Luis Primo es dirigente de la UNT y de la CMR. Este documento es una reflexión sobre lo ocurrido en el II Congreso de la UNT y ,sobre todo, una propuesta para recuperar la unidad de la UNT entorno a un programa socialista para poner ala clase obrera Esta reflexión histórica, que presentamos aquí, pretende contextualizar cada hecho en su justa dimensión para corregir fallas que orienten el destino de la UNT. No pretende tener toda la verdad, sino ofrecer y compartir una versión, que nos permita abrir el debate. Un debate constructivo, enmarcado en el pensamiento crítico revolucionario, fuera del efecto mediático que se le asigna a los episodios como los ocurridos el día 27 de mayo del presente año y que suelen estar cargados de pasiones e intereses que tergiversan la realidad. Además las hacemos como trabajadores, con la conciencia de clase que exige el compromiso revolucionario. En tal sentido, no pretenden desconocer que el mismo está orientado por el materialismo histórico y la convicción de que es la clase obrera la principal protagonista en la construcción del socialismo. Consideramos que para analizar lo que sucedió en el II Congreso es necesaria una reflexión socio-histórico que separe lo episódico de lo esencial. Por tanto, esta reflexión no es neutral y mucho menos dogmática ni sectaria.

Una reflexión histórica necesaria

La situación de la UNT y su crisis solo puede verse en el momento histórico-concreto de la conformación del sindicalismo en Venezuela y en el contexto que hoy vive la Revolución Bolivariana. En tal sentido, se puede afirmar que existe una contradicción entre el interés del objetivo-histórico de la clase obrera y los objetivos de lucha que la clase obrera ha desarrollado en Venezuela debido a otros factores. Uno de estos factores, sin querer alargar el debate que orienta este documento, fue como la tardía conformación de un proletariado industrial en nuestro país propicio que el Estado Capitalista dependiente sustituyera en la práctica al proletariado en el desarrollo y organización del movimiento sindical. Este será un elemento que marcará nuestro movimiento sindical durante toda su historia y en la actualidad: la dependencia y subordinación al Estado capitalista y cómo las organizaciones sindicales venezolanas que han hegemonizado el movimiento sindical durante los últimos cincuenta años pasan a ser una base de apoyo para la dominación y control del capital sobre la clase obrera.

Otro elemento importante es cómo los partidos obreros de masas de la izquierda (PCV y MIR) en los años 60 cuando deciden la estrategia guerrillera, abandonan en casi su totalidad el movimiento obrero y los sindicatos son tomados y controlados por la socialdemocracia populista y la burguesía. Es por ello que estos sectores incrustaron en la conciencia de los trabajadores, en vez de valores proletarios, “valores capitalistas” (individualismo, consumismo, falta de solidaridad, competencia, propiedad privada, entre otros) que forman parte del lastre que debemos destruir con el debate permanente político-ideológico para así construir una ética de lo colectivo.

En el contexto que hoy vive la Revolución Bolivariana la construcción de una organización del movimiento de los trabajadores no puede visualizarse de una manera formal, -como la construcción de una Central tradicional,- sino de manera dialéctica de acuerdo a la formación, las necesidades y la misión histórica de la clase obrera venezolana en la situación del proceso revolucionario que hoy se vive. Esto nos obliga a aprender del pasado, de comprender el origen de la UNT, para ver la relación con lo que sucede en la actualidad, así como proyectar al futuro la organización que queremos.

Al respecto hay que recordar que desde 1.999 se inició un esfuerzo sistemático, con grandes contradicciones entre diferentes sectores, por avanzar en la unidad política de la clase trabajadora y que se manifiesta en la conformación de movimientos políticos-sindicales de trabajadores, como eran el Frente Nacional Constituyente de Trabajadores (FNCT) y posteriormente en el año 2.000 con la conformación de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT) y donde el eje fundamental de su programa era la unificación del movimiento obrero, mediante un proceso constituyente, que culminaría en una Asamblea Constituyente de Trabajadores, para de esta manera construir una nueva organización de la clase obrera.
Sin embargo todas estas ideas son abandonadas, en medio de una serie de dudas y desaciertos políticos, a posiciones más conservadoras, como el referéndum de renovación de la dirigencia sindical en marzo del 2.000 que culminaría en el proceso electoral de la CTV en octubre del 2.001. Ante el fracaso y el fraude electoral de la burocracia cetevista (por cierto una crónica anunciada) la FBT rechaza el proceso electoral por fraudulento y se retira de la CTV. En el seno del movimiento obrero, comienza a pensarse, en la creación de una nueva organización sindical.

Se inicia un proceso de debate y discusión acerca de la reunificación política del movimiento obrero. La discusión se centra en el impulso de un amplio proceso constituyente que concluya en una Asamblea Nacional Constituyente de Trabajadores que presente una agenda que contemplaría: El país que quieren los trabajadores, cómo sería la nueva organización sindical y las reivindicaciones más importantes de la clase trabajadora. De esta manera se vuelve al debate inicial.

Sin embargo después del golpe de abril de 2.002 se intento apurar la conformación de la central. Es así que el 6 y 7 de septiembre se realiza el Encuentro Nacional de Trabajadores con la asistencia de más de 1.500 delegados de todo el país. Allí se trato de forzar, por un sector de la FBT, la aprobación de la constitución de una nueva central sindical pero esta propuesta fue rechazada por la inmensa mayoría de los delegados, bajo la presencia del Presidente Hugo Chávez Frías.

Sin duda el paro-sabotaje petrolero, en diciembre 2.002 hasta febrero 2.003, impulsado por la alianza CTV-FEDECAMARAS y el posterior control y puesta en producción de la Industria Petrolera por los trabajadores, significó un punto de inflexión en la elevación de la conciencia política de la clase trabajadora y permitió un primer paso para su unidad política, en la defensa y profundización del proceso revolucionario. Pero además evidenció la necesidad de construir un instrumento de lucha de los trabajadores.

