Un nuevo informe de las Naciones Unidas señala que las tendencias generales en la transmisión del VIH no han dejado de aumentar, y que se necesitan esfuerzos de prevención del VIH mucho más intensos para ralentizar la epidemia. Un nuevo informe de las Naciones Unidas señala que las tendencias generales en la transmisión del VIH no han dejado de aumentar, y que se necesitan esfuerzos de prevención del VIH mucho más intensos para ralentizar la epidemia.
En 2005 se produjeron otros cinco millones de nuevas infecciones. El número de personas que viven con el VIH en todo el mundo ha alcanzado a 40,3 millones en 2005. En ese último año, más de tres millones de personas fallecieron por causa de enfermedades relacionadas con el SIDA, y de ellas, más de 500 000 eran niños.
El mal afecta sobretodo a los que viven en los países del llamado Tercer Mundo: África, Asia y América Latina. África concentra el 64% (25,8 millones) de todos los infectados a nivel mundial.
En estos países se nota la falta de estrategias de prevención y tratamiento del VIH por falta de medios y de medidas de prevención (preservativos, educación sexual, drogadicción, medios sanitarios como jeringas descartables, etc.
Esto se agrava porque los medicamentos que permiten sostener el tratamiento del SIDA están monopolizados por un puñado de grandes laboratorios de EEUU y Europa que cobran enormes cantidades de dinero en concepto de patentes y propiedad intelectual imposibles de asumir por muchos países pobres que no pueden garantizar un financiamiento gratuito de los mismos a la población infectada.
A las grandes multinacionales farmacéuticas no les interesa descubrir una vacuna efectiva contra las diferentes cepas del virus del SIDA porque eso implicaría que al cabo de algunos años la enfermedad desaparecería (como sucedió hace décadas con la viruela, y otros virus) y se terminarían sus negociados a base de los llamados «cócteles de fármacos» (10 ó 15 píldoras diferentes que el enfermo necesita tomar diariamente para mantener a raya al virus transformando el SIDA en una enfermedad crónica durante toda la vida del enfermo).
El sistema capitalista imperialista es cómplice y causa de esta situación porque se ve que a más pobreza, mayor es la incidencia de la enfermedad.).
Por lo tanto, resolver una calamidad mundial como es el SIDA también está vinculado a la superación del sistema capitalista y a la instauración de un sistema socialista donde los recursos del planeta se planifiquen para resolver los problemas sociales de la humanidad.