En este articulo se muestra el panorama de toda una serie de proyectos que, avalados por el Presidente Chávez, han resultado paralizados o nunca se han puesto en funcionamiento. Entre ellos, el articulo destaca el proyecto de saneamiento del Lago de En este articulo escrito por Jorge Javier Morales y Gabriela Rojas se muestra el panorama de toda una serie de proyectos que, avalados por el Presidente Chávez, han resultado paralizados o nunca se han puesto en funcionamiento. Entre ellos, el articulo destaca el proyecto de saneamiento del Lago de Valencia , la tomatera Centinela y toda una serie de proyectos de cogestión que se hayan paralizados o con dificultades. Entre ellos cabe destacar los proyectos bandera de la revolución: Invetex e Invepal.

Junto a las ideas de los autores del articulo se reseñan toda una serie de comentarios del Ministro de Agricultura y Tierras, Elías Jaua, acerca de las causa de que varios de estos proyectos se hallen actualmente congelados o con problemas. Es destacable que un Ministro del gobierno revolucionario con tanta experiencia haya salido públicamente a exponer sus opiniones acerca de los problemas que aquejan a la cogestión revolucionaria, y más de un ministro que estuvo al frente del Ministerio de Economía Popular,(MINEP) , responsable en ese momento de la gestión de estas empresas , hasta hace apenas dos meses cuando paso al frente del Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT).

El debate sobre el modelo de cogestión, en el fondo no es más que un debate sobre si el capitalismo, los capitalistas venezolanos y el estado heredado de la IV República, pueden hacer avanzar a Venezuela. Sólo sobre la base de obtener respuesta a esa pregunta los revolucionarios bolivarianos, socialistas, podremos hacer avanzar la cogestión revolucionaria en beneficio de los trabajadores y todo el pueblo.

El capitalismo sólo significa miseria y pobreza para la humanidad . Esta idea la ha repetido numerosas veces el presidente Chávez. El capitalismo es un régimen de producción donde se prima la búsqueda del beneficio privado, capitalista, por encima del bienestar del conjunto de la población. Pero no tan sólo esto; este régimen existe y es mantenido para el beneficio de un pequeño sector de la población que mantiene su riqueza a costa de la mayoría. Este sector no duda en valerse de cualquier método, incluida la violencia, para mantener su forma de explotación y dominio. Esta porción minoritaria de la población tiene nombres y