“Sin el control de la banca y los sectores neurálgicos, no se puede hablar en Venezuela de una economía planificada y, por tanto, socialista. Alan Woods lo dice en una sola frase ‘no puedes planificar, lo que tú no controlas’” La edición dominical de Últimas Noticias, el diario venezolano con un tiraje de 300.000 ejemplares, publicó esta entrevista el 18 de abril.

Sin el control de la banca y los sectores neurálgicos, no se puede hablar en Venezuela de una economía planificada y, por tanto, socialista. Alan Woods lo dice en una sola frase «no puedes planificar, lo que tú no controlas». Aún haciendo esto y radicalizando el proceso revolucionario, resulta insuficiente. También es necesario un cambio en el Estado, porque resulta obvio, «que los viejos burócratas de la IV República no van a hacer el socialismo». Democracia participativa y protagónica en el Estado y las empresas. Rusia era una «caricatura totalitaria y burocrática que fracasó y tenía que fracasar».

Ahora, que el presidente Chávez llama a radicalizar la revolución, quizás resulte elocuente considerar las opiniones de Woods, un teórico del marxismo que se confiesa «defensor incondicional» del proceso bolivariano.

En distintas oportunidades, usted ha insistido en que la revolución bolivariana se encuentra en una etapa crucial, en una disyuntiva. ¿A qué se refiere?

“Hay que erradicar el poder que aún tiene la burguesía” - Últimas Noticias entrevista a Alan Woods

 En los últimos 11 años ha habido enormes avances, eso es cierto. ¿Pero acaso podemos afirmar que la revolución es un hecho acabado? El propio presidente Chávez, el día en que inauguró la milicia, dio la respuesta: ‘en Venezuela todavía no hay socialismo, esto no se ha acabado’ y eso, obviamente, es verdad. Si bien ha habido nacionalizaciones que apoyamos, hay sectores clave de la economía, entre otros la banca, que sigue en manos privadas. Consecuentemente, no se puede hablar de una economía planificada socialista. Eso es muy peligroso, especialmente en situaciones de crisis del capitalismo mundial, porque eso ha afectado a la economía venezolana con efectos muy negativos para el pueblo, concretamente la inflación y otros problemas que usted conoce mejor que yo. Podemos caer en una situación potencialmente peligrosa, porque la derecha aprovecha esta situación para argumentar en contra de la revolución, desprestigiando el socialismo y preparando el camino para una posible derrota.

Ha planteado, igualmente, que mediante la nacionalización de los medios de producción se puede radicalizar el proceso y hablar de revolución.

No entiendo cómo se puede hablar de socialismo en Venezuela, mientras la oligarquía sigue teniendo en sus manos la tierra, la banca y los grandes sectores de la economía. Eso no me cuadra y por eso estoy de acuerdo con lo que ha dicho el Presidente: ‘esto no está terminado’ y para citar sus palabras, ‘aún tenemos bastante trecho que recorrer’. Lo primero que hay que entender es que no tenemos todo el tiempo del mundo. La situación, en mi opinión, es bastante urgente. No quiero imponer mis ideas a nadie. Simplemente, como alguien que apoya incondicionalmente la revolución bolivariana, creo que aquí hace falta acelerar el proceso revolucionario para erradicar el poder económico y político que aún tiene la burguesía.

En la fallida reforma constitucional, el presidente Chávez propuso cinco formas de propiedad, incluida la propiedad privada, que además tiene rango constitucional en Venezuela. ¿Cómo se va a acelerar el proceso revolucionario si es derecho está garantizado?

Bueno, que vaya por delante que yo estoy completamente a favor de la propiedad privada. No se trata de afectar la propiedad privada del 98% de los venezolanos. Esa sí que es sagrada. No se trata de nacionalizar la vivienda del vecino, o los bienes de un campesino o las pequeñas empresas o los pequeños negocios. No, yo estoy hablando de la propiedad privada de una ínfima cantidad de señores ricos, que desde hace tiempo consideran a Venezuela como su propiedad personal.