El paro-sabotaje petrolero puede explicar, aunque no justificar, por qué se abandonó la idea de construir desde las bases un movimiento que terminaría en una Asamblea Constituyente de los Trabajadores -como instrumento fundamental en la construcción de una nueva organización de los trabajadores- y se optara por conformar desde arriba -por acuerdo “político”- esta Central.

Esta decisión no se justifica, precisamente por el desarrollo de la conciencia, que para ese momento tenía la clase obrera y las necesidades que la misma clase expresaba instintivamente para la construcción de una organización de lucha que permitiera su unidad política en torno a un programa de todas las luchas del movimiento obrero y de las clases explotadas. La incomprensión de este hecho, por parte de sector mayoritario de la dirigencia sindical de la FBT, permitió que se impusiera, por la vía de la práctica, la idea de no continuar con el proceso constituyente, que aún creada la UNT bajo esas condiciones, no debía suponer su abandono. La necesidad de una vanguardia revolucionaria y proletaria, que salga de su seno, es hoy vital para que todas las luchas confluyan en el objetivo histórico de la clase obrera: la expropiación del capital y la construcción del socialismo.

Es así que la situación de crisis y fractura que hoy se manifiesta en la UNT es, además de los elementos históricos-concretos de la conformación del sindicalismo venezolano, el hecho de como se conformó la UNT y como su dirigencia no comprendió el contexto que hoy vive la clase obrera y el proceso revolucionario bolivariano. Esto explica el alejamiento de la dirección de la UNT de las luchas reales de los trabajadores, de su vida cotidiana, de sus intereses y necesidades tanto materiales como espirituales. La dirección nunca pudo articular las luchas de los trabajadores y demás clases explotadas para impulsar el proceso revolucionario.

No es como la UNT organiza “sindicalmente” a la clase sino como se articulan sus luchas para lograr su unidad política y profundizar la Revolución Bolivariana. La cuestión no es conformar una UNT como una organización “objetiva” bien estructurada, sino construir el medio, el instrumento que logre el elemento subjetivo fundamental de la clase; su unidad política y le permita así desplegar todo el caudal creativo para construir el socialismo y emancipar a la raza humana

Breve Balance de la UNT y de la organización del II Congreso

La organización del II Congreso se inició inmediatamente después de culminado el I Congreso en agosto de 2003, ya que en el mismo quedó el compromiso de realizarlo sesenta días después. El tema central sería la presentación, discusión y aprobación de unos nuevos estatutos. Hasta mediados del 2004 la organización sindical no se presenta como un colectivo, expresando la política de la Central de trabajadores, ni siquiera coordina las luchas y los conflictos; solo algunos dirigentes realizan estas actividades, de manera aislada. De esta manera se comienza a incumplir los compromisos asumidos en el I Congreso.

En el segundo semestre de 2004, la situación de la UNT sigue siendo similar: falta de una dirección política sindical coherente y articulada con los trabajadores, además esta Central no ha logrado consolidarse en el seno de los trabajadores y aún existe una fuerte dispersión de los sindicatos que dicen pertenecer a ella. No existe ni una organización ni una dirección política-sindical clara. Pero es en este momento cuando se manifiestan las profundas diferencias, tanto política como de métodos, en el seno de la UNT entre el sector FBT (Marcela-Chirinos) y el sector de Franklin Rondón. Pero a la vez comienzan a expresarse fisuras entre el grupo Marcela-Chirinos y el resto de la

Hacia finales del 2.004 hasta diciembre del año 2.005, existe una preocupación de diversos sectores sindicales, dirigentes de base y de algunas Corrientes Sindicales de la necesidad de realizar un Congreso o Asamblea. Pero esta preocupación política aún se expresa muy dispersa y sin coherencia político-organizativo. Varios eventos ejemplifican esta situación: el III Congreso de Autonomía Sindical y el Encuentro Nacional de las Corrientes, dirigentes Bolivarianos y Revolucionarios de los Sectores Clasistas de la UNT y pertenecientes a la FBT.

Esta preocupación, de diferentes sectores sindicales y de las corrientes, confluye de manera colectiva en el I Taller que organiza la UNT y la FBT, del 19 al 23 de septiembre, con la participación de más de cincuenta dirigentes de las diferentes UNT regionales. En ese I Taller se aprueba un Documento Político que expresa una necesidad de un colectivo, y se define la UNT como una herramienta revolucionaria para la lucha, es una conquista de los trabajadores en este proceso revolucionario bolivariano. Así mismo se hace un llamado a las corrientes a construirlas y para ello es necesario abrir un gran debate nacional en unidad. Esta afirmación va configurando los fines de la UNT, así como el compromiso histórico de clase de los trabajadores. Posteriormente en la Asamblea de dirigentes (más de 700) realizada el 1 de octubre de 2005 se produce un amplio debate y se planteaba un Congreso político-ideológico.

Posteriormente en la Asamblea extraordinaria del 14 de diciembre se reunieron más de 400 delegados de los Comités Coordinadores de quince (15) UNT Regionales, cinco (5) en proceso de afiliación y más de siete (7) federaciones y sindicatos nacionales. Uno de estos acuerdos fue el darle mayor participación a los trabajadores de base, para lo cual se propusieron los Zonales por Regiones (Centro, Oriente y Occidente) para el 3 y 4 de febrero. En este período se da la más amplia participación de los trabajadores, y esto no se puede obviar al escribir la historia de la UNT. Durante estos meses ocurren hechos que afectaran a la UNT; se concreta la separación de la Corriente Clasista conformada y dirigida por Marcela y Chirino, que causará una importante repercusión en el movimiento sindical de la UNT. Sin embargo, en este período la conformación de la UNT tiende a ser más coherente y colectiva y se trata de rescatar el principio de la unidad en la diversidad; el debate y la discusión democrática de las diferencias dentro de la convivencia de diferentes tendencias en una misma organización, a pesar de algunos malos métodos y manipulaciones que se presentan por parte de algunos sectores.

