El 2 de noviembre se desarrolló en la ciudad de Oakland una de las mas grandes manifestaciones de los últimos años, con la participación de diferentes sectores de la clase trabajadora marchando juntos para que sus demandas fueran escuchadas, logrando exitosamente el paro de labores de uno de los puertos mas importantes de EE.UU.
Dicho acontecimiento fue una demostración de lo que la clase trabajadora norteamericana es capaz de alcanzar. Sin embargo, los medios de comunicación mostraron muy poco interés al reportar los alcances de la manifestación. En lugar de ello, se limitaron a informar sobre la realización de grafitis, la destrucción de ventanas y los enfrentamientos con la policía, acontecimientos que únicamente involucraron a una pequeña minoría de los manifestantes, un pequeño grupo que actúo por cuenta propia y al margen del movimiento en general.Esto es un flagrante intento de satanizar el movimiento y presentar una imagen violenta del mismo, como un movimiento dirigido por anarquistas y rufianes.
La ciudad de Oakland, California, se ha convertido en el centro de atención para el movimiento de ocupación a nivel nacional, estableciendo un nuevo precedente de lucha tras el lanzamiento de la convocatoria a una huelga general que fue capaz de paralizar la economía del centro de la ciudad y detener las operaciones del puerto de Oakland, y que fue capaz de movilizar en las calles a unas 30.000 personas. Esta experiencia ha afectado profundamente la vida de cientos de miles de trabajadores y jóvenes que viven en el área de San Francisco, desde las discusiones en todos los campus de las universidades, centros de trabajo, recintos sindicales y campamentos de ocupación; hasta la cobertura de los medios de comunicación y la reacción de los funcionarios públicos en todos los niveles de gobierno.
Desde muy temprano, la mañana del 2 de noviembre, los manifestantes comenzaron a reunirse en el cruce de la calle Broadway y la calle 14. Muchas pancartas fueron colgadas alrededor de dicho crucero y en todo el campamento de ocupación ubicado en la plaza Frank Ogawa, renombrada plaza Oscar Grant. Algunas pancartas tenían escritas consignas como «muerte al capitalismo», «ocupar todo», y por supuesto la consigna de «huelga general». Desde las 11:00, el crucero estaba lleno. El campamento de ocupación estaba lleno con el frenesí de la actividad. En la medida que más personas comenzaron a llegar, los manifestantes empezaron la reunión en el anfiteatro de la plaza.
Al mediodía, varias marchas se desarrollaron en el centro de Oakland. Una gran marcha compuesta principalmente de estudiantes, con un gran contingente del Colegio Laney, avanzó hacia el centro de la ciudad. Otra marcha se abrió paso hasta la calle Franklin en dirección a los bancos en Lakeside. Además, otra marcha se dirigió hacia el edificio del Estado. Parecía que para la primera mitad del día las marchas salían de todas partes, muchas personas se integraron a las diversas movilizaciones y los contingentes se unieron a la manifestación principal en la calle 14 y Broadway. El ambiente era nada menos que electrizante.
Como reflejo de los diferentes elementos que han surgido y desempeñado un papel en el movimiento de ocupación desde el principio, todos los matices de activistas políticos estaban presentes, aunque la gran mayoría de la manifestación estaba compuesta por trabajadores y jóvenes que probablemente nunca habían sentido la necesidad de participar en este tipo de movimientos políticos hasta ahora. También estuvieron presentes un gran número de sindicalistas como fueron los Teamsters Local 70, SEIU Local 1021, los estibadores del Local 10 del ILWU, UNITE-HERE, la Asociación de Enfermeras de California, la Asociación de Maestros de California, la Asociación de Educación de Oakland (OEA), y el sindicato metalúrgico UAW, entre muchos otros, cada uno de ellos con sus respectivas banderas sindicales. Había muchos manifestantes llevando la típica pancarta en apoyo al 99%, pero también había muchos con pancartas mostrando consignas con un claro carácter de clase.
