiales

Por otra parte, los sectores de izquierda aunque minoritarios, siempre han mantenido presencia en el escenario político en el gremio de la medicina, muchos políticos de la izquierda revolucionaria del país han surgido de su seno. La sensibilidad ante la injusticia social y la pobreza en la que viven la mayoría de los pacientes atendidos en los hospitales hace avanzar a muchos estudiantes de medicina hacia posiciones progresistas y revolucionarias. En la lucha entre la ideología mercantilista que el sistema les imprime y la conciencia ante el hecho social, la segunda se impone y surge el médico con conciencia política revolucionaria. Muchos renuncian por principios al ejercicio de la medicina privada y alternan su trabajo con la actividad política. En algunas oportunidades coyunturales han logrado ganar el control precario de algunos Colegios Profesionales o posiciones en la academia y en las universidades.

El Gremio Médico en Tiempos de Revolución

El triunfo de Hugo Chávez en las elecciones de 1998 se produjo gracias al apoyo entusiasta de amplias capas de la clase media. En este sentido un alto porcentaje de médicos(as) proletarizados votó por él y su proyecto constituyente con la esperanza de un país mejor y de ver elevado su condiciones de vida.

Una de las primeras medidas del gobierno bolivariano fue derogar el proceso de liquidación del Seguro Social para su posterior privatización, cuyo decreto firmado ya por el gobierno saliente de Caldera iba a dejar sin empleo a aproximadamente 5 mil médicos(as) que laboran para este instituto y a otros 10 mil trabajadores entre enfermeras, empleados administrativos, bioanalistas, camareras etc. Una verdadera catástrofe que los dirigentes actuales de la Federación Médica Venezolana (FMV) avalaron, cómplices del proyecto neoliberal y desnacionalizador y que hoy en día miles de médicos(as) en el campo de la oposición y enceguecidos por la campaña contrarrevolucionaria parecieran haber olvidado: que salvaron su actual trabajo gracias al gobierno bolivariano.

En el año 1996, en plena administración Caldera y su ministro estrella Teodoro Petkoff, las condiciones salariales en la medicina eran tan precarias, que el gremio en su desesperación se lanzó a una huelga indefinida que incluso llegó al cierre de las emergencias, algo nunca vista en la historia de los conflictos médicos venezolanos. El gobierno entonces se tranzó en la negociación de un contrato colectivo y de un aumento salarial. La negociación del nuevo contrato colectivo durante el gobierno revolucionario se ha visto varias veces postergado, inicialmente debido a la sucesión de acontecimientos políticos: Asamblea Constituyente, elecciones de relegitimación de poderes, y posteriormente debido a las acciones contrarrevolucionarias y desestabilizadoras vividas desde finales de 2001 y de las cuales la FMV ha jugado un rol activo y protagónico.

En la medida que las posiciones revolucionarias y antiimperialistas del gobierno de Chávez se fueron poniendo de manifiesto, la lucha de clases en toda su intensidad se apoderó de la sociedad venezolana, convirtiéndose los gremios profesionales por su origen y composición predominantemente pequeño-burguesa en trincheras feroces de acciones histéricas de oposición. La intensa campaña mediática de miedo y desinformación emprendida por la burguesía y la CIA como era de esperar calaron hondo en miles de profesionales proletarizados, aún en contra de sus verdaderos intereses de clase, volcándolos irracionalmente al campo de la oposición

En el libreto de la CIA para derrocar gobiernos revolucionarios y progresistas, la clase media, es utilizada como punta de lanza de la movilización social, para ello se le inoculan temores irracionales como que le van a quitar sus viviendas, sus autos, incluso sus hijos. Igualmente y de manera subliminal o directa, se les exacerba sentimientos bastardos de odio, superioridad de clase, económica y de raza, en contra de “esa chusma que no ha querido superarse como lo hicimos nosotros y ahora resentidos nos quieren quitar lo que hemos ganado con tanto estudio y esfuerzo”. De esta manera la FMV, movilizó a miles de médico durante los años de la desestabilización, organizando paros indefinidos, participando en marchas y jugando rol activo su directiva en los preparativos del golpe de estado.