Estoy hablando, exclusivamente, de la propiedad de la oligarquía. Eso sí que hay que expropiarlo y cuanto antes mejor. Lo que hace falta es nacionalizar los puntos neurálgicos de la economía, porque sin eso jamás se va a poder planificar la economía venezolana y resolver sus problemas, que son bastante serios. Para decirlo en una frase: tú no puedes planificar lo que tú no controlas. Por ejemplo, las inversiones privadas. Ahora mismo, las inversiones privadas no están en manos de los venezolanos sino de las oligarquías que no están invirtiendo. Ahí están las cifras de la economía privada. Sin el sector estatal, no habría producción en Venezuela.

¿Por qué ese problema no se soluciona a través de alianzas con los sectores empresariales y productivos?

Ja, ja, ja ja… bueno, se intentó ¿no? Una y otra vez. Yo estuve presente en una reunión donde el presidente Chávez le pidió, le rogó, le exigió a los empresarios que invirtieran. Me dije: ‘esto no va a conducir a nada’ y efectivamente fue así. No invierten por varios motivos y el primero es que hay una crisis del capitalismo. No invierten en ningún país, en Inglaterra tampoco. En segundo lugar, que duda cabe, por motivos políticos. Aquí, simplemente, hay una huelga de capitales.

¿Con qué propósito?

No invierten para causar una desestabilización del Gobierno y para crear un clima, como lo dijo el Presidente, que provoque otro 11 de abril. Eso es perfectamente posible.

Los resultados de la gestión del Gobierno también son magros. La participación de las nuevas formas de propiedad en la formación del PIB no llega al 10%. La realidad es una y la intencionalidad política es otra.

“Hay que erradicar el poder que aún tiene la burguesía” - Últimas Noticias entrevista a Alan WoodsNo estoy totalmente de acuerdo con esa apreciación. Si miras las cifras económicas, lo único que mantiene la economía venezolana es el sector estatal. El sector privado no hace nada, al revés, todo lo contrario y las cifras cantan. Ha habido problemas y muy graves, que podrían resumirse en una sola palabra: la burocracia. Aquí, efectivamente hay un grave problema de burocracia, es un cáncer que corroe las entrañas de la revolución y la destruye desde dentro.

Permítame una digresión. La manufactura en Venezuela está en manos privadas y de cada cuatro empleos, tres corresponden al sector privado.

Ahí está el problema. ¿Qué pasa con las inversiones privadas? ¿Hay un alza de las inversiones privadas? No lo creo. Todo lo contrario. Hay un descenso. Por los motivos ya mencionados. La idea de una economía mixta es equivocada, porque puedes terminar con lo peor de ambos mundos. Puedes tener lo peor del capitalismo, donde la gente que tiene el dinero no invierte y puedes tener los efectos más negativos de lo que vimos en la extinta Unión Soviética. Hace falta una nacionalización que ponga el poder en manos de los trabajadores. Eso no se ha hecho porque la burocracia, lamento decirlo, está incrustada en el Estado, en el Gobierno y en el Psuv. Y ese problema hay que solucionarlo.

¿Radicalizando el proceso?

Lo dijo Chávez citando a Lenin. En Estado y Revolución, Lenin explicó que lo que hay que hacer es destruir al viejo Estado burgués y crear un nuevo Estado democrático de los trabajadores. Y es obvio, ¿quién puede creer en su sano juicio, en un solo minuto, que lo que se quiere hacer se puede lograr utilizando el viejo aparato estatal heredado de la IV República? ¿Esos viejos funcionarios y burócratas van a hacer el socialismo? No. Es un absurdo. Aquí hace falta un cambio radical, también en lo que se refiere al Estado.

Así, entre líneas, uno podría decir que lo que propone Alan Woods es el modelo cubano.

El modelo cubano tiene mucho de positivo. Fidel Castro, cuando enfrentó el boicot de la oligarquía cubana y del imperialismo, hizo lo correcto: nacionalizó las empresas cubanas. No obstante, yo creo que aquí no hace falta imitar a Cuba ni a Rusia ni a ningún otro país. Estamos hablando de un modelo de democracia participativa y protagónica. El socialismo auténtico tiene que estar basado, siempre, en el control democrático de la clase trabajadora. Yo propongo eso, que los puntos neurálgicos de la economía: la tierra, la banca, las grandes empresas estuviesen en manos del Estado. El Estado tiene que estar en manos de la clase trabajadora y las empresas también. Eso si que sería la condición sine qua non para la construcción del socialismo en Venezuela.

