Con la sala del Club de Amigos de la UNESCO en Madrid a rebosar, y bastantes asistentes de pie y en el pasillo, se celebró el pasado viernes 4 de noviembre el acto en solidaridad con la revolución bolivariana organizado por El Militante y la Campaña Con la sala del Club de Amigos de la UNESCO en Madrid a rebosar, y bastantes asistentes de pie y en el pasillo, se celebró el pasado viernes 4 de noviembre el acto en solidaridad con la revolución bolivariana organizado por El Militante y la Campaña Manos Fuera de Venezuela, y en el que se presentó el nuevo libro de Alan Woods, la Revolución Bolivariana, un análisis marxista.
Jóvenes trabajadores, estudiantes, activistas sindicales, veteranos del movimiento comunista, escucharon atentamente las aportaciones de Hermann Albrecht, activista sindical de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y miembro de la Corriente Marxista Revolucionaria de Venezuela, y de Alan Woods teórico marxista y dirigente de la Corriente Marxista Internacional.
Hermann, que inició el acto, nos transmitió de primera mano los logros de la clase obrera en el proceso revolucionario, los avances del control obrero y la cogestión, las experiencias de nacionalización de empresas como Venepal y Constructora Nacional de Válvulas, y el debate actual dentro del movimiento bolivariano en torno al “socialismo del siglo XXI”. Por primera vez desde que el proceso comenzó, los batallones pesados del proletariado venezolano están poniendo el sello en los acontecimientos, exigiendo que el proceso se traduzca en cambios concretos en sus condiciones de vida y de trabajo. La idea de la revolución dentro de la revolución o lo que es lo mismo, completar la revolución bolivariana con la expropiación definitiva del capitalismo, de las palancas fundamentales de la economía, de la banca, de los monopolios de los latifundios, tal como explicó Hermann, es la alternativa que puede garantizar la victoria de la revolución venezolana.
Alan Woods por su parte hizo un extenso recorrido sobre los orígenes de la revolución, desde el caracazo de 1989, el movimiento de las masas alzadas contra la política antiobrera de Carlos Andrés Pérez y que acabo con una represión sangrienta en la que el ejercito y la policía masacraron a más de 10.000 trabajadores, pasando por el golpe fallido de Hugo Chavez en 1992 y la posterior conformación del Movimiento V República. En su discurso abordó el proceso de radicalización de la revolución, las medidas del gobierno chavista a favor de los desposeídos y la reacción del imperialismo y la oligarquía para derrocar a Chavez: el golpe de estado de abril de 2002, el sabotaje petrolero y el referéndum revocatorio. Como Alan Woods señaló, todos los intentos de la contrarrevolución fueron descarrilados por la acción de las masas, sin dirección, basándose en su instinto revolucionario.
En estos momentos la revolución bolivariana se encuentra en una encrucijada. El imperialismo norteamericano y la oligarquía no han renunciado a sus planes. Si en el enfrentamiento frontal contra las masas revolucionarias han fracasado por el momento, los planes contrarrevolucionarios siguen en marcha, incluidos los intentos de magnicidio contra Hugo Chávez. Es el momento pues de llevar la revolución hasta el final, de completarla en líneas socialistas. Alan Woods abundo en este aspecto, denunciando los peligros que acechan a la propia revolución, peligros que también se alimentan por la política de aquellos sectores reformistas del movimiento que insisten una y otra vez en hacer concesiones al imperialismo, y no tocar la propiedad de los capitalistas. Supuestos amigos de la revolución como Heinz Dietrich que defienden un “capitalismo de rostro humano y nacional”, que deje intacta la propiedad privada de los medios de producción, para no alentar supuestamente la reacción de la oligarquía. Como toda la experiencia histórica demuestra una alternativa así, crearía las condiciones para rearmar a la burguesía y desmoralizar al pueblo y la clase obrera de Venezuela. No puede haber salidas intermedias para la revolución venezolana: o esta se transforma en una revolución socialista o inevitablemente la reacción no descansará hasta aplastar el proceso.
Alan Woods también subrayó que una revolución socialista triunfante en Venezuela no se detendría en las fronteras del país, sino que se extendería como un reguero de pólvora en todo el continente latinoamericano, ejerciendo una influencia decisiva en Bolivia, Perú, Argentina, Brasil…Significaría también la mejor manera de defender las conquistas de la revolución cubana asegurando las condiciones para una Federación Socialista del continente latinoamericano.
Finalmente el acto se cerro con un debate muy animado y el llamamiento a fortalecer la Campaña Manos Fuera de Venezuela y construir la Corriente Marxista de El Militante en el Estado español e Internacionalmente.