Hace dos meses se fundó el PCR. Ya hemos presentado una candidata, Fiona Lali, a las elecciones generales. Conseguir casi dos mil votos para una candidata verdaderamente comunista en tan poco tiempo es un testimonio de lo que nuestro partido puede lograr.
Hace seis semanas, el recién fundado Partido Comunista Revolucionario (PCR), tras la oleada de apoyo a Fiona Lali por haber diezmado públicamente a Suella Braverman, tomó la audaz decisión de presentarla como candidata a las elecciones generales en la circunscripción de Stratford and Bow, al este de Londres.
Al final, obtuvimos 1.791 votos para un programa y una candidata auténticamente comunistas y elevamos el perfil del PCR a nuevas cotas en Londres y en todo el país.
Estos votos en el este de Londres reflejan un rechazo total al capitalismo y a las excusas de los reformistas. Fueron votos por un cambio revolucionario audaz e intransigente.
Campaña audaz
No se recuerda nada igual a esta campaña.
Habría que remontarse a la campaña electoral del antiguo Partido Comunista Revolucionario en Neath, Gales en 1945, en la que Jock Haston obtuvo 1.781 votos, para ver un resultado semejante para un programa revolucionario audaz.
O incluso en 1929, cuando el líder del Partido Comunista Harry Pollitt se presentó al escaño de Seaham Harbour contra el líder laborista Ramsay MacDonald, obteniendo 1.451 votos. Era la época en que el Partido Comunista, aunque degenerado, aún tenía los rasgos de un partido revolucionario.
Hoy, en el curso de nuestra campaña, los miembros del PCR se pusieron en pie de guerra, movilizando a cientos, incluso de distintas partes del país, para aprovechar esta oportunidad histórica.
Siguiendo las mejores tradiciones del pasado, nuestra campaña organizó mítines, marchas y debates abiertos, en las que presentamos nuestro programa abiertamente comunista, llegando a cientos de hogares, tiendas locales y lugares de trabajo de todo el distrito.
Este magnífico trabajo de casi seis semanas culminó en un impresionante mitin final el sábado 29 de junio. Comenzó con discursos combativos de Fiona y otros camaradas en Stratford Park, desenmascarando a los políticos capitalistas mentirosos y a toda la clase dirigente británica que tiene las manos manchadas de sangre.
Esto condujo a una marcha de entre 250 y 300 personas hasta la estación de Stratford, acompañados por una marea de banderas rojas y cánticos revolucionarios. Desde aquí, nos extendimos por todo el distrito para recabar apoyo.
Las aceras estaban inundadas de banderas del PCR y de Palestina. Eslóganes como «¡Sanidad, no guerra!» y «Keir Starmer: ¡sangre en tus manos!» resonaban por la calle principal.
Tal fue el entusiasmo durante la campaña que más de 500 personas se ofrecieron voluntarias para ayudar a difundir el mensaje. Se distribuyeron unos 100.000 folletos -algunos traducidos a cuatro idiomas- y se colocaron unos 2.000 carteles en toda la circunscripción. Se recaudaron más de 10.000 libras esterlinas para la campaña electoral, procedentes en su mayoría de pequeñas donaciones.
La campaña despertó el interés de los medios de comunicación, que concedieron docenas de entrevistas, entre ellas a Roger Waters, el legendario músico de Pink Floyd y activista de toda la vida. Las publicaciones de Fiona en las redes sociales han llegado a 6,5 millones de personas.
Como resultado, el reconocimiento del nombre de Fiona, junto con el del partido, ha sido fenomenal. En la calle y en las manifestaciones, la gente se acerca constantemente a Fiona y le saludan efusivamente a cada paso.
El PCR en el mapa
El partido hizo un excelente trabajo de difusión de las ideas del comunismo revolucionario entre amplias capas de la población, en la circunscripción y mucho más allá. Nuestro alcance fue mucho mayor que lo que habíamos logrado antes.