Alrededor de las 15:30, la gente que portaba los megáfonos realizó recorridos a traves de la plaza y el crucero de reunión llamando a todo el mundo a dirigirse al Puerto de Oakland. Como respuesta al llamado de huelga general, ese día, muchos trabajadores del puerto no se presentaron a sus turnos, pero el puerto aun permanecía abierto. La intención de esta marcha fue paralizar por completo las actividades del puerto durante el turno de la noche. Un gran contingente de la OEA se integró con los manifestantes a la marcha gritando las consignas «nosotros somos el 99%”, “mostremos el 99%”. Después, la marcha se dirigió hasta la calle 14 en dirección hacia el puerto. Mientras la marcha avanzaba por las calles, la gente salía de sus casas mostrando señales de apoyo. Todos los negocios en el centro de la ciudad y a lo largo del trayecto seguido por la movilización, fueron cerrados durante ese día, desde las pequeñas tiendas hasta los grandes bancos y cadenas comerciales como Walgreens, Subway, McDonalds, KFC y muchos otros. Cuando la marcha pasó por debajo de las pistas de BART, los conductores de tren hicieron sonar sus bocinas en señal de solidaridad con el movimiento. Por todas partes se dieron muestras de apoyo al movimiento. Simplemente fue impresionante.
Cuando la marcha llegó al puerto, se instalaron los piquetes de huelga de varios cientos de personas en cada punto de entrada. Se llevó a cabo la ocupación mediante el método de asamblea general utilizando «micrófonos humanos» para comunicar los puntos de vista de los participantes. Esta acción logró el paro de labores del puerto durante dos turnos enteros. Una larga fila de camiones de carga se quedó esperando con los brazos cruzados mientras el puerto permaneció cerrado, inclusive, se contó con la participación de algunos conductores, los cuales movieron sus camiones para bloquear la carretera que conduce hacia el puerto. Manifestantes eufóricos por el apoyo se montaron encima de los camiones como señal de celebración. Un manifestante gritó: «este es un día histórico” “les hemos demostrado el poder que tenemos”. A lo largo de la marcha para la ocupación del puerto no se presentó ni un solo incidente de violencia. Los elementos policiales se mantuvieron casi completamente ausentes, lo cual fue un contraste con lo que había ocurrido una semana antes.
Al regresar al campamento de ocupación, había un ambiente de carnaval. Algunas personas tocaban música, mientras que otros participaban en las discusiones sobre los alcances del movimiento y cómo se podría mantener adelante. Otros esperaban, formados en fila, para disfrutar de la comida que fue proporcionada por el campamento de ocupación y el Consejo Obrero de Alameda Central. Aunque la ciudad no estaba paralizada al 100%, todos sentían que el movimiento había alcanzado el objetivo que se había propuesto.
Sin embargo, el día no transcurrió por completo sin ningún incidente. Por la mañana, la palabra «huelga» fue pintada mediante grafitis en un supermercado de la cadena Whole Foods. Además, las ventanas del Bank of America y otros bancos fueron destrozadas y pintarrajeadas con aerosol. Acciones similares a las antes mencionadas continuaron una vez concluido el exitoso cierre del puerto. A las 23:00, un pequeño grupo caminó alrededor del campo de ocupación gritando que estaban a punto de tomar un edificio.
El edificio en cuestión está localizado a una manzana del propio campamento. La intención original de ocupar dicho edificio abandonado era convertirlo en un centro comunitario para el movimiento de ocupación. Sin embargo, una vez que se llevó a cabo la ocupación del edificio, el lugar fue objeto de vandalismo. Poco tiempo después, la policía de Oakland comenzó a desplegar sus líneas a lo largo de la Avenida San Pablo y la calle Telegraph. Los manifestantes respondieron levantando barricadas con tablas de madera y botes de basura. Debido a que las líneas de la policía se acercaron al edificio ocupado, las barricadas fueron incendiadas. Esta acción provocó que la policía se movilizara rápidamente en el edificio. Después de eso, la policía se movilizó a pocos metros del campamento de ocupación bloqueando la calle Broadway por completo. No pasó mucho tiempo para que la policía comenzara a disparar gases lacrimógenos y a lanzar granadas flash-bang para dispersar a la multitud que rodeaba el edificio.
Los enfrentamientos con la policía se prolongaron hasta las 4:00 de la madrugada. Durante ese tiempo, muchos edificios que rodean el campamento de ocupación fueron pintarrajeados y sus ventanas fueron destruidas. Al final de la noche, más de 100 personas habían sido detenidas. Muchos otros fueron atacados con gases lacrimógenos y, además, la policía disparó con balas de goma. Acciones inclusive ejecutadas en contra de a los manifestantes que no estaban involucrados en la ocupación o en los actos de vandalismo.
