Desde el día 5 de febrero en que fue apuñalado un joven trabajador simpatizante de las Juventudes Comunistas, hasta el día 3 de marzo jornada en la que se convocó una nueva huelga general de estudiantes y manifestación de jóvenes y trabajadores, han Desde el día 5 de febrero en que fue apuñalado un joven trabajador simpatizante de las Juventudes Comunistas, hasta el día 3 de marzo jornada en la que se convocó una nueva huelga general de estudiantes y manifestación de jóvenes y trabajadores, han sido muchas las lecciones para la izquierda en un tema tan delicado, tan sensible y que genera tanto temor como es el de las agresiones fascistas.
Para empezar hay que decir que los fascistas en Guadalajara son poco numerosos. Hay opiniones que hablan de un grupo organizado de ocho individuos, otras hablan entorno a veinte. Siendo algo tan pequeño ¿por qué generan tanto miedo? La respuesta es clara: Por que han podido actuar con total impunidad sembrando el terror en una campaña de agresiones continuadas a jóvenes de nuestra ciudad, al menos en los dos últimos años. Y esto ha permitido que estos matones se crezcan y envalentonen.
Pero la pregunta más hiriente es ¿por qué se ha llegado a esta situación? La respuesta también ha quedado en evidencia en estas semanas. En primer lugar, por que desde la policía y desde la subdelegación del gobierno, al frente de la cual está situado Juan Pablo Herranz, no se ha hecho nada serio para detener y encarcelar a estos elementos. Es más se ha transmitido la imagen de que se trataban de incidentes “entre bandas juveniles”. Una forma despreciable de mentir conscientemente y equiparar a verdugos con víctimas. En segundo lugar, y esto es lo más grave, la actitud de los dirigentes de CCOO y UGT así como del PSOE y de IU, ha profundizado esta línea, al oponerse públicamente a las movilizaciones del Sindicato de Estudiantes contra los fascistas y negarse a movilizar a los trabajadores. Los dirigentes reformistas de los sindicatos y de la izquierda en Guadalajara han escondido la verdad de los hechos con llamamientos filisteos a “favor de la tolerancia” y han marchado de la mano del PP en este asunto, cuando la derecha ha sido precisamente la que ha creado el caldo de cultivo para la actuación de estas bandas. De esta manera obstaculizan de una forma vergonzosa el que la población de Guadalajara saque conclusiones acerca del verdadero problema que representan las bandas fascistas, debilitan la confianza de los jóvenes en sus propias fuerzas, y transmiten el mensaje falsamente moralista de que frente a las agresiones hay que poner la otra mejilla. Afortunadamente su postura ha chocado con la posición consecuente y decidida de los marxistas de El Militante, de los miembros más conscientes del PCE, de las Juventudes Comunistas, de decenas de cuadros sindicales y de la mayoría de la juventud de la ciudad.
¿Cómo se combate a las bandas fascistas?
Ante la impunidad que les da la justicia burguesa y la falta de respuesta de las direcciones de las organizaciones de la clase obrera, parece que los fascistas tienen una fuerza de la que en realidad carecen. Trotsky decía que para matar a un león hacia falta una escopeta pero para matar a una pulga bastaba con una uña. Si las organizaciones de clase se movilizaran contra estos grupos los aplastarían y este peligro desaparecería. Los fascistas de momento no tienen una base social amplia, y sólo pueden crecer si desde la dirección de las organizaciones de los trabajadores no se les combate con una política correcta, es decir con un programa de clase basado en la lucha más amplia decidida y contundente.
