El FMLN es el partido tradicional de los trabajadores y trabajadoras de El Salvador, éste le ha costado a la clase trabajadora decenas de miles de vidas y muchos sufrimientos. Los más de medio millón de votos que obtuvo el FMLN en las elecciones presidenciales del 2004 eran en su gran mayoría obreros y obreras del campo y la ciudad. A través de la historia los trabajadores recurren a sus partidos u organizaciones tradicionales para luchar y cambiar la sociedad.

Introducción

 

El FMLN es el partido tradicional de los trabajadores y trabajadoras de El Salvador, éste le ha costado a la clase trabajadora decenas de miles de vidas y muchos sufrimientos. Los más de medio millón de votos que obtuvo el FMLN en las elecciones presidenciales del 2004 eran en su gran mayoría obreros y obreras del campo y la ciudad. A través de la historia los trabajadores recurren a sus partidos u organizaciones tradicionales para luchar y cambiar la sociedad.

 

La razón de esto es porque cuesta mucho dolor y sufrimiento crear organizaciones de masas, por esta razón las masas suelen ignorar a las pequeñas organizaciones y recurren a sus organizaciones tradicionales independientemente de la calidad de la dirección de estas. Los sectarios no comprenden a las masas, como desarrollan su conciencia y se mueven para cambiar la sociedad. Para estas personas la cuestión es muy simple: proclamar el partido revolucionario, no les importa si es de dos o de doscientos mil.

 

Por todo esto los marxistas del Bloque Popular Juvenil (BPJ) apoyamos al FMLN y lucharemos porque llegue a la presidencia pero además también luchamos porque el partido se convierta en una herramienta de la clase trabajadora salvadoreña no sólo en los procesos electorales sino en sus luchas cotidianas más inmediatas.

 

La historia del FMLN

 

El 10 de octubre de 1980 fue creado el FMLN, integrado al principio sólo por cuatro organizaciones guerrilleras: las Fuerzas Populares de Liberación «Farabundo Martí» (FPL), fundada en abril de 1970; el Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS), conocido como Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), fundado en marzo de 1972; la Resistencia Nacional (RN), fundada en mayo de 1975 y el Partido Comunista Salvadoreño (PCS), fundado en 1930. Posteriormente en diciembre de ese mismo año se incorporó el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), fundado en 1976. Cada uno mantuvo su independencia política y organizativa, es decir, que el FMLN era un partido formado por cinco partidos diferentes.

Antes de la unidad de los grupos guerrilleros, vimos el ejemplo de la unidad de las organizaciones de masas, que aglutinaban a la mayor parte de la clase trabajadora del campo y la ciudad y que fueron surgiendo al igual que la guerrilla en la década de 1970. Nos referimos a La Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM), fundada el 11 de enero de 1980, integrada por el Bloque Popular Revolucionario (BPR, nacido en julio de 1975); el Frente de Acción Popular Unificado (FAPU, nacido en septiembre de 1977); las Ligas Populares 28 de febrero (LP-28, nacidas en marzo de 1977); la Unión Democrática Nacionalista (UDN, fundada en 1969) partido político electoral con el cual el PCS participaba en las elecciones y el Movimiento de Liberación Popular (MLP, fundado en 1978). Desde el momento de su nacimiento, las organizaciones de masas mencionadas anteriormente estuvieron dirigidas por la guerrilla, así, cada una pertenecía a cada una de las agrupaciones guerrilleras. Pero el FMLN es el producto legitimo de la unidad del movimiento obrero que obligó a los grupos guerrilleros a plantear la unidad, es por esto que el FMLN tiene tanto arraigo entre la clase trabajadora.

 

Este acto de unidad de las organizaciones de masas y guerrilleras se da en medio de una situación revolucionaria. Lenin nos explica que una situación revolucionaria tiene las siguientes características: 1) la clase dominante debe estar dividida y en crisis, 2) la clase media debería estar vacilante entre la burguesía y la clase obrera, 3) las masas deberían estar preparadas para luchar y hacer los mayores sacrificios para tomar el poder y 4) un partido y dirección revolucionaria que estén preparados para dirigir a la clase obrera hacia la conquista del poder. Todos estos elementos estuvieron presentes en 1980, excepto la dirección revolucionaria.

 

Los puntos anteriores estuvieron presentes en nuestro país prácticamente durante toda la década de los setenta y principios de los ochenta. Durante estos años vimos un fermento revolucionario en la clase trabajadora, se fortalecieron los sindicatos y surgieron nuevos, las huelgas y marchas se multiplicaron a lo largo y ancho del país a pesar de la represión salvaje por parte del régimen militar impuesto por medio de fraudes electorales descarados. La situación económica era desesperante, el desempleo y los bajos salarios condenaban a los trabajadores y trabajadoras a unas condiciones de vida lamentables. Toda esta situación profundizaba las contradicciones de clase. Fraudes electorales, huelgas, marchas de protesta, asesinatos, represión salvaje, escuadrones de la muerte, crisis económica, etc. Una receta acabada para la guerra que duró más de 12 años y costó la vida a decenas de miles de salvadoreños y salvadoreñas, que entregaron su vida luchando por la transformación revolucionaria de la sociedad. Al final, terminó en la firma de los acuerdos de paz en Chapultepec en 1992, donde se acabó con la guerra y el FMLN se convirtió en partido político electoral.

 

El método de la guerrilla

 

Al leer los libros testimoniales sobre la guerra en El Salvador podemos ver que fue una experiencia conmovedora y que pasaron por situaciones muy extremas donde arriesgaban sus vidas, abandonaban a su familia, es decir, entregaban su vida entera a la revolución. Una de las cualidades de esa época era el espíritu de sacrificio de los guerrilleros, quienes eran luchadores honestos dispuestos a entregar su vida por el triunfo de la revolución. También argumentan que no había otra alternativa mas que la lucha armada por la represión y porque «no se podía conseguir ninguna mejora por métodos pacíficos».

 

El triunfo de la Revolución Cubana en 1959 por medio de una guerra de guerrillas causó un gran impacto en la mente de los jóvenes y militantes revolucionarios de América Latina, esto le dio un gran impulso a la aplicación de esta táctica en prácticamente todos nuestros países. Debemos tomar en cuenta que la Revolución Cubana pilló a los imperialistas por sorpresa, no esperaban que los guerrilleros triunfaran tan rápido. Los imperialistas aprendieron la lección y estudiaron la experiencia Cubana, incluso los escritos del Ché Guevara. A partir de ahí tomaron medidas, cada vez que aparecía un foco guerrillero, hacían todo lo posible para aplastarlo y no dejaban que se desarrollara.

 

Los marxistas siempre hemos visto la lucha guerrillera como un auxiliar del movimiento de masas en las ciudades, es decir, en el curso de un auge revolucionario. Los grupos guerrilleros en el curso de ascenso de la lucha revolucionaria pueden jugar un papel útil siempre y cuando estén subordinados al movimiento de masas en las ciudades y no al revés como ocurrió en nuestro país. El peligro de degeneración inherente a esta actividad se puede ver cuando estos grupos se separan del movimiento de masas. Los ejemplos de esto son varios en nuestro país.