El llamado a una huelga general movilizó a mucha gente que apoya el movimiento de ocupación. Estudiantes, sindicalistas y obreros de diversos sectores de la clase trabajadora salieron a las calles ese día para hacer oír su voz. Sin embargo, debemos reconocer que lo que ocurrió ese día en Oakland no fue realmente una huelga general como tal, pero representa una significativa manifestación de fuerza por parte de la clase obrera, y fue probablemente la más grande movilización que se ha realizado en Oakland desde la marcha del movimiento de los trabajadores inmigrantes del 1° de mayo de 2006. La manifestación en Oakland ha despertado la conciencia de clase de muchos trabajadores. Se le ha dado un rostro y un carácter de masas con la consigna: «Somos el 99%». Ha quedado demostrado que los jóvenes y trabajadores que han soportado las constantes embestidas del sistema capitalista y la clase burguesa, tienen el coraje y la fuerza para comenzar a luchar en contra de los opresores. Es un sentimiento que es muy significativo dentro de la clase trabajadora en Oakland y el área de la bahía.
El cierre del puerto de Oakland ha sido un acontecimiento histórico porque la unidad del proletariado ha dado una pequeña muestra de la fuerza que puede alcanzar en defensa de sus intereses. Ese día, los manifestantes fueron capaces de paralizar las embarcaciones y el transporte del quinto puerto comercial mas importante en los EE.UU., causando perdidas de millones de dólares para los bolsillos de los capitalistas. Sin embargo, el golpe hubiera sido mas contundente si los trabajadores del puerto se hubieran organizado y actuado en coordinación con los manifestantes para cerrar el puerto. Lo cual hubiera servido como un ejemplo a seguir aún más poderoso para los trabajadores del área de la bahía y el resto de la clase trabajadora norteamericana.
Aunque la manifestación contó con declaraciones de apoyo por parte de los dirigentes de muchos sindicatos, e inclusive algunos llamaron a las bases a participar en el movimiento, los líderes sindicales no estaban preparados y tampoco dispuestos a organizar una auténtica y completa huelga general. La amplia participación de los trabajadores de base miembros de diversos sindicatos, demostró que los dirigentes fueron sometidos a la presión de sus propios militantes para al menos apoyar el movimiento. Si el llamado hubiera sido tomado con más seriedad por parte de los dirigentes sindicales, el movimiento habría tenido efectos mucho más contundencia.
Durante el transcurso de las asambleas generales del campamento de Oakland en los días siguientes, los temas fundamentales sometidos a discusión fueron las cuestiones de la violencia y el vandalismo. Aunque no se ha definido una postura clara, es cierto que se ha creado una división entre los ocupantes. Como marxistas, somos conscientes de que los pequeños actos de vandalismo y la llamada «acción directa» no ayudan a promover la causa de la clase obrera, sino más bien, sirven para proporcionar una excusa para que la policía, los medios de comunicación y las autoridades de la ciudad ataquen al movimiento. A pesar del ataque de la policía en contra de los manifestantes aquella noche, no han tenido éxito en su intento de la dispersar el campamento de ocupación. Esto no representa un acto de fuerza por parte de la policía y autoridades de la ciudad, sino más bien una debilidad. Debemos aprovechar esta debilidad para organizar de mejor manera nuestro movimiento y promover acciones masivas más contundentes con una clara orientación hacia las organizaciones de masas de la clase obrera en este país: los sindicatos.
Como hemos explicado en artículos anteriores, el movimiento obrero organizado tiene la capacidad de movilizar en las calles a millones de trabajadores sindicalizados y no sindicalizados. Los acontecimientos en Oakland deben servir para impulsar un trabajo mejor organizado. También puede servir como un paso importante para que los sindicatos rompan relaciones con el Partido Demócrata, el cual únicamente representa los intereses del 1%, y además ser la inspiración para que el proletariado construya su propio partido político de masas. El movimiento aún se encuentra en su etapa inicial. Como marxistas, vamos a seguir participando, fortaleciendo y ayudando a desarrollar el movimiento, al mismo tiempo que defendemos la necesidad de la transformación socialista de la sociedad y la necesidad de crear un partido obrero de masas que represente las necesidades y aspiraciones de la clase obrera.