Por otra parte, los Zonales se realizaron el 3 y 4 de marzo de 2006. Es importante destacar los acuerdos prioritarios de estas zonales: ratifican el II Congreso; se inicia la discusión sobre las elecciones y propone realizar un debate acerca de la necesidad de las elecciones o no a nivel nacional de acuerdo a las mociones presentadas por UNT Lara y UNT de Aragua y Carabobo; y se ratifica el apoyo de los trabajadores al Presidente Chávez en la consecución de los 10 millones de votos. El Comité Coordinador Nacional Ampliado no implementó este debate que era una necesidad que permitiría resolver el dilema de elecciones este año o elecciones el próximo año el cual no era la esencia del problema de la UNT. Es así como aparecen en el escenario los directivos de las corrientes no como existencia normal en el seno del movimiento, sino como las “cúpulas formales” con la finalidad de lograr acuerdos, pero por arriba. Se trata del acuerdo por el acuerdo mismo, como si “el fin justificara los medios”.

Las Corrientes comienzan a reunirse, pero aún de manera informal y discontinua se llegan a algunos acuerdos generales. Se realiza un encuentro el 30 de marzo (800 delegados) en el que se presentan grandes contradicciones y se utiliza el espacio para descalificar a otros dirigentes. Las Corrientes vuelven a reunirse el 6 de abril y posteriormente el 10 de abril donde se llegan a los primeros acuerdos de importancia: 1) Comisión Técnica de Recursos, 2) El criterio para elegir los delegados de base; 3) Proceso de afiliación, 4) Reforzar la Comisión de Organización y Afiliación y, 5) La Comisión Especial para definir invitados internacionales.

A pesar de que no había claridad organizativa para la realización del II Congreso a la altura del 8 de mayo de 2006, se trataba de hacer ver que ya teníamos lo suficiente para realizar dicho Congreso. La Comisión de Organización y Afiliación (COA) se comienza a reunir a partir del 11 de abril y se presenta una primera evaluación de la situación de las UNT Regionales. El 2 y 3 de mayo se comenzó a revisar los expedientes de las UNT Regionales. Este proceso se acelera a partir del 15 de mayo hasta el 25 de mayo. A solo 13 días del evento, se desconocían cuántos delegados asistirían al II Congreso y a 3 días se desconocía cuál era el lugar donde se realizaría el II Congreso y no se disponía de todos los alojamientos para los delegados. No existía una metodología de discusión y no existían documentos únicos. Nadie se atrevía a tomar la decisión, la palabra estaba empeñada, ante el país y ante los trabajadores, los cuales apreciaban algunos problemas, mas no estaban concientes, al menos la gran mayoría, de los inconvenientes y mucho menos de la intención de utilizar el Congreso para “medir fuerza”.

Una mirada al II Congreso de la UNT

Con grandes tropiezos se celebró el 25, 26 y 27 de mayo del presente año el II Congreso de Trabajadores de la UNT. El 25 de mayo con una lenta acreditación que molestó mucho a los trabajadores, causando agresiones verbales y físicas y el 27 con un contrapunteo de consignas, entre trabajadores de la Mesa de “Proceso electoral de la UNT”, que se vino expresando desde la instalación de la Mesa y que terminó polarizándose entre un “sí a las elecciones de la UNT para este año” y “lo primero son los 10 millones para Chávez”, “las elecciones sindicales deben ser el año que viene”.

Esta situación concluyó con un enfrentamiento físico entre los trabajadores, con el resultado de varios heridos. Aquí poco importa si fue la gente de la Corriente dirigida por Marcela o por Chirino -como expresan los representantes de cada una de dichas corrientes en mutuas acusaciones- la que inicio la provocación o si fueron los enemigos de la clase trabajadora, aprovechando la situación y con la finalidad de mantener amarrado y controlado al movimiento sindical. La verdad es que el hecho ocurrió dando los dirigentes de la UNT una lamentable demostración de inmadurez política, que solo favorece a la contrarrevolución y a los enemigos de la clase obrera.

Con esta situación, prácticamente el II Congreso quedó suspendido por la fuerza de los hechos. A pesar de que la corriente de C-CURA (Orlando Chirino) y las otras corrientes (Marcela Máspero, Franklin Rondón, la Fuerza Bolivariana de Trabajadores y Autonomía Sindical) realizaron Asambleas, la mayoría de los trabajadores se retiraron confundidos y molestos por la situación. Debemos recordar que en la instalación del Congreso; el 26 de mayo había cerca de 2.200 delegados y después de presentarse el enfrentamiento, a lo sumo quedaban un poco menos de 1.000 delegados en toda el área del Circulo Militar. Inclusive hubo delegados que no participaron en ninguna de las dos Asambleas que en ese momento se realizaban.

En la realización de este II Congreso podemos visualizar dos acontecimientos importantes, pero a la vez contradictorios:
Primero, la participación activa de los trabajadores en la instalación del Congreso y de la mayoría de las Mesas de Trabajo, donde se realizó un amplio debate de ideas y se obtuvieron propuestas para la UNT. Inclusive después del incidente.

Segundo, se evidenció la incomprensión de la dirigencia acerca del momento político de la clase obrera y cuál debe ser el instrumento que se necesita para construir la unidad de todos los explotados. Así este evento dejó de convertirse en un Congreso Político-Ideológico y programático que permitiera la construcción de ese instrumento consustanciado con los trabajadores.

Algunas conclusiones y reflexiones para la UNT

Acerca del II Congreso de Trabajadores de la UNT
¿Era posible realizar el II Congreso bajo estas condiciones?