 

En el folleto «A 40 años de la muerte del Ché Guevara» escrito por Alan Woods podemos leer: «En Argentina, Uruguay, México, Venezuela y otros países, el intento de imitar de modo mecánico los métodos de la guerrilla en Cuba llevó a derrotas sangrientas. Particularmente negativa fue la idea del denominado ‘guerrillerismo urbano’, que sólo es la vieja idea del terrorismo individual con una nueva máscara. Aquellos que defendieron esta táctica desastrosa pensaban que habían inventado algo totalmente nuevo. En realidad, sólo repetían los errores de los viejos terroristas rusos de Narodnaya Volya, contra los que Lenin llevó a cabo una lucha implacable».

 

 «En cada caso, estas tácticas terminaron en una derrota sangrienta y en la reacción salvaje. El movimiento perdió miles de cuadros jóvenes que podían haber jugado un papel importante en el desarrollo de un movimiento revolucionario de masas en las fábricas, barrios obreros y pueblos. Fue un error muy serio que se debe rectificar si se desea el triunfo de la revolución socialista…».

 

Reconocemos el espíritu de sacrifico y la honestidad de los miles de militantes revolucionarios que se incorporaron a la guerrilla que son un ejemplo e inspiración y reivindicamos su legado de sacrificio por conseguir un cambio radical en nuestro país.

 

El contexto actual

 

Vivimos un periodo de ascenso revolucionario, no hay ningún régimen estable desde el Rió Bravo hasta tierra del fuego, sólo veamos a Bolivia, Ecuador y por supuesto Venezuela. El capitalismo ha dejado de jugar un papel progresista, ya no es capaz de desarrollar las fuerzas productivas. A excepción de China y la India, todos los demás países tienen tasas de crecimiento muy pequeñas. La crisis en Estados Unidos que aunque está comenzando tendrá un impacto inmediato en nuestro país. Nuestra economía esta subordinada a la norteamericana, basta con mencionar que las remesas casi igualan al total de las exportaciones de nuestro país, según el Banco Central de Reserva en 2007 las exportaciones fueron de 3,980 millones de dólares y los ingresos de remesas de 3,695.3 millones de dólares, equivaliendo a un sorprendente 18.1% del PIB nacional. Esta situación ha sido profundizada por las políticas aplicadas por los gobiernos de ARENA en estos 19 años de gobierno. Si la crisis económica de los EEUU es bastante profunda, éstos arrastrarán tras de sí al resto de la economía mundial y el impacto en nuestro país será desastroso, esto traerá consecuencias políticas y sociales graves.

 

La huelga de los panaderos, un sector tan disperso y heterogéneo es muy sintomática, tenían décadas de no organizase y sin embargo, han hecho dos huelgas que han abarcado a la gran mayoría de ellos. El último periodo ha sido de calma relativa, después de las luchas en contra de la privatización de la salud y el anillo periférico en 2001-2002, donde vimos movilizaciones masivas de decenas de miles de personas en las calles y que detuvo la iniciativa privatizadora del tercer gobierno de ARENA, la situación ha estado estable, pero ahora entramos de nuevo en un periodo de ascenso de la lucha. Las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras salvadoreñas se está poniendo cada vez más insoportable. No existe una relación mecánica entre ciclo económico y lucha de clases, una crisis inclusive puede tener un efecto paralizador en un inicio, pero después podríamos ver jornadas de lucha de los sindicatos y las diferentes organizaciones de nuestro país, pero la situación se esta volviendo tan crítica y el enojo de los trabajadores tan creciente que podríamos ver fuertes protestas. El poder adquisitivo se ha deteriorado, los recientes aumentos salariales no compensan esta situación. Los economistas burgueses tienen la esperanza de que la crisis sea suave y corta como la crisis de la burbuja tecnológica del 2000, éstas son sólo ilusiones, en realidad no tienen una alternativa, los economistas más serios admiten la gravedad y el poco margen de maniobra. Uno de los efectos más negativos de las políticas de ARENA ha sido el desmantelamiento del agro, en la actual crisis alimentaría se han dado cuenta que cometieron un grave error, están tratando de rectificar, pero el daño ya fue hecho.

 

Seguramente esto se puede traducir en una votación masiva hacia el FMLN, la clase trabajadora utilizará al partido para cambiar su situación desesperante. El FMLN tendrá en sus manos una papa caliente. Tomar el gobierno en medio de una crisis económica es muy complicado. Funes se verá sometido desde el primer momento bajo presiones de clase, por un lado la burguesía y por el otro los trabajadores. Debemos estar alertas para defender al gobierno del FMLN y también para presionar que se tomen medidas que favorezcan a la mayoría de la población, es decir a los trabajadores del campo y la ciudad, aunque esto afecte los intereses de los capitalistas, banqueros y terratenientes.

 

Por un FMLN auténticamente socialista y revolucionario

 

Un partido es la organización política de una clase social determinada, el FMLN representa las aspiraciones de cambio de la clase obrera, por otro lado ARENA fue creada por el desprestigio al que había llegado el PCN que se había convertido en un cascarón vacío y como respuesta de la burguesía al avance de las masas que habían construido al FMLN. Esa gran trayectoria es lo que hace que el FMLN se declare un partido socialista y revolucionario y en consecuencia sus métodos deben subordinarse al fin del socialismo asumiendo posiciones auténticamente revolucionarias, combatiendo al arribismo y al oportunismo.

 

Un partido no es sólo una forma organizativa, un nombre, una bandera, un conjunto de individuos o un aparato. Un partido revolucionario para un marxista, es en primer lugar programa, métodos, ideas y tradiciones, y tan sólo en segundo lugar una organización y un aparato (aunque estos últimos son indudablemente importantes) para llevar estas ideas a las capas más amplias de la clase trabajadora.

 

Hay una incorrecta idea de que aquel que critique al FMLN es enemigo del partido, nosotros no creemos que sea así. Un verdadero amigo no es aquel que te dice que estas haciendo todo bien, sino aquel que no teme mirarte fijamente a los ojos y decirte tus errores. El FMLN es un gran partido lleno de verdaderos revolucionarios y que tiene tras de si una fuerte trayectoria de lucha. Nosotros no tenemos dudas que en el momento de la verdad saldrán a la superficie esa gran fuerza revolucionaria que está contenida en la histórica militancia del partido. Pero esto no quiere decir que el FMLN sea un partido perfecto y sin problemas, es deber de todo militante honesto luchar por que el FMLN corrija sus problemas para convertirlo en la herramienta que necesita el proletariado para hacer la revolución socialista una realidad.

