Las elecciones de este 3 de diciembre son decisivas para el futuro de la revolución. La histórica movilización del domingo 26 de noviembre demostró la voluntad inequívoca de los jóvenes, trabajadores, campesinos y de la inmensa mayoría del pueblo ven Las elecciones de este 3 de diciembre son decisivas para el futuro de la revolución. La histórica movilización del domingo 26 de noviembre demostró la voluntad inequívoca de los jóvenes, trabajadores, campesinos y de la inmensa mayoría del pueblo venezolano de reelegir al Presidente Chávez, defender nuestra revolución y llevarla hasta el final, radicalizándola tras estas elecciones. En realidad no fue una marcha, no se podía marchar con tanta gente llenando las calles. Fue un pueblo entero que decidió vestirse de rojo y tomar las calles para dejar claro al imperialismo y a la oligarquía que… ¡si se atreven perderán¡.
Mantenerse movilizados, vigilantes y organizados
Pero existe un peligro: el de que pensemos que sólo con demostrar que somos más la pelea está ganada. La movilización del domingo 26 volvió a dejar claro, por si alguien tenía dudas, quien manda aquí, quien tiene la fuerza. Pero para triunfar es necesario organizar y movilizar esa fuerza de forma permanente, prepararla para la batalla y hacerla consciente de sus tareas. La oposición contrarrevolucionaria y el imperialismo están movilizando a una parte de la misma base social contrarrevolucionaria que ya sacaron a la calle en abril y diciembre de 2002. Aunque saben que no tienen ninguna posibilidad de ganar las elecciones su objetivo no es ése sino radicalizar nuevamente hacia la derecha a su base y lanzar una nueva ofensiva contrarrevolucionaria lo antes posible. Si creen que pueden hacerlo el mismo 3 de diciembre lo harán. Por eso no basta con salir a la calle masivamente desde primertas horas para votar. Debemos permanecer organizados, movilizados y vigilantes en la calle todo el día, cerca de los centros de votación y de todos los puntos estratégicos (medios de comunicación, cuarteles, centros económicos fundamentales: centros petroleros, centrales eléctricas, grandes empresas) y actuar como un sólo puño ante cualquier maniobra contrarrevolucionaria.
La historia está llena de ejemplos de ejércitos pequeños pero bien organizados y con una oficialidad dispuesta a todo y clara en sus objetivos que han logrado derrotar a ejércitos muy superiores en número pero sin un plan de lucha claro y decidido. Desgraciadamente, en la historia de las revoluciones también lo hemos visto. Recordemos Chile en 1973, por citar sólo uno de los ejemplos más dolorosos.
El tsunami rojo les ha metido el miedo en el cuerpo y seguramente ha creado divisiones en la propia dirigencia de la contrarrevolución. Pero debemos estar claros en que la oligarquía y el imperialismo no aceptarán nunca esta revolución y aprovecharán cualquier relajamiento, cualquier error, cualquier resquicio que les dejemos, para atacar. Hay noticias inquietantes sobre sectores de la alta oficialidad, y no sabemos si de otras instancias del estado, que podrían estar actuando en connivencia con los enemigos de la revolución. Y si vemos distintos medios de comunicación financiados por el imperialismo (Newsweek, Miami Herald, The Centinel) es indudable que preparan el terreno para una nueva ofensiva contrarrevolucionaria nacional e internacional.
La victoria de Chávez anima la lucha contra el imperialismo y el capitalismo en todo el mundo
La revolución venezolana y el presidente Chávez son un punto de referencia para los jóvenes y trabajadores no ya sólo latinoamericanos sino de todo el mundo. Una nueva victoria electoral masiva es una derrota para el imperialismo y animará la lucha de masas contra el imperialismo y el capitalismo en todo el mundo. Harán todo lo que puedan para impedir esa victoria o, si no lo logran, para intentar ocultar y distorsionar ante el mundo la misma. Pero esto sólo sería el primer paso para intentar por todas las vías a su alcance terminar con la revolución. El único modo de impedir que logren movilizar a su base social y derrotar cualquier tentativa contrarrevolucionaria es dejando claro desde ya que los sectores dispuestos a defender esta revolución y completarla rompiendo con el capitalismo y avanzando rápidamente hacia el socialismo somos muchos más, estamos dispuestos a todo y unidos y organizados entorno a un plan de lucha unitario.
“Oligarcas Temblad”: Si se atreven, se arrepentirán
En ese sentido la CMR y el Frente Revolucionario de Trabajadores de Empresas en Cogestión y Ocupadas (FRETECO) se han sumado al Plan “Oligarcas Temblad” que están organizando varias organizaciones con reconocida capacidad de movilización de la izquierda revolucionaria (Frente Nacional Campesino “Ezequiel Zamora” –FNCEZ-, Unidad Popular Venezolana –UPV-,Frente Alexis Vive, Coordinadora Simón Bolívar, Movimiento de los Sin Techo,…) que manteniendo sus diferencias y diversidad programática e ideológica se han puesto de acuerdo para actuar en unidad de acción contra cualquier intento contrarrevolucionario y en defensa del mantenimiento y avance de la revolución.
