Del 27 de febrero al 2 de marzo, más de 100 revolucionarios del continente americano se reunieron en Ciudad de México para participar en la primera Escuela Panamericana de la Corriente Marxista Internacional. Había compañeros de la Corriente Socialista El Militante de Argentina, de la Esquerda Marxista de Brasil, de la Corriente Marxista Revolucionaria de Venezuela (cuya delegación incluía a Jorge Paredes, dirigente del comité de empresa de Inveval, la fábrica nacionalizada y gestionada bajo control obrero), un representante del BPJ (Bloque Popular Juvenil) de El Salvador, de la Workers International League de EEUU, de la corriente Fightback de Canadá, además de compañeros de Ecuador, Cuba, Guatemala, España, Italia, Austria, además de Alan Woods, Ana Muñoz y Jorge Martín de la dirección internacional de la CMI.
Además de estas delegaciones internacionales, había muchos compañeros y simpatizantes de la Corriente Marxista Militante de México, algunos habían viajado muchos kilómetros desde otros estados mexicanos (Puebla, Hidalgo, Coahuila, San Luis de Potosí, Chihuahua, Edo México) para participar en este importante evento. También había compañeros de Bolivia, El Salvador, Costa Rica, Colombia y Cuba que no pudieron asistir debido a que les negaron los visados las autoridades mexicanas. En realidad, el gobierno mexicano, siguiendo instrucciones de Washington, ha cerrado de facto la frontera mexicana con EEUU, aplicando una violenta política antiinmigración contra los países pobres latinoamericanos.
Antes de la apertura oficial de la escuela, los compañeros habían organizado una exitosa presentación del libro ‘Reformismo o revolución‘ y un acto sobre el papel de los jóvenes en la lucha contra el capitalismo, convocado por el CLEP-CEDEP, una organización fundada originalmente por el movimiento estudiantil de 1968.
La escuela empezó el 27 de febrero en el Club de Periodistas en el centro histórico de la capital mexicana. Los compañeros se esmeraron mucho en la decoración de la sala que estaba presidida por una pancarta con la consigna: «El fantasma del socialismo recorre América». También había otra pancarta de la Corriente Democrática «Rojo y Negro» del Sindicato de Electricistas de México (SME) en la que se podía leer: «Contra la crisis del capitalismo la única solución es la revolución socialista».
La primera sesión fue una discusión sobre la crisis del capitalismo y las perspectivas para la lucha de la clase obrera en todo el mundo, fue introducida por Alan Woods. Éste insistió en la profundidad de la actual crisis económica, un hecho reconocido por los propios economistas y comentaristas burgueses. Esto tendrá y está teniendo un impacto profundo sobre la conciencia de millones de hombres y mujeres corrientes que nunca antes estuvieron interesados o participaron en política. La tarea de los marxistas es explicar pacientemente que la única solución a esta crisis es la lucha por la revolución socialista, empezando con la capa más avanzada, para ganar a las masas. Muchos compañeros intervinieron en la discusión y tocaron temas como el impacto de la crisis económica en América Latina, particularmente con relación al colapso de las remesas enviadas por los trabajadores inmigrantes que serán los primeros en perder los empleos en los países capitalistas desarrollados.
Ese mismo día por la tarde tuvimos una sesión sobre Venezuela introducida por Francisco Rivero, miembro de la dirección de la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR) y portavoz de su batallón local del PSUV. Francisco explicó cómo las masas venezolanas han demostrado un enorme potencial revolucionario y un nivel de conciencia muy alto, pero advirtió que, diez años después de la elección de Chávez, la revolución no se ha completado. Esto podría llevar a la desmoralización y al escepticismo entre algunos sectores de las masas y dar una oportunidad a la oligarquía para derrotar la revolución. La señal de advertencia fue la derrota en el referéndum sobre la reforma constitucional en diciembre de 2007 y la pérdida de estados importantes en las elecciones regionales de diciembre de 2008. También explicó la situación en el movimiento sindical, donde ninguna de las distintas alas de la dirección nacional de la UNT realmente ha dado un paso serio en la lucha por el socialismo o el control obrero, a pesar de las oportunidades que han representado los repetidos llamamientos de Chávez.
Otros compañeros de Venezuela hablaron y explicaron el papel que la CMR está jugando en el movimiento obrero, incluido en la dirección de las ocupaciones de Vivex y Mitshubishi, en Barcelona, Anzoátegui, y las posiciones ganadas en SIDOR y entre los trabajadores petroleros, además de a través del trabajo en el Freteco en el movimiento de fábricas ocupadas.