Todos reconocemos que el Congreso de la UNT era necesario y urgente, que se tenía una deuda con los trabajadores, desde hace mucho tiempo, que se había suspendido varias veces y que por lo tanto había que realizarlo. Pero también sabemos que no podemos vivir de lo urgente y que la urgencia no implica improvisación. Por el contrario, cuando más compromiso tenemos con una tarea, más necesario se hace el esfuerzo colectivo de los dirigentes para lograr el éxito.

En tal sentido, se presentan estas conclusiones:

1. La participación de los trabajadores en la toma y puesta en producción de la Industria Petrolera y la defensa del proceso revolucionario de todas las amenazas del imperialismo, así como participación de los trabajadores en el II Congreso, y demás encuentros realizados desde finales del 2004 hasta la fecha por la UNT, evidencia el avance en la conciencia de clase de los trabajadores. Igualmente pone de manifiesto la necesidad instintiva de contar con un instrumento que no solo le sirva para sus reivindicaciones inmediatas, sino para profundizar la Revolución Bolivariana en la construcción del socialismo del siglo XXI.

2. A manera de síntesis, existen dos (2) razones fundamentales que colocaban el Congreso en una situación precaria para su realización: una política y una organizativa.

a) La razón política: La incomprensión de la Dirigencia de la UNT acerca del momento político que vive la clase obrera y la Revolución Bolivariana que obligaba a deponer los intereses personales e individuales y llegar a acuerdos en la manera de asumir el debate en los temas mas críticos como eran la renovación del Comité Coordinador Nacional, la cuestión electoral y la elección de una Comisión Nacional Electoral. En el primer caso, esto permitiría, desde el punto de vista táctico, resolver parcialmente los problemas de legitimidad en que se encuentra la UNT, sobre todo a nivel internacional. En cuanto a las elecciones fue el problema que causó mayor confrontación y contradicción en el Congreso. La cuestión electoral no puede reducirse a fijar fechas, sino a definir una estrategia que permitiera legitimar a los dirigentes de la UNT, en un tiempo prudencial, con la mayor participación de los trabajadores y con métodos apropiados que incidan en la cultura sindical. Todo ello pasaba por respetar la discusión de los temas pendientes planteados por los trabajadores. Alterar este curso implicaría, como sucedió, violentar un proceso y vivir las nefastas consecuencias de ello. Lo importante que debemos destacar, es que era muy tarde para llegar a los acuerdos en estos puntos. El problema de las elecciones se pudo haber resuelto con la propuesta que se planteó en los Zonales del 3 y 4 de marzo, es decir llevando el debate a toda la base sindical (UNT Regionales, sindicatos de base, federaciones nacionales y sus sindicatos y los sindicatos nacionales). Consideramos que si todos los temas hubieran tenido un debate más profundo en el seno de los trabajadores, sobre todos aquellos que fueran neurálgicos, se habrían logrado los objetivos del II Congreso.

b) La razón organizativa

§ Los recursos: El tema de los recursos para la realización del Congreso era un tema que nunca se profundizó. Se habló mucho de la autonomía económica que debería tener la Central, inclusive se acordó que cada delegado debería pagar Bs. 100.000 por la participación en el Congreso. Esto no se cumplió. Todavía al 22 de mayo no se conocía quien costearía el Congreso. Los recursos era la cuestión más importante del aspecto organizativo del Congreso.

§ La logística: Hasta 22 de mayo no se contaban con todos los alojamientos (faltaban para ese momento 1.600 alojamientos, dicho por la Comisión de logística) pero además la ubicación de algunos de los delegados fue excesivamente lejos del sitio de reunión del Congreso (Los Caracas, Higuerote) esto era una dificultad para los delegados. El alojamiento de los delegados se resolvió el 25 de mayo en altas horas de la noche. Se desconocían los nombres de los invitados internacionales, solamente se especificó el numero que asistirían al II Congreso. Hasta la fecha antes mencionada (22 de mayo) todavía se desconocía el local donde se celebraría el II Congreso. Todos estos problemas fueron resueltos gracias a la ayuda que prestó el Estado y el Gobierno Nacional.

§ Los documentos: Estos eran los Estatutos, el tipo de Central que queremos, el Programa de Lucha de los Trabajadores, el Informe de Gestión de la UNT y el Plan de Acción II Batalla de Santa Inés. Todas las corrientes tenían propuestas de cada uno de los documentos pero el acuerdo, para este II Congreso, era realizar documentos oficiales, teniendo en cuenta la libertad que tenía cada corriente o grupos de delegados de presentar su propia propuesta, con suficiente anticipación, para ser discutida democráticamente en el Congreso. La Comisión de Documentos se conformo la semana del 22 de mayo, lo que hacía imposible presentar dichos documentos, sobre todo el de Estatutos. No se entregó ningún documento oficial antes ni durante el Congreso. Consideramos que debieron presentarse documentos debatidos en las regiones con los sindicatos de base, como se había planteado en diferentes oportunidades. Además entregados a los delegados con suficientes días de anticipación.

§ La afiliación de sindicatos y designación de los delegados de base: Este proceso consistió en una revisión de la conformación de los Comités Coordinadores Regionales de las UNT Regionales, Federaciones y Sindicatos Nacionales para asignar los delegados directos o natos que estarían en el Congreso. Revisión de los sindicatos de base de las UNT Regionales y Federaciones Nacionales y de los Sindicatos Nacionales para asignar el número de delegados para cada sindicato. Sin embargo, esto requería enviarle una carta a cada uno de los sindicatos para que escogieran sus delegados y una respuesta de la Junta Directiva del Sindicato, firmada por la mayoría, donde nos dijeran el nombre y cédula de los delegados electos.