 

Es verdad que no todos los socialistas son marxistas pero sólo el marxismo representa una doctrina armónica capaz de guiar a la clase trabajadora hasta la victoria total. Revisando la historia del movimiento marxista es necesario estudiar a fondo la experiencia del partido bolchevique en Rusia, el partido más revolucionario jamás visto en la historia. Un partido de hierro fuertemente disciplinado pero con gran democracia interna, donde se permitía la libre expresión de ideas e incluso la existencia de corrientes internas. Los bolcheviques mismos durante mucho tiempo fueron una corriente dentro del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso.

 

Los bolcheviques supieron trabajar en todas las condiciones imaginables, en periodos de revolución y en los de reacción, en épocas de guerra y en épocas de paz, de forma legal y de manera ilegal, en las huelgas en las fábricas y en la lucha parlamentaria. Ganaron al marxismo a las amplias masas, participando para ello dentro de organizaciones tan revolucionarias como los soviets o dentro de los sindicatos más reaccionarios como los formados por el policía zarista Zubatov. Los bolcheviques se orientaron claramente al movimiento obrero y combatiendo duramente al oportunismo y al sectarismo.

 

Si el objetivo del FMLN es realizar la revolución socialista, toda su política y estructura deberá estar en función de esto. Alguien dirá que cada proceso tiene sus peculiaridades y que no se pueden aplicar mecánicamente las experiencias de la revolución rusa y del partido bolchevique a la revolución salvadoreña y al FMLN, es cierto hasta cierto punto, el marxismo no es un dogma sino una guía para la acción, pero no debemos desechar toda la experiencia histórica pues aquel que no comprende la historia estará condenada a repetirla y como veremos, el bolchevismo tiene una gran vigencia para nuestra época y nuestro país.

 

En Rusia de 1917 la clase obrera no era más que una minoría y el partido bolchevique al inicio de ese año sólo contaba con 8,000 militantes en un país de 150 millones de habitantes. La clase obrera salvadoreña y el FMLN son proporcionalmente más poderosos que la clase obrera Rusa o que el partido bolchevique de 1917, la diferencia es que el partido dirigido por Lenin y Trotsky aplicaba los métodos y el programa del marxismo.

 

Por la democracia interna

 

EL FMLN surgió como un partido de partidos y desde su origen se dieron fuertes luchas ideológicas, eso no está mal sino todo lo contrario. Nos planteamos acabar con el actual sistema de explotación capitalista, pero para transformar nuestra realidad primero debemos comprenderla y establecer una estrategia y táctica adecuadas, cualquier error en la teoría se reflejará en la práctica. Los marxistas no planteamos imponer nuestras ideas al movimiento pero sí defendemos el derecho a expresarlas abiertamente, tenemos confianza en nuestros planteamientos y creemos que el FMLN debería de asumir posiciones marxistas aunque respetamos que existan otras expresiones revolucionarias en su interior.

 

Se debe mantener un pensamiento y prácticas democráticas dentro del partido y respetar el derecho a expresar libremente la opinión y la crítica en el seno del FMLN en todos los aspectos y niveles. Como bien los señalan los estatutos, el debate ideológico y teórico es indispensable al interior del partido y estará dirigido a elevar la calidad del pensamiento y la práctica del FMLN.

 

Por desgracia existen una serie de prácticas que no nos parecen las más adecuadas, suele ocurrir que un compañero crítico es excluido de muchas formas, por ejemplo con los clásicos métodos de las intrigas pequeño burguesas, con chambres. En vez de dar un buen debate ideológico que permita elevar el nivel político de los cuadros y la militancia se dicen mentiras o se sobreexageran algunos errores de los compañeros. Otra forma de acallar el debate es usando el aparato para excluir a militantes. Un compañero honesto que realice críticas para fortalecer al FMLN no debería tener ningún temor para expresar sus ideas ni ser reprimido.

 

Es verdad que existen otra clase de problemas al interior del FMLN como lo explicó Shafick Handal en su artículo El FMLN y la vigencia del pensamiento revolucionario en El Salvador donde critica un punto a nuestro parecer central: «Desde los primeros momentos en que hubo diputados del FMLN, la derecha dominante empezó a subir el salario de este cargo, que había estado a niveles bastante inferiores durante mucho tiempo; hasta abrir una distancia muy grande respecto al estándar de los trabajadores. Con los Alcaldes y Consejales ocurrió algo similar, aunque por iniciativa de ellos mismos, de manera que esos cargos se hicieron atractivos y mantenerse en ellos se volvió también una motivación muy fuerte para muchos».

 

Por desgracia la práctica de muchos miembros del FMLN no está en función de llevar adelante la lucha de los trabajadores por su emancipación sino de mantener sus buenos salarios, por lo tanto se desarrollan prácticas burocráticas. Éste no es un fenómeno nuevo ni desconocido para el marxismo durante el periodo de 1876-1914, el capitalismo aún en su etapa progresista vivió uno de sus más importantes auges económicos de su historia, los sindicatos y partidos socialdemócratas de la segunda internacional consiguieron importantes concesiones pero también se desarrolló una poderosa burocracia que planteó revisar los postulados del marxismo, el primer teórico de esta tendencia fue Bernstein, el teórico del reformismo, quien planteaba la construcción del socialismo de forma gradual, cosa que en la práctica nunca ocurre. Algo muy similar a lo que hoy plantea Heinz Dieterich con su socialismo del siglo XXI.

 

Estas tendencias que después fueron representadas por Kautsky a nivel internacional y por los mencheviques en Rusia que fueron duramente combatidas por marxistas como Lenin, Trotsky y Rosa Luxemburgo, ésta última con su importante obra Reforma o Revolución. Para revisar la bancarrota en que terminó la segunda internacional uno puede leer las páginas de La Crisis de la Socialdemocracia de Rosa Luxemburgo donde muestra la asquerosa posición de estos jefes que terminaron apoyando a sus burguesías nacionales en la guerra imperialista iniciada en 1914.

 

En el periodo previo al estallido de la primera guerra mundial la clase obrera alemana era el proletariado mejor organizado del mundo. «El SPD en 1914 contaba con 1,085,905 afiliados; sus candidatos a las elecciones legislativas en 1912 obtuvieron 4,250,000 votos. Los sindicatos que crearon encuadraban más de dos millones de miembros. Sus arcas ingresaban más de 88 millones de marcos de oro al año» (Juan Ignacio Ramos, La Revolución Alemana de 1918, Fundación Federico Engels). En realidad el SPD obtuvo la mayoría del parlamento pero eso no destruyó al capitalismo pues desarrollo una fuerte burocracia y la estructura parlamentaria sacó a la superficie su verdadero carácter reaccionario.

