Las contratas, tanto en SIDOR como en otras empresas, viven condiciones laborales inhumanas, que parecen sacadas de otras épocas. A muchos de estos compañeros se les obliga a trabajar más de las 8 horas diarias, llegando incluso a las 16 horas diaria El estado Bolívar es una de las zonas de mayor concentración obrera del país. En el municipio Caroní se concentran las plantas y fábricas de las principales empresas básicas del sector siderometalúrgico en el país y con ella uno de los sectores más combativos de nuestra clase, los batallones pesados del proletariado: los obreros metalúrgicos. Una de las mayores traiciones a nuestra clase fue el proceso de privatización y “reconversión” en SIDOR, una de las más grandes empresas metalúrgicas de América Latina. De agrupar en su planta a más de 18.000 trabajadores fijos que gozaban de un buen Contrato Colectivo, la “reconversión” significó una drástica disminución de la plantilla en más de 6.000 plazas de trabajo y la tercerización de la mano de obra a través de las contratas. Actualmente, SIDOR no tiene más de 6.000 trabajadores fijos y en las contratas laboran atomizados y sometidos a una terrible explotación, sin derecho a convención colectiva y bajo condiciones pobres o nulas de seguridad y salud industrial, otros 6.000 hermanos de clase. El modelo de “democratización del capital” que se ha seguido en esta empresa con la venta de acciones a los trabajadores ha servido además para impulsar la autoexplotación de estos compañeros y nos en ningún sentido un modelo que los dirigentes sindicales clasistas y revolucionarios podemos avalar.
Las contratas, tanto en SIDOR como en otras empresas, viven condiciones laborales inhumanas, que parecen sacadas de otras épocas. A muchos de estos compañeros se les obliga a trabajar más de las 8 horas diarias, llegando incluso a las 16 horas diarias. Esto sumado además a los incumplimientos en la dotación de equipos de seguridad, al pago de cesta ticket, a la instalación de comedores apropiados en condiciones de salubridad, a la seguridad industrial en las plantas y demás. Los que se niegan a aceptar esta situación de sobreexplotación son inmediatamente echados, negándoles sus derechos y violándoles los pocos que tienen, con la retención del salario de la última semana laborada, de las prestaciones sociales y demás beneficios.
La realidad no es distinta cuando intentan organizarse como clase y constituir sindicatos. Los patronos proceden al despido de los compañeros que conforman las juntas directivas y, cuando consiguen manipular las instancias laborales del Estado (en la región, 9 de cada 10 casos salen favorables al patrono), botan incluso a los demás trabajadores que firmaron a favor del sindicato. En las pocas ocasiones que los trabajadores logran constituirse como sindicatos, a pesar de las trabas y toda la problemática que se presenta con la Inspectoría del Trabajo de la región, el patrono inicia una arremetida contra los compañeros, usando todas las armas a su disposición, violando sistemática y descaradamente los derechos de los trabajadores, atropellándolos de la peor manera. Esta situación ha desatado en no pocas ocasiones el estallido de conflictos obreros que llegan incluso a la huelga, pero que ante la falta de una organización que agrupe a los sectores en lucha y coordine la solidaridad de clase, que les dé direccionalidad política, las derrotas han sido numerosas, terminando en el despido de los compañeros que paralizaron la empresa, eliminando además el sindicato que estaba en proceso de consolidación.
La lucha de los trabajadores de Orimalca
Un reflejo de esta situación la viven los compañeros de Orimalca, una contrata de SIDOR que se encarga de hacer mantenimiento a las instalaciones industriales y que agrupa a unos 500 trabajadores. Una de las principales preocupaciones de estos compañeros, que se han organizado sindicalmente y legalizaron su sindicato SUTRAORIMALCA y que además han lanzado su periódico sindical “La Pala Caliente”, son las condiciones en extremo inseguras y perjudiciales para su salud en las que tienen que trabajar. Aída Rengel, Delegada de Prevención del Área de Cribados, denunciaba que los trabajadores de Orimalca, durante labores de mantenimiento en el área, muchas veces tienen que introducirse en túneles, donde se acumula gas y grandes cantidades de polvo, al punto que no se puede ver adecuadamente. Adicionalmente a esto, son lugares a altas temperaturas, donde los peligros de deshidratación son graves. Sin embargo, no les permiten salir a tomar agua sino muy esporádicamente.
