Un fantasma recorre los medios de comunicación suizos: ¡el fantasma del Partido Comunista Revolucionario! Su lanzamiento el sábado (10/02) por La Chispa (la sección suiza del CMI) ha sido recogido por todos los principales medios de comunicación. Blick publicó el titular: «¡La revolución en Suiza es completamente realista!» El periódico burgués NZZ tituló : «Lenin resucitará en Suiza», y 20 Minuten: «La revolución como objetivo: se buscan 250 nuevos comunistas».
A pesar del tono cínico, que es de esperarse de los medios capitalistas, explican el futuro por el que lucha el Partido Comunista Revolucionario (PCR): «No quieren nada menos que la revolución comunista en su vida», no tienen «ninguna ilusión de poder hacer el capitalismo más amable o más humano», y «no quieren ser elegidos para ningún cargo».
Blick, el diario más importante de Suiza, explica abiertamente lo que representa el PCR: «El PCR luchará, por tanto, nada menos que por la revolución comunista mundial de la clase obrera. La humanidad, de hecho todo el potencial humano, sería verdaderamente liberado».
Explican, de manera correcta, que la razón para proclamar el PCR es la crisis histórica del sistema capitalista. «La pandemia del coronavirus, la inflación, el desastre de Credit Suisse, los despidos masivos, las guerras en Ucrania e Israel – todos estos acontecimientos sirven como evidencia para la gente de La Chispa: el capitalismo está acabado».
De hecho, millones de personas en todo el mundo están experimentando la crisis de primera mano. Esto está teniendo un profundo impacto en su conciencia política. «Según sus datos, el 35% de la población suiza ya está a favor de abolir el capitalismo. La gente quiere un cambio». Esta estadística no procede de nosotros, sino del canal de televisión suizo SRF.
Hay toda una capa de la clase trabajadora, y en particular los jóvenes, ha llegado a la conclusión de que el capitalismo ya no tiene nada que ofrecerles. Ahora quieren luchar contra él, y nada menos que por el comunismo. Pero como están aislados, hasta ahora han permanecido pasivos. ¿Cuál es la razón? No existe «ningún partido revolucionario que les permita superar su aislamiento y pasividad», ¡según palabras del propio Blick!
Para cambiar esto, estamos fundando el PCR. Su objetivo será sacar del aislamiento a las personas dispuestas a luchar, organizándolas en una lucha común. Esa es nuestra tarea. «De aquí a mayo, los activistas quieren convencer a otras 250 personas de su idea», comenta 20 Minuten. Es un objetivo realista, ¡porque esas personas existen! Nos lo demostraron de forma impresionante el otoño pasado: El número de comunistas organizados en La Chispa casi se duplicó después de que lanzáramos una ofensiva bajo el lema «¿Eres comunista? Entonces, ¡organízate!». En palabras del NZZ, citando a nuestros camaradas: «El potencial es extremo, nos escriben cientos de personas que quieren luchar… ¡ya!». (NZZ).
Marxismo: supuestamente «vino viejo en botellas nuevas»
Pero, por supuesto, estos periodistas supuestamente «objetivos», «neutrales», nos lanzan sus prejuicios burgueses. «El contraprograma de los revolucionarios de La Chispa es, por así decirlo, vino viejo en botellas nuevas: Comunismo, economía planificada, colectivización. Todo remite siempre a Lenin, Trotski o Marx, a la Revolución de Octubre».
Pero el hecho de que las ideas comunistas vuelvan a ser tan populares demuestra su actualidad. Vivimos en un mundo de abundancia. Nunca antes la humanidad había producido tanto, nunca antes la tecnología había estado tan avanzada. Sin embargo, la inmensa mayoría de la gente carece de buenos empleos, vivienda, asistencia sanitaria y, en muchas partes del mundo, incluso alimentos, porque toda la economía está organizada en función de los intereses de una pequeña minoría de multimillonarios. El comunismo y la economía planificada no son «vino viejo». Son las únicas soluciones para un sistema social en una crisis tan aguda. Esta constatación está calando en la conciencia de miles de personas. Pero precisamente esta toma de conciencia debe tener ahora consecuencias prácticas.