 

El atrasado capitalismo salvadoreño sólo da unas cuantas migajas que caen de la mesa de los capitalistas a la burocracia, como dijera la parábola del hijo pródigo: cambian su progenitura por un plato de lentejas. La lucha deja de ser ideológica y se convierte en una lucha por el aparato y los puestos, esto llevó a prácticas electoreras como el comprometer a gente a afiliarse al partido y votar por algún candidato a cambio de solucionar algún problema concreto de la comunidad. Esta gente no se comprometía con la lucha cotidiana del FMLN y no estaba dentro por convicción. Estos métodos burocráticos se expresaban en las elecciones internas generando duros conflictos.

 

No se puede resolver un problema político con métodos organizativos. La solución que se propuso fue abolir las elecciones internas y dejar a la dirección la decisión de elegir a los candidatos. ¿Esto ha solucionado el problema de la burocracia? ¡No! Por el contrario, vemos un gran descontento en muchas alcaldías donde se eligen a personajes deshonestos con quienes no se siente identificada la base, se le quitó el poder de decidir a los militantes y si bien ahora no se acarrea a gente para las votaciones, sigue habiendo deshonestas prácticas burocráticas para promocionarse y ser electo.

 

La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos, cualquier intento por sustituir el papel de la clase obrera inevitablemente derivará en burocratismo. Hay quienes intentan trasladar la estructura guerrillera a la actual situación, hay periodos donde la lucha de clases requiere una mayor centralización y otros donde se necesita más democracia, se quiere que simplemente se siga la línea de la dirección sin haber existido un debate democrático previamente. Lenin le dijo en alguna ocasión a Bujarin «si quieres obedientes tendrás obedientes tontos». Nosotros no subestimamos a la militancia tenemos gran confianza en ella. Creemos que lo que debería aplicar el FMLN es el centralismo democrático (que es opuesto al centralismo burocrático), es decir que exista la mayor libertad en la discusión y la mayor unidad en la acción, se quiere solamente que exista la mayor unidad en la acción aun cuando no halla un convencimiento político. Por ejemplo a la juventud, que históricamente suele ser una palanca transformadora muy importante, sólo se nos quiere usar para hacer pintas y pegas, son tareas importantes que hay que realizar, pero los jóvenes también tenemos ideas y propuestas.

 

Un ejemplo es la XIII Convención Nacional del Partido el pasado 11 de noviembre que mostró la gran vitalidad del FMLN, el estadio Cuscatlán fue insuficiente para albergar a todos los asistentes. Fue un acto que dio sólo una pequeña muestra de nuestra gran fuerza. Un acto de campaña extraordinario pero que no permitió un debate real y sólo sirvió para avalar las propuestas de la actual dirección. Un congreso democrático tuvo que iniciar con un debate en cada comité de base realizando también asambleas de delegados a nivel de municipios y departamentos para culminar en la convención donde a partir de un debate democrático de ideas podamos llegar a acuerdos democráticos. Se deben impulsar instancias juveniles no sólo para el activismo sino para la discusión.

 

En el documento antes citado Shafick dijo algo muy cierto: «Para transformar la realidad en El Salvador necesitamos un partido que siga fiel a la misión revolucionaria de cambiar este sistema. Su composición, su organización y funcionamiento deben ser coherentes con esa misión ¡Porque, hay que admitirlo, se rompió la coherencia entre misión, la estructura y el funcionamiento del partido!». Por eso planteamos una política que impulse una genuina participación de la base militante del FMLN por medio de los Comités de Base en las fábricas, los barrios y cantones. Proponemos las siguientes medidas:

 

Por la democracia interna en el FMLN

 

Elección de cualquier cargo tanto al interior del partido, como candidaturas de representación popular por medio de voto directo de los militantes base.

 

Informes periódicos ante las instancias que fue electo por parte de cualquier militante que posea algún cargo al interior del partido o de representación popular.

 

Revocabilidad de los cargos en asamblea democrática en cuanto la militancia de base considere que algún miembro con cargo al interior del partido o de elección popular desarrolla una política contraria a los intereses de la clase trabajadora.

 

Contra el oportunismo

 

Diputado obrero, salario obrero. Al interior del partido nadie podrá recibir un salario superior al de un trabajador calificado. Los militantes con algún cargo de elección popular deberán entregar íntegro su salario al partido para que le sea devuelta una cantidad como la antes mencionada. El resto de ese dinero deberá emplearse para el desarrollo y las necesidades del partido. ¡Basta de vividores!

 

Por una genuina instancia juvenil y de lucha

 

Por la participación democrática de los jóvenes en el FMLN por medio de instancias juveniles estables a nivel nacional, departamental y municipal.

 

Por la realización de convenciones y asambleas juveniles regulares en los tres niveles en las que se debatan nuestros problemas y se definan planes de acción y de lucha.

 

Por una táctica seria que atraiga la participación de los jóvenes obreros, campesinos, estudiantes, desempleados y subempleados.

 

Por que las JFM asuman una posición auténticamente revolucionaria y socialista. Por una alternativa juvenil que tenga como principal tarea luchar por un programa que tenga como prioridad la defensa de los intereses de los trabajadores y la juventud y que no dé ninguna concesión, por pequeña que sea, para la burguesía y su gobierno.

 

La democracia burguesa

 

En realidad, después de los acuerdos de paz hubo muchos compañeros que entraron en la lógica de acomodarse al sistema y no de combatirlo. Bajo la nueva realidad se desarrolló un fuerte ambiente de conciliación con el capitalismo. En vez de defender las industrias nacionalizadas se apoyó su privatización, para que por ejemplo ANTEL ya no fuera propiedad de todos los trabajadores salvadoreños sino convertir a los trabajadores de dicha empresa en propietarios que al poco tiempo, dadas las condiciones precarias de la clase obrera tuvieron que vender sus acciones.

 

La caída del estalinismo y su incapacidad de explicar este fenómeno (ya que era una de las causas de la caída del mal llamado socialismo real) y la caída del gobierno del FSLN en Nicaragua quienes creyeron que se podría tener una tercera vía entre capitalismo y socialismo, generó un ambiente de reacción. Vimos un fuerte ambiente de desmoralización y muchos compañeros dejaron de creer en el triunfo de la revolución socialista.

 

Durante la guerra se consiguió desmontar a los gobiernos militares pero la tarea quedó inconclusa, los problemas fundamentales de las masas no se han resuelto. Una nueva generación de jóvenes ha surgido, se integra al FMLN porque es el partido que llevó adelante la lucha revolucionaria, los trabajadores al ver que sus problemas no se resuelven nuevamente entrarán a la lucha. Es una regla que los trabajadores regresan una y otra vez a sus organizaciones tradicionales para tratar de transformar su realidad, no importa que tan burocratizadas se encuentren ni las traiciones que hayan recibido de su dirección. El FMLN y los sindicatos serán el instrumento de lucha que utilizarán los trabajadores. Consideramos que no es sólo en los procesos electorales donde el FMLN se debe hacer presente sino en las luchas cotidianas de los jóvenes y trabajadores del campo y la ciudad.

