América Central, ha sido blanco de ataques sangrientos al menor síntoma de inconformidad con la explotación a la que el pueblo es sometido para beneficio de unos cuantos. Esto ha provocado el aniquilamiento de la población en todos los sentidos y la América Central, ha sido blanco de ataques sangrientos al menor síntoma de inconformidad con la explotación a la que el pueblo es sometido para beneficio de unos cuantos. Esto ha provocado el aniquilamiento de la población en todos los sentidos y la violación hasta de los más mínimos derechos de un ser humano, como son la vida, la libertad y la seguridad.

Década de los ochenta

Las dictaduras militares centroamericanas durante los 80, exterminaron poblaciones enteras, dejaban expuestos los cadáveres como señuelo para que se acercaran sus familiares y matarlos también. En Guatemala llegó el momento que los latifundistas y terratenientes le pidieron a Ríos Montt limitarse porque los estaban dejando sin esclavos. Para economizar recursos se envenenaba el agua en regiones indígenas como Alta Verapaz en Guatemala.

Detenciones arbitrarias como medidas de “seguridad” se llevaban a cabo en las calles de la ciudad. A pesar de que Ríos Montt prometió el respeto por los derechos humanos instauró el estado de sitio en julio de 1982. En este período en Guatemala había un maestro por cada 400 niños y un soldado por cada 140 habitantes, gracias al reclutamiento militar masivo y forzoso. Derechos Humanos, documenta 18 mil asesinatos sólo en 1982. Entre marzo y agosto de 1980, casi no hubo un día en que no se registrara en este país una desaparición política o el hallazgo de un cadáver mutilado y torturado en el área metropolitana.

En toda Centroamérica las rebeliones en contra de la tiranía eran atacadas por EEUU que se aprovechaba de conflictos territoriales entre los gobiernos de estos países para armar y entrenar a los ejércitos en contra de sus vecinos.

Estados Unidos

Los rebeldes del frente Sandinista en Nicaragua, luego de la presidencia de Jacobo Arbenz en Guatemala quien atentó contra los intereses de las empresas norteamericanas, asustaban a EEUU, por eso hizo de Honduras una fuerza paramilitar latinoamericana, con los mejores “asesores” argentinos y de la CIA, así como armamento a manos llenas. El expansionismo norteamericano se ha expresado también en la ocupación panameña, cuyo canal le ofrece millonarias ventajas comerciales.

Por supuesto la población civil en Honduras no salió limpia, se ofreció la vida de muchos jóvenes que eran obligados a enfrentarse contra su propia clase trabajadora en sangrientas guerras “preventivas”. Cualquier señal de socialismo en cualquier parte del mundo fue y sigue siendo una amenaza para el imperialismo porque saben perfectamente la catástrofe a la que han llevado a la humanidad y saben también de la fuerza del proletariado que les arrebataría la propiedad privada. La instauración del socialismo en cualquier país de Centro América no será aislada, se expandirá rápidamente en el resto de Latinoamérica y del mundo.

Éxodo

El horror, el hambre y la persecución que se vivió provocó que la gente huyera de sus países a refugiarse a otras regiones de Centroamérica, otros tomaban la alternativa de unirse a las guerrillas urbanas como única forma de estar seguros, otros más huyeron a México, sin imaginar la pesadilla que ahí les esperaba.

El éxodo de refugiados centroamericanos constituyó un excelente negocio para la burguesía y para el gobierno fronterizo que empleaba la mano de obra barata de los refugiados mientras se oían las quejas de torturas, violaciones, cateos a hoteles, exhibición ante los medios de comunicación y abuso de los “pateros” (coyotes) en contra de los migrantes centroamericanos. Algunos buscaban llegar a EEUU, muchos eran engañados y delatados por traficantes de personas. Esta situación no ha cambiado mucho en estos años, en que Vicente Fox se queja hipócritamente del trato a los mexicanos en la frontera estadounidense, cuando él ha implementado la más estricta restricción al paso entre Guatemala y México y permite que se solapen abusos.

Discriminación

La política racista contra el sector indígena (mayoría de la población en estos países) es evidente. Sin embargo es incorrecta la consideración de la llana etnicidad de las víctimas. En toda América Latina y en el resto del mundo existen razas diferentes, explotadas y violentadas de la misma forma por el capitalismo.

Órganos como la Defensoría del Pueblo Indígena, de las Mujeres Indígenas, etc., son creados por los mismos gobiernos para mantener calladas las exigencias de salud, de educación y de participación política, que también son garantías individuales.

La discriminación no es un hecho que deba ignorarse pero no debe constituir un motivo de escisión de la clase obrera en el mundo. Los trabajadores somos explotados por el capitalismo del color y del género que seamos, la miseria a la que somos expuestos no discrimina ni siquiera la edad.

Violencia Actual

La guerra sucia contra los opositores del capitalismo es permanente. Para mediados de febrero de este año en Honduras ya se reportaban 45 jóvenes asesinados. En Centroamérica la violencia es intolerable, ningún trabajador puede salir tranquilamente de su casa a su lugar de trabajo sin pensar que no llegará vivo.

Con todo y la existencia de comisiones de Derechos Humanos y toda la gama de defensorías creadas, se ha expandido la delincuencia y los asesinatos selectivos por parte del gobierno. Las maras en toda América Central matan y amedrentan a diestra y siniestra sin que nadie haga nada. Tal parece que Derechos Humanos son comisiones en el mundo que sirven para reportar denuncias y contabilizar asesinatos de los trabajadores y sus familias, nunca para detenerlos porque iría contra los intereses del capitalismo.

En conclusión

Podemos ver que el capitalismo no respeta tratados ni pactos internacionales, los organismos títeres que ha creado como la ONU, la OEA y las comisiones de Derechos Humanos en cada país sirven para justificar más barbarie. Los genocidios se han efectuado ante los ojos ciegos del mundo capitalista.

A la burguesía no le interesa si las mujeres trabajadoras tienen una correcta alimentación durante el embarazo, si los niños tienen que trabajar en las calles y los hombres agotar su juventud en pocos años de trabajo extenuante y miseria con tal de tener sus bolsillos llenos sin tener que mover un dedo. Por eso los Derechos Humanos que tanto reclaman no les interesan, sólo los utilizan cuando quieran incriminar a gobiernos ante los cuales se sienten amenazados como el caso de Cuba.

El respeto de los derechos humanos no puede ser garantizado dentro del humillante sistema capitalista, porque a la burguesía no le interesa más que su beneficio. Sólo el socialismo internacional puede garantizar el respeto por la vida, libertad y el bienestar de la raza humana.

¡Por una federación socialista de Centroamérica!