La Comisión de Organización y Afiliación (COA) los revisaría de acuerdo la lista de nomina entregada por cada sindicato y certificaría, haciendo posteriormente una convocatoria pública, con por lo menos una semana anticipación. Esto permitiría conocer exactamente quienes eran los delegados. Esta fase no se realizó porque aún el 25 de mayo (en el inicio del evento) se estaban revisando los delegados de sindicatos de base. Esto hizo que no se conocieran quiénes eran los delegados de base y no se tuvieran un número exacto de ellos. Esto relajó el Congreso y permitió una Asamblea de “movilización”. Es decir, el que más movilizara más delegados tenía. Pero una cuestión resaltante es que esta Comisión (COA), a pesar de que no logró certificar los delegados (lo táctico) por una imposibilidad de tiempo, fue la única que tuvo un resultado positivo en todo este proceso, ya que obtuvo un saldo estratégico importante: organizar el archivo y el mapa sindical de las organizaciones afiliadas y el número de afiliados a la UNT, que no existía, ni siquiera desde el momento de su fundación.

Cabe destacar que la elección de delegados exige una maduración del debate desde las bases, para poder consolidar un nuevo tipo de democracia. Un delegado debe llegar a un Congreso para tomar decisiones trascendentes, debe implicar un compromiso con los trabajadores que le han designado como vocero de sus ideas y posturas.

3. Bajo estas condiciones, totalmente adversas no se podía realizar el II Congreso ni esperar otra cosa de la que pasó. De alguna manera, se echo al traste un año de trabajo fuerte para construir una nueva práctica, una nueva cultura de hacer política desde la cual fundar nuestra Central. Nuestro compromiso ahora es: seguir construyendo la UNT desde los trabajadores.

4. El realizar el Congreso sin que estuvieran dadas algunas condiciones esenciales se convirtió, para algunos en un objetivo en si mismo, en una oportunidad para “contarse” para “medir fuerza”, cuando lo que estaba planteado era un Congreso político-ideológico y salir de él con un instrumento de lucha para los trabajadores, que mejore sus condiciones de vida y que permita construir una sociedad socialista.

5. Consideramos que existe una responsabilidad de la dirigencia nacional de la UNT en el fracaso del II Congreso, al no comprender el momento histórico que vive la Revolución Bolivariana y la clase trabajadora específicamente y cual debe ser el papel que debe jugar la UNT como instrumento para articular las luchas del proletariado y demás clases explotadas. No pudieron comprender el papel fundamental de este Congreso para la clase trabajadora: Salir fortalecido del Congreso con unos Estatutos democráticos y participativos y un Programa de Acción que permitiera la construcción de una herramienta de lucha de los trabajadores y una dirección que lograra conectarse con su clase, para profundizar la Revolución Bolivariana.

6. Los hechos ocurridos el día 27 de mayo en la realización del II Congreso de la UNT es una manifestación lamentable pero inevitable de la situación que está viviendo esta naciente organización sindical, dado los acontecimientos previos y el desarrollo organizativo y político que antecedió al mismo. Las declaraciones de los distintos grupos así lo demuestran, al utilizar supuestas mayorías, algunas forzadas y otras manipuladas, como vía para reconstruir “la unidad”, pero eso sí en torno a ellos.

¿Acaso se trata de imponer ideas sin debate? ¿Será por eso que se usa el nombre de compañeros y de seccionales que no han debatido para aparentar que son mayoría? Por ese camino no se construye la democracia directa y participativa, y mucho menos se traslada poder a los trabajadores. Este tipo de práctica que somete a las minorías sin ser oídas y que se considera mayoría por tener más delegados, independientemente de su legitimidad frente a los trabajadores, evidencia una visión de la “representatividad” que reproduce la democracia “representativa burguesa”. Es urgente tomar conciencia y desarrollar acciones contundentes para construir otro tipo de democracia, de lo contrario le estaremos dejando a la contrarrevolución muchas rendijas por donde colarse.

¿Cómo construir una Central como instrumento de lucha de los trabajadores?

1. El desarrollo de la UNT debemos enmarcarlo en un contexto socio-histórico internacional que podemos resumirlo en los siguientes puntos:

· En los años setenta el capitalismo entra en una profunda crisis orgánica de sobreproducción que se manifestó tanto en el modelo de acumulación capitalista como en el modelo de gestión administrativa y de organización del trabajo (Taylor-Fordista). Se inicia una fase de conflictos obreros a nivel mundial con huelgas y tomas de empresas por parte de los trabajadores.

· Esta crisis del capitalismo internacional tuvo su expresión en Venezuela, pero más tardíamente, en los años 80, debido a la crisis energética mundial que hizo aumentar los precios petroleros y permitió amortiguar o retrasar el proceso de crisis en nuestro país.

· El capital para resolver la rebelión del movimiento obrero a nivel mundial implementa una estrategia de “reestructuración productiva” (que significa despidos masivos, desregulación laboral, precarizacion del trabajo, terciarizacion y privatizaciones de empresas) y, además “nuevas” formas capitalistas de gestión administrativa (que sirven para la expropiación del saber obrero, el control y la maxiexplotacion de la clase), esto con la finalidad de obtener mayor rentabilidad, pero sobre todo destruir la organización del movimiento obrero.

· Esto se expresó en Venezuela y en todos los demás países capitalistas con un proceso de fragmentación de la clase obrera, conviviendo así todas formas de asalariados: fijo, temporal, semicalificado, precario, informal, etc.

· Toda esta situación permite un mejor control del movimiento sindical por parte de los patronos y utilizar el desempleo como elemento coercitivo del capitalista sobre los trabajadores.

· Estas políticas neoliberales implementadas por el capital fracasan en los noventa y se profundiza la crisis orgánica del capitalismo generando en América Latina amplios procesos de resistencia se desarrollan en América Latina. La Revolución Bolivariana es el resultado de esa crisis capitalista.

· El Presidente Hugo Chávez Frías encarna las esperanzas de las masas y se desarrolla el proceso bolivariano. Pero este, solo conseguirá sus objetivos construyendo el socialismo es por ello fundamental que la clase obrera sea vanguardia de este proceso y cumpla su misión histórica. Conciente de esto, el Presidente ha ido incrementando el llamado a los trabajadores para que asuman su rol protagónico.

