Brasil es el país más extenso de América del Sur y una de las naciones con mayores perspectivas de desarrollo en el continente. Su economía es de gran importancia en América Latina y el mundo, y está basada en: la agricultura, la ganadería, la minería y la industria; pero a pesar de todo esto aún existe una marcada línea que separa a los ricos de los pobres. Hasta ahora los cambios en Brasil no han sido como todos esperaban, los pobres siguen teniendo las mismas dificultades, y el panorama -para muchos- no es nada alentador.
Desde el año 2002, los trabajadores de las fábricas Cipla e Interfibra, ubicadas en la ciudad de Joinville, estado de Santa Catalina, al sur de Brasil, ocuparon éstas empresas como único camino para mantener sus puestos de trabajo. Luego de llevar a cabo estas acciones, los más de 1000 trabajadores recibieron amenazas de todo tipo: legales, políticas y económicas. Serge Goulart, Coordinador Nacional del Movimiento de Fábricas Ocupadas en Brasil y Miembro de la Dirección Nacional del Partido de los Trabajadores (PT), fue amenazado con prisión (en el año 2005) de no cancelar 500 millones de Reales, lo que representaba la deuda de los antiguos dueños de las fábricas, y la cual (de ser cancelada) hubiera imposibilitado el pago de salarios, la compra de materia prima y, por ende, la subsistencia de ambas industrias.
Desde hace 5 años, Venezuela y algunas fábricas tomadas en Brasil (en particular las especializadas en el área de termoplástico, tecnología que dominan las mismas) tienen un acuerdo con el gobierno venezolano, encabezado por el Presidente Hugo Chávez, que consiste en el intercambio de materia prima venezolana por la transferencia de tecnología en dicha área. En tal sentido, durante una reciente visita de trabajo a nuestro país, Serge Goulart afirmó que “no hay nada más importante para los trabajadores del mundo que la revolución venezolana, por que es el punto más avanzado de lucha contra el imperialismo”. Refiriéndose a la organización y capacidad de los trabajadores brasileños, el dirigente aseveró que “un ejemplo claro de ello es la fábrica Petrocasa que Pequiven está haciendo ahora, la cual diseñamos en su totalidad desde el Movimiento de Fábricas Ocupadas”. Es importante señalar que la llamada Industria Petrocasa se encargará de construir casas de plástico derivado del petróleo y se abrirá en el marco del denominado Plan de Desarrollo Nacional, que pretende responder a las necesidades sociales alcanzando la equidad como nuevo orden de justicia social y base material de la sociedad venezolana, y a través del cual se pondrán en marcha más de 200 fábricas socialistas.
Para el Coordinador Nacional de Fábricas Ocupadas de Brasil, “Lula ha practicado un acto espantoso, ha pedido a un juez que determine la intervención judicial, policial y militar en las fábricas ocupadas”, y de esa manera preparar el cierre de la industria. La situación de los trabajadores brasileños y el comportamiento del Presidente del vecino país en relación al tema, es una señal muy clara de que Da Silva “no comparte con nosotros la lucha que llevamos en las fábricas ocupadas”, dijo. Explicó que además el Estado Brasileño debe asumir su responsabilidad porque nunca garantizó el empleo, hizo planes económicos a favor de los capitalistas y “permitió que los patrones no pagaran las prestaciones sociales, los salarios, nada, durante 15 años”.
Al referirnos a ¿cuáles serían las consecuencias tanto para Brasil como para Venezuela que traería esta situación? manifestó que el hecho de que en Brasil se estén atacando con policías militares fábricas ocupadas por trabajadores que defienden la revolución venezolana “es una actitud como de Pinochet”, el dirigente aseguró que “situaciones como ésta nunca se vieron en Brasil, a no ser durante dictaduras militares”. Muy seguro de sus palabras afirmó que a pesar de la lucha que llevan a cabo los trabajadores brasileños, tal situación no debilita a la revolución venezolana por que “seguramente uno de los puntos básicos del cambio en Venezuela es el apoyo que los trabajadores le brindan”, sostuvo .
El acuerdo entre Venezuela y Brasil está dentro de la industria petroquímica, que no es más que la extracción de cualquier sustancia química a partir de combustibles fósiles, entre los cuales se encuentran los hidrocarburos purificados como: el metano, el propano, el butano, la gasolina, el queroseno, el gasoil, el combustible de aviación, así como pesticidas, herbicidas, fertilizantes y otros artículos como los plásticos, el asfalto o las fibras sintéticas. Los artículos derivados de la petroquímica son utilizados en diversas áreas como la farmacéutica, alimenticia, química, textil, y próximamente, con la fábrica Petrocasa, se construirán viviendas con materiales de alta calidad derivados de dicha industria. El desarrollo de la petroquímica es de vital importancia para el progreso de nuestro país, y a pesar de la amenaza que representa el cierre de las empresas brasileñas Cipla e Interfibra, tanto para sus más de 1000 trabajadores, como para el convenio entre el Estado venezolano y las fábricas mencionadas, “seguiremos adelante con la lucha, defendiendo a la revolución de Venezuela”, manifestó Goulart.
¿Serán éstas acciones parte de una estrategia del gobierno de Estados Unidos para romper las relaciones de ambos países? preguntamos al Dirigente brasileño, a lo que contestó:
“Sí, es una estrategia de los Estados Unidos, no para romper con las relaciones entre ambos países, sino para aplastar los puntos de apoyo de la revolución venezolana en los distintas naciones, por que lo que está haciendo Lula y lo que está haciendo Tabaré y Bachelet es, efectivamente enfrentarse a la revolución venezolana”, aseguró.
Los Medios de Masas son un factor fundamental en este tipo de situaciones y con los grandes medios de Brasil en contra de los trabajadores ¿Cómo hacen ustedes para hacer circular la información dentro del país, siendo una nación tan extensa?¿Qué estrategias están llevando a cabo para que se divulgue lo que está pasando?
Nuestro movimiento es muy grande e importante, entonces, la gran prensa no puede esconderlo completamente, por eso sale a la luz pero con ataques. Nuestra información circula en periódicos sindicales y además trabajamos dentro del CUTA (Centro Único de Trabajadores) y junto con el MST (Movimiento Sin Tierra), son miles y miles de personas que están ligadas a nuestro movimiento… Además, hacemos un permanente trabajo comunicacional por internet y un programa de radio de 15 minutos que se transmite en 2300 radios en todo el país, atestó.
A pesar de las dificultades que hoy enfrentan los trabajadores de las empresas Cipla e Interfibra, sigue adelante el acuerdo Venezuela-Brasil para cambiar materia prima venezolana por tecnología en termoplástico brasileña, industria que deriva a su vez de la petroquímica, y gracias a la cual en pocos días se inaugurará Petrocasa, en el marco del Plan de Desarrollo Nacional. En tal sentido, Goulart afirmó que “el acuerdo se mantiene, pero sigue sin la fábrica que está en intervención…hasta ahora Chávez y la revolución han ganado, pero si la contra-revolución triunfa, nos retiramos inmediatamente, no vamos a poner balas en el arma del enemigo”. Por último, el Coordinador Nacional del Movimiento de Fábricas Ocupadas en Brasil y Miembro de la Dirección Nacional del Partido de los Trabajadores (PT), manifestó que si las fábricas no son manejadas por los trabajadores, el gobierno de Venezuela se retirará del acuerdo.