El pasado jueves la Gaceta Metropolitana hacía pública la decisión de la Alcaldía Metropolitana, que lidera Juan Barreto, de expropiar los campos de golf de Valle Arriba y del Caracas Country Club para la ejecución del proyecto «Dotación de Vivienda El pasado jueves la Gaceta Metropolitana hacía pública la decisión de la Alcaldía Metropolitana, que lidera Juan Barreto, de expropiar los campos de golf de Valle Arriba y del Caracas Country Club para la ejecución del proyecto "Dotación de Viviendas para los habitantes del Distrito Metropolitano".
Según información del mismo periódico, Barreto dijo que en estos y otros terrenos tambièn expropiados se construirán viviendas y parques y que la decisión formaba parte de "un plan estrAtégico para recuperar el espacio público". Barreto explicó que estos terrenos expropiados representaban unas 147 hectáreas y puntualizó, según informa VTV, que "no resolvería completamente el problema pero se iría solucionando". Según el Alcalde, en estos terrenos se podrían construir viviendas que "benefician aproximadamente entre 50 a 70 mil trabajadores, en cuanto a solución habitacional se refiere".
La medida ha provocado la indignación de la oposición y los principales medios de comunicación burgueses del país. El Universal derramaba tiernas lágrimas por el "Icono de la Caracas tradicional" que las hordas chavistas quieren ahora tomar. En varios artículos que no tienen desperdicio para conocer lo alejado que está el sentir de estos oligarcas de los problemas que sufrimos los trabajadores, jóvenes y demás explotados, nos hablan de este pulmón de Caracas que se pierde. (Recordemos que estamos hablando de campos de golf) . En otros artículos recuerdan las magníficas fiestas que la burguesía celebraba en el Country y define éste como un espacio de disfrute público (¿público para quien?) pero lo más falso e hipócrita es cuando intenta presentar esta expropiación como una medida contra los trabajadores que han asistido felices durante años a los momentos de diversión, deporte y cultura de cuatro generaciones de venezolanos, "trabajadores que hoy consideran al Country su propia casa".
Entre los sectores populares la medida provoca entusiasmo ya no sólo por el hecho en sí de que se construyan miles de viviendas en esos terrenos sino tambièn por el valor simbólico que tiene la medida. Esta ,indudablemente, es un paso adelante que todos los revolucionarios debemos apoyar contra la campaña de satanización contra la decisión y contra el propio Barreto que está lanzando la oposición. Al mismo tiempo, debemos luchar porque estas medidas d eexpropiación continúen y se amplíen aún más en la propia Caracas y se extiendan a todos los municipios bolivarianos del país.
Junto a ello, debemos tener claro que que es imprescindible que los inquilinos, trabajadores y el movimiento popular nos organicemos tanto para movilizarnos frente al pataleo y manipulación de la derecha contra estas medidas progresistas como para aprobar un plan de acción para impulsar nuevas expropiaciones y particpar en el debate de cuantas viviendas construir, en qué condiciones, cómo se ofertarán al pueblo, etc. No podemos bajar la guardia y debemos estar claros en que estas medidas favorables a la clase trabajadora se enmarcan en una economia que sigue siendo capitalista y un marco legal y un estado que ,aunque -como consecuencia del proceso revolucionario en marcha- la burguesía no controla de forma directa en estos momentos la mayoría de las instancias de decisión-sigue siendo una estructura burguesa que no ha sido sustituída por una nueva institucionalidad revolucionaria que los trabajadores y los demás explotados controlemos directamente.
Esto se manifiesta muchas veces en los impedimentos que luego los técnicos ponen a las expropiaciones. Recordemos que otros proyectos como la expropiación de varios edificios, expropiados tambièn bajo la forma legal de adquisición forzosa (como en este caso) por la misma Alcaldía Metropolitana para luchar contra la especulación de las empresas propietarias (los terratenientes del concreto) y entregárselas a precios accesibles a sus inquilinos han sido paralizados o retrasados durante meses con todo tipo de marramucias leguleyas. Tambièn recordemos que la burguesía presiona para que esas expropiaciones se indemnicen a precios de mercado y que no faltan sectores reformistas dentro de nuestro proceso revolucionario que se hacen eco de estas presiones. Debemos exigir que sólo haya indemnización en caso de necesidad comprobada y que en cualquier caso esta no puede ser nunca a precio de mercado. Esto sería una forma más de estos parásitos de seguir llenándose los bolsillos a costa de los recursos del estado que todos los trabajadores generamos con nuestro esfuerzo.
Las expropiaciones de edificios en Caracas continúan la senda abierta por el presidente Chávez cuando expropió los primeros hatos y empresas hace ahora casi dos años. Pero estas expropiaciones deben continuar y extenderse a todas las empresas abandonadas, infrautilizadas o en crisis, a los edificios propiedad de empresas que los alquilan a sus inquilinos (terratenientes del concreto), a las tierras ociosas e improductivas, así como a las principales palancas económicas del país: los bancos, monopolios, empresas constructoras, etc.
Estos parásitos se niegan sistemáticamente a desarrollar la economía social y sabotean todas las medidas sociales del gobierno revolucionario, empezando por la Misión Vivienda y siguiendo por la creación de empleo, la solvencia laboral, los reenganches, las condiones laborales y salariales, etc. Sólo expropiandoles y estatizando la riqueza social que hemos creado todos con nuestro trabajo, y construyendo un estado de los trabajadores, que estè realmente a nuestro servicio y dirigido por nosotros, podremos solucionar definitivamente nuestros problemas y avanzar hacia el socialismo.