Atizada por las recientes masacres mineras, Pasta de Conchos y Sicartsa, y el ataque colérico de Fox y la burguesía para destruir el sindicato de los mineros, se realizó “la mayor movilización de la última década” este 1 de Mayo. Así fue como calific Atizada por las recientes masacres mineras, Pasta de Conchos y Sicartsa, y el ataque colérico de Fox y la burguesía para destruir el sindicato de los mineros, se realizó “la mayor movilización de la última década” este 1 de Mayo. Así fue como calificó a la marcha obrera del día del trabajo el mismísimo conductor estrella de los noticieros de Televisa, Joaquín López Doriga. Para que este sujeto, al servicio del principal aparato masivo de manipulación burguesa de todo el país, haya calificado de esta manera a la movilización del 1 de Mayo se necesitó que la realidad haya sido tan apabullante, que no pudieran ocultarla. Para La Jornada “El Zócalo resultó insuficiente para albergar a los asistentes a la protesta obrera”.
“Ni un voto al PRI, ni un voto al PAN”
Telefonistas, Electricistas, tranviarios, aviadores, sobrecargos, trabajadores de IMSS, del magisterio democrático, sindicatos universitarios, mineros, del Monte de Piedad, del Instituto Federal Electoral, de las industrias alimenticia y hotelera, bomberos, así como integrantes de organizaciones campesinas, como El Barzón, la Unorca, la Central Campesina Cardenista, las viudas de los mineros muertos en Pasta de Conchos, etcétera, todos ellos organizados en el Frente Nacional por la Unidad y la Autonomía Sindical, el Frente Sindical Mexicano y la CNTE, entre otras organizaciones convocantes, se movilizaron para pedir la reanuncia del secretario del trabajo, Francisco Javier Salazar Sáenz, y para exigir el cese de los intentos por parte del gobierno de Fox por intervenir en la vida interna de los sindicatos.
El ambiente estuvo cargado de agitación y fuertes muestras de descontento, pues a la política antiobrera que ha aplicado Fox a lo largo de su sexenio, se le une la tragedia de febrero pasado en la que 65 mineros murieron sepultados por un derrumbe al interior de la mina Pasta de Conchos y el asesinato de otros dos mineros cuando estos, en compañía de sus compañeros, impidieron la toma de las instalaciones de la empresa siderúrgica Sicartsa por parte de las fuerzas del Estado, acto fallido que pretendía terminar con la huelga que mantiene los trabajadores en defensa de su sindicato. En ambos casos, primero protegiendo al Grupo México propietario de la mina Pasta de Conchos y después actuando por órdenes del Grupo Villacero dueño de Sicartsa, Fox y su secretario del trabajo intervinieron de la forma más cínica y descarada, no podía ser de otra forma, como agentes de la patronal.
Todo ello en su conjunto provocó que una de las consignas más coreadas por los trabajadores haya sido la de “ni un voto al PRI, ni un voto al PAN”. Las organizaciones participantes convocaron a la gente a sacar de gobierno al partido que «más daño le ha hecho a la clase obrera: Acción Nacional». Fueron cientos las pancartas que decían: «Ni un voto al PAN y sus gobernantes; asesinan a sus trabajadores.» Como medida de acción, a lo largo del recorrido de las marchas y en la plancha del Zócalo capitalino, los trabajadores repitieron reiteradamente la consigan de huelga general. Para ellos es necesario ir mas lejos del paro de un par de horas convocado unos pocos días antes por el Frente Nacional por la Unidad y la Autonomía Sindical. Otras consignas que sonaron mucho fueron las de apoyo al movimiento de los inmigrantes en los EEUU.
El ambiente entre los trabajadores se mostró especialmente combativo y con un fuerte componente de sentimiento de unidad en la lucha, demostrando con ello el salto en la conciencia que se está experimentando en la clase obrera, pues además de las demandas de carácter económico, salarios y empleo, las expresiones de tipo políticas tuvieron un peso de particular relevancia.
Por su cuenta, ante el ánimo y la disposición a la lucha demostrado por los trabajadores, dirigentes como Hernández Juárez de los telefonistas y Vega Galina del IMSS, ambos de la dirección colegiada de la UNT, se vieron obligados a declarar de nueva cuenta que se convocaría a una huelga general si no renuncia el secretario del trabajo y si Fox no saca las manos del sindicato minero.