 

Se dice que debemos cambiar el sistema utilizando las mismas herramientas del sistema, esto en esencia no es incorrecto pero para ello requerimos de una auténtica posición revolucionaria. Un tema clave que distingue a un auténtico revolucionario es su posición acerca del Estado. Marx en El 18 Brumario de Luís Bonaparte se refiere al Estado como un ejército y un ejército de funcionarios. El marxismo explica que el Estado es un aparato de opresión de una clase social sobre de otra, que le permite a la clase dominante mantener su hegemonía en la sociedad. Marx fue muy claro y dijo que la clase obrera no podía conformarse con utilizar el viejo aparato del Estado burgués para sus fines, lo tenía que destruir e instaurar la dictadura del proletariado, es decir la democracia obrera. Lo vimos con los sandinistas que en Nicaragua no destruyeron el Estado burgués quien reaccionó contra de ellos echándolos del gobierno.

 

Lenin sentenció firmemente «Quien reconoce solamente la lucha de clases no es aún marxista, puede mantenerse todavía dentro del marco del pensamiento burgués y de la política burguesa. Circunscribir el marxismo a la teoría de la lucha de clases es limitar el marxismo, tergiversarlo, reducirlo a algo que la burguesía puede aceptar. Marxista sólo es el que hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado. En ello estriba la más profunda diferencia entre un marxista y un pequeño (o un gran) burgués adocenado» (Lenin, El Estado y la Revolución, Subrayado en el Original).

 

El parlamento burgués -y lo que tenemos en El Salvador no es más que un parlamento burgués- es parte de la estructura del Estado capitalista y no atentará contra los intereses fundamentales de la clase gobernante. La democracia burguesa no es más que el cascarón de la dictadura de los grandes monopolios. La burguesía es la principal defensora de la democracia siempre y cuando no se afecten sus intereses vitales, pero si unas elecciones los ponen en riesgo, ésta utilizará los medios que tenga a su alcance como el comprar a los dirigentes, asesinarlos como el caso de Benazir Bhutto en Pakistán, realizar golpes de Estado como lo hicieron en 2002 con Chávez, derrocar a presidentes como lo hicieron con Arístide en Haití o realizar fraudes electorales como en México en el 2006 o en Pakistán donde hubo un selectivo pero escandaloso fraude para excluir a la izquierda marxista del parlamento en febrero de 2008 o en Nigeria donde también se impuso a un presidente, en este caso a Umaru Yar’Adua, con fraude en el 2007 que si bien la judicatura terminó dando un fallo contra las elecciones, esto es por las grandes criticas de los trabajadores a las instituciones burguesas y a un gobierno débil que no puede aplicar los ataques, intentan formar un gobierno de coalición para golpear a los trabajadores. No podemos tener ninguna ilusión en la democracia burguesa.

 

Toda la historia de El Salvador esta llena de este tipo de casos, la burguesía no tiene la fuerza de realizar un golpe militar actualmente pero la posibilidad de fraude electoral es muy alta aunque se puede evitar con una política de clase, con un programa claramente orientado a satisfacer los intereses de los trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad, organizando y movilizando a la clase obrera.

 

Que no se nos malinterprete, nosotros luchamos por los derechos democráticos. Es la burguesía la que quiere restringir la democracia y abolirla en el momento en que parezca que la clase obrera amenaza a su dictadura. Por nuestra parte, participaremos en las elecciones y en el parlamento, y trataremos de ganar la mayoría por medios pacíficos. Pero también somos realistas y hemos aprendido que los banqueros y monopolistas no se detendrán ante nada para defender su poder y privilegios.

 

¿Cómo utilizar el parlamento de forma revolucionaria?

 

Si bien es un deber de los revolucionarios comprender el carácter de clase del Estado actual, eso no agota la discusión con respecto a nuestra participación en las elecciones y los parlamentos burgueses. Lenin decía en su libro La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo que mientras no tengas la fuerza para destruir al parlamento burgués y otras instituciones reaccionarias debes participar en ellos. El parlamento no es nuestra trinchera sino la del enemigo, la fuerza de la clase obrera no se encuentra en el parlamento sino en las calles y fábricas.

 

 «Las leyes que rigen la actividad parlamentaria se puede observar, en todas las épocas, en las fracciones parlamentarias de los partidos reformistas. Las presiones de la clase dominante, su ideología e instituciones, en ninguna parte son tan intensas como en el invernadero parlamentario. La burguesía ha perfeccionado durante un largo periodo de tiempo los mecanismos necesarios para sobornar, presionar y corromper a los representantes parlamentarios del proletariado. A menos que éstos últimos estén imbuidos con la conciencia de clase y la comprensión teórica necesaria para permitirles ver a través de los trucos y maniobras del enemigo, inevitablemente sucumbirán a la presión y serán absorbidos en el pantano parlamentario de los comités, la burocracia y las cuestiones de procedimiento. No es necesariamente una cuestión de corrupción personal directa, de arribismo, sobornos, etc., aunque todas estas armas son utilizadas activamente para comprar a los dirigentes obreros. En el caso de los reformistas de derechas muchos son abogados, médicos y economistas de clase media que tienen un estilo de vida y psicología más cercanos a la burguesía que a los trabajadores que pretenden representar. Incluso los reformistas de izquierda más honestos, incluso los trabajadores consagrados y forjados en años de lucha, pueden caer en la atmósfera enrarecida de este mundo artificial, y pueden alejarse de la realidad de la lucha de clases» (Alan Woods, Bolchevismo: El camino a la Revolución, Fundación Federico Engels).

 

No sólo se puede, se deben usar las herramientas del sistema para transformar al mismo sistema, pero para ello necesitamos un programa y métodos de clase y los cuadros revolucionarios formados bajo la teoría del autentico marxismo que puedan desempeñar esta labor en el parlamento y los gobiernos municipales. La revolución no la hace el partido ni su dirección, la hacen las masas. Debemos aprovechar cualquier resquicio legal para organizar y difundir las ideas revolucionarias entre los jóvenes y trabajadores, eso incluye el propio proceso electoral por eso no es valido a nuestro parecer que «por táctica» se oculten las verdaderas intenciones de transformar la realidad.

 

La táctica de los bolcheviques en la Duma (parlamento) era utilizar esta cámara, principalmente, como una tribuna para denunciar y dejar al descubierto los crímenes de los terratenientes, los capitalistas y su régimen. Creemos que los parlamentarios del FMLN tienen mucho que aprender de la táctica revolucionaria parlamentaria del marxismo. Podríamos citar muchos ejemplos de las tácticas parlamentarias marxistas como el caso de Alemania con Karl Liebknecht, pero no hace falta retroceder tanto en el tiempo. El exparlamentario pakistaní Manzoor Ahameed siendo el único marxista en el parlamento consiguió agitar, organizar al proletariado, participando en muchas huelgas.