A muchas personas de izquierda les cuesta describir lo que es el socialismo del siglo XXI. ¿Se animaría a esbozar de qué se trata?

¿Sabes cuál es el documento más contemporáneo que existe? El Manifiesto Comunista de Carlos Marx y Federico Engels. Ese documento describe, con gran detalle, el mundo, pero no el mundo de 1948, sino el mundo contemporáneo. Por ejemplo, la globalización. El proceso de concentración del capital es un hecho constatable. Y así un largo etcétera. Lo cierto es lo siguiente: muchas veces he oído esas afirmaciones de Hans Dietrich y todos los demás, esperando escuchar ideas nuevas. Al contrario, lo que he visto es una repetición, bastante pobre por cierto, de las viejas ideas de Proudhon y de otros premarxistas que estaban bastante desprestigiados hace tiempo. No, no. Yo afirmo que las posturas marxistas siguen vigentes hoy. Claro, con cambios y modificaciones evidentes, como las nuevas tecnologías, por ejemplo. Hoy por hoy cualquier obrero cualificado, con una computadora de mano, puede gestionar una empresa. El uso de Internet es algo que hay que explorar.

Usted es un estudioso del marxismo, conoce el modelo soviético y cubano. Honestamente, ¿le podría decir a los lectores de este periódico, que en su mayoría viven en los sectores populares, que el modelo cubano es una alternativa.

El modelo cubano tiene aspectos positivos que hay que evaluar y otros que no. Me parece que fue correcto nacionalizar los medios de producción. Pero eso no es suficiente. Hay que desarrollar la democracia obrera. Un modelo de democracia participativa y protagónica, como en Venezuela. Lamentablemente, los cubanos copiaron, años atrás, el modelo ruso y fue un gran problema.

¿Un gran error?

Creo que sí, lo que colapsó en Rusia, hace 20 años, no fue el socialismo, en ningún sentido entendido por Marx, Lenin o Trotsky, sino más bien una caricatura burocrática y totalitaria. Eso si fracasó y tenía que fracasar. No tenemos que imitar eso. Ese modelo no sirve, pasó a la historia. En mi opinión, hay que volver al modelo original.

«creo que aquí hace falta acelerar el proceso revolucionario…».

 

Perfil

Alan Woods. Swansea, Gales del Sur. 1944.

Estudio filología rusa en la Universidad de Sussex, Inglaterra; al igual que en la Universidad de Moscú (Rusia) y en la Universidad de Sofía (Bulgaria). Realizó un doctorado en esa materia. Ha dedicado su vida a la causa revolucionaria del marxismo.

Actualmente, es editor del sitio marxis.com, dirigente de la Corriente Marxista Internacional, con seguidores en 30 país y de la organización Manos Fuera de Venezuela, con seguidores en 50 países.

Una de las tareas pendientes del proceso bolivariano, planteada además por el presidente Chávez, es la convocatoria a la V Internacional. «Ha habido problemas», reconoce el teórico marxista, Alan Woods. «Una de las razones que se me dio, en forma indirecta, es que se avecinaban las elecciones legislativas de septiembre de este año. Estoy totalmente de acuerdo en que hay que luchar por esas elecciones. Pero también hay que ir, sin prisa, pero sin pausa, en la construcción de la V Internacional».

¿Pareciera que el retraso a la convocatoria obedece a un problema interno? «No lo sé, exactamente», confiesa Woods. «No ha habido explicaciones y eso es absurdo». ¿Un paréntesis inquietante? «No, francamente a mí eso no me preocupa mucho. Creo que pudo haberse hecho algo mejor. Aquí ha habido errores de bulto en los últimos días. Pero somos gente paciente. Hablé de este tema con el presidente Chávez en la cumbre (climática) de Copenhagen y él dijo que esto había que trabajarlo a fondo, estoy de acuerdo. Nos toca empujar y construir».

Hugo Prieto

Fuente: Ultimas Noticias