Cuatro activistas bolivarianos muertos, decenas de centros de salud, locales del PSUV, centros pre-escolares, abastos populares, etc atacados por bandas fascistas de la oposición «democrática». EEUU, la OEA y España se unen al coro exigiendo un recuento de los votos. Lo que hay en Venezuela es un intento de golpe de estado contra la voluntad democráticamente expresada del pueblo.
El domingo 14 de abril el candidato bolivariano Nicolas Maduro ganó las elecciones presidenciales de Venezuela por un estrecho margen.Con 99,12% de los votos escrutados, y una participación del 78,71%, Maduro recibió 7.505.378 votos (50,66%), y Capriles 7.270.403 votos (49,07%). El candidato opositor Capriles declaró que él no reconocía el resultado y exigió un recuento del 100% de los votos.
El lunes 15 de abril Capriles hizo una declaración transmitida en directo por todas las cadenas de televisión privadas, así como CNN en español. Se negó a reconocer los resultados de las elecciones y llamó a movilizaciones para exigir un recuento manual completo de los votos. Llamó a un cacerolazo nacional de protesta el lunes a las 8 pm, marchas en las oficinas regionales del Consejo Nacional Electoral (CNE), el martes 16, así como una marcha al CNE en Caracas el miércoles 17.
Al mismo tiempo, tanto el presidente de la Organización de los Estados Americanos Insulza y los Estados Unidos declararon que estaban también a favor de un recuento total. El Gobierno español sumó su voz al coro y dijo que no reconocerá los resultados de las elecciones.
Esto fue seguido por disturbios en las calles, bloqueos de carreteras y barricadas de fuego organizadas por partidarios de la oposición «democrática». Destacados dririgentes de la oposición extendieron rumores de que las urnas y las papeletas estaban siendo quemados para evitar un recuento, usando imágenes de la destrucción de material electoral de contiendas electorales anteriores. En realidad, las fotos las sacaron de la propia web del CNE, como se puede ver aquí.
A raíz de la falsa denuncia del «periodista» opositor Nelson Bocaranda, de que médicos cubanos estaban participando en la quema de papeletas de votación, decenas de CDI (Centros de Diagnóstico Integral) fueron atacados en todo el país. En el municipio Baruta en el este de Caracas, dos activistas bolivarianos resultaron muertos por disparos de bala cuando defendían un CDI.
Pandillas de matones armados de la oposición vagaban por las calles de las principales ciudades ayer por la noche. Cuatro bolivarianos perdieron la vida como consecuencia de la violencia, algunos de ellos en tiroteos desde motos de alta cilindrada, repitiendo un patrón que vimos la semana pasada y el día de las elecciones. Oficinas del PSUV fueron atacados en varios estados, así como los edificios de preescolares Simoncito, supermercados estatales Mercal y PDVAL y el programa de viviendas Petrocasa en Carabobo. Los domicilios particulares de algunos funcionarios estatales también fueron atacados.
En la capital, Caracas, hubo ataques contra edificios de Telesur, La Radio del Sur y VTV. Se pueden ver fotos de la actuación de estos vándalos fascistas aquí y aquí.
Esta es la verdadera cara de la llamada oposición «democrática» en Venezuela. Están atacando todos los símbolos de los programas sociales del Gobierno Bolivariano, todas las conquistas de la revolución.
El coordinador de campaña del PSUV, Jorge Rodríguez, así como el nuevo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro describieron estas acciones como «un golpe de estado en desarrollo». La rectora principal del CNE, Tibisay Lucena rechazó la injerencia imperialista descarada por parte de la OEA, los EE.UU. y España. Añadió que se había realizado una auditoría del 54% de las actas y que el recuento final del 100% de los votos, aumentó ligeramente la ventaja de Maduro.
Las elecciones venezolanas han sido libres y justas y el sistema de votación es fiable y seguro. Esto ha sido ratificado en varias elecciones por instituciones que no son sospechosas de inclinaciones revolucionarias como el Centro Carter. Las elecciones fueron observadas por una serie de organismos internacionales, como UNASUR y la OEA, todos los cuales han certificado su naturaleza limpia y democrática. Incluso gobiernos de derecha como los de México, Colombia y Chile, no conocidos por sus simpatías hacia la revolución bolivariana, han reconocido el resultado.Capriles aceptó los resultados de las elecciones presidenciales del 7 de octubre, organizadas por el mismo CNE, con las mismas máquinas de votación y con el mismo registro electoral.
La conclusión obvia es que la oposición perdió las elecciones y se niega a aceptar el resultado. El resultado fue ajustado, sí, pero ha habido otros resultados electorales internacionales, con resultados que son aún más ajustados que estos. El propio Capriles sólo ganó la gobernación de Miranda en diciembre del año pasado por 40.000 votos y el PSUV aceptó los resultados. Chávez perdió el referéndum sobre la reforma constitucional en 2007 por un margen más estrecho, el 1,4% y aceptó el resultado.
Como ha señalado la rectora del CNE Tibisay Lucena cabeza señalado, si la oposición quiere impugnar los resultados, existen mecanismos legales para hacerlo, en lugar de recurrir a la violencia y desreconocer las instituciones oficiales.
Lo que estamos viendo en Venezuela es un nuevo intento de violar la voluntad democráticamente expresada por el pueblo. Venezuela ha elegido a un presidente, aunque por un pequeño margen. Hacemos un llamado a todas las fuerzas progresistas y democráticas en todo el mundo a no bajar la guardia, a expresar su solidaridad con la revolución bolivariana, a denunciar las maniobras antidemocráticas de la oposición y el imperialismo, a contrarrestar las mentiras y la manipulación de los medios de comunicación y a exigir el respeto de la voluntad democrática del pueblo venezolano.
Campaña Internacional Manos Fuera de Venezuela, Londres, 16 de abril 2013.