El PCR está esforzándose al máximo para lograr este objetivo, incluso aprendiendo de la historia de los movimientos revolucionarios: «El modelo de los comunistas es la Revolución Rusa de Octubre de 1917, la toma del poder por la clase obrera más pura de la historia», por citar a NZZ. Y, en efecto, el elemento decisivo en Rusia fue la existencia de un partido revolucionario, los bolcheviques. Durante décadas, este partido formó a miles de comunistas. Se formaron teórica y prácticamente en el marxismo, interviniendo en las diversas luchas de clases y asumiendo una dirección responsable.
La confianza de los trabajadores y los jóvenes se gana demostrando que, incluso bajo grandes presiones, uno no se doblega y defiende los intereses de los oprimidos. El Berner Zeitung también se ve obligado a admitir que La Chispa lo demostró en la cuestión de Palestina: “Mientras que partidos, organizaciones y comentaristas de izquierda a derecha reconocieron el derecho de Israel a la autodefensa, La Chispa se puso desde el principio firmemente del lado de los palestinos. ‘Solidaridad con Palestina. Intifada hasta la victoria’, proclamaban en Internet, en octavillas y en manifestaciones». La actual masacre de Israel en la Franja de Gaza demuestra que teníamos toda la razón con esta postura.
¡Construyamos el PCR!
Lo que nos da confianza no son los comentarios cínicos de los periodistas ni las columnas de comentarios anónimos en línea, sino los numerosos mensajes que recibimos pocas horas después de que los artículos aparecieran en los medios de comunicación. He aquí los tres más recientes:
«Los partidos en Suiza sólo están dirigidos por capitalistas. Más políticos deberían defender a los proletarios y no limitarse a explotarlos para enriquecer a los que ya son ricos. El poder debe volver a los trabajadores».
«Ya está bien de capitalismo, ya está bien de que los ricos se hagan cada vez más ricos con los frutos del trabajo, ya está bien de que los trabajadores apenas puedan alimentar a sus familias, ya está bien de vivir en un sistema sólo para trabajar y seguir sin sacar nada de él.»
«¡¡¡Basta ya!!! El mundo está ardiendo. Llorar por ello no llevará a nadie a ninguna parte. Hay que hacer algo activamente. La injusticia, el dolor y el sufrimiento van en aumento. En lugar de maltratarte la cabeza solo en casa, es mejor organizarse y hacer algo juntos por el futuro de Suiza».
Las personas que están detrás de estos mensajes -¡hemos recibido cientos de ellos en pocos meses! – reconocen al PCR como su organización. Esta generación de luchadores cambiará fundamentalmente la lucha de clases en Suiza, junto con el PCR.
Vivimos un nuevo periodo histórico. Blick nos cita correctamente: «En las últimas semanas han tenido lugar cuatro grandes huelgas en Ginebra: en el sector público, entre los conductores de autobuses y tranvías, en el aeropuerto y también entre los profesores. Por supuesto, todo esto fue silenciado por los medios de comunicación suizo-alemanes. La clase obrera de Ginebra ha entrado en la lucha de clases».
Es sólo cuestión de tiempo que surjan huelgas y movimientos de masas en el resto de Suiza. Por eso estamos construyendo hoy el Partido Comunista Revolucionario.
Pero si nos tomamos en serio el objetivo de construir un partido comunista revolucionario, no podemos confiar en la prensa burguesa. Nosotros mismos debemos gritar a los cuatro vientos la fundación del PCR. Debemos explicar el programa del PCR a nuestros amigos, compañeros de trabajo y compañeros de estudios, y mostrarles cómo pueden asumir ahora la lucha como parte de esta organización. Esta es la tarea más importante de los comunistas de hoy para poder intervenir en las luchas del futuro.