Ya antes hemos escuchado ese tipo de declaraciones de parte de estos y otros dirigentes, pero esto es algo relativamente reciente: hace un poco mas de tres años estos mismos dirigentes consideraban como locura extrema el simple hecho no de declarar, sino de simplemente pensar en una huelga general. Sin embargo la recuperación y la maduración que el movimiento obrero ha experimentando durante los últimos años ha obligado a estos dirigentes a cambiar de actitud. No obstante hasta el momento han podido maniobrar para impedir una autentica convocatoria que paralice al país por entero, pero la arrogancia del gobierno y la burguesía, demostrada de forma tajante y contundente en el intento de desalojo en Lázaro Cárdenas, al lado de los deseos de los trabajadores por ir mas lejos hace que el margen de maniobra cada vez les sea mas estrecho. Si Fox, a quien le quedan aun siete meses de gobierno los cuales podría tratar de aprovechar para implementar algunos ataques como la contrarreforma del ISSSTE por ejemplo y sin olvidar que el conflicto minero se encuentra en un encono, mantiene o aumenta el tono de su política antiobrera el poco margen de maniobra que les resta a los dirigentes se podría esfumar.
Por su cuenta los trabajadores debemos demandar de forma más enérgica la convocatoria a la huelga general para terminar de una vez por todas con las pretensiones foxistas.
Combatividad en todo el país
En la mayor parte de las principales ciudades se desarrollaron movilizaciones de repudio a la política foxista, también el PRI fue denostado.
Por ejemplo La Jornada reporta que los gobernadores tanto priístas como panistas de “Puebla, Querétaro, Jalisco y Sonora, Mario Marín Torres, Francisco Garrido Patrón, Francisco Ramírez Acuña y Eduardo Bours Castelo, respectivamente” no acudieron a los actos oficiales del 1 de Mayo en su estado. Es evidente, el temor a las rechiflas, aunque sean actos organizados por los Charros, hizo desistir a estos gobernantes. Esa precaución no la tomaron los gobernadores panistas de Aguascalientes y Yucatán, Armando Reynoso Femat y Patricio Patrón Laviada, quienes fueron fuertemente abucheados por los trabajadores de los sindicatos locales agremiados a la CTM y el CT.
Además, en Puebla los trabajadores de la planta automotriz Volkswagen no perdieron la oportunidad de exigir cárcel para el gober preciso, Mario Marín.
En la capital de Hidalgo, Pachuca, la movilización fue de dimensiones relevantes, pues tan sólo un contingente, el del SNTE movilizó a más de 35 mil maestros exigiendo solución a una serie de demandas del sector.
En otras ciudades donde se hicieron importantes manifestaciones de repudio a Fox y en apoyo a los mineros fueron Zacatecas donde participaron 10 mil miembros de al menos 35 sindicatos. Por otra parte, en la principales ciudades industriales del estado de Veracruz (Poza Rica, Jalapa, Córdoba, Orizaba y Coatzacoalcos, y en el puerto) de acuerdo a la prensa “se exigió al presidente Fox «dejar de agredir al sindicalismo», y el movimiento obrero advirtió que la clase trabajadora «se cobrará afrentas» al votar contra Felipe Calderón el 2 de julio”.
Otra movilización significativa fue la de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde más de 50 mil trabajadores sindicalizados marcharon en un masivo acto de repudio a Vicente Fox.
Por su parte en Lázaro Cárdenas se desplegó una movilización de más de 6 mil trabajadores exigiendo respeto a los sindicatos y repudiando combativamente la masacre en Sicartsa. A lo largo del recorrido de la marcha fue destruida toda la propaganda electoral del PAN.
Como esta claro, en los diferentes actos del 1 de Mayo a lo largo del país se desplegaron las banderas de unidad y solidaridad de clase, además de que se dieron muestras de una evidente identificación del enemigo, el PRI y el PAN, en tanto esbirros de los patrones.
Si el PRD tuviera una orientación más decidida hacia el movimiento obrero, si recogiera sus demandas de forma enérgica y con el ambiente que se ha demostrado no sólo en la movilización del 1 de Mayo sino también en otros episodios de lucha, estaría, prácticamente neutralizando el monumental fraude electoral que se está fraguando en su contra. Los trabajadores nuevamente este 1 de Mayo dieron una muestra contundente de su disposición de quitarse de encima al régimen foxista.
El otro 1 de mayo
En el contexto de la Otra Campaña, el EZLN organizó una movilización el 1 de Mayo, fue un acto festivo pero con una escasa vinculación con el movimiento obrero. La convocatoria se hizo al margen de los sindicatos independientes y el resultado fue evidente: las cifras oficiales hablan de una participación de aproximadamente ocho mil personas en el acto zapatista. Por su parte el reportero de La Jornada H. Bellinghausen destaca que este número llegó a los 25 mil. Aunque se cierta esta última cifra, la cantidad de asistentes al acto zapatista está muy lejos de la alcanzada en marzo del 2001 cuando su presencia en el Zócalo capitalino atrajo a aproximadamente 100 mil personas.