Igualmente la resistencia del sector a incorporarse a los planes del gobierno revolucionario como la Misión Barrio Adentro y otros programas asistenciales ha sido patética. Bien por posiciones psicológicas- ideológicas de clase ya analizadas anteriormente o bien por mera oposición política, las posiciones reaccionarias de la mayoría de los médicos (as) es intensa a por ejemplo “subir cerros” o ir a comunidades remotas. No así para participar en jornadas u operativos especiales de atención, como los que realizaba el Plan Bolívar 2000 en los primeros años del gobierno, antes de la agudización de la lucha de clases, donde cientos de médicos de oposición participaban voluntariamente para colaborar con los más desposeídos

La incorporación de los médicos y médicas cubanas y el traslado de pacientes a la isla para aminorar la deuda quirúrgica acumulada, agudizó y atizó los sentimientos en contra del gobierno, aunque todos saben que vinieron a trabajar donde la mayoría de ellos no lo haría y están concientes de la existencia de la mora quirúrgica por las deficiencias del sistema de salud del cual también ellos son víctimas.

Los Médicos Revolucionarios

En medio de la vorágine de la lucha clases que partió en dos a la sociedad venezolana incluyendo al gremio médico, se encuentra el sector de los médicos(as) revolucionarios, bolivarianos y progresistas que han tendido que asumir la defensa del proceso en medio de las condiciones más adversas, enfrentando la crítica y ataques de colegas y jefes de oposición, muchos incluso han tenido que abandonar sus posiciones en clínica privadas o romper relaciones de amistad con colegas, como consecuencia de sus posiciones políticas y negarse a participar en los paros y marchas organizados por la FMV.

Ha habido varios intentos de agrupar a este importante sector, los cuales no han resultado del todo exitosos debido a la ausencia de una dirección políticamente clara tanto desde el propio gremio como desde el Ministerio de Salud. En los años 2002 y 2003 se realizaron actos con cientos de médicos bolivarianos venidos de todo el país que desbordaron el auditórium de Parque Central, a uno de ellos asistió el propio presidente Chávez.

Actualmente se está realizando un importante esfuerzo impulsado por la directiva bolivariana del Colegio Metropolitano encabezada por Fernando Bianco para constituir una Fuerza Médica Bolivariana. Se han realizado varias asambleas en diferentes ciudades del país con buena participación incluyendo a los nuevos médicos enrolados en la Misión Barrio Adentro. Igualmente el Colegio Metropolitano está colaborando con el gobierno en la elaboración del pensum de la nueva carrera de Medicina Comunitaria que perfila la formación de un profesional de la Medicina con orientación hacia lo preventivo y social, y tratando de impulsar nuevos valores éticos.

El rezago existente en la nueva contratación colectiva que ha producido el desgaste salarial que analizamos en la primera parte de este artículo, ha exacerbado en los últimos meses los ánimos en los sectores médicos proletarizados , tanto en los de oposición como en los que apoyan el proceso, todos padecen el deterioro y caída de su ingreso. El gobierno se muestra impertérrito ante las demandas y diligencias realizadas tanto por la directiva golpista de la FMV así como de los sectores bolivarianos representados por el Colegio Metropolitano. La situación es tan crítica, el malestar alcanza niveles tan altos, que ya se comienza a notar un deslizamiento de algunos sectores que han apoyado el proceso a lo largo de estos difíciles años hacia posiciones criticas de oposición, lo cual constituye un grave peligro de debilitamiento para el movimiento de médicos (as) revolucionarios y en contraposición de fortalecimiento para la FMV, por lo cual cabe preguntarse cuál debería ser el comportamiento de la dirigencia médica bolivariana ante esta disyuntiva. Pueden los sindicatos y gremios revolucionarios impulsar luchas reivindicativas o deben postergar indefinidamente sus demandas hasta que el gobierno acceda.

10 MILLONES DE VOTOS

La consigna del Presidente Chávez de ampliar la base de sustentación social de apoyo al proceso para las elecciones de 2006 a fin de sellar la irreversibilidad de la Revolución, pasa por diseñar una estrategia de recaptura de los sectores medios de la población, perdidos fundamentalmente por las campañas de corte fascista emprendidas por la burguesía y la CIA como señalábamos anteriormente. La estrategia debe demostrarle a estos sectores vapuleados y empobrecidos por las políticas neoliberales de los últimos años que sus intereses de clase, la posibilidad cierta de aumentar su nivel de vida tiene más oportunidad en el marco del proceso revolucionario que en el esquema neoliberal anterior. Obligante es pues desarrollar una política destinada a elevar el poder adquisitivo de estos sectores directa e indirectamente: política de vivienda, de educación, de salud, adquisición de bienes muebles, línea blanca, autos y la materia salarial.

