El martes 28 de octubre de 2013, los trabajadores y trabajadoras de la empresa de alfarería Intercerámicas, decidieron retomar la producción de la empresa, luego de 15 meses de una intensa lucha en contra del cierre ilegal y fraudulento en donde los corruptos patronos dejaron en la calle a más de 60 trabajadores. Los trabajadores, amparándose en la nueva LOTT, decidieron tomar las instalaciones, para así hacer presión al patrono para recuperar sus puestos de trabajos y salarios.
Intercerámicas es una empresa con al rededor de 40 años en el mercado, y esta ubicada en la Zona Industrial II de la ciudad de Barquisimeto. Posee un terreno de 66.000 metros cuadrados, y tiene la capacidad para producir pisos, bloques y techos de arcilla, pudiendo ofrecer los materiales necesarios para al menos 160 casas mensuales, que pueden ayudar a consolidar la GMVV y a los Consejos Comunales y Comunas en construcción en la región. Esta fábrica alfarera es propiedad de un grupo de empresarios españoles, que poseen a su vez otras dos empresas alfareras: Altusa, ubicada también en la Zona Industrial II de Barquisimeto, la cual se encuentra en severas condiciones de explotación, irregularidades laborales y en amenazas de cierre, y Artemisa, ubicada en Los Valles del Tuy, la cual al igual que Intercerámicas, fue parada por los patronos, dejando a todos los trabajadores en la calle.
Estos accionistas de la empresa, el pasado 31 de agosto del 2012, y por vía Skype desde España, de la manera más cobarde, decidieron informarle a los trabajadores y trabajadoras de Intercerámicas, su decisión de cerrar la planta, debido a su intención de ponerla en venta. Bajo la excusa de no querer seguir operando en el país.
Sin embargo los trabajadores afirman que un empresario le hizo la oferta a los dueños, de comprar la fabrica completa, y continuar la producción con el total de los trabajadores, oferta que fue rechazada por los patronos, afirmando que querían vender la empresa por partes, las maquinarias y el terreno por separado. Esto nos demuestra dos cosas, la primera es que en realidad esta burguesía parasitaria solo quiere deshacerse de los trabajadores, sin cancelar los beneficios acumulados por los tantos años de servicios para ellos, contemplados en nuestra legalidad vigente, para luego retomar la producción con personal nuevo, sin experiencia de lucha sindical. Algo que desde siempre se repite en el sistema capitalistas.
Y la segunda, y que es más grave aún, es que han decidido sumarse a la guerra económica que promueve la burguesía para derrocar al gobierno representado actualmente por el camarada Nicolás Maduro. Sin mencionar las enormes deudas que mantienen estos con el estado, desde servicios como Agua, Luz, y Gas, hasta Seniat. Es por esto que siendo una empresa estratégica para el desarrollo del país, y en especial para la GMVV, debe ser declarada como utilidad pública y puesta legalmente en manos de los trabajadores, para que estos puedan retomar la producción al 100%, junto con el aporte del estado, para el beneficio de la clase trabajadora.
En la actualidad sólo se mantienen un total de 20 de los 63 trabajadores que laboraban en dicha empresa. El resto se vio forzado a aceptar la “liquidación” a medias que los patronos les ofrecían. Estos 20 trabajadores tienen ya mas de 15 meses sin llevar un salario a sus hogares, incluso dos trabajadoras que se mantienen aún dignamente en pie de lucha, son el único sustento económico para sus respectivas familias, y tienen hijos pequeños que mantener.
Estos trabajadores y trabajadoras, que luchan por el respeto y su dignidad, son sometidos por los patronos a esta lucha de desgaste, donde los únicos perjudicados son los trabajadores, ya que los dueños de la empresa, cuentan con enormes riquezas en los bancos, pueden fácilmente mantener, incluso varios años más, a la empresa cerrada. Mientras que los trabajadores, que han perdido sus puestos de trabajo, ya no poseen ningún tipo de ingreso que les permita llevar a sus respectivos hogares el sustento diario para las 20 familias que dependen de estos.
Por mas de 15 meses de abordar todas las instancias competentes, como la Inspectoría del Trabajo, Inpsasel, diversos ministerios y demás instituciones publicas, solicitando que se hiciera cumplir la aplicación del art. 149 de la LOTT, donde se establece la conformación de una Junta Interventora formada por dos representantes de los trabajadores y uno del patrono, que pueda administrar la empresa y reanudar la faena laboral, luego de todas estas acciones y reuniones con diversas personalidades del estado, donde no han obtenido respuesta alguna hasta ahora, los trabajadores decidieron retomar la producción por su propia cuenta bajo control obrero.
Se ha procedido a arrancar con el encendido del horno – un proceso bastante lento, que debe realizarse lentamente para aumentar poco a poco la temperatura, hasta alcanzar los grados necesarios para la normal producción –, y se estima que para finales de noviembre ya estén empezando a sacar las primeras piezas. Los trabajadores también afirman que cuentan con materia prima suficiente para mantenerse al menos 2 meses con una producción al 100%, aunque de producir a un volumen menor pudieran alcanzar mas meses aún.
De igual forma el compromiso revolucionario de los trabajadores es tal, que ya han hecho enlaces con Consejos Comunales, para ofrecerles techos, bloques y pisos de cerámicas, a precios económicos. Para facilitar la construcción de viviendas para los mas necesitados.
Desde “Lucha de Clases”, le hacemos un llamado a la Inspectoría del Trabajo competente, así como al Ministerio del Trabajo, a que hagan cumplir el legado del comandante Chávez, contenido en la nueva LOTT, así como también la consigna revolucionaria enarbolada por nuestro camarada presidente Nicolás Maduro, “fábrica cerrada, fábrica puesta en manos de los trabajadores”. Esta es una empresa estratégica para el desarrollo del país y debe ser expropiada de esta burguesía parasitaria, a la brevedad, sin compensación, y con sanciones penales y administrativas para los patronos.
Contra la guerra económica, expropiación y control obrero.
A fabrica parada, fabrica puesta en manos de los trabajadores.
Hagamos cumplir el legado del comandante Chávez.