En su discurso Marcos mencionó cosas interesantes, como la de que el objetivo no es cambiar de gobierno, sino derrocarlo y que a los ricos se les va a echar de país. Por ejemplo, en el caso de Carlos Slim, el hombre más rico de México y de toda América Latina, señaló que se le va a quitar Telmex para que esta empresa quede bajo el control de los trabajadores. Lo mismo dijo de los terratenientes.
Todo eso está muy bien, pero no dijo cómo hacerlo. ¿Por medio de una huelga insurreccionad y la formación de consejos obreros? ¿Por medio de la instalación de un gobierno obrero o bajo la formula anarquista de simplemente destruir el Estado y hasta ahí? ¿Lanzando una política decididamente orientada hacia las principales organizaciones tradicionales de los trabajadores del la ciudad y del campo o manteniéndose al margen de ellas como lo ha hecho hasta ahora? ¿Formando un partido obrero o no?
Todas estas cuestiones de especial relevancia requieren que sean aclaradas, desde nuestro punto de vista no pude ser derrocado ningún gobierno y los ricos no pueden ser expropiados sin un partido con fuertes raíces en el movimiento obrero, claramente definido con un programa socialista y que dote de una orientación clara sobre los métodos de lucha y organización a la clase trabajador, tal como lo hizo el partido de Lenin y Trotsky, el Partido Bolchevique, que condujo al proletariado ruso hacia el poder. Pero además un partido de esa naturaleza no se puede improvisar, tiene que surgir de una lucha tenaz y paciente al interior de las organizaciones tradicionales para arrebatar de la influencia del reformismo a los trabajadores ganándolos para el programa del marxismo.
Un resultado de la política de mantenerse al margen de las organizaciones tradicionales fue la de que Marcos, al organizar una marcha al margen de la convocada por los sindicatos independientes perdió la oportunidad de expresarse ante miles y miles de trabajadores que acudieron a ella y hablarles de la importancia de expropiar a los ricos.
El viejo sindicalismo oficial sigue en declive
La últimas tres décadas han sido tormentosas para el que fuera llamado Movimiento Obrero Organizado que, por medio de la CTM y el CT afiliadas al PRI, durante décadas fue una maquinaria eficiente y bien aceitada de control sobre la clase trabajadora y para lograr votos para su partido. Nos referimos a un lento pero permanente proceso de descomposición y debilitamiento que se ha traducido en desmembramientos haciendo del sindicalismo oficial o charrismo sindical un aparato que ya no le puede garantizar votos masivos del sector obrero al PRI, por el contrario, y que tampoco ya no puede hacer despliegues de fuerza cada 1 de Mayo. En el pasado han quedado aquellas movilizaciones masivas del día del trabajo que organizaban la CTM y el CT con el presidente de la república en turno encabezando la marcha de los sindicatos.
Cada nuevo 1 de Mayo el acto de los charros es mas raquítico, en esta ocasión duró tan sólo 30 minutos su concentración en el Zócalo y ante los pocos discursos, para llenar el tiempo sobrante, fue necesaria una banda musical que interpretó melodías de los Beatles y de Toña la Negra.
Los principales dirigentes del charrismo sindical, Víctor Flores del CT y Joaquín Gamboa de la CTM, temerosos de ser víctimas de los reclamos de sus agremiados, optaron por no tomar el micrófono. Y su temor se ratificó cuando el maestro de ceremonias presentó al dirigente minero espurio, impuesto por Fox, Elías Morales, el cual recibió sonadas rechiflas y abucheos de los trabajadores asistentes al mismísimo acto organizado por los charros. Tal vez fue esto lo que obligó a los pocos oradores, los dirigentes de los sindicatos del Infonavit y de trabajadores bancarios, a rechazar lo que ellos llamaron “cifras alegres” de empleo dadas por Fox.
También los trabajadores asistentes al acto oficial, especialmente aquellos afiliados a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), no desperdiciaron la oportunidad para lanzar airados reclamos contra el dirigente de esta federación, Joel Ayala, por promover una nueva contrarreforma que pretende eliminar una serie de conquistas que están estipuladas en la actual Ley del ISSSTE. «¡Joel, bandido, por cuánto te has vendido!», fue el grito de batalla muchos trabajadores de la FSTSE.
En el olvido han quedado aquellos actos oficiales del 1 de Mayo en los que los charros obligaban a los trabajadores a rendirle pleitesía al presidente en turno y a los mismos charros.