Nuestras ideas de auténtico comunismo calaron hondo en capas que nunca se habían topado con tales ideas, incluidos muchos jóvenes, muchos de los cuales eran demasiado jóvenes para votar. Como resultado de este trabajo, cientos de personas han escrito para afiliarse al partido.
Al final, estamos encantados con los 1.791 trabajadores que votaron conscientemente por un programa y un candidato comunistas revolucionarios. Esto representó el 4,1% del voto total, lo que demuestra el potencial que hay en todas partes.
A diferencia de otros, nosotros no diluimos nuestras ideas ni nuestra identidad para ganar votos. De este modo, dejamos una marca sólida para el futuro y pusimos al PCR en el mapa.
Esta votación fue un logro colosal, dado el gran número de candidatos independientes pro Palestina que se presentaban en este distrito. Varios de estos candidatos tenían vínculos con las mezquitas locales, los pequeños negocios y los ancianos de la comunidad.
También había un candidato del Partido Verde, que tiene concejales en la zona, que actuó como sifón de votos de la izquierda.
Con las candidaturas de los demás partidos -diez en total-, esta circunscripción se convirtió en una de las más disputadas del país.
Difamación y calumnias
También nos enfrentamos a una feroz campaña de difamación por parte de la candidata del Partido de los Trabajadores (Workers’ Party of Britain), sus acólitos e incluso el propio George Galloway, que tuvo cierto impacto.
Incapaces de respondernos políticamente, difundieron mentiras malintencionadas y teorías conspirativas, ¡acusándonos de ser «agentes del Estado» y espías sionistas!
Estos ataques llegaron a ser tan desquiciados que, bajo presión, su candidata se vio obligada a retirar un vídeo y a retractarse de algunas de sus acusaciones más extravagantes.
Esta campaña de desprestigio demuestra hasta dónde está dispuesta a llegar esta gente para intentar desacreditar a un auténtico oponente revolucionario.
Utilizando estos métodos de mentiras, insinuaciones y calumnias, serán incapaces de construir un verdadero partido, y mucho menos un «partido de los trabajadores».
Hemos llevado a cabo una campaña de principios, basada en nuestras ideas. Nos negamos a dejarnos arrastrar a la cloaca. Nuestros principales enemigos eran los defensores de la esclavitud capitalista, los belicistas de los conservadores de Sunak y los laboristas de Starmer, y contra ellos concentramos nuestros ataques.
Revolucionarios, no políticos
Fue una campaña como ninguna otra, construida sobre la dedicación y la inspiración de cientos de comunistas que quieren cambiar el mundo y tienen las ideas para hacerlo.
Como dijo Fiona, «estamos en contra de la austeridad, pero también estamos a favor de algo. Estamos por una economía basada en las necesidades y no en el beneficio privado».
Fue una campaña construida en y a través de las calles. De ahí nuestro lema: «¡Somos revolucionarios, no políticos!».
La campaña ha tenido un éxito más allá de lo que nos podíamos imaginar. Bajo la bandera del comunismo revolucionario, hemos conseguido conectar con miles de personas.
Constantemente, los camaradas han informado de la respuesta increíblemente positiva y eléctrica a nuestros intrépidos discursos y mítines, que han tocado la fibra sensible en medio de la pasividad imperante de la «izquierda».
Una y otra vez, hablábamos con alguien que expresaba una actitud cínica hacia los políticos y, por esa razón, se mostraba escéptico ante nuestra campaña.
Pero nuestros camaradas no tenían miedo de discutir con nadie, y sabíamos que nuestras ideas y nuestro programa podían dar respuesta a los problemas de la clase trabajadora.
Un miembro del público dijo a nuestros camaradas: «No quiero ser grosero, pero los políticos nunca han hecho nada por mí. Ninguno de nosotros va a votar».