El sábado 28 de febrero, el compañero José Carlos Miranda, de la dirección nacional de Esquerda Marxista de Brasil y del Movimiento Socialista Negro, habló de la situación en Brasil, dio una visión general de la historia del movimiento obrero y socialista en este país hasta llegar a la situación actual. Prestó atención especial a la historia del Partido de los Trabajadores (PT) y de la Confederación Unitaria de Trabajadores (CUT) en el período revolucionario de la lucha contra la dictadura. Estas organizaciones tienen raíces profundas entre las masas que las ven como instrumentos que han construido para avanzar en sus intereses. Por esta razón, los marxistas deben participar y luchar dentro de ellas para construir un puente entre las pequeñas fuerzas del marxismo y la amplia masa de trabajadores. También explicó el papel jugado por Esquerda Marxista (sección brasileña de la CMI) en el movimiento de fábricas ocupadas, donde sólo ahora resiste Flasko, después de 7 años de ocupación. Con la oleada de despidos masivos fruto de la crisis, veremos más ocupaciones de fábrica y Flasco se puede convertir en un punto de referencia. El compañero Miranda también explicó la lucha del Movimiento Socialista Negro contra el intento del gobierno Lula de introducir cuotas basadas en la raza y un sistema de identidad racial, advirtió que se trata de un intento peligro de dividir a la clase obrera en líneas raciales.
Después Jorge Martín introdujo la sesión sobre Cuba y explicó cómo la característica principal de la historia revolucionaria de este país en el siglo XX fue la revolución permanente, es decir, la incapacidad de la burguesía local de llevar a cabo las tareas democrático nacionales (incluida la liberación nacional y una genuina reforma agraria) y cómo los intentos de resolverlas inevitablemente había llevado a una ruptura con el capitalismo. Explicó cómo esta había sido la política de Julio Antonio Mella, el fundador del Partido Comunista cubano, pero cómo incluso los dirigentes revolucionarios que no empezaron con una posición anti-capitalista se habían visto obligados a romper con el capitalismo, como Antonio Guiteras en los años treinta y la dirección del Movimiento 26 de Julio en la revolución de 1959. En cambio, la política del estalinismo ha sido siempre buscar alianzas con los supuestos sectores «progresistas» de la clase dominante cubana. Esto les llevó a traicionar la huelga general de 1933 contra Machado, a participar en el gobierno de Batista con dos ministros en 1940-1942 y a oponerse a las medidas de nacionalización después de la revolución de 1959. Después de tratar la difícil situación que se dio en la isla tras él colapso del estalinismo en Rusia, insistió en que la única solución a los problemas que se enfrenta Cuba es a través de la democracia obrera y la extensión de la revolución socialista a otros países. Un comunista cuba que está actualmente estudiando en México también participó en la discusión. Explicó cómo las distintas actitudes hacia Cuba iban desde la demonización a una defensa acrítica, nada de eso ayuda a la revolución. La actitud genuina hacia Cuba por los revolucionarios en otros países debe ser la de apoyar pero también la crítica compañera. Durante su intervención dijo que debería haber más espacios abiertos a las medidas de mercado que se deberían combinar con la planificación democrática de la economía. Esto llevó a un debate intenso pero compañero en donde muchos compañeros expresaron sus ideas o hicieron preguntas.
Claramente la revolución cubana es un tema clave para los revolucionarios de todo el continente americano y de todo el mundo. Jorge Martín terminó la discusión explicando que la CMI defiende la revolución y sus conquistas contra el imperialismo, contra el estalinismo (que como se vio en Rusia finalmente lleva a la restauración capitalista) y contra aquellos en la isla que defienden el «camino chino» de introducir reformas pro-mercado que invariablemente llevan al capitalismo.
El domingo 1 de marzo hubo comisiones simultáneas sobre Bolivia y El Salvador. El compañero Ricardo Ayala introdujo la comisión sobre El Salvador donde intentó dar una visión general de la historia de la lucha revolucionaria en ese país, desde la lucha de Farabundo Martí en los años veinte y treinta, con la formación del Partido Comunista, a la guerrilla y la lucha de masas de los años ochenta. Ayala explicó que el FMLN, la organización de masas de trabajadores y campesinos, es probable que gane las próximas elecciones presidenciales en marzo, y que la clase dominante está aterrorizada ante la posibilidad de que eso pueda llevar a una situación revolucionaria en el país. El candidato del FMLN, Funes, no es realmente un revolucionario, es más un reformista, sin embargo, rápidamente puede sentir la presión de las masas que ven en él una esperanza de cambio fundamental. El compañero Ricardo avisó que la clase dominante salvadoreña probablemente recurra al fraude electoral para evitar que eso ocurra y que el BPJ está haciendo campaña sobre la necesidad de estar alerta y responder ante cualquier fraude con la movilización de masas.
