psuv26092010
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La jornada de elecciones parlamentarias de hoy domingo 26 de septiembre, es otra batalla entre la Revolución y la contrarrevolución que está preparando nuevas acciones para derrocar a Chávez y aplastar la Revolución de una vez por todas. Mientras estamos esperando los resultados – la cierre de los centros de votación está pautada para las 6PM – presentamos un análisis de Patrick Larsen de la correlación de fuerzas.

 

Las elecciones este domingo en Venezuela son de importancia crucial para el futuro del país y la Revolución Bolivariana que comenzó en 1998 con la elección de Hugo Chávez.

En 2005 la oposición cometió un gran error, cuando decidieron boicotear las elecciones de la Asamblea Nacional en el último minuto, claramente motivados por el hecho de que sus perspectivas electorales parecían muy sombrías.

Esto provocó un nuevo revés para los escuálidos, ya que se encontraban efectivamente sin ningún tipo de representantes en el parlamento nacional. Su única suerte era que PODEMOS, un pequeño partido social-demócrata, que había formado parte de la coalición chavista, decidió abandonar el barco en 2007 y se unió a la oposición. Actualmente su representación parlamentaria se reduce a sólo 6 escaños en un parlamento de 167 miembros, lo que permite al Gobierno la implementación de leyes y reformas ajustadas a las necesidades del pueblo venezolano.

La oposición venezolana financiada por el imperialismo norteamericano

Tras muchas derrotas, divisiones y crisis, la contra-revolución venezolana ha estado reorganizando sus fuerzas en el último año. Su nueva táctica consiste en utilizar cada apertura legal para hacer campaña en torno a un programa de crítica de los problemas existentes, movilizar a sus partidarios entre la pequeña burguesía y desmoralizar a la base chavista. En la campaña electoral, una de sus portavoces, María Corina Machado, se ha centrado en algunos de los problemas reales que existen en la sociedad venezolana, como la delincuencia, el racionamiento eléctrico, los altos índices de inflación, entre otros.

Pero Corina Machado tiene sus propias intenciones. A pesar de su sonrisa y aparentemente inocente cara en los carteles electorales, no es tan inofensiva como se podría pensar. De hecho, dio pleno apoyo al fracasado golpe de Estado contra Chávez en el 2002.

Ella también ha actuado como la principal líder de Súmate, una organización opositora de la “sociedad civil” que organizó la campaña para el referéndum revocatorio de 2004. Entre 2003 y 2006 Súmate recibió donaciones de alrededor de tres millones de dólares del Gobierno de estadounidense, entregados a través de organizaciones como la NED (National Endowment for Democracy) y la USAID.

A pesar del hecho de que Súmate perdió el referéndum de 2004, que dio una rotunda victoria a Chávez y la Revolución, el presidente George W. Bush, recompensó a María Corina Machado con una entrevista personal en la Casa Blanca el 31 de mayo de 2005, algo que ningún otro venezolano ha logrado hasta la fecha. Corina Machado dijo que Bush había mostrado «un gran interés en la perspectiva de la sociedad civil en la democracia, particularmente en Venezuela».

La MUD (Mesa Unitaria Democrática) es la nueva coalición opositora que María Corina Machado dirige. También han recibido grandes sumas de dinero del Gobierno de los EE.UU. Según una reciente

investigación de FRIDE, una organización española que descubre las relaciones internacionales, la oposición venezolana ha recibido entre 40 y 50 millones de dólares sólo este año.

A pesar de todas las acusaciones de MUD contra el gobierno de Chávez, su tema de campaña real se puede encontrar en el apartado de su programa electoral que habla de la «defensa del derecho a la propiedad privada y la libertad económica». Para estos títeres del imperialismo, su tema electoral principal no es tal o cual problema en la Venezuela de hoy, tales como la inflación, la vivienda o el índice de delincuencia. Estos son sólo los temas que demagógicamente utilizan para conectar con la clase media, ya que saben que es volátil, haciendo ver al Gobierno que lidera el presidente Chávez como incapaz de resolver los problemas de los venezolanos.

Para estos señores, el verdadero problema es el hecho de que la Revolución Bolivariana ha llegado a un punto en el que está amenazando la existencia misma del capitalismo en Venezuela. La oligarquía todavía está en control de dos tercios de la economía, pero sabe que la presión de las masas podría empujar a Chávez a nuevas expropiaciones. Esa es su verdadera preocupación y es por eso que necesitan detener la Revolución por cualquier medio posible.