Pero tras una breve explicación de nuestro programa -y subrayar el hecho de que Fiona se comprometía a cobrar un salario obrero, y no el sueldo de un diputado- cambió de opinión: «No iba a votar, pero votaré a Fiona. Necesitamos a alguien que nos defienda».
‘¡Viva el comunismo!’
Nos sorprendió el alcance de la campaña. Cada vez que salíamos a hacer campaña, estaba garantizado que varias veces la gente abrazaba a nuestros camaradas porque eran grandes admiradores de Fiona y sus ideas.
Uno de nuestros compañeros que vive en el distrito recibió un mensaje en el chat de grupo de su bloque de pisos, de alguien a quien no conocía, en el que pedía a todos los vecinos que votaran por Fiona Lali.
«Entré en una tienda de la esquina de Mile End para preguntar si podían poner un cartel en el escaparate», relató un camarada. «Antes de que pudiera hablar, el tendero se limitó a decir ‘¿Lali? Cuando le dije que sí, señaló el escaparate y dijo ‘por supuesto que puedes ponerlo'».
«Hablé con una persona mientras llamaba a la puerta que trabaja en un McDonald’s», informó otro miembro del PCR. «Me dijo que allí todo el mundo ha estado hablando de Fiona y su programa, y que incluso su gerente también está animando a la gente a votar a Fiona».
El último día de campaña organizamos varias marchas en los distintos barrios de Stratford and Bow.
¿Con qué frecuencia estas calles residenciales de clase trabajadora reciben a grupos de activistas políticos que marchan enérgicamente por ellas y se relacionan con los residentes?
En una de estas marchas, una familia entera salió de su casa, con los puños en alto, para saludarnos. El padre gritó «¡viva el comunismo!
Esto va mucho más allá de Stratford and Bow: a escala internacional, la audaz postura de Fiona ha calado en decenas de jóvenes revolucionarios, que empiezan a vernos como un punto de referencia.
Ahora empieza el verdadero trabajo
Como resultado de este trabajo y dedicación, ya hemos reclutado a docenas de personas para el partido, y estamos ocupados creando nuevas agrupaciones del partido por todo Londres, no sólo dentro de la circunscripción, sino también en lugares como Walthamstow y North Greenwich.
Hemos ampliado enormemente el prestigio y el alcance del PCR, y reunido una red de simpatizantes y partidarios que nos ayudarán a crecer.
Pero esto es sólo un atisbo de lo que está por venir. El recién elegido gobierno de Starmer -que ha llegado al poder con el porcentaje de votos más bajo para una mayoría parlamentaria en la historia británica- será odiado.
La ira y la desilusión no harán sino intensificarse a medida que los trabajadores y los jóvenes sean tratados con más austeridad, ataques y guerra imperialista.
Más que nunca, buscarán una vía de escape. Pero no hay salida bajo el capitalismo.
En estas condiciones, imaginemos lo que podrían hacer diez mil comunistas organizados.
La historia del PCR no ha hecho más que empezar. Esta campaña -que ha tenido incluso más éxito que la campaña llevada a cabo por el PCR original en las elecciones parciales de Neath en 1945- ha sido una preparación inestimable para las tormentas que está preparando el capitalismo británico.
El PCR ya ha ganado con esta campaña. Hemos reclutado a docenas de nuevos camaradas y hemos aumentado masivamente el perfil de nuestro partido.
Nuestro objetivo era tantear el terreno y poner una marca para el futuro; construir un movimiento de revolucionarios que se enfrente al capitalismo y a la clase dominante en general.
Debemos convertirnos, y nos convertiremos, en un verdadero punto de referencia porque se avecinan enormes batallas de clase. No falta rabia. Lo que hace falta es una poderosa organización revolucionaria capaz de organizar esa rabia.
Hemos dado la campanada. Ahora empieza el verdadero trabajo. Tenemos que construir el partido y establecer secciones en cada lugar de trabajo, universidad, escuela y barrio, preparados para las tormentas que se avecinan.
Te invitamos a unirte a nosotros en esta tarea.