Para el día de las elecciones desde la CMR proponemos:
1. Movilizarse desde primeras horas de la madrugada, tal como ha planteado el presidente Chávez, para acudir a votar masivamente.
2. Mantenerse agrupados y alerta en los locales de organizaciones populares, centros de trabajo, medios alternativos y del estado, empresas recuperadas y ocupadas, cooperativas agrarias, etc que existan cerca de cada centro de votación y mantenernos en contacto permanente entre los distintos colectivos revolucionarios y con la Sala Situacional del plan de contingencia popular “Oligarcas temblad”
3. El FRETECO ya está llamando a los trabajadores de las empresas en cogestión y ocupadas a acuartelarse en las mismas tanto para defender estas de cualquier posible ataque como para responder a cualquier posible ofensiva revolucionaria que pueda producirse.
4. Llamamos a las distintas corrientes de la UNT a proponer al resto de los trabajadores mantenerse vigilantes cerca de los centros de trabajo, de los medios de comunicación públicos y privados y otros puntos estartégicos para en caso de que se poduzca cualquier intento de saboteo económico o golpe tomar inmediatamente estos espacios estratégicos y ponerlos a funcionar bajo control obrero, como hicimos en diciembre de 2002 ante el paro petrolero, para garantizar que estos siguen funcionando al servicio del pueblo y la revolución.
5. La coordinación que las organizaciones antes citadas ya hemos iniciado debe ampliarse a todos los revolucionarios que quieran defender y hacer avanzar esta revolución. Si actúa la contrarrevolución, proponemos a todos los colectivos revolucionarios, movimientos sociales, Consejos Comunales, sindicatos clasistas, etc conformar Comités y asambleas unitarias para organizar la unidad en la acción de todo el movimiento revolucionario.
6. Ante cualquier tentativa contrarrevolucionaria seria que pueda producirse debemos responder unitaria y masivamente sin caer en provocaciones y llamando al gobierno a basarse en la movilización y organización del pueblo en unión a los sectores revolucionarios de la FAN para defender el proceso revolucionario.
7. Para ello es necesario que los sectores revolucionarios que existen en las fuerzas armadas estèn organizados y constituyan Comités de Acción para aislar y neutralizar a los infiltrados y contrarrevolucionarios y coordinar su movilización con la de la clase obrera y el pueblo organizado. Tambièn es imprescindible que el gobierno garantice a las distintas organizaciones sociales revolucionarias que ya existen y las asambleas populares que pueda crear el movimiento de masas para derrotar una posible tentativa golpista los medios necesarios para defender el proceso revolucionario.
Si estamos preparados, actuamos con decisión y les dejamos claro desde el principio que tienen todas las de perder la inmensa mayoría de la base social de la contrarrevolución no se atreverá a enfrentarse al pueblo organizado y movilizado y los que lo intenten serán derrotados. Una cosa está clara: tanto si deciden acatar la victoria revolucionaria como si intentan cualquier maniobra (fraude, golpe, guarimba o una combinación de todas ellas) acudir a votar el 3D por el presidente Chávez es sólo el primer paso, imprescindible, de la lucha. Tras la victoria del 3D sólo hay una alternativa ante nosotros: o la revolución avanza decisivamente hacia la expropiación de los capitalistas y resuelve problemas a los que el capitalismo nos viene condenando desde hace décadas como la falta de vivienda, desempleo, pobreza, economía informal, inseguridad, etc o, si continúan el saboteo de los capitalistas y el freno a la revolución que representan la burocracia y el reformismo, la revolución puede verse gravemente amenazada y sectores de las masas podrían empezar a caer en la desmoralización y la frustración. Este es el mayor peligro para cualquier revolución.
10 millones de razones para expropiar a los capitalistas
El saboteo de los capitalistas es permanente. Se expresa en el desabastecimiento, las subidas de precios, la huelga de inversiones productivas, el saboteo de los planes progresistas del gobierno, el cierre o infrautilización de las empresas,…El último ejemplo ha sido el cierre de Sanitarios Maracay por su empresario hace unos días. El conjunto del movimiento obrero debe rsponder como lo han hecho los trabajadores de Sanitarios Maracay. Estos han tomado la empresa, la han pusto a funcionar bajo control obrero, están vendiendo la producción a precios solidarios a la comunidad y han elegido un Consejo de Fábrica formado por voceros elegibles y revocables para gestionar ellos mismos la empresa al mismo tiempo que piden la estatización bajo control obrero de la misma. Este es el camino que debe seguir la revolución tras estas elecciones.
La banca, las grandes empresas y la tierra deben ser propiedad del estado pero el estado debe estar gestionado y controlado por los trabajadores y no por una burocracia al margen de las masas. Tras la victoria del 3 de diciembre es imprescindible sustituir el actual aparato estatal y todas las leyes capitalistas que frenan el avance de la revolución por un genuino estado revolucionario basado en la elegibilidad y revocabilidad de todos los cargos por asambleas revolucionarias de los trabajadores, los campesinos y el conjunto del pueblo revolucionario. Sólo así podremos hacer realidad una planificación socialista y democrática de la economía, resolver todos los problemas sociales y abrir el camino desde Venezuela a una América latina y un mundo socialistas.