En cuanto el Sindicato de Estudiantes planteó convocar huelga general de estudiantes el pasado 11 de febrero todos se lanzaron sobre él. Un destacado papel en toda esta campaña vergonzosa de criminalizacion contra el SE lo ha jugado una parte de la dirección de Izquierda Unida de Guadalajara que, en vez de estar al frente de esa manifestación, hizo una rueda de prensa una hora antes con todos los liberados, responsables políticos y concejales demarcándose de la movilización y desautorizando a los que desde dentro de IU nos habíamos puesto al frente de la movilización contra los fascistas. En esa misma rueda de prensa nos acusaron públicamente de llevar una estrategia de enfrentamiento entre jóvenes por hacer manifestaciones contra los fascistas y de colocarnos “al margen de la Constitución”. No contentos con eso, han abierto expedientes con diversas excusas a los que en nombre de IU llamamos a movilizar a los jóvenes y los trabajadores contra los fascistas. Como declaraba recientemente en un articulo, aparecido en El Decano de Guadalajara, el secretario de organización de IU en la ciudad: “por encima de todo están los estatutos”. Y así es para estos compañeros, por encima de una política de izquierdas consecuente, por encima de los intereses de los jóvenes y los trabajadores, por encima de la lucha contra los fascistas están, sus estrechos intereses de aparato y sus hipotecas políticas con la dirección del PSOE. Su forma de actuar ha puesto de manifiesto su bancarrota política y moral.
Sin embargo, pese a esa campaña de criminalización los compañeros del Sindicato de Estudiantes y los marxistas de El Militante nos hemos mantenido firmes en la defensa de los jóvenes de Guadalajara contra las agresiones fascistas. La movilización del día 11 de febrero fue un rotundo éxito con más de mil jóvenes en la calle, demostrando de forma pacífica y sin incidentes su hastío, su voluntad de hacer frente a las bandas fascistas. Además, lanzamos la propuesta de formar comités antifascistas en los centros de estudio para informar al conjunto de los estudiantes acerca de qué son las bandas fascistas y cómo combatirlas. Como no podía ser de otra manera, la prensa burguesa puso el grito en el cielo respecto al supuesto carácter violento de estos comités.
En todo momento hicimos un llamamiento a las organizaciones de la izquierda de Guadalajara a la unidad de acción. Les llamamos a que se unieran el día 11 pero las cúpulas dirigentes nos dieron la espalda. Por nuestra parte seguimos explicando cómo había que combatir a las bandas fascistas y pese a su rechazo les pedimos que rectificaran.
Al tiempo que esto ocurría, recibimos el apoyo entusiasta de asociaciones que nos ayudaron enormemente. Una de ellas fue la Asociación Unificada de la Guardia Civil, organización que trata de defender los derechos democráticos y laborales de los guardias civiles en una cuerpo donde impera el código de justicia militar y hay una represión feroz contra todo aquel que protesta. Recibieron una presión enorme para que no apoyaran nuestra lucha, pero al final salieron públicamente en rueda de prensa respaldando nuestras movilizaciones y tirando por tierra buena parte de la campaña de criminalización contra nosotros.
También cerca de 40 activistas sindicales de CCOO y UGT, delegados, presidentes de comités de empresa y miembros de ejecutivas provinciales firmaron un manifiesto a favor de la lucha y las movilizaciones convocadas por el Sindicato de Estudiantes. Este hecho fue decisivo para mostrar que la actitud de las cúpulas sindicales no tenía nada que ver con el auténtico sentimiento de solidaridad y apoyo de la militancia sindical y la clase trabajadora de Guadalajara.
Un paso adelante: 3 de marzo, jornada de lucha unitaria
Después del éxito del día 11, El Sindicato de Estudiantes, El Militante, las Juventudes Comunistas, el PCE, el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza STEs, el Sector Crítico de CCOO y delegados sindicales de empresa, nos dirigimos a las direcciones de CCOO, UGT, PSOE e IU para dar un paso adelante en la movilización y convocar a una gran manifestación ciudadana. La respuesta, al igual que en anteriores ocasiones, fue la negativa más cerril y visceral.
No obstante, la enorme presión de nuestra campaña y la polarización que había provocado la movilización estudiantil del día 11, obligó a los dirigentes reformistas de la izquierda a moverse… pero en dirección equivocada, de tal manera que convocaron junto al PP y la CONCAPA una concentración a “favor de la tolerancia” para el día 1 de marzo. La preparación de esta concentración se hizo en una reunión secreta en la sede de UGT a la que no fue invitado ni el SE ni ninguna de las organizaciones que estaban impulsando la lucha.