En el área de palanquillas la situación no es muy distinta. Así nos lo hizo saber Darwin González, Delegado de Prevención de la misma. Acá, los trabajadores deberían ser equipados con detectores de monóxido de carbono (un gas inodoro e incoloro altamente letal), los cualles les indican, de acuerdo a la concentración existente en el ambiente, cuánto tiempo pueden laborar de forma continua en el sitio. Pero los supervisores y coordinadores, en complicidad con el patrono y arriesgando la vida de los trabajadores, les han dado medidores de oxígeno, mintiéndoles a los trabajadores con que éstos sustituirían a los de monóxido, algo completamente falso. Este tipo de abusos se centran principalmente en los trabajadores nuevos, quienes por inexperiencia y bajo la presión de ser despedidos son engañados para aceptar condiciones que ponen en peligro su salud.
Según nos indicaba Félix Morales, operador de palas mecánicas, la empresa está intentando salir de los 8 operadores que actualmente tiene Orimalca. Bajo cualquier excusa intentan evitar los aumentos salariales y beneficios laborales que les corresponden y adicionalmente los obligan a trabajar con la maquinaria aunque ésta no esté en condiciones para ser usadas. A este compañero le han retenido su salario el pasado viernes 24 de Marzo y quieren obligarlo a trabajar sin maquinaria. Todo esto es claramente parte de una campaña de amedrentamiento por parte de la patronal para botar a todos los operadores, pero poco a poco.
Las violaciones llegan incluso a que una gran cantidad de trabajadores de la contrata, que tienen incluso hasta 11 años laborando en la empresa, no están inscritos en el Seguro Social, a pesar de que les realizan los respectivos descuentos. Son muchos los casos de accidentes laborales y enfermedades ocupacionales, particularmente hernias umbilicales y discales. Hace poco, en el sector Planchón, cuando fueron a certificar a los compañeros para trabajos en altura, al menos 4 fueron diagnosticados con hernias.
Urge la solidaridad de los trabajadores fijos de SIDOR
Orimalca no es la única contrata en la cual sus trabajadores están siendo sometidos a condiciones de extrema explotación y a persecución antisindical. Basta ver la prensa regional y ver la lucha que adelantan los compañeros de Vhicoa contra la campaña de amedrentamiento antisindical y por sus derechos laborales, de Tavsa donde los accidentes laborales están a la orden del día, así como el grave caso de Enservi, donde al menos 20 trabajadores han sido despedidos por haber denunciado incumplimientos a las normativas de seguridad, malos cálculos de salario y otros beneficios laborales. Particularmente grave en este caso fue la arremetida de la Guardia Nacional contra estos compañeros. Estos casos mencionados no son sino algunos de los casos más conocidos, pero esto se repite en cada una de las contratas de SIDOR. En próximos números de nuestro periódico continuaremos analizando y acompañando las luchas que adelantan estos compañeros siderúrgicos.
Ante toda esta situación, se debe construir un movimiento de solidaridad a lo interno de SIDOR, con los trabajadores fijos. Justamente la debilidad de las contratas es lo que les permite a los patronos explotarlos de esta manera. Sólo construyendo la solidaridad de clase con estos compañeros es que se podrá dar la pelea hasta la victoria. Es una de las tareas primordiales para los sectores clasistas y revolucionarios que hacen vida en SUTISS, ya que ya hay sectores que se solidarizan, aunque aún pasivamente, con sus hermanos de las contratas, como sucede con los 16 trabajadores del área de cribados que expresan sus simpatías con la lucha de SUTRAORIMALCA.
La unificación en líneas de clase de la lucha de los trabajadores de las contratas con los trabajadores fijos no sólo permitirá que podamos dar un combate decidido contra estas formas de explotación y precarización laboral, sino que además podremos, con esta correlación de fuerzas, luchar con mayor decisión por la renacionalización de SIDOR y su puesta en funcionamiento bajo control de los trabajadores.