· El proceso revolucionario que existe en Venezuela ha favorecido un crecimiento sostenido de la conciencia política de los trabajadores, que se ha expresado en una amplia participación a nivel sindical, en la lucha por sus reivindicaciones y en la movilización social por la defensa de la revolución. Prueba de ello es la participación de los trabajadores en la recuperación del país luego del golpe de 2002 y el papel protagónico que ejercieron los trabajadores para salvar PDVSA, herramienta fundamental en la transformación del país y de la unidad de los trabajadores latinoamericanos que se está impulsando para combatir al imperialismo.

· Pero sobre todo la política más importante ha sido el proceso de toma de empresas por los trabajadores y su puesta en producción por los mismos trabajadores. Esto se ha realizado por la presión que han ejercido los trabajadores sobre ciertos sectores del Estado lo que ha generado contradicciones unas a favor otras en contra en el seno del mismo Estado. La expropiación de VENEPAL y CNV es una medida emblemática de un proceso revolucionario que comienza y dependerá de la clase trabajadora articulada con una dirección revolucionaria, donde la UNT tiene un papel estelar como organizador de la voluntad colectiva de la clase.

2. En consecuencia las principales tareas y retos políticos a emprender en la actualidad por la clase obrera se pueden sintetizar en:

· La elevación de la conciencia política de la clase obrera para que se estructure políticamente y permita conformar una dirección o vanguardia revolucionaria. Esta permitirá conducir, con un programa revolucionario, al proletariado y las clases explotadas a realizar sus tareas históricas: abolición del capital y la construcción de una sociedad socialista.

· Construir una herramienta de dirección. El proceso revolucionario, precisamente ha carecido de esta dirección política y revolucionaria que permita colocar a la clase obrera en la vanguardia de sus luchas, pero además han faltado herramientas adecuadas que permitan construir esta dirección. Una de esas herramientas, consideramos, debe ser la UNT.

· Es así que debe enmarcarse, la construcción de la UNT como proceso social de las luchas de la clase trabajadora venezolana, bajo este contexto general de reestructuración capitalista de las condiciones de producción, con el empleo precario y temporal como arma fundamental para el control de los trabajadores; pero además en las particularidades de identidad de la clase obrera venezolana y en la Revolución Bolivariana como proceso contradictorio y en definición.

· Articular la dirección de la UNT con las necesidades de la clase obrera, para evitar que el desarrollo sindical, a pesar de su gran crecimiento, sea entre otros factores, de gran dispersión, de pequeños sindicatos de una misma rama, varios sindicatos en una misma empresa u organismo público, fuerte dependencia y subordinación con el Estado, poca vinculación entre ellos por falta de solidaridad y una baja formación política-sindical e indefinición ideológica. Hay que revertir esta tendencia para avanzar en la cohesión de los trabajadores y elevar su fortaleza de clase.

2. En este contexto es que se reflejan la dificultad de la UNT para consolidar en organización, la unidad de los trabajadores. Esto repercute en la coordinación y orientación programática de las innumerables acciones políticas-sindicales que se generan desde los trabajadores cotidianamente.

3. La esencia de lo ocurrido durante todo el período que culminó con el II Congreso, se encuentra en el proceso constituyente de la UNT que le dio prioridad a construir, en el papel, un Programa completo. Sin embargo, la construcción política ideológica no se reduce a esto. De hecho este programa lo puede hacer un buen militante sindical; además al pasar un año lo puede ampliar o reducir. En realidad, lo fundamental de este principio vital es cómo la Organización de los trabajadores -como relación social y proceso de lucha- y el programa se involucran, se conectan integralmente como parte de la clase obrera y se sumerge en la lucha de clases. No por una decisión de una dirección, sino porque vive en ella. La clase es una relación social y la lucha de clases es la propia clase.

4. El paro-sabotaje petrolero durante 2002 y 2003 puso en evidencia la necesidad de construir una nueva organización sindical, luego del descalabro de la CTV producto de su alianza con Fedecamaras. Aquí se produjo el primer paso en la unidad política de la clase proletaria para defender la Revolución Bolivariana. La constitución de la UNT, fue el otro paso importante. Este es un hecho político que marcó el destino de nuestra central. No olvidar esto puede ayudar a encaminar nuestra Central hacia su misión histórica de continuar defendiendo, contribuyendo y profundizando esta Revolución Bolivariana.

5. En la actualidad existe en la UNT una incoherencia en la dirección política sindical, la cual no se articula con las luchas de los trabajadores. La Central no ha logrado consolidarse en el seno de los trabajadores y aún existe una fuerte dispersión de los sindicatos que dicen pertenecer a ella.

6. En el camino de la construcción de la UNT es bueno destacar que entre finales del 2004 hasta abril del 2006 surgieron nuevos actores de la base sindical de la UNT, sobre todo coordinadores regionales, que se suman a los existentes para darle un impulso significativo a esta Central, sobre todo en el proceso de reivindicaciones y conflictos sindicales y en la organización del II Congreso y por ende de la UNT. Es importante reconocer el papel protagónico que han venido desempeñando estos cuadros sindicales en la construcción de la UNT.

7. El problema de la unidad de clase se resolverá al crear condiciones para destruir y contrarrestar el control que hoy sigue ejerciendo sectores de la burguesía criolla transnacionalizada sobre los trabajadores, a pesar del proceso revolucionario, para que así logren conjugar programa-organización, desarrollen su conciencia política de clase y logren la unidad política de la clase. Estas condiciones solo las crearán los trabajadores mismos con una dirección integrada a sus luchas y a su vida cotidiana.

