El 12 de junio de 2004 empezó la Eurocopa de Fútbol en Portugal. Una razón para la alegría de todos los fanáticos del fútbol. Austria no se calificó, como era de esperarse. Sin embargo hay también una razón para que la fanaticada local se alegre: ¡En NOTA: El presente artículo fue escrito por nuestros camaradas austríacos a los pocos días de la inauguración de la Eurocopa en junio de 2004. La presente es la traducción al castellano del original en alemán.
El 12 de junio de 2004 empezó la Eurocopa de Fútbol en Portugal. Una razón para la alegría de todos los fanáticos del fútbol. Austria no se calificó, como era de esperarse. Sin embargo hay también una razón para que la fanaticada local se alegre: ¡En 4 años estaremos participando también, porque la Euro 2008 será en Austria (junto con Suiza)! ¡Entonces todo lo que está sucediendo en Portugal ahora se trasladará a la bella y contemplable república alpina!
Pero cabe la pregunta: ¿Qué le trae a uno una Eurocopa en su propio país? Mucho dinero, dicen los políticos. Nuevos estadios (con ellos muchos contratos de construcción, que traen mucho dinero), muchos turistas Eurofanáticos (que, bueno, digamos que traen mucho dinero). ¡Todo pareciera ser estupendo, la Eurocopa puede venir entonces con confianza!
Una lista alternativa, de lo que traerá una Euro, podría ser algo así:
Escándalos de corrupción y en la Construcción
Ningún evento deportivo internacional transcurre sin fuertes escándalos. Bien sea ahora la Euro en Portugal, los juegos olímpicos en Atenas o el venidero Mundial de 2006 en Alemania. Escándalos en la construcción y acusaciones de soborno donde quiera que uno mire.
Empezando por los recién construidos estadios, pasando por los derechos de comercialización, ventas de entradas, gastronomía y comodidades para los espectadores, un evento de estas magnitudes es un verdadero factor para la economía. Sin embargo, en estas ocasiones el dinero fluye muy a menudo a través los llamados “canales oscuros”. En estas maquinaciones no están implicadas la “Mafia del Este” o alguna otra telaraña mental, sino principalmente las personalidades más honorables. Eso demuestra por ejemplo también el caso “Wildmoser” en Munich. El presidente del club “1860 München” (conocido por su “rectitud” y cercanía al pueblo) se enriqueció en la construcción del estadio para los clubes 1860 y Bayern en la cual la licitación la ganó aquella empresa que pagaba la mejor comisión.
Incidentes similares los hubo también con los estadios de la Euro en Portugal. Luego de que al principio había algunas “dificultades” con la construcción de los nuevos estadios, repentinamente como por arte de magia se terminaron las obras muy rápidamente. Los 10 estadios de la Euro finalmente costaron 660 millones de euros (más de 1,5 millardos de bolívares), “solamente” el doble de lo presupuestado inicialmente. A finales de abril ocurrió el primer escandalazo: Valentim Loureiro, el presidente de la liga portuguesa, y otros 15 funcionarios fueron arrestados bajo cargos de sobornos. Se asumió una conexión del escándalo con la construcción de los nuevos estadios para la Euro, pero no ha sido confirmada hasta ahora.
El mejor abrebocas de la Eurocopa es el estadio fantasma entre las ciudades Faro y Loulé (al sur de Portugal). El estadio para 30.000 espectadores se encontraría en el maravilloso Algarve, un club al que el estadio podría serle en el futuro, no puede ser encontrado por ningún lado.
Aunque tanto en Austria como en Suiza la mayoría de los estadios ya han sido construidos, en la adaptación y acondicionamiento de éstos seguramente habrá aún suficiente espacio para una u otras “irregularidades”.
Aumento en la represión
La preparación de una Eurocopa está también ligada a la represión de parte del Estado. Es interesante ver también como ésta fue en seguida relacionada con la “amenaza del terrorismo”. En Portugal desde ya se están haciendo ejercicios especiales de la Policía y del Ejército, para practicar el cómo se reaccionaría en caso de un ataque terrorista. Pero también serán útiles estos ejercicios para cualquier caso, como manifestaciones o cuando se den concentraciones de fanáticos a mayor escala.
También en Austria aumenta esta tendencia represiva. No se debería obviar que del lado de los fanáticos se puede observar un aumento de la disposición a la violencia. Casi nunca termina ya un partido de la Bundesliga (liga de fútbol austríaca) sin que se forme una trifulca o por lo menos haya algunos excesos violentos. También los grupos de la derecha organizada han empezado mientras tanto a tomar en cuenta a los fanáticos del Fútbol. Cuando en un “Römerderby” local en la pasada primavera estalló la violencia, los medios y los políticos buscaron las razones de estos excesos. Se interpretaba esto como “un síntoma más de un sistema en crisis, donde basta un susurro, para poner en zozobra a decenas de miles de personas. Conclusión: La crisis de la sociedad se deja observar en el comportamiento en el Fútbol. Éste se encuentra en su mayor crisis de la post-guerra.” (Standard, 23/3/2004)
Pero también se trata de ocultar la actuación de la Policía en éstos disturbios. En la mayoría de estos “disturbios modelo” la policía comparte la culpa, debido a una actuación provocadora o simplemente errada.
Contingentes de comandos especiales, equipados con cascos, escudos y rolos, son en la mayoría de los partidos una amarga realidad. Por su empleo concientemente dirigido a la exaltación, muchas actitudes inofensivas de los fanáticos fueron transformadas en disturbios y trifulcas en masa. Este fue el caso del partido de cuartos de final de la copa austríaca entre los equipos Mattersburg y Austria Wien, donde se les quitaron los bozales a los perros para echárselos a los fanáticos. Resultado: 2 aficionados heridos por mordida de perros. Los fanáticos que querían celebrar en la cancha fueron recibidos a rolazos.
Con la implementación de los Vigilantes de la Bundesliga (especie de sheriff auxiliar de la policía) se da el próximo paso en dirección del control total de los estadios de fútbol.
Por favor ¡sonría!
Pareciera que se preocupan mucho por la seguridad del espectador común. La preocupación es de tal magnitud que la mayoría de los juegos están vigilados por cámaras. Aún cuando todo esto se hace solamente “por su propia seguridad” del aficionado, es curioso que esto afecte sobre todo a la mayoría de los fanáticos activos (pero no agresivos). Con estas tomas, muchas veces se vigilan a aficionados que cultivan su actitud de Fan como tal.
Con estas filiaciones se puede también evitar un tipo de “Terror”, como el despliegue de pancartas contra la radio de Austria ORF (la cual es hostil contra sus empleados y empleadas) y atrasos del comienzo del juego, hasta que los culpables están identificados. A los aficionados críticos (así como acá los ultras del Rapid Wien) se les quiere frenar estas manifestaciones desde el principio. De esta forma también se puede reprimir mejor la costumbre de los fanáticos de usar bengalas y bombas de humo.
La organización de una Eurocopa no tiene nada qué ver con el tan alabado “Fair Play” (Juego Justo). Paralelo a la preparación se reprime también la cultura del fanático, históricamente madurada, porque no encaja en el mundo del fútbol comercial.
¡El Fútbol debe pertenecerle a quienes lo viven! ¡Detengamos la comercialización del deporte! ¡El deporte no es una mercancía!
Viena, 14 de Junio de 2004
Traducción de Zwischen Korruption und Repression – Die Kommerzialisierung des Fußballs