El apoyo militante y la simpatía hacia el Colectivo Vargas Revolución y su candidata a gobernadora Gladys Requena, mayoritaria entre los sectores populares de Vargas hizo pensar a los revolucionarios más avanzados de Vargas que el CVR pudiera derrota El apoyo militante y la simpatía hacia el Colectivo Vargas Revolución y su candidata a gobernadora Gladys Requena, mayoritaria entre los sectores populares de Vargas hizo pensar a los revolucionarios más avanzados de Vargas que el CVR pudiera derrotar al gobernador Antonio Rodríguez Sanjuán y a los candidatos postulados por las cúpulas del MVR-PPT-PODEMOS.

El resultado electoral

Los resultados electorales del 31 de octubre fueron los siguientes: Participación 36,6% y Abstención 63,4% (la tercera más alta del país). Candidatos del Proceso: 65,6% (Antonio Rodríguez Sanjuán: 55,2% + Gladys Requena:10,4%) y Candidatos varios de Derechas: 33,2% (Roberto Smith Perera: 19,3% + candidatos de AD, Copei, MAS, etc.13,9%). Lo primero que destaca es que, no obstante la clara victoria de la izquierda, la abstención penalizó de manera parecida a los candidatos del proceso y los opositores, ya que ambos bandos perdieron cerca de la mitad de los votos obtenidos en el referendum revocatorio del presidente Hugo Chávez. La derecha perdió unos 25000 votos (el 53% de los 47000 que obtuvo el SI en el revocatorio), mientras que la izquierda perdió 42000 votos (el 47% de los 86700 que obtuvo el NO en el revocatorio). Sin embargo, las motivaciones de la abstención son muy diferentes para la izquierda y para la derecha.

La derrota de la oposición se concentra en los partidos derechistas más conocidos (AD, COPEI, MAS, BR y socios) que juntos apenas logran un humillante 14%, lo que confirma la crisis aguda de la oposición y la desmotivación de su base social. Al contrario, la abstención dentro del campo chavista se debe a múltiples factores, no último la confianza en que los escuálidos ya estaban fuera de juego en Vargas. La abstención pudo haber sido mucho mayor, pero fue exitosamentecontrarrestada por la maravillosa campaña electoral y los años de trabajo social de la candidata Gladys Requena y los camaradas del Colectivo Vargas Revolución. Sus más de 7000 votos se pueden considerar en parte como votos recuperados a la abstención. El rechazo social hacia el gobernador que traicionó al Presidente el 11 de Abril (cuando el golpe de estado) ha ido creciendo exponencialmente durante los pasados 3 años y se cristalizó en una masiva abstención de izquierdas, casi la más alta del país.

Una prueba clara de ello es que, mientras el cierre de campaña del Colectivo Vargas Revolución produjo una manifestación de 4 horas con mítin final que reunió a más de 3000 personas, el mítin final del Presidente Chávez (en apoyo al gobernador) no logró reunir a más de 3000 personas, buena parte de las cuales fueron traídas en autobuses desde Caracas, para evitar un cierre demasiado gris. De hecho, muchísimos simpatizantes del Colectivo Vargas Revolución decidieron solo a última hora votar por el candidato apoyado por Chávez como muestra de lealtad al Presidente y no por confianza en Antonio Rodríguez Sanjuán. Otro elemento que explica la abstención de izquierdas, muy superior a las previsiones generales, es que un sector importante de chavistas, confundidos por apoyo sin entusiasmo que el presidente brindó al gobernador Rodríguez, se quedaron paralizados y decidieron no ir a votar.

¿Porqué Chávez apoyó al gobernador reformista?

Muchos revolucionarios, en Vargas igual que en Caracas, se están preguntando ¿Por qué el Comandante Hugo Chávez dio su apoyo a un gobernador tan oportunista y traidor? ¿Por qué Lina Ron (según los informes recibidos) puso a disposición tanta gente para el cierre de campaña de Rodríguez Sanjuán en Vargas? ¿Porque no hay mano dura con los falsos chavistas y los que se pasaron a la oposición en los momentos más críticos? Estas preguntas precisan una respuesta que vaya más allá de las definiciones de "realpolitik" o la política de compromisos.

Mi opinión es que todo depende de la falta de un programa claro en la máxima dirección del proceso revolucionario, junto a una falta de organización política en la base del movimento a nivel nacional. No se trata ni de una supuesta hipocresía del Presidente, ni de autoritarismo, como dicen los que se consideran "revolucionarios puros", ni de una campaña contra los sectores más avanzados del movimiento revolucionario, como piensa un sector de intelectuales de izquierdas.
La naturaleza política y social aborrece el vacío. Si el Presidente viera la necesidad de una dirigencia política mejor del aparato que actualmente le rodea (y sobran las prueba de que lo ve), debería buscar una dirigencia alternativa lista y preparada para el cambio. El problema es que todavía no la hay, no se ha formado ni unificado. No se trata de alternativas puntuales en uno u otro estado, en una u otra alcaldía. No se trata de encontrar simplemente revolucionarios honrados (estos y estas no faltan) para una alcaldía o una gobernación; se trata de que el proceso se dote de organizaciones con un proyecto alternativo al actual estado de la economía y las instituciones del país. Esta alternativa, cuyos embriones existen en el Estado Vargas y en la conciencia de muchísimos colectivos, de momento no son más que simples embriones.