 

En las elecciones pasadas en Pakistán un obrero del metal, Riaz Lund, con una gran trayectoria sindical se convirtió en el candidato del PPP a las elecciones en Karachi, los obreros estaban entusiasmados al escuchar sus ideas y propuestas y se movilizaron masivamente para llevar a su candidato al parlamento. Su cartel de campaña decía: «Lucha irreconciliable hasta la victoria socialista». Siendo una muestra clara de que si las ideas del marxismo son explicadas correctamente con un lenguaje que pueda ser comprendido por las masas, éstas lo aceptan porque se sienten identificadas. Obtuvo 46,080 votos, el doble de los obtenidos por el PPP en las elecciones pasadas y el mejor resultado electoral desde 1970. Se calcula que ganó por un margen de 27 mil votos, pero le robaron la elección con un escandaloso fraude del reaccionario MQM. Las condiciones en Pakistán son muchísimo más adversas a las de El Salvador, por ejemplo Riaz en campaña vivió intentos de asesinatos con atentados terroristas, en una ocasión se salvó por escasos minutos pero murieron 11 personas y resultaron heridas 50 más, esto no detuvo el que realizara una elección impulsando los métodos revolucionarios.

 

En la asamblea marxista más numerosa de la historia de Karachi, en marzo pasado, Riaz Lund dijo: «Quiero compartir mis sentimientos y experiencias personales de esta campaña electoral. Al principio las masas pensaban que formábamos parte del PPP con el mismo programa que la dirección nacional, pero cuando comenzamos la campaña sobre la base de las ideas revolucionarias su actitud cambió mucho. Contactamos con las direcciones sindicales y los trabajadores, les demostramos que estábamos luchando por un cambio de este sistema capitalista y para conseguir sus reivindicaciones. Nos acercamos a todas las capas entre las masas y conseguir introducir nuestras ideas entre los trabajadores… «Perdimos las elecciones debido a la manipulación de los resultados, pero las masas nos ven como los verdaderos vencedores y nos basaremos en nosotros mismos para ampliar este apoyo y transformar la situación en todas estas regiones. ¡Viva la revolución socialista!» (Adam Pal, Pakistán: La reunión de marxistas más grande de la historia de Karachi , www.elmilitante.org). Este es el verdadero método revolucionario de la lucha parlamentaria.

 

Si se nos pregunta si podemos cambiar la sociedad usando los mismas herramientas del sistema nosotros respondemos que sí es posible, pero asumiendo posiciones revolucionarias y teniendo en cuenta que lo fundamental será la lucha del proletariado y la juventud en las calles, fábricas y escuelas. Le debemos decir a la masa que estas instituciones no serán las que necesitaremos para transformar la sociedad de manera radical sino que las necesitamos destruir y formar instituciones basadas y controladas por el movimiento obrero organizado.

 

La errónea teoría de las dos etapas

 

¿Existen las condiciones para el socialismo en nuestro país? Marx explicó que bajo el sistema capitalista, que desarrolló la industria de manera formidable y esto sienta las bases para el socialismo, una de las condiciones es poder reducir considerablemente la jornada laboral para que los trabajadores puedan participar en política y la administración del Estado, esto es completamente factible en economías desarrolladas. El Salvador llegó tarde al desarrollo histórico y le tocó jugar un papel de economía dependiente de los países capitalistas imperialistas, de manera concreta del imperialismo estadounidense. Estamos de acuerdo en que para construir el capitalismo se necesita un desarrollo económico pero esto no agota el debate. En Rusia de inicios del siglo pasado ocurría una situación similar, no fue la burguesía quien llevó a cabo estas tares pues estaba aliada por estrechos vínculos a los terratenientes y siempre capitulaba ante el imperialismo.

 

Los mencheviques, es decir los reformistas, decían que como las tareas eran las de una revolución democrático burguesa, era la burguesía las que las tenía que llevar a cabo y la tarea del proletariado era ayudar a la burguesía progresista a llegar al poder para que cumpliera estas tareas y en un futuro, ya que se hubiera desarrollado el país, ahora si hacer la revolución socialista. La diferencia esencial entre menchevismo y bolchevismo era la conciliación de clase o la independencia de clase. Lenin sin embargo no tenía en ese momento una idea acabada de la revolución rusa y planteaba la confusa consigna de la dictadura del proletariado y el campesinado, esto llevó a errores a los bolcheviques, en 1917 apoyaron por ejemplo al gobierno provisional burgués, con los acontecimientos claros, Lenin profundizó su posición y planteó que no se debía dar ningún apoyo al gobierno provisional y luchar por que la clase obrera tomara el poder aliándose a los campesinos (ver Cartas Desde Lejos o Las Tesis de Abril) justo lo que había planteado Trotsky desde 1904 con su teoría de la revolución permanente. Ésta es una de las más grandes previsiones marxistas de la historia.

 

Trotsky planteaba que era la clase obrera la que tenía que llevar adelante las tareas de la revolución democrático burguesa (desarrollo del país) pues la burguesía capitularía. Los trabajadores desde un inicio entrarían en conflicto con los capitalistas y no se podrían quedar con las tareas de la revolución burguesa, necesitaban trascender a las tareas de la revolución socialista. Si bien en Rusia no existían las condiciones para el socialismo, éstas si existían a nivel internacional. Lenin y Trotsky siempre vieron en el triunfo del proletariado ruso el inicio de la revolución socialista mundial y eran claros de que la revolución rusa sólo podía sobrevivir a condición de extenderse al resto de los países y principalmente a Alemania sino toda la vieja mierda regresaría. ¿Se equivocaron Lenin y Trotsky? De ninguna manera, el impulso de la revolución rusa tuvo un impacto a nivel mundial, vimos revoluciones en una serie de países, incluida Alemania, pero como ya explicamos la burocracia socialdemócrata traicionó al proletariado y la revolución fue derrotada. Luxemburgo cometió el error de no haber formado una sólida organización de cuadros revolucionaria fuertemente disciplinada, como lo hizo Lenin con los bolcheviques, exageró la idea del expontaneísmo de las masas. Los espartaquistas tuvieron un fuerte eco en el movimiento obrero, sus mítines eran masivos, pero no podían ofrecer ninguna alternativa de organización a los trabajadores, estos errores fueron pagados con la derrota de la revolución que pudo cambiar la historia de la humanidad (pues en Alemania sí existían las condiciones para el socialismo) Luxemburgo y Liebcknecht pagaron con su vida sus errores, fueron encarcelados y masacrados.

 

Estas derrotas tuvieron un impacto desmoralizador en Rusia, el aislamiento de la revolución, con su fuerte atraso y su gran campesinado y el cansancio de las masas que habían sufrido la guerra imperialista, realizada la revolución y defendida firmemente contra la invasión imperialista en la guerra civil permitieron las condiciones para el desarrollo de una degeneración burocrática del Estado Obrero. Stalin se erigió como el dirigente de la burocracia, en el inicio del proceso de degeneración burocrática, Lenin murió y la burocracia para restar la autoridad de Trotsky que fue quién dirigió técnicamente la toma del poder y era el presidente del Ejército Rojo, inició una campaña de mentiras y utilización del aparato para excluirle. Se usaron las viejas polémicas del pasado y el punto de ataque fue la teoría de la revolución permanente, Stalin retomó la antigua teoría menchevique de la revolución por etapas y la impulsó. Durante la revolución China en la década de los 20, por ejemplo, llamó al Partido Comunista Chino a fusionarse con el Koumitang, principal partido burgués, quien después de llevar la revolución a la derrota pagó los favores de los comunistas asesinando a miles de obreros.

