«En una de sus tantas visitas a nuestro país, el intelectual marxista Alan Woods disertó sobre Marxismo y arte, en el marco de un foro realizado el 14 de abril en los espacios de COTRAIN Video.» Artículo de Ciudad CCS
17/04/10.- En una de sus tantas visitas a nuestro país, el intelectual marxista Alan Woods disertó sobre Marxismo y arte, en el marco de un foro realizado el 14 de abril en los espacios de COTRAIN Video.
Woods comenzó con una reflexión. “Hay una pregunta que no se suele hacer: ¿Qué es el arte? (…) El arte es una forma de comunicación entre los seres humanos, que no tiene paralelo con otros tipos de comunicación y que es muy extraña. ¿Cuál es la importancia del arte? ¿Cuánta gente cree que el arte es necesario? Yo respondo que sí lo es. Imaginemos un mundo sin color y belleza, sería muy gris y triste. Para demostrar que el arte es necesario hay que entrar en la historia desde sus raíces”.
Comunismo primitivo
“Antes del homo sapiens no hay arte, y este es el primer indicio de que la naturaleza humana necesita el arte”. Para Woods, la descripción del mundo animal nunca ha sido mejor que en el arte rupestre. En esta primera expresión, el arte mostraba con gran exactitud a animales, pero no cualquier animal, sino a aquellos que era más difícil cazar; cuando retrataba a seres humanos lo hacía con mucha simplicidad, no había ni árboles ni flores pintados. Era el mundo del paleolítico, donde el trabajo era para satisfacer el hambre y esto se hacía solamente cazando. Esas pinturas estaban en lo más profundo de las cuevas, donde sólo se podía llegar arrastrándose a través de pasadizos oscuros. “Esto me lleva a pensar que eso que estaba allí escondido debía ser muy importante y que tenía un significado ritual (…) Es un arte mágico.Durante el paleolítico la vida, el arte y la ciencia iban juntos (…) Era una sociedad sin propiedad privada, sin cárceles, sin estado (…) El comunismo primitivo”.
Neolítico
El paleolítico termina con la revolución neolítica. Es la transición del mundo de la caza hacia el de los asentamientos con cultivos y trabajo organizado. “El inicio de la división del trabajo y de la sociedad en clases que produce transformaciones en todos los órdenes (…) El arte está vinculado a la casta religiosa y al poder (…) Ya no se ven detalles y aparecen las formas geométricas. Es la época de las estatuas inmensas de los faraones que nos hablan muy claro: ‘Tú eres insignificante, yo soy todo’ (…) Es anónimo, y en mil años no cambió, porque siendo arte dominado tú no puedes cambiarlo”,
Esclavismo
“Atenas era una democracia, pero únicamente de los ciudadanos libres, porque allí había esclavos. Hegel decía que no es tanto de la esclavitud que el hombre se hace libre, sino a través de ella”, comenta Woods y explica que para que la cultura pudiese avanzar era necesario que alguien hiciera el trabajo (los esclavos) y que otros pudieran pensar: los ciudadanos libres que además tenían el poder. “Con el arte griego nos sentimos en nuestra casa, con rostros y cuerpos conocidos, aunque ideales, tienen una forma humana. El colapso del mundo antiguo es el de Roma, que cae en manos de los bárbaros y su civilización y cultura sufren un revés de mil años”, agrega.
Feudalismo
“De esta etapa surge el feudalismo y el dominio de la cultura por parte de la Iglesia Católica. Eso en Europa, donde estaba la vanguardia del desarrollo humano, lo que no pasa ahora. El arte es religioso, bastante nefasto, lúgubre, la esperanza de un mundo mejor es la muerte. Y ese arte dice: El hombre es malo de nacimiento y la mujer es malísima, el cuerpo es malo”, explica. Y ese cuerpo que Grecia y Roma mostraban casi al desnudo, desaparece.
Capitalismo
En el seno del feudalismo comienza a generarse una nueva sociedad que es progresiva, el capitalismo. Se instalan los derechos individuales y también el individualismo, el mercado y la “ley de la selva”. Nace el protestantismo y “la salvación” no se consigue por obras, como las del arte gótico financiado por la aristocracia, sino por la fe. Eclesia quiere decir reunión, no edificios, dicen los nuevos burgueses que abrazan el protestantismo, entre otras cosas, para evitar pagar por obras. “Es el momento de los retratos de gente común que hasta ese momento eran desconocidos. Europa vivía en guerra y la burguesía quiere la paz, son las naturalezas muertas”. Rembrant, Shakespeare, Beethoven, Goya y Hegel son ejemplos de un capitalismo que en su inicio fue motor de progreso.
Decadencia
Al avanzar hasta la Revolución Rusa, “el acontecimiento más grande de la historia, vemos por primera vez a las masas obreras y campesinas destruir el régimen opresor y constrir una nueva sociedad más libre y espiritual (…) En Venezuela hemos visto algo parecido el 13 de abril de 2002, donde cada campesino, obrero y trabajador se sentía espiritulmente elevado por la experiencia vivida, y el arte floreció”. Woods explica que esa libertad y creatividad fue cortada por el estalinismo. Vuelven las esculturas gigantes y el culto al personalismo, el arte queda maniatado por el Estado. “Hoy con la burguesía en decadencia, el arte es cada vez más trivial, sin ojos, sin dientes, sin olfato, sin nada. Vean el posmodernismo”. Los artistas de esta época siguen siendo esclavos, pero del dinero.
“Hasta que no rompamos ese monopolio de una minoría (la burguesía), jamás podremos hablar de liberación. La clase obrera es la única que puede salvar a la humanidad, no sólo en lo material. Esta es una lucha por defender diez mil años de cultura que están en riesgo y crear una sociedad donde el arte volverá a ocupar su lugar como expresión libre de la creatividad humana”.
Biografia Minima
> Nació en Gales, Gran Bretaña en 1944.
> Desde los 16 años milita en el marxismo.
> En 1992 participa en la creación de la Corriente Marxista Internacional.
> Es editor de la revista Socialist Appeal y editor político de la página web marxists.com
Catedrático de filología rusa y eslava en universidades del Reino Unido y Bulgaria.
> Algunas de sus obras son: Lenin y Trotsky, qué defendieron realmente (1969) , Razón y Revolución: filosofía marxista y ciencia moderna (1995), Bolchevismo: el camino a la revolución (1999), El marxismo y la cuestión nacional (2000) y La revolución bolivariana, un análisis marxista (2005).
Sergio Bronstein/Ciudad CCS