«Avgi» (La Aurora) es el diario oficial del partido de la izquierda griega, SYRIZA. Su edición dominical tiene una muy amplia circulación (la quinta más grande de Grecia). Ayer, 28 de abril de 2013, se publicó una entrevista a toda página con el editor de Marxist.com, Alan Woods. Ofrecemos aquí una traducción completa de la entrevista. Se puede acceder al artículo original en griego aquí
Si un gobierno SYRIZA llevara a cabo un programa radical tendría un impacto en toda Europa
Uno de los marxistas británicos más consecuentes, que también es influyente fuera de Gran Bretaña, editor de www.marxist.com y autor de importantes obras como Razón y Revolución, Alan Woods, está en Grecia con motivo de la Conferencia fundacional de la Corriente Comunista de SYRIZA. Alan Woods, quien acaba de regresar de Venezuela, donde ha observado y apoyado estrechamente el experimento socialista de Hugo Chávez, habló para la edición dominical de Avgi sobre Gran Bretaña, Venezuela y Grecia, y sobre la actual crisis capitalista.
Usted es bien conocido como defensor de Chávez en Venezuela. ¿Cuál fue su relación con Chávez y cómo calificaría el éxito de Chávez en la mejora de la vida de las clases más bajas?
Éramos buenos amigos. La aparición de Chávez fue un avance importante, no sólo por las grandes reformas que llevó a cabo, sino porque consiguió poner en marcha una revolución. Lo que ocurrió en Venezuela ha sido y es una revolución en tanto en cuanto Chávez les dio una voz a aquéllos que no tenían voz. Esto es lo que explica el enorme apoyo que tenía. Yo estuve en Caracas hace dos semanas, aunque no pude ir al funeral. Pero incluso el hecho de que hace dos semanas tres millones de personas estuvieran en las calles dice algo. Y sin duda demuestra que no era un dictador.
¿Dónde triunfó Chávez y dónde fracasó?
Esa es una pregunta difícil. En primer lugar, él consiguió crear un movimiento de masas de millones de personas, que no estaban organizadas. Esto nunca se había hecho antes. Él describió la revolución venezolana, no sólo como antiimperialista y democrática, sino como una revolución socialista. Él consiguió aumentar la conciencia de clase de las masas. Como marxista debo añadir que, por primera vez desde el colapso de la Unión Soviética, una figura política importante tuvo el valor no sólo de hacer frente a los oligarcas, sino también de hablar de marxismo, hablar de Marx, Engels, Lenin, Trotsky y Rosa Luxemburgo.
También llevó a cabo algunas reformas significativas. Por primera vez, hace unos años, las Naciones Unidas declararon a Venezuela libre de analfabetismo debido a que muchas personas tuvieron acceso a la educación. ¿Qué ha fallado?
Me planteé esta pregunta muchas veces, y Chávez era muy consciente de mis puntos de vista, y creo que hacia el final de su vida el pensamiento que le preocupaba cada vez más era que sólo había llevado a cabo «una revolución a medias», y no puedes hacer media revolución.
Entiendo lo que es una economía de mercado capitalista, y entiendo lo que es una economía socialista planificada basada en las nacionalizaciones. Y, como he señalado recientemente en una entrevista en Venezuela, puedes tener una o la otra, pero no puedes tener ambas cosas a la vez.
Si intentas dejar algunos sectores privados a su libre albedrío, como la banca y la tierra, en manos privadas, por ejemplo, la revolución no se puede completar porque el poder económico de la oligarquía aún permanece. Y siempre cuando éste es el caso, la revolución está en peligro. Los problemas aparecen, como la inflación, y en gran medida esto es lo que explica el resultado electoral, que fue ganado por un margen muy pequeño. En resumen, yo diría que Chávez inició una revolución, pero no está terminada.
El Reino Unido opera bajo un modelo económico basado en el comercio, las finanzas y los servicios. En cualquier caso, ya no es el país del proletariado industrial tradicional. ¿Existe todavía un proletariado con conciencia de clase en Gran Bretaña?
Los británicos tienen una elevada conciencia de clase y siempre la han tenido. Se puede ver en las celebraciones de la muerte de Margaret Thatcher. Los Conservadores pensaban que sería una gran ceremonia, que uniría a la gente detrás del gobierno. Pero resultó diferente. Al final, lo que mostró fue que existe una profunda división en la sociedad británica. Hasta cierto punto es geográfico, en el norte se manifestaron en contra de Thatcher, al igual que en Gales y Escocia, pero incluso en el sur y en Londres hubo protestas porque la gente estaba enojada de que estuvieran gastando millones de libras para el funeral cuando se están recortando los salarios, las pensiones, etc. En Yorkshire incluso quemaron una efigie de Thatcher. Las divisiones de clase son más claras de lo que eran hace 16 años.