El problema, pues, es el siguiente: si el Presidente hubiera dicho "los que digan las bases es lo que vale", probablemente la elección de los candidatos no se hubiera dado a dedo y en Vargas hubiera ganado el Colectivo Vargas Revolución. ¿Hubiera sido mejor seguir este camino? Claro que si. Pero el surgimiento de candidaturas alternativas con apoyo organizado y masivo y un proceso de consulta popular para las primarias, si lo miramos con honestidad, solo se dio en pocas zonas del país. En un contexto donde el presidente y sectores amplios de las masas que apoyan el proceso revolucionario no perciben una alternativa nacional clara y organizada a las dirigencias reformistas, lo que ha prevalecido es el llamado al cierre de filas para derrotar nuevamente a la oposición.

El problema en última instancia es que ,como explicaba León Trotsky en su artículo "Clase, partido y dirección" dedicado a la revolución española de los años 30, para que una dirigencia que ya ha mostrado su incapacidad para hacer avanzar la revolución pueda ser sustituida es necesario que previamente los genuinos revolucionarios hayan podido ganarse el derecho a ser reconocidos por las masas como una posible dirigencia alternativa.

Esto significa que no basta decir lo que no nos gusta, tenemos que saber explicar exactamente con que vamos a sustituirlo, y demostrar que tenemos ideas claras y estamos organizados y fuertes a nivel nacional. Debemos fortalecer este proceso de clarificación ideológica y de organización política en todo el país, sin dejar que los primeros obstáculos nos desmoralicen y nos lleven a conclusiones ultra-izquierdistas o sectarias. Hace falta determinación y mucha paciencia. Como Lenin solía decir: "no se cansen de explicar pacientemente las ideas".
Esta es la esencia de la construcción de la Corriente Marxista Revolucionaria de Venezuela.

Lo que está por debajo de la superficie

El programa político del Colectivo Vargas Revolución, que en buena parte nuestra Corriente apoya, es mucho más avanzado de la política reformista de los partidos que apoyaron al gobernador. Fue justamente el programa del CVR que movilizó a un fuerte apoyo popular durante la campaña electoral. La actividad revolucionaria del CVR, cuyo apoyo real en la calle es muy superior al resultado electoral, es un capital político que dará sus frutos en el futuro. Esto pasará especialmente si los camaradas sabrán arraigar su labor entre la clase trabajadora del Estado Vargas, que es factor clave de la revolución igual que en el resto del país. En el contexto de la lucha de clases que se está expresando con fuerza a través del proceso revolucionario bolivariano, nuestras organizaciones se encuentran en el mismo lado de la barricada. Compartimos con el Colectivo Vargas Revolución la lucha por la emancipación de la pobreza, la miseria y la explotación de los hombres y las mujeres por el capital nacional e internacional. La nueva etapa que acaba de empezar en este proceso pondrá severamente a prueba los programas, las ideas, los métodos, la firmeza y la resistencia de todas organizaciones y tendencias políticas, desde las más reformistas hasta las genuinamente revolucionarias. Las masas trabajadoras del Estado Vargas y de toda Venezuela están percibiendo su propia fuerza. Tras las aplastantes derrotas inflingidas a la oposición imperialista y a sus aliados vendepatria, las clases oprimidas volverán su mirada y expectativas hacia la solución de los problemas sociales que han causado el estallido de esta Revolución. Exigirán los frutos de sus esfuerzos y participación.

Como siempre hemos sostenido los marxistas y está comprendiendo el Presidente Hugo Chávez Frías, no es posible derrotar a la miseria dentro del marco del capitalismo, de sus relaciones de producción y (añadimos nosotros) de sus estructuras políticas y jurídicas. Estas condiciones y el desarrollo del mismo proceso ponen hoy la lucha revolucionaria en un nivel más alto y más definido ante los ojos y la comprensión de crecientes vanguardias en el campo popular. Esta dinámica entrará muy pronto en contradicción con la política y los intereses económicos y de aparato de muchos gobernadores y cúpulas partidistas del tipo que conocemos en Vargas. Es ua realidad incipiente en todo el país.