 

Stalin acabó con las conquistas democráticas de la clase obrera, pero la economía planificada se mantuvo, y en vez impulsar la revolución mundial planteó el socialismo en un solo país, le aterraba la posibilidad de el triunfo de una revolución sana que pudiera ser un ejemplo al proletariado ruso para que luchara por la democracia obrera. Stalin extendió la burocratización y sus teorías a toda la internacional comunista, utilizó las revoluciones como peones en un tablero de ajedrez que si le convenía sacrificaba en beneficio de los intereses de la burocracia. Trotsky con un estricto método marxista explicó este fenómeno de burocratización al que denominó Estado Obrero Deformado.

 

Por esta razón no coincidimos con el compañero Shafick cuando señala «De lo que se trata en nuestro Programa de la época de la Revolución Democrática, es de abolir el capitalismo neoliberal dependiente y asegurar el desarrollo nacional con justicia social y en democracia participativa… O dicho en pocas palabras: construir la base económica y social que haga posible transitar a una sociedad socialista. (Shafik Handal, El FMLN y la vigencia del pensamiento revolucionario en El Salvador, subrayado en el original).

 

La revolución en El Salvador se dará en forma socialista o no se dará. Un triunfo revolucionario de la clase obrera en nuestro país que realice un programa basado en las expropiaciones, no de los pequeños propietarios, sino de los grandes capitalistas y a partir de esto planificar la económica en beneficio del conjunto de los trabajadores del campo y la ciudad para realizar así un plan de desarrollo del país y extensión de la revolución que encontraría una respuesta inmediata en el proletariado venezolano, boliviano, ecuatoriano, mexicano, nicaragüense, centroamericano. Lo que veríamos muy probablemente no sería la derrota de la revolución salvadoreña sino la extensión de la revolución socialista en América Latina sacando del aislamiento a la férrea revolución cubana.

 

Cuando se formó el PC en 1930 la internacional comunista ya estaba burocratizada y nos llegó una versión distorsionada del marxismo y sus métodos. Es importante desenmarañar la autentica teoría marxista, una forma es leyendo directamente a Marx, Engels, Lenin, Luxemburgo y a aquel revolucionario que ha sido fuertemente calumniado y su teoría fuertemente distorsionada, León Trotsky.

 

No puede haber reformismo sin reformas

 

Algunos compañeros suelen desanimarse por la forma en que se eligen a los candidatos y en general por los métodos burocráticos, por el mal trato que se da a los trabajadores de las propias alcaldías gobernadas por el FMLN o por los actuales discursos de campaña donde se habla de moderación, de que no podemos esperar a resolver todos nuestros problemas, incluso algunos tan básicos como el combatir el desempleo. Los jóvenes y trabajadores apoyamos a nuestro partido y nuestros candidatos porque queremos un cambio profundo y no para continuar en la misma situación. Queremos empleos, buenos salarios, apoyos fuertes para el campo, educación pública y salud para todos -Cuba, Nicaragua y Venezuela demostraron que esto es posible-, etc.

 

«La historia no hace nada, ‘no posee inmensas riquezas’, ‘no libra batallas’. Es el hombre, el hombre real y viviente el que lo hace todo, el que posee y combate; la ‘historia’ no es como una persona aparte, utilizando al hombre como un medio para conseguir sus propios fines; la historia no es sino la actividad del hombre persiguiendo sus propios fines». El marxismo nunca ha negado el papel del individuo en la historia que en algunos momentos puede jugar un papel incluso determinante, Funes y la actual dirección del FMLN son un elemento de la ecuación pero no pueden actuar fuera de las condiciones de desarrollo histórico y en general en las actuales condiciones en que nos encontramos. Estamos en un periodo de revolución y contrarrevolución en América Latina y de crisis orgánica y coyuntural del capitalismo.

 

Lenin decía que la clase obrera no aprende de los libros sino de la dura experiencia de la vida, ante la ausencia de un partido marxista como el bolchevique los trabajadores tendrán que pasar por la experiencia del reformismo, pero la clase obrera no es un sujeto pasivo y presionará duramente a su dirección. En Ecuador antes de la subida de Correa, Lucio Gutiérrez se presentó como el representante de los trabajadores, al final traicionó a los trabajadores que terminaron echándolo con la revolución de los forajidos. Chávez, al igual que Funes ahora, no hablaba del socialismo y ahora está tratando de construir el socialismo en Venezuela por la fuerte presión de las bases del movimiento revolucionario. El papel que juegue Funes y la dirección del FMLN en la historia salvadoreña estará determinado en gran medida por la clase social que pueda ejercer mayor presión sobre de ellos. No es suficiente con llevar al FMLN al gobierno debemos exigir que aplique un programa socialista. La crisis económica jugará un papel pero también la revolución en América Latina, si en Venezuela o cualquier país triunfa la revolución socialista generará un efecto irresistible donde los trabajadores salvadoreños seguirán su ejemplo.

 

Mientras escribimos estas líneas, la economía más poderosa del planeta se tambalea, EEUU puede entrar a una recesión pero una simple desaceleración ya está sometiendo a fuertes presiones a nuestro país y nuestros bolsillos. La subida del precio del petróleo y los alimentos son un fenómeno internacional pero profundizado por la especulación y el enriquecimiento de las grandes trasnacionales y distribuidoras de combustible y alimentos, pero también por los ataques recibidos en las últimas dos décadas que han disminuido el poder adquisitivo de las masas y desmantelado el campo. Funes ha señalado: «Del 2009 al 2014 no se puede construir socialismo, aunque el FMLN se defina como un partido revolucionario y socialista» (elfaro.net el 8 de octubre de 2007). Pero también ha dicho que combatirá la corrupción o que distribuirá de manera más igualitaria la riqueza. Funes no es ningún marxista, como tampoco lo es Hugo Chávez, pero si nuestro candidato es honesto y en realidad quiere beneficiar a la mayoría de los salvadoreños, se dará cuenta que no es dialogando con los empresarios como lo va a conseguir, no podemos sentarnos a dialogar con un león para convencerle que se vuelva vegetariano, si lo hacemos terminaríamos siendo su apetitoso almuerzo.