¿Crees que el Partido Laborista podría ser una alternativa de izquierda?
En primer lugar, el hecho es que el laborismo es actualmente la única alternativa electoral real al gobierno conservador. Así que estoy seguro de que en las próximas elecciones mucha gente va a votar al laborismo, no porque estén entusiasmados con su programa o sus dirigentes, que son por desgracia muy derechistas, sino por un instinto de clase elemental. Como ustedes saben, los sindicatos en Gran Bretaña están estrechamente relacionados con el laborismo y mucha gente sigue viendo al laborismo como el partido que está en contra de los ricos. El problema es lo que hará el laborismo cuando llegue al poder, pero eso es otra cosa.
A nivel europeo, vemos cómo la gente percibe la crisis en términos de un conflicto entre los países y no en términos de clase. Así que tenemos en varios países, incluso una «derecha anti-alemana» ¿Cómo crees que van a desarrollarse las cosas?
Es muy lamentable que esta batalla se libre en términos nacionales, porque hay ricos y pobres en todos los países, incluso en Alemania. Creo que hay un fuerte sentimiento de indignación por la falta de justicia social y por la existencia de la desigualdad económica, especialmente en el sur de Europa. Todos los ojos están puestos en Grecia, y muchas personas tienen puestas sus esperanzas en SYRIZA. Si gana en la batalla electoral, que creo que va a pasar, espero que pondrá en marcha un programa socialista. Si lo hace, eso ejercerá una poderosa influencia en toda Europa.
Créeme, si SYRIZA en el gobierno lleva a cabo un programa radical, tendrá un gran impacto no sólo en los países del Sur, sino también en toda Europa, en Francia, el Reino Unido e incluso Alemania.
Los ciudadanos están hartos de tantos recortes y programas de austeridad. También está claro que hay un rechazo general a los viejos partidos. El mundo necesita algo decisivo. Como dijo una vez Largo Caballero, «No se puede curar el cáncer con una aspirina.» Los problemas drásticos requieren soluciones drásticas. Creo que hay solidaridad entre los trabajadores, por lo que cualquier intento de romper este sentimiento en líneas nacionales sería un gran error.
En un diálogo imaginario entre Angela Merkel y Margaret Thatcher, ¿dónde crees que estarían de acuerdo, y dónde estarían en desacuerdo?
¡Es un poco tarde para eso ahora! Pero de todos modos, creo que estarían de acuerdo en la mayoría de las cosas. Representan la misma clase y también las mismas políticas de derecha. Vienen de la misma escuela y por lo tanto no tendrían un problema entre ellas. A pesar de que sus países eran viejos enemigos en el pasado, estarían de acuerdo sobre la cuestión fundamental en que todas las clases dominantes están de acuerdo, cualquiera que sea su origen: a saber, que los pobres deben pagar la crisis.
¿Sigue siendo el marxismo relevante?
Hace veinte años, cuando la Unión Soviética se derrumbó, las clases dominantes dejaron escapar un suspiro de alivio. Luego estuvieron hablando sobre el fin del marxismo, del socialismo y del comunismo. Uno de ellos, Francis Fukuyama, incluso escribió acerca del «fin de la historia». Veinte años más tarde, el capitalismo está en crisis en todo el mundo. Resulta que el análisis de Karl Marx demostró ser 100% correcto, y el documento más actual que se puede leer hoy es el Manifiesto Comunista.
En 2009, una conferencia organizada por The Economist reunió a los analistas burgueses más reconocidos para responder a una pregunta: «¿Qué diablos está pasando? ¿Cómo podemos explicar esta crisis, que nuestros modelos decían que nunca podría pasar?» Uno de ellos, Paul Krugman, ganador del Premio Nobel, dijo: «Durante las últimas tres décadas, la teoría macroeconómica ha sido espectacularmente inútil en el mejor de los casos, y en el peor positivamente perjudicial.» Estas no son mis palabras, sino de Krugman. Ahora muchos economistas, como Nouriel Roubini, están diciendo: ¡Marx estaba en lo cierto!
(28 de abril de 2013, Dominical «Avgi», Entrevista realizada por Anastasia Yamal)