La campaña de las fuerzas revolucionarias

Trabajadores, estudiantes y pobres de los barrios organizados en el PSUV y el PCV (Partido Comunista de Venezuela) han tratado de organizar una campaña política para movilizar a la base bolivariana. Si bien la campaña de los burócratas y los políticos profesionales ha sido bastante aburrida, la campaña de las organizaciones obreras como la UNT (Unión Nacional de Trabajadores), los consejos obreros en VTV, CANTV y otros ha sido muy militante.

El jueves 16 de septiembre hubo una marcha de trabajadores de diferentes fábricas y empresas estadales. Fue organizada por los consejos obreros en Mercal, Pdval, Cantv, Red TV, VTV y Venetur. Entre las demandas de los trabajadores figuraba una ley a favor del control obrero en las fábricas. La UNT organizó una importante reunión de delegados el 18 de septiembre en Caracas, donde una serie de resoluciones fueron aprobadas a favor de las demandas de la clase trabajadora.

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Lo más interesante de estas y otras iniciativas ha sido el hecho de que la clase obrera organizada está apoyando la campaña del PSUV, pero a la vez plantea sus reivindicaciones independientes como clase. Por último, la gran marcha de cierre de campaña del PSUV el jueves 24 de septiembre también mostró que la Revolución todavía tiene grandes reservas de apoyo, ya que centenares de miles de personas marcharon por las calles de Caracas.

El plan de la contrarrevolución y la cómo detenerla

Evidentemente, es difícil hacer un pronóstico preciso sobre los resultados de estas elecciones. El sentimiento general es que la mayoría sigue apoyando la Revolución, pero también hay importantes signos de cansancio e incluso la desmoralización puesta en amplios sectores de la base tradicional de Chávez.

La gente no piensa que el proceso va demasiado rápido. Por el contrario, el estado de ánimo generalizado es que las palabras y hablar de socialismo aún no se han traducido en cambios fundamentales en Venezuela. Los capitalistas, los banqueros y los terratenientes siguen esr¡tando más o menos en las mismas posiciones de poder económico. El año pasado, el 70% del PIB del país fue creado por el sector privado, lo que ilustra claramente que el capitalismo sigue vivo en Venezuela.

Esto es frustrante para muchos votantes en los bastiones chavistas tradicionales y pueden causar altos niveles de abstención. Es poco probable que la oposición tenga un apoyo masivo. Ellos son en gran medida desacreditados y la mayoría de la gente sabe lo que realmente representan. Pero podrían tener éxito en desmoralizar a una franja del chavismo.

El gobierno ha utilizado millones de dólares en programas de alimentación extra, con el fin de evitar una situación de escasez de alimentos como en 2007, cuando el referéndum constitucional, primero se perdió. Esto ha servido para equilibrar la situación temporalmente.

Sin embargo, la situación sigue siendo muy frágil. En los once años de la Revolución, esta será la primera elección que los venezolanos enfrentan en una situación de crisis económica. La economía venezolana ha registrado cifras negativas desde finales de 2008 y la recuperación todavía parece bastante lejos.

El plan de la contrarrevolución no termina con las elecciones. Por supuesto que tienen como objetivo ganar el máximo número de circuitos, pero al mismo tiempo tratan de crear disturbios y sembrar dudas y confusión sobre el proceso electoral.

Varios artículos en ediciones del sábado de El Universal y El Nacional, ambos periódicos de la oposición, iban en esa dirección. MUD ha invitado a varios políticos de la ultra-reacción como «observadores internacionales», como Gustavo de Arístegui del partido conservador español PP. Éste afirmó «no inclinarse por ningún tipo de presión o amenazas [del gobierno]».

Por otro lado estarán bastante satisfechos con una representación de, por ejemplo, el 40% del nuevo parlamento. Su principal objetivo es romper la mayoría del PSUV, PCV, con lo que el gobierno no puede aprobar leyes orgánicas.

Así estarían en una posición donde puedan frenar nuevas leyes revolucionarias y poner todos los obstáculos en el camino para el Gobierno que preside Hugo Chávez.

Los acontecimientos en Honduras el año pasado fueron una advertencia a los trabajadores y los pobres de Venezuela y el resto de América Latina. Si la Revolución no se lleva a cabo hasta el final, es decir, con la expropiación de los capitalistas, los banqueros y los terratenientes, se corre el riesgo de permitir que la derecha vuelva para acometer un nuevo golpe contra la Revolución.

En el contexto de Venezuela una victoria de la derecha en las elecciones parlamentarias sería un gran paso hacia atrás, estaríamos en las mismas condiciones de Honduras hoy. Es por eso que todo todo el mundo sigue las elecciones parlamentarias de hoy domingo con mucho interés.

Caracas, 25 de septiembre 2010