8. Es así que la guerra de clases no puede resolverse solamente en el marco de las luchas reivindicativas salariales, sino que éstas deben ser transformadas en luchas políticas, de lo contrario no estaremos impulsando un proceso revolucionario. Es en el marco de la lucha política, es decir por las condiciones globales bajo las cuales se realiza el proceso productivo (la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas) donde se forjará esa unidad. El camino de la unidad política de los trabajadores será el enfrentamiento con el capital en su esencia: las relaciones de producción y dominación capitalistas, con la propiedad privada como elemento fundamental, pero además las relaciones espirituales que diariamente reproduce el capital. Solo transformando radicalmente a estas, la clase obrera y la sociedad en su conjunto se emanciparán. La unidad de clase se conseguirá en la acción con las luchas cotidianas de los trabajadores y será política o no existirá revolución socialista en Venezuela.

9. No se puede sobre-estimar la importancia de un Congreso y creer que éste por si solo garantiza la democracia, ya que no se puede decidir nada que no haya sido suficientemente debatido con anterioridad; es un principio básico de la democracia participativa y directa. El Congreso es el espacio último de discusión, previo al mismo deben existir los espacios suficientes y necesarios para que todos los trabajadores discutan, debatan y propongan sus ideas.

10. Si bien la historia es un referente indispensable para comprender y contextualizar cualquier hecho que se quiera analizar, no es menos cierto que con ella se tratan de buscar “argumentaciones de peso” para justificar las posiciones de hoy. Esto se evidencia cuando se oculta intencionalmente algo que de saberse podría ir en contra de lo que se quiere demostrar. Esto es más peligroso que la mentira o la confrontación de las contradicciones. Las mentiras se identifican como tal y se puede descalificar todo el discurso que las contiene, mientras que las medias verdades ayudan a construir argumentos poniendo el acento o la relevancia en lo que conviene y, paralelamente, se ocultan las que pudieran cambiar el discurso. Esto, sin duda, resulta más negativo y destructivo que propiciar el debate de las más severas diferencias entre los diferentes grupos, siempre que sea con la intención de construir organización y avanzar en la democracia directa.

11. El compromiso de construir una organización sindical unida, poderosa, capaz de incidir en la emancipación de la clase trabajadora y en la conquista de una sociedad socialista, ha transitado por caminos llenos de decisiones pocos democráticas y cargados de una cultura burguesa que se resiste a morir por si sola. De allí que consideramos que urge la construcción de unas bases política-ideológicas que guíen la acción de los trabajadores en la construcción del socialismo. Bases que deben ser vista con la frescura que tiene la Revolución Bolivariana: un gran poder de crear y re-crear; de inventar y construir nuevas dimensiones y lo fundamental: una gran confianza en la capacidad de los trabajadores para asumir su papel histórico con esta revolución y con el socialismo.

12. Consideramos que la problemática en el seno de nuestra Central, no es solamente la realización o no del Congreso u otros eventos, de unas elecciones para este año o el otro sino la falta de una visión estratégica y programática política, sindical y revolucionaria que permita que la clase obrera sea vanguardia de la revolución bolivariana. Pero además de una dirección, integrada a la clase obrera, que implemente esa visión en la acción político-sindical.

13. Lo sucedido en el II Congreso de la UNT debe entenderse como una alerta a los revolucionarios de cómo se debe construir la UNT, para no reproducir las amenazas de retroceso a viejas prácticas sindicales. Ésta no se puede fundamentar sobre el “perfeccionamiento de la organización sindical burguesa” porque reduce el problema a corregir las prácticas de manipulación, imposición a la fuerza, burocracia y corrupción. En definitiva la ambición de tener “control del aparato sindical”. Algo así como construir una “CTV impecable” que reafirma y refleja una posición moralista que se confunde con la política. Para esta concepción el fin es la UNT, y cada organismo o evento se convierte en un fin en si mismo. Para nosotros, por el contrario, la UNT debe convertirse en un arma poderosa: fuerte y sólida, que resuelva sus diferencias con el debate franco y sincero, y que admita estas diferencias como parte de la construcción de unidad en la diversidad; como única alternativa de ir reduciendo una visión estrecha de lo que es la acción política-sindical.

14. Es importante destacar que hemos planteado, en el seno de la UNT, las Siete Líneas Estratégicas para debatir, discutir y conformar un Programa de Lucha desde los trabajadores. De estas, hay dos líneas que queremos rescatar en este documento:
1) Profundizar la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas públicas y privadas, impulsando el Frente Revolucionario de Trabajadores por la Cogestión y tomando las empresas cerradas para ponerlas en producción bajo control obrero y
2) Desplegar, a nivel nacional, la II Batalla de Santa Inés con un Programa Revolucionario y Socialista. Estas dos líneas son fundamentales en estos momentos, ya que permiten impulsar un proceso que eleve la conciencia política de los trabajadores y la unidad de clase para profundizar “la revolución en la revolución” y construir el socialismo del siglo XXI.

Conclusiones para la reflexión crítica

1. Existen concepciones en el seno de la UNT que de una manera simplista puede resultar riesgosa para construir una sociedad socialista, a plena conciencia de que estamos construyendo una nueva Central sobre las bases de una estructura social que le ha servido a la burguesía para la dominación y enajenación política. Una de estas concepciones es el acuerdo burocrático por arriba de los “representantes de las bases” en la toma de decisiones. La otra es creer que la Asamblea de Delegados, representantes de muchos trabajadores, es la máxima forma y único espacio democrático para la toma de decisiones. Estas dos concepciones, a pesar de sus diferencias cualitativas, conducen a un mismo sitio: defender y consolidar la “democracia representativa” burguesa.

