La victoria del 3 de diciembre de 2006 abrió una etapa nueva marcada por medidas como la formación del PSUV, la nacionalización de las empresas estratégicas, etc. Este giro a la izquierda, como era de esperar, ha contado con el sabotaje y oposiciónd La victoria del 3 de diciembre de 2006 abrió una etapa nueva marcada por medidas como la formación del PSUV, la nacionalización de las empresas estratégicas, etc. Este giro a la izquierda, como era de esperar, ha contado con el sabotaje y oposición de los capitalistas. A principios de año se dio una subida generalizada de precios por encima de los topes estipulados por el gobierno. La inflación subió un 2% en enero como consecuencia de la escasez de productos básicos. El índice de escasez de productos del BCV (Banco Central de Venezuela) pasó del 9,2% en diciembre al 14,3% en enero. Los capitalistas dejaron de producir o guardaban sus mercancías para mejores ventas en el futuro. A esto se sumó el sabotaje consciente instigado por la patronal y el imperialismo.
¿Cómo derrotar el saboteo de los capitalistas y la burocracia?
El gobierno ante esta situación puede hacer varias cosas: ceder al chantaje de los empresarios, recrudecer la presión sobre los mismos o lo que planteamos desde la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR): expropiar al conjunto de los capitalistas y estatizar bajo control obrero las palancas económicas fundamentales, que suponen 2/3 del PIB, para organizar y planificar democráticamente la economía en función de las necesidades sociales y no del beneficio de los empresarios. Mientras no haga esto los capitalistas seguirán saboteando.
El gobierno compró la CANTV y Electricidad de Caracas a las multinacionales y los mercados respiraron aliviados. Desde la CMR defendemos que lo mejor hubiera sido expropiar sin indemnización pues ésta ya la han cobrado de sobra enriqueciéndose a costa del pueblo y los trabajadores venezolanos. Aún con indemnización, estas nacionalizaciones son una medida progresista que apoyamos pero no deben quedarse ahí: el control de estas empresas nacionalizadas debe estar en manos de los trabajadores. Si la burocracia estatal se hace cargo estas nacionalizaciones serán un desastre. Habrá un sabotaje continuo por parte del aparato estatal que tiene mil y un vínculos, visibles e invisibles, con la burguesía y el imperialismo.
El imperialismo está muy preocupado. Si pudieran redoblarían esfuerzos para tumbar a Chávez y aplastar la revolución pero están empantanados en Iraq y eso no les deja las manos libres para Venezuela. La principal defensa de Venezuela es el carácter internacional de la revolución. La gira de Bush fue un fracaso. Mientras Chávez celebraba mítines masivos en Argentina, Bolivia y Haití, Bush era recibido a pedradas en Brasil, Colombia y Guatemala. El imperialismo ha pretendido iniciar un contraataque en el terreno diplomático contra la revolución venezolana, pero cuenta con un rechazo masivo de la población en todos los países visitados por Bush.
El conflicto entre el gobierno y los empresarios y el imperialismo se recrudecerá antes o después, y a una escala superior, por la contradicción entre las necesidades de las masas y el deseo de Chávez de mejorar las condiciones de vida de los venezolanos y la incapacidad del modo de producción capitalista. El capitalismo es un obstáculo absoluto al desarrollo de la nación. Chávez hace llamados a los empresarios para que inviertan pero al mismo tiempo amenaza con expropiarlos, expropia y nacionaliza algunas empresas y dice que hay que producir no en función del beneficio sino de las necesidades, habla contra el capitalismo y a favor del socialismo…Sobre todo, Chávez estimula la lucha y organización a las masas. Por ahora el gobierno puede maniobrar gracias a la renta petrolera, que tapa los huecos que produce el sabotaje económico capitalista. Pero el efecto de la renta petrolera no va a durar siempre y ya está generando enormes contradicciones en la economía. Cualquier cambio, aún pequeño, en el crecimiento de la economía mundial, con sus efectos sobre los precios del petróleo y el dólar, tendrá grandes repercusiones en la economía venezolana.