La discusión sobre Bolivia fue introducida por Jorge Martín y trató la revolución de 1952, la actual oleada de movilizaciones de masas, empezando por la victoria en la «guerra del agua» en Cochabamba y terminado con el intento de golpe de la oligarquía contra el gobierno de Evo Morales en septiembre de 2008. A través de toda la historia de Bolivia, explicó Jorge, las masas han tenido muchas oportunidades de tomar el poder, incluido recientemente durante las insurrecciones revolucionarias de octubre de 2003 y mayo-junio de 2005. Lo que faltó en todas estas ocasiones fue la dirección revolucionaria. El debate en esta comisión fue de nuevo muy intenso y se trató una amplia gama de temas, incluida la cuestión indígena, el papel de la clase obrera y la actitud de los maristas hacia el MAS y el gobierno de Evo Morales.
Después de las comisiones siguieron informes de EEUU, Canadá y México. John Peterson, de la Workers International League de EEUU, explicó la profunda crisis económica que afecta a EEUU, señalando que el PIB había caído un 6,2 por ciento en el cuarto trimestre de 2008. John explicó cómo el entusiasmo generado por la campaña de Obama reflejaba un deseo profundamente arraigado de cambio entre la población norteamericana y un rechazo a la política de Bush, a la guerra de Iraq, etc., Sin embargo, también insistió en que Obama es el representante de la clase dominante y no se puede esperar de él ningún cambio fundamental, como ya se ha podido ver en sus nombramientos para el gabinete y los primeros anuncios de su gobierno. John explicó el significado de la ocupación de la fábrica por parte de los trabajadores de Republic Doors and Windows en Chicago, que estaba directamente relacionada con el movimiento de 2006 de los trabajadores inmigrantes y con la ocupación de Inveval en Venezuela. La revolución no respeta fronteras, dijo John. Después la compañera Jenny explicó la situación en Canadá, incluidas las ocupaciones de fábricas que se han producido en Ontario y Quebec, la lucha de los estudiantes a favor de la educación gratuita y la combativa huelga de los Ayudantes de Profesores de la Universidad de York.
Ubaldo Oropeza, dirigente de la Corriente Marxista Militante de México, explicó cómo el Departamento de Estado norteamericano está preocupado seriamente porque el país pueda convertirse en un «estado fracasado» debido al impacto de la violencia narco-terrorista, el descrédito de las instituciones políticas y la movilización de masas de la población en 2006. La crisis económica está afectando particularmente a México y explicó que después de los movimientos revolucionarios contra el fraude electoral y la comuna de Oaxaca en 2006, ahora los trabajadores bloqueados en el frente político podrían volverse hacia la lucha sindical. Explicó la lucha de los trabajadores de Olympia en Edo México, que ha sido una huelga que ha durado más de cincuenta días en defensa de sus empleos y que ahora podría llevar a la ocupación de la fábrica por parte de los trabajadores. Una delegación de los trabajadores Olympia estaban presentes en la escuela y su dirigente sindical Gerardo habló en la reunión que hizo una colecta en apoyo de los trabajadores.
Por la tarde terminó con una discusión sobre la discusión sobre la CMI en el continente americano. Hace diez años la Corriente Marxista Internacional sólo tiene un grupo de unos 70 compañeros en México. Ahora tenemos compañeros en Canadá, EEUU, México, El Salvador, Honduras, Guatemala, Colombia Venezuela, Perú, Brasil, Argentina, Bolivia, además de contactos y simpatizantes en Chile, la República Dominicana, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Uruguay, Paraguay y Ecuador, abarcando casi todos los países del continente. Esto ha sido debido a la decisión consciente de intervenir desde el principio en el proceso de la revolución en América Latina, comenzando con el trabajo en Venezuela y Argentina, y más recientemente en Bolivia. El desarrollo de la Corriente Marxista Revolucionaria en Venezuela y su papel en el movimiento de fábricas ocupadas nos ha puesto en contacto con los compañeros de las fábricas ocupadas en Brasil, iniciando una discusión que llevó en 2008 al a fusión ente la CMI y la Esquerda Marxista. Igualmente, el desarrollo de la sección mexicana nos ha puesto en contacto con el Bloque Popular Juvenil de El Salvador. Los compañeros dieron informes muy entusiastas del trabajo en sus países, donde claramente hay sed de ideas. Las intervenciones fueron seguidas por una colecta, que siguiendo las mejores tradiciones del movimiento revolucionario, recaudó 25.000 pesos mexicanos (1.600 dólares) que añadido a los 80.000 pesos (5.200 dólares) ya recogidos por las diferentes secciones participantes significa que la escuela financió todos sus costes, incluidas las ayudas a los viajes de compañeros de Argentina y El Salvador, alojamiento, comida, transporte interno y el coste de alquilar las salas. Alan Woods cerró esta entusiasta sesión explicando que los movimientos revolucionarios llegan en oleadas y que hemos entrado en una de esas oleadas. Tenemos el privilegio de vivir en esta época y hacerlo como miembros activos de la Corriente Marxista Internacional, lo que nos permite comprender los acontecimientos que nos rodean e intervenir para transformar la sociedad. La sesión terminó con el canto de la Internacional, que reflejaba el ambiente de entusiasmo de la reunión.