2. Consideramos que hay que desarrollar una democracia directa, donde la participación sea un proceso de debate y discusión amplia, abierta, sin temor a la confrontación de ideas; de tal forma que se pueda ir sistematizando acuerdos y desacuerdos para la construcción colectiva desde la base, fundamentada en su vivencia concreta, hasta elevarse a las instancias de dirección. De esta forma, cuando se llegue a una Asamblea o Congreso todos los participantes se sienten que expresan una idea colectiva que comparten a plena conciencia y que están dispuestos a oír y a aprender de otros colectivos, para participar en la reconstrucción de las ideas de su clase social. De esta manera se irá enterrando el individualismo y la competencia y se ira construyendo el nuevo trabajador solidario y de conciencia colectiva.

3. La UNT debe ser un eficiente instrumento de lucha de la clase trabajadora que permita elevar su conciencia no solo en las luchas reivindicativas, sino que las mismas deben integrarse a las luchas políticas; para que la clase obrera asuma su papel de sujeto histórico de la revolución en la lucha por la abolición del capitalismo y en la construcción del socialismo del siglo XXI.

4. Está claro que la construcción de la UNT, no es privilegio de algunos dirigentes o grupos, es una responsabilidad de todos los trabajadores revolucionarios. El camino de la revolución está lleno de errores y desaciertos, no esperemos que la historia nos juzgue por negarlos u ocultarlos.

Propuestas para la discusión

1. Consideramos que la UNT y su dirigencia debe situarse en el momento histórico que vive nuestro proceso revolucionario, para eso debemos construir la unidad de los trabajadores, mediante la “unidad en la acción”; es por ello que proponemos:

§ Realizar una Asamblea Nacional de Trabajadores de la UNT con la más amplia participación de trabajadores afiliados a la UNT y otros sectores sociales, que deberá elegir y conformar una nueva Coordinadora Nacional para elaborar e impulsar un documento base de “Nuestro Programa: Venezuela Bolivariana y Socialista”. Proponemos que se realice esta Asamblea en la primera quincena de julio.

§ Implementar (la Coordinadora Nacional) un cronograma a nivel nacional de Asambleas Regionales, Asambleas Sectoriales y Asambleas con otros sectores sociales para iniciar el debate, discusión y construcción por los mismos trabajadores de Nuestro Programa: Venezuela Bolivariana y Socialista y El Plan de Acción de la II Batalla de Santa Inés (10 millones de votos para el Presidente Chávez).

§ Impulsar una segunda Asamblea Nacional de Trabajadores de la UNT, amplia y participativa, con todos los factores que integran nuestra organización y con otras organizaciones sociales que deseen incorporarse en la conformación de un instrumento de lucha que unifique a los trabajadores y demás clases oprimidas. En esta Asamblea se deberá discutir y aprobar: Nuestro Programa: Venezuela Bolivariana y Socialista y el Plan de Acción de la II Batalla de Santa Inés y su implementación. Proponemos como fecha la segunda quincena de septiembre.

§ Considerar que los ejes fundamentales de Nuestro Programa deben estar enmarcados en la transformación de las relaciones de producción capitalistas, es decir las relaciones de producción, relaciones de poder y de dominación, así como en las relaciones espirituales que se encuentran inmersas en la división social del trabajo capitalista. Estos ejes dialécticamente integrados pudieran ser: 1) Decidir colectivamente, trabajadores y el pueblo, el destino social y uso de los medios de producción, de poder, de distribución y de comunicación. 2) Construir un nuevo modelo de participación de los trabajadores en la gestión de la producción. 3) Transformar el Estado Capitalista en un Estado Revolucionario hacia el Autogobierno de los productores. 4) Construir una nueva vida cotidiana que reproduzca los nuevos valores socialistas y colectivos. Estos cuatro ejes están atravesados transversalmente por la Democracia participativa y revolucionaria.

§ Implementar El Plan de Acción de la II Batalla de Santa Inés organizando las UBE`s de los Trabajadores en cada Centro de trabajo, empresa publica o privada y En las empresas en cogestión. En las empresas que sean o se encuentren tomadas por los trabajadores se conformaran Consejos de Trabajadores, que un principio funcionarían como UBE`s, durante el proceso electoral pero que a la vez y después servirán de órgano de dirección económica de las empresas.

§ Realizar un Encuentro Político de UBE`s de Trabajadores, con la presencia del Presidente Chavez, donde se presente un balance de la organización de las UBE`s y la difusión de Nuestro Programa a nivel popular para el mes de octubre.

§ Desarrollar, entre los meses de septiembre y octubre una campaña de movilizaciones, que contemple: Cinco (5) movilizaciones regionales (Maracaibo, Puerto La Cruz, Barquisimeto, Valencia y San Cristóbal) donde participaran trabajadores y organizaciones sociales con Nuestro Programa, el cual será entregado y discutido con el pueblo. Culminando con una movilización nacional en Caracas donde se entregara Nuestro Programa al Presidente Hugo Chávez Frías.

2. Impulsar el debate y la discusión con un método adecuado en todas las instancias de la UNT Regionales, Federaciones y Sindicatos Nacionales y Sectoriales de los temas más controversiales que quedaron pendientes del II Congreso, como: proceso de elecciones de la UNT, los Estatutos de nuestra organización y una Comisión Electoral Nacional que trabaje coordinadamente con la Comisión de Organización y Afiliación (COA).

3. Recaudar y sistematizar las propuestas aprobadas por cada una de las cinco mesas de trabajo: Situación política y plataforma de lucha; Estatutos; La UNT que necesitamos los trabajadores venezolanos; Los trabajadores y la campaña de reelección del Presidente Chávez y Elecciones de la UNT. Esta compilación deberá ser enviada a los UNT regionales, Federaciones y Sindicatos Nacionales como base para continuar la discusión.

4. Todas las instancias de la UNT deben garantizar que se utilicen métodos realmente democráticos y participativos, que permitan que los trabajadores se identifiquen y se comprometan con la construcción de Nuestro Programa y de todos los elementos organizativos que necesita la UNT para su funcionamiento( Estatutos, Elecciones, Comisión Electoral y otros).

29 junio de 2.006

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