El Zulia es uno de los estados donde estas elecciones se presentan más cerradas. La contrarrevolución, que ha controlado la Gobernación durante los últimos 8 años, ha invertido grandes recursos en este estado para desarrollar redes clientelares e intentar penetrar entre las capas más atrasadas políticamente de los sectores populares. Tanto el desarrollo de la campaña como esta jornada electoral han mostrado que estas elecciones en pueden ser las más competidas de los últimos años. La participación está siendo masiva y en las calles se respira un ambiente bastante polarizado.
El Zulia es uno de los estados donde estas elecciones se presentan más cerradas. La contrarrevolución, que ha controlado la Gobernación durante los últimos 8 años, ha invertido grandes recursos en este estado para desarrollar redes clientelares e intentar penetrar entre las capas más atrasadas políticamente de los sectores populares. En las semanas previas a esta jornada electoral el Gobernador Rosales, investigado en estos momentos por la Asamblea Nacional por posible malversación de fondos, se dedicó a repartir "ayudas" a taxistas para renovar sus carros, lentes y bolsas de comida en los barrios populares, etc.
Aunque Rosales ha ganado comodamente las dos últimas convocatorias electorales regionales a los candidatos del chavismo tanto en las elecciones presidenciales de 2006 (en las que el propio Rosales competía con Chávez) como en el referendum revocatorio de 2004 el chavismo se impuso en este estado clave fronterizo con Colombia, el más poblado del país y uno de los que contienen mayores reservas petrolíferas.
En estas elecciones la oposición va dividida ya que al no poder optar Rosales a un tercer mandato éste se presenta a la Alcaldía, la cual ya estuvo en sus manos hace doce años. Para intentar reforzar su control caciquil del estado, Rosales designó candidato a la Gobernación a su barzo derecho en ésta: un burócrata gris llamado Pablo Pérez. Ello provocó la ira de otro jefe local de la oposición, Saady Bijani, quien se ha lanzado también para la Gobernación.A lo largo de la campaña, Bijani ha denunciado en varias ocasiones ataques e intimidaciones por parte de partidarios de Rosales.
Tanto la campaña electoral como esta jornada electoral han mostrado que estas elecciones en el Zulia pueden ser las más competidas de los últimos años. La particpación está siendo masiva y en las calles se respira un ambiente bastante polarizado.
Según nos informan camaradas desde la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, "por primera vez en mucho tiempo los copeyanos (que basándose en el control del poder municipal controlan varios de los municipios de esta zona petrolera desde hace décadas) están inquietos y creen que pueden perder la Alcaldía de Lagunillas y en los últimos días han intentado todo tipo de maniobras (amenazas a empleados locales, promesas de prebendas, etc) con el objetivo de mantener el poder".
En el populoso Municipio San Francisco, al sur de Maracaibo, donde Chávez realizó hace dos semanas uno de los actos más masivos y entusiastas de esta campaña, segun nos informan los camaradas de la célula de la CMR la participación está siendo masiva y se respira un ambiente de gran expectativa y movilización en la calle entre las bases chavistas.
Al mismo tiempo en el centro de votación El Pilar, en una zona de clase media del norte de la capital en la que la derecha suele ganar cómodamente, la participación también es alta en estos momentos, superando el 60%. Todo indica que el resultado puede estar bastante ajustado y partidarios tanto de la oposición como de la revolución están movilizados en la calle a la espera de los resultados finales. Según denuncia algún camarada, como ya estamos viendo también en otros estados, sectores de oposición están intentando calentar la calle y sembrando dudas acerca de la limpieza del proceso electoral con el objetivo de radicalizar a sus bases y ,en caso de que se confirme una posible derrota electoral, intentar lanzar acusaciones de fraude.
Un anciano enfadado, un ucraniano trastornado y la Tercera Guerra Mundial
Sí, has leído bien el título. Un anciano enfadado en Washington y un presidente psicológicamente trastornado en Kiev han estado ocupados urdiendo conjuntamente un plan que podría empujar al mundo al abismo.