Para derrotar al reformismo, la clase obrera debe ponerse al frente de la construcción del PSUV
La principal contradicción de la revolución es la lucha entre los reformistas y los revolucionarios al interior del movimiento bolivariano. Si esta división a izquierda y derecha no se ha producido por ahora ha sido por la autoridad de Chávez. Sin embargo, la propuesta de crear el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha tensado demasiado la cuerda. En el PSUV se van a dar enormes luchas entre los elementos revolucionarios y los reformistas y burocráticos. Las direcciones del PPT, Podemos y PCV ven la fusión como un peligro a sus posiciones en vez de una oportunidad para crear un partido revolucionario con un programa socialista en Venezuela. La lucha dentro del PSUV no está decidida. Será una lucha entre reforma y revolución, y será en los próximos meses uno de los campos de batalla más fuertes contra el reformismo. Chávez trata de impulsar desde la base la construcción del partido, quiere hacer de él un instrumento auténticamente democrático y un látigo contra el burocratismo. La CMR considera una de sus prioridades la construcción del PSUV y que éste se dote de un programa socialista que ponga fin a la anarquía capitalista sobre la base de la nacionalización de la banca, la industria y las multinacionales para poder llevar a cabo una planificación democrática de la economía. El PSUV debe ser también el instrumento para terminar con el estado burgués y el burocratismo. Para ello la clase trabajadora debe ponerse al frente de la formación del PSUV.
Recientemente los trabajadores de Sanitarios Maracay compraron materia prima con los recursos conseguidos de la venta de salas de baño. Los trabajadores llevan 4 meses aguantando. ¡Qué mejor prueba del alto nivel de conciencia de los trabajadores venezolanos¡ Pero todo tiene un límite. La empresa, aún bajo control obrero, no puede competir en el mercado capitalista. La burocracia reformista va a poner todos los obstáculos para impedir la nacionalización. Hay enormes contradicciones entre lo que dicen los ministerios y lo que hace y dice Chávez. Sirva de ejemplo la entrevista de los trabajadores con un alto cargo del Ministerio de Finanzas. Este les señaló que el gobierno no estaba interesado en nacionalizar empresas, salvo las privatizadas, y que la línea era implementar empresas mixtas. Decía esto mientras Chávez expropiaba Fricapeca y el hospital oncológico Padre Machado.
Al mismo tiempo el sabotaje de la burocracia al control obrero continúa. En Inveval los trabajadores se han movilizado para demandar que PDVSA les suministre válvulas para trabajar. La petrolera estatal se las niega y eso va a suponer que no haya trabajo. Lo que falla en la cogestión no son los trabajadores sino la burocracia, su ineficacia y sabotaje.
La burocracia estatal, los reformistas, son débiles. Sacan su fuerza de que la clase obrera, por ahora, no se ha puesto al frente de la revolución. Pero eso puede cambiar en cualquier momento. La lucha de Sanitarios Maracay muestra el potencial del proletariado venezolano. La expropiación de Sanitarios Maracay dependerá de hasta qué punto se extiende la lucha por la toma y ocupación de empresas. Son necesarios 10, 100,… Sanitarios Maracay. Muy especialmente es necesario que los dirigentes de todas las corrientes de la UNT extiendan la lucha y que ésta no quede aislada. Sanitarios Maracay debe ser un ejemplo para el resto de la clase trabajadora. Hay que expropiar revolucionariamente a los capitalistas, poner a funcionar las empresas, coordinar las fábricas y su producción desde abajo, no esperar a que la lenta e ineficaz burocracia lo haga.
La UNT debe organizar la toma de empresas y demandar su estatización bajo control obrero
Desafortunadamente, la dirección de la UNT sigue enfrascada en el debate de la fecha de las elecciones para la central, y no en implementar la lucha por el control obrero y la toma de fábricas. Desde la CMR estamos a favor de que se hagan elecciones para escoger democráticamente una dirección sindical tras más de 3 años desde la constitución de la UNT. Sin embargo hay sectores reformistas, burocráticos, dentro y fuera de la UNT, que no quieren esas elecciones y pretenden tener paralizados a los trabajadores. La UNT sólo se podrá desarrollarse si se organiza como instrumento de los trabajadores para la toma del poder y no como un sindicato reivindicativista. La lucha obrera en Venezuela pasa rápidamente del contrato colectivo a la lucha por quién posee el control de las empresas y de la economía del país. La toma del poder es la tarea central de la clase trabajadora en esta revolución y el único camino para la victoria: extender la ocupación de empresas, formar comités de fábrica para realizar el control obrero y coordinarlos con los Consejos Comunales para formar soviets.
Si se supedita esta tarea central a que haya o no elecciones de la UNT, si se hace de las elecciones el centro en torno al que gira todo lo demás, la clase trabajadora estará paralizada este año como en los anteriores. Desafortunadamente, la C-CURA -que agrupa alrededor de Orlando Chirino a los sectores más combativos de la clase trabajadora- sigue enroscada en la cuestión de las elecciones. La mayoría no se va a ganar en las urnas, sino en la lucha. El sector de la UNT que se ponga al frente de la lucha por el socialismo en Venezuela, no en palabras sino en hechos, será el que gane la mayoría en el seno de la clase obrera. Como decía León Trostky en su historia de la Revolución Rusa: "La mayoría no se cuenta. Se conquista".