El lunes 2 se celebró la sesión de clausura en el Museo León Trotsky, ubicado en la casa don de vivió hasta su asesinato por el agente estalinista. Damos las gracias al personal del museo que lo abrió para que pudiéramos tener la reunión y visitar el museo ya que cierra los lunes. La reunión trató sobre el programa de transición de Trotsky. Antes del comienzo de la reunión, el encargado de asuntos exteriores de la embajada venezolana en México pronunció unas palabras explicando la victoria electoral en el referéndum sobre la enmienda constitucional y agradeció a los compañeros el trabajo de solidaridad que habían realizado.
Estaban Volkov, nieto de Trotsky, fue el primero en hablar. Insistió en la relevancia de las ideas de Trotsky en particular su lucha contra el estalinismo. Alan Woods siguió a continuación, explicó el contexto del programa de transición. Dijo que el propio Trotsky consideraba la obra de su última parte de su vida como la única en la que su papel había sido indispensable. Fue una declaración muy seria tiendo en cuenta el papel que jugó en la revolución de 1905 y en la de 1917, y en la organización del Ejército Rojo durante al guerra civil. La idea del programa de transición no ha sido de Trotsky sino que es parte de la tradición del Partido Bolchevique y de los primeros congresos de la Internacional Comunista. El punto clave es intentar abrir un diálogo entre las pequeñas fuerzas del marxismo las amplias masas de la clase obrera. Es falso que los marxistas estemos en contra de las reformas, todo lo contrario, los marxistas somos los luchadores más consecuentes por cualquier avance en las condiciones de la clase obrera, mientras que al mismo tiempo explicamos que éstas no pueden estar garantizar a menos que el sistema capitalista sea derrocado. Los marxistas nos oponemos a los reformistas no porque estemos en contra de las reformas, sino porque los reformistas no son ni siquiera capaces de llevar a cabo una lucha seria para defender las reformas que la clase obrera ha ganado en el pasado.
Los sectarios piensan que la construcción de un partido revolucionario es una tarea sencilla. Que todo lo necesario es proclamarlo y llamar a las masas que se reúnan tras su bandera. Esto no tiene nada que ver con el marxismo y no lleva a nada. Sin entablar un genuino diálogo con la clase obrera corriente, empezando con su nivel actual de conciencia y comprensión, no se puede construir una organización revolucionaria. Todos los compañeros que hablaron insistieron en cómo se sentían al poder reunirse en la casa donde vivió y trabajó Trotsky sus últimos años. En la respuesta Alan explicó que Stalin pensaba que había conseguido asesinar las ideas revolucionarias de Trotsky en agosto de 1940, pero fue un error. «Sus ideas viven en esta sala», dijo Alan. La reunión se clausuró con el canto de la Internacional que fue seguida por una visita a la casa de Trotsky.
Esa misma tarde hubo una reunión final en la Escuela Técnica del Sindicato de Electricistas de México (SME) para lanzar el primer número de la revista de la CMI en el continente americano, América Socialista. Los compañeros de México, EEUU, Brasil y Venezuela hablaron en ella y terminó de nuevo con el canto de la Internacional.
Sin ninguna duda esta escuela representa un punto de inflexión importante en la construcción de las fuerzas de la Corriente Marxista Internacional en el continente americano. El ambiente durante todas las sesiones fue de entusiasmo y los compañeros mexicanos hicieron un trabajo excelente en la organización de hasta los últimos detalles.