La fuerza y la organización que el Colectivo Vargas Revolución ha demostrado en las calles y en los barrios será un recurso muy importante para el conjunto del movimiento autenticamente revolucionario del país, más allá de los confines del Estado Vargas. Los resultados de las elecciones regionales, en este caso, han reflejado una fotografía profundamente distorsionada, pobre y traicionera de las verdaderas relaciones de fuerza entre las clases sociales en el Estado Vargas. De todas maneras, hay que comprender la tendencia natural de las masas oprimidas en cerrar filas alrededor del Presidente y sus indicaciones, también en campo electoral. Todos socialistas sabemos por experiencia histórica que el campo electoral, por sus insidias y sus intrinsecas características burgueses, nunca ha sido el más ventajoso para la lucha social y por lo tanto tenemos que reconocerle una importancia sólo relativa.

La dinámica social y política de la Revolución es tan rica que no puede ni por un momento ser confundida con la imágen estática de un proceso electoral, de la misma manera en que no se puede juzgar una película mirando a un sólo fotograma, por cuanto sea elocuente este fotograma. Las genuinas fuerzas políticas revolucionaria de Vargas, que se alimentan de la disponibilidad a luchar de las clases orpimidas, salen intactas de este enfrentamiento electoral con la reacción y la burocracia que se sirve del proceso. La lucha contra el capitalismo obliga a los revolucionarios a mantener una estratégia firme y adoptar un programa político claro y acabado que pueda conquistar en los próximos tiempos el apoyo conciente de la mayoría de la sociedad. Tenemos que transformar en poderosas palancas las posiciones políticas que la firmeza y la honestidad nos han permitido conquistar durante estas primeras etapas del proceso revolucionario. Es necesario un diálogo político entre las fuerzas genuinamente revolucionarias, en el cual analizar a fondo las dinámicas y perspectivas para el movimiento revolucionario y un proceso de discusión para enriquecer el programa político general de nuestras organizaciones, en vista de las batallas decisivas que se perfilan al horizonte de la lucha de clases en nuestro país y a nivel internacional.

El experimento que la derecha hizo en Vargas

Un aspecto interesante de estas elecciones fue el experimento que los sectores capitalistas más inteligentes del país hicieron en Vargas, candidando a Roberto Smith Perera que recogió 13215 votos con su lista llamada "Vargas de Primera!". Pero ¿quién es este Perera? Es ex presidente de la corporación Digitel a finales de los noventa, miembro de la golpista Fedecámaras, antes había sido Ministro de Transportes y Comunicaciones en el último gobierno de Carlos Andrés Pérez, Embajador de Venezuela en la Unión Europea, Belgica y Luxemburgo. En una palabra, un puro exponente del capitalismo. Se presentó al margen de los desprestigiados partidos tradicionales de la derecha, exibiendo una falsa neutralidad desde la cual quería enseñar una cara nueva y limpia, no enfrentada al Presidente Hugo Chávez. Hasta salía en los affiches con la camisa roja, sugeriendose amistoso con el proceso y solo interesado al bienestar de los ciudadanos vargüenses.

Su próxima campaña será probablemente "por una Venezuela de Primera!". La burguesía está buscando caras nuevas para las elecciones de 2006. Esto era solo un experimento… que le resultó bastante positivo. Obtuvo casi el 20% de los votos. ¿Como? Tenemos información de que durante la campaña electoral sus "activistas" eran pagados, que en los barrios se distribuían bolsas de comida y reales, y más lindezas por el estilo. En los barrios más humildes de Vargas recogió bastantes votos, que sumó a los que le quitó a los partidos tradicionales de la derecha. Los sectores más astutos de la gran burguesía han comprendido que deberán "soportar a Chávez para rato" y tienen que preparar alternativas de linda cara si quieren poder golpear, un día, de manera contundente contra la revolución. Los votos populares recogidos por Roberto Smith Perera son votos comprados. Esto significa que en Venezuela, debemos admitirlo, hay votos populares potencialmente en venta. La causa es la miseria y la urgencia de resolver las necesidades vitales básicas. Es una reflexión importante que los revolucionarios tenemos que hacer. El proceso está viviendo una fase de gran fuerza, pero… si no se solucionan los problemas más acuciantes de las masas desprotegidas y hundida en la miseria, esto tarde o temprano pasará factura a la revolución.

Otra vez se plantea el problema de la construcción de un programa polìtico autènticamente socialista, que nos permita hacer realidad la consigna de la "revolución dentro de la revolución". Las bases no van a tener mucha paciencia con los gobernadores y alcaldes reformistas, el mismo Presidente ha llamado a las bases a mantenerse vigilantes e inflexibles. Esto significa que la presión desde abajo crece y ya està buscando, de forma más o menos consciente, las ideas que los marxistas defendemos. Tenemos toda la confianza en que nuestro programa conquiste el apoyo de las masas en esta nueva y decisiva etapa del proceso revolucionario.
[9 de noviembre de 2004]