Así pues se confirmó lo que ya era evidente: no había por parte de las cúpulas reformistas de la izquierda la más mínima intención de movilizar seriamente a la población de Guadalajara. A la concentración del día 1 de marzo asistieron en torno a 150 personas, en su mayoría concejales, liberados, empleados y cargos institucionales de dichas organizaciones, y por supuesto la estrella rutilante de la “tolerancia”, Esteban Ibarra, que leyó un manifiesto dónde no se hacía ninguna mención de las agresiones fascistas. Sería por no incomodar al Partido Popular.
Frente a esta actitud vergonzante, el Sindicato de Estudiantes, El Militante, PCE, STE-CLM, Sector Crítico de CCOO, las secciones sindicales de CCOO de ECO y PROGALSA, Juventudes Comunistas de Guadalajara, así como numerosos cuadros y delegados sindicales de CCOO y UGT decidimos convocar una jornada de movilización para el 3 de marzo, incluyendo huelga general de estudiantes y manifestación unitaria por la tarde.
Para la convocatoria del día 3 de marzo repartimos 23.000 hojas, tanto en buzones como repartidas a mano, distribuidas en barrios, polígonos industriales, centros de estudio y pegamos 1.500 carteles.
Se hicieron asambleas en casi todos los institutos de Guadalajara y se impulsó la creación de los comités antifascistas. También hay que destacar que en algunos centros como el Liceo Caracense compañeros del Sindicato de Estudiantes fueron amenazados por un grupo de 7 jóvenes neonazis.
El día 3 marzo la jornada de movilización fue un éxito rotundo. La huelga de estudiantes fue seguida por más de un 75% y el Sindicato de Estudiantes organizó piquetes para poner carteles en el centro de la ciudad, repartir propaganda en la estación de Renfe de Guadalajara y para visitar varios institutos. En el instituto antes citado, Liceo Caracense, la dirección del centro nos expulsó del mismo por repartir propaganda. Es evidente como el director ampara a los fascistas y no tiene empacho en expulsar a los que queremos informar de las agresiones.
La manifestación de por la tarde fue también un éxito: pese al frío, cerca de 400 jóvenes y trabajadores marchamos en una manifestación combativa bajo una pancarta titulada: “Por la defensa de las libertades democráticas y contra las agresiones fascistas”. Al final dieron saludos todos los convocantes: dirigentes de CCOO y UGT que sí apoyaban nuestra convocatoria; el secretario regional del PCE, Julián Brasero; de STEs, de las Juventudes Comunistas; Juanjo López, secretario general del Sindicato de Estudiantes, y finalmente Carlos Rodríguez, de El Militante y miembro del Consejo Político Provincial de IU sancionado por la dirección, leyó un manifiesto en el que nos solidarizamos con las víctimas, explicamos el desarrollo de la lucha y exigimos la dimisión del subdelegado del gobierno.
La lucha contra estas bandas no ha terminado con esta manifestación; ahora hay que garantizar que Israel Galve Maldonado, el fascista que está en prisión recibe un castigo ejemplar. Sin embargo somos conscientes de que no podemos fiarnos de la justicia burguesa por lo que debemos seguir organizados y movilizados.
Estamos convencidos de que en caso de nuevas agresiones no estaremos al mismo nivel del día 5 de febrero cuando apuñalaron al compañero Carlos. Toda la población de Guadalajara, los trabajadores y jóvenes son conscientes del problema; los dirigentes de la izquierda tendrán aún más presión para movilizar al conjunto de la población en vez de sembrar la confusión acerca del carácter de estas agresiones. El listón tras el día 3 de marzo está muy alto: si los fascistas vuelven a atacar, ese listón se transformará en el garrote de la movilización masiva, conjunta y unitaria de la clase trabajadora y la juventud de Guadalajara contra estos perros de presa de los capitalistas.
El camarada Carlos Rodríguez es Miembro del Consejo Político Regional de Izquierda Unida de Castilla-La Mancha, España, y de la Corriente Marxista El Militante (España)