En este sentido el gobierno revolucionario ha venido dando pasos que ya están rindiendo sus frutos, lo cual se evidencia en el aumento de los porcentajes de apoyo a la figura de Chávez que actualmente ronda el 70% y en los reiterados fracasos de movilizaciones y marchas convocados por la oposición: eliminación de créditos indexados, disminución de las tasas de interés para créditos hipotecarios y subsidios al pago de capital, disminución en tasas de interés de tarjetas de crédito y compra de vehículos, disminución de IVA, extensión de la red Mercal a sectores de clase media y en poco tiempo Barrio Adentro II y los Centros Integrales de Diagnóstico que beneficiarán a sectores de clase de media.

Pero en este escenario alentador, aparecen de nuevo los médicos(as) como los parias del sector de clase de media, que si bien se benefician de estas políticas antes enunciadas, mantienen congelados sus salarios desde hace 5 años. Es evidente la incongruencia de esta situación, que posterga indefinidamente las aspiraciones de este importante sector de la sociedad cuando otros gremios como el de educadores, ingenieros, odontólogos han logrado compensaciones.

Los voceros de la FMV, con sus sempiternas posiciones irracionales, aprovechan la coyuntura y propagan la infamia de que el Presidente Chávez es enemigo jurado de los médicos(as) venezolanos y que está provocando una situación insostenible para que el gremio se vaya a un conflicto huelguístico, para botarlos a todos como en PDVSA cuando el paro golpista y sustituirlos por médicos y especialistas cubanos. Lamentablemente estas campañas perversas prenden nuevamente en amplios sectores de profesionales haciéndolos retroceder en sus posiciones favorables hacia el proceso revolucionario y envenenándolos en contra de la invalorable ayuda prestada por los colegas internacionalistas cubanos.

Sin duda alguna que el nuevo modelo de salud que impulsa el gobierno revolucionario hace imperioso que se produzca un cambio en los paradigmas en la gran parte de nuestros médicos y médicas. El paradigma neoliberal privilegia el ejercicio en la medicina privada para la búsqueda de éxito y el reconocimiento profesional, en desmedro del ejercicio público el cual se tiene como reducto de los principiantes o de aquellos “fracasados” que no pudieron dar el salto al sector privado. En la medicina privada el profesional se emplea a fondo, en la pública a medias. El nuevo modelo de salud precisa de un profesional que privilegie el ejercicio público ante el privado, el enfoque preventivo al curativo, el trabajo en equipo al individual, es decir bajar al médico(a) del pedestal, en el que la una educación elitista y mercantilista lo colocó, para ponerlo al servicio del pueblo.

Para lograr este objetivo hace falta un esfuerzo conjunto del gobierno nacional y de las organizaciones que agrupan a médicos y médicas revolucionarios y progresistas. Hace falta impulsar todo un proceso de transformación del actual sistema de salud que permita derrumbar en las mentes de nuestros médicos el paradigma que permanece fijo para ganarlos al nuevo paradigma socialista. Pasa por arrancar de una vez con el Sistema Unificado de Salud, que reorganice la carga horaria de los profesionales de la medicina y les permita como en la mayoría de los países europeos, desempeñarse en horarios completos con salarios justos. Pasa igualmente por ir integrando progresivamente este nuevo sistema con el sistema Barrio Adentro, e ir venciendo resistencias que desvanezcan los prejuicios en contra de la brigada internacionalista cubana sobre la base de la cooperación y el trabajo conjunto.

Lo que si está claro es que el silencio y la parálisis que actualmente impera por parte del gobierno revolucionario hacia el gremio de la medicina, debe cesar. Es perentorio que se defina una línea de acción que traspase el ámbito de la contratación colectiva para la cual la FMV luce deslegitimada y como interlocutor imposible. El gobierno nacional debe iniciar a corto plazo una estrategia dirigida hacia este sector, que vive momentos económicos difíciles, que no debe ser castigada indiscriminadamente por culpa de unos pocos que han mal dirigido al gremio en estos años poniéndose al servicio del golpismo y del neoliberalismo.

cmr_vargas@yahoo.es
venezuela@elmilitante.org