 

En un periodo de crisis económica la burguesía querrá compensar sus pérdidas cargando la crisis sobre la espalda de los trabajadores, reduciendo más los salarios, despidiendo a trabajadores e intensificando aun más la jornada laboral, es decir flexibilizando aun más las condiciones laborales. La burguesía sólo puede subsistir a condición de atacar más a la clase trabajadora y la clase trabajadora ya no soporta un ataque más, esto es una receta acabada para la lucha de clases. Sólo le arrancaremos concesiones con una lucha organizada, unificada y de masas, la burguesía sólo le dará concesiones al movimiento bajo el riesgo de perderlo todo. Si se dialoga con los capitalistas y se les pide un aumento salarial para compensar las crisis, quizás se acepte dar un incremento igual o más bajo que la inflación es decir que en la práctica veríamos un estancamiento o una reducción salarial. En cambio si el FMLN y los sindicatos impulsaran y realizaran una huelga general de 24 horas, los trabajadores demostraríamos nuestro poderío, que nada se mueve en esta sociedad si no es por nuestro amable permiso, plantearía quién es el dueño de la casa. Queremos un FMLN que utilice la lucha parlamentaria como un auxiliar para impulsar la lucha revolucionaria de la clase obrera.

 

No podemos esperar hasta el 2014 para empezar a ver cambios, no podemos esperar hasta el 2009 para empezar a luchar por el cambio. Si uno piensa que es reformando al capitalismo como se irán solucionando los problemas miraremos a nuestro alrededor y veremos que son tantos los problemas, tan profundos y que el panorama futuro es sombrío sacaremos la conclusión de que no se cambiaran muchas cosas y sólo se sentarán la bases para el cambio futuro. Mientras tanto el precio de los alimentos se incrementará, las remesas caerán, la crisis de los EEUU podría llevar a una crisis en el país, se profundizará la delincuencia y seguiremos viviendo los horrores del capitalismo. No hay margen para reformas en la situación actual, necesitamos un cambio revolucionario y en consecuencia métodos revolucionarios.

 

Por un gobierno del FMLN con un programa socialista

 

Nosotros no creemos que debamos dejar nuestras diferencias para después de llegar al gobierno, pero sí consideramos que la izquierda, la clase obrera y la juventud revolucionaria nos debemos unir para llevar al FMLN al gobierno y los marxistas del BPJ lucharemos fielmente para evitar un fraude electoral, combatir las mentiras de la burguesía y explicar a los jóvenes y trabajadores la necesidad de un gobierno de izquierda que debe aplicar una política verdaderamente de izquierda. Nosotros sabemos que la llegada del FMLN al gobierno no es suficiente para dar una solución a nuestras problemáticas, será necesario que el nuevo gobierno obrero defienda y aplique un programa de clase y socialista. Consideramos que Mauricio Funes y el FMLN deben luchar por:

 

Incremento salarial de inmediato con escala móvil de acuerdo a la inflación y que alcance para cubrir como mínimo las necesidades básicas de una familia como la alimentación, vestido, renta, salud, educación y recreación. A trabajo igual, salario igual. Ninguna discriminación por razones de sexo, raza, religión, ideas políticas, etc. Por un seguro de desempleo donde se incluya a las amas de casa. Por pensiones y jubilaciones dignas que permitan tener una vida digna.

 

Respeto a la libre sindicalización y respeto al derecho a organizarse en sindicatos para todos los y las trabajadoras, por la sindicalización de los trabajadores del Estado incluyendo a los trabajadores de las propias alcaldías a quienes se les deben respetar sus derechos sindicales. Por la autonomía sindical por parte de los partidos de la burguesía, el Estado o los propios capitalistas y por la democracia sindical.

 

Por el fortalecimiento del ISSS y la prohibición de la medicina privada. Salud accesible a toda la población tanto de trabajadores formales del campo y la ciudad como de trabajadores informales y desempleados. Por una educación sexual amplia y sin prejuicios. Extensión de la medicina preventiva principalmente a fábricas, escuelas, cantones, barrios obreros y demás zonas marginales.

 

Abolición de todas las leyes discriminatorias contra la mujer. Ninguna penalización contra el aborto por su derecho total, gratuito y a cargo del ISSS, ni una mujer muerta por un aborto mal realizado. Contra el acoso sexual y por la igualdad de derechos para la mujer incluyendo dentro del propio FMLN y los sindicatos, formación de comités obreros que combatan el acoso sexual y la discriminación a la mujer.

 

Combate a la delincuencia juvenil brindando alternativas de estudio y trabajo digno. Por un plan de rehabilitación de los alcohólicos y drogadictos. Mayor impuesto a alcohol y cigarros. Rehabilitación de parques, centros culturales y demás lugares de esparcimiento para la juventud. Nacionalización sin indemnización de los grandes monopolios de la diversión, como las cadenas de cine o grandes estadios, para ponerlas a disposición de todo el pueblo poniéndolas a funcionar bajo control obrero. Combate a la delincuencia organizada, expropiación de sus bienes y que este dinero sirva para financiar este plan. Por el respeto a los derechos humanos de los presos y un programa que les permita reincorporarse a la sociedad.

 

Por la transparencia y buen uso del presupuesto público. Disminución de salarios a todos los funcionarios del gobierno (incluyendo al presidente) no mayores a los de un obrero cualificado, contra cualquier tipo de partidas secretas. Contra la corrupción y evasión de impuestos de los grandes capitalistas, por cuentas transparentes que se pongan a disposición de toda la población para que sepamos en qué se ocupa nuestro dinero en todos los niveles desde el presidencial hasta el municipal. Por un presupuesto al servicio de la sociedad con planes para combatir la carestía de la vida, fortalecer el campo, la educación y la salud.

 

Educación pública y gratuita accesible en todos sus niveles a todo el pueblo, destinando el 8% del PIB. Por una educación laica y de calidad, por apoyos a los estudiantes de escasos recursos y un puesto de trabajo digno al terminar nuestros estudios.

 

Por la defensa del medio ambiente, estrictas medidas contra las empresas contaminantes. Por la investigación y utilización de fuentes de energía no contaminantes como la eólica, solar, etc.

 

Por un plan de recuperación del campo, por la renacionalización de la banca para poder otorgar créditos baratos a los campesinos. No a las semillas transgénicas que dañan la tierra y la salud de las personas. Confiscación de tierras no cultivables o infrautilizadas, por una ley agraria que combata la concentración y acumulación de la tierra en pocas manos. Por un plan paulatino de industrialización del campo y la colectivización de la tierra.

 

Combate a la especulación económica. Por la formación de comités en cada fábrica y centro de trabajo para controlar la producción y los recursos estatales, abrir las cuentas de las empresas y el Estado para ver las verdaderas ganancias de los capitalistas y evadir la corrupción y mala distribución presupuestal. Expropiación de las empresas que especulen y se enriquezcan con el hambre del pueblo. Por el control obrero de la producción.

 

Por la nacionalización de la banca y las industrias fundamentales del país puestas a funcionar bajo control democrático de los trabajadores. Por la revolución socialista en El Salvador y la Federación Socialista de América y el Mundo entero.