La debilidad del sindicalismo oficial también se notó en la ausencia de contingentes importantes que en el pasado fueran importantes para nutrir el acto oficial del 1 de Mayo: El charro petrolero Romero Deschamps no asistió ni tampoco movilizo a los agremiados al sindicato petrolero. La Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos (Fedessp), antagonista de la FSTSE y liderada por la amiga de Fox, Elba Esther Gordillo, llevó importantes contingentes, pero entraron al Zócalo ya que había culminado el acto oficial. El principal contingente fue el del SNTE. Entre esos contingentes integrado por trabajadores al servicio del Estado, a pesar del control corporativo de los elbistas, el repudio contra el ataque que pretende implementar el gobierno contra el ISSSTE fue muy sonoro.
Además importantes agrupaciones como la CROC y la CROM, junto con los mineros, optaron por movilizarse al lado de los contingentes de la UNT.
El festejo con Fox: a escondidas
La gradual pero firme incapacidad de los charros para contener los reclamos de los trabajadores hizo que desapareciera el tradicional acto oficial del 1 de Mayo, que duroó décadas, en el que el presidente encabezaba la marcha obrera y después saludaba desde el balcón presidencial del Palacio Nacional a los contingentes de los sindicatos de la CTM y el CT.
Al final del periodo de Salinas se optó por hacer este acto en un auditorio cerrado con aproximadamente cinco mil trabajadores presentes para reunirse con el presidente. Ni eso evito las muestras de repudio y después los charros no tuvieron otro remedio mas que el de organizar actos con tan sólo unos pocos cientos de trabajadores, todos ellos bien escogidos.
Así es como llegamos a el acto de este año en el que Fox sólo se reunió en la residencia oficial de Los Pinosa con únicamente 350 personas, entre patrones, funcionarios del gobierno, charros y trabajadores.
Cave destacar la ausencia al acto de Los Pinos de los oficialistas sindicatos petroleros, de la FSTSE, de la CROM, LA CROC, la Fedessp, entre otros. Las ausencias reflejan el divisionismo entre las filas del añejo Movimiento Obrero Organizado.
La debilidad y el divisionismo que cunde en la CTM y el CT, es lo que motivó al gobierno a lanzar una nueva central de trabajadores tan sólo una semana antes del 1 de mayo, la Alianza Sindical Mexicana, integrada por sindicatos blancos y con la cual Fox y la burguesía pretenden compensar en algo la decadencia de los charros tradicionales.
En el acto, si bien Fox no aludió directamente a los sucesos de Lázaro Cárdenas, si pretendió, apelando a la legalidad, justificar la represión contra los mineros. Según Fox “La democracia no negocia el cumplimiento de la ley. En democracia no es con el quebranto de la ley como se alcanzan las verdaderas conquistas sociales. La ilegalidad desvirtúa y deslegitima todo beneficio”
No obstante las justificaciones de Fox, un elemento que demuestra el nerviosismo de la burguesía ante el temor de que las cosas se les salgan de las manos, es el discurso del dirigente de la patronal Coparmex, Núñez Esteva, quien en el evento con Fox señaló en alusión a la acción represiva contra los trabajadores de Lázaro Cárdenas y sin mencionar por supuesto este hecho, que la violencia del Estado se debe emplear «con gran prudencia y con particular eficiencia y cuidado después de agotar el diálogo y la negociación».
Este argumento, si bien no rechaza el uso de la violencia contra los trabajadores, si contrasta con la actitud inicial de la Coparmex la cual no tardo ni un minuto en festejar la acción represiva de Fox tras la irrupción en Sicartsa. Ahora insisten en primero “agotar el dialogo y la negociación”. Pero además el discurso del líder de esta organización patronal es un reconocimiento tácito de la derrota que sufrieron las fuerzas represivas del Estado en Lázaro Cárdenas, pues es cierto que entre los trabajadores hubo dos muertos pero a pesar de ello la huelga no pudo ser levantada y, por el contrario, continua.
La patronal sabe que el intento fallido por desalojar a los trabajadores de Sicarsa, los ha dejado a ellos y a Fox enredados en un alambre de púas. Saben que un nuevo intento violento, más tras la demostración del 1 de Mayo, se podría trasformar en la gota que derrame el vaso y que ponga fin a la frágil paz social que aun perdura en el país, máxime si hubiera nuevamente muertos.
Sin embargo, los acontecimientos de Lázaro Cárdenas demuestran que en adelante las diferentes luchas obreras tendrán un carácter mas cruento, por ello debemos prepararnos fortaleciendo a nuestras diferentes organizaciones. La debilidad invita a la agresión, sin medidas contundentes por parte de la clase obrera para demostrar quien es quién, la burguesía se podría sentir confiada para usar la fuerza en cada disputa con los trabajadores. Por ello los marxistas apelamos de manera insistente a una huelga general para que caiga no sólo el prominente miembro de la ultraderechista organización del Yunque y secretario del trabajo, Salazar Sáenz, sino también el mismísimo Vicente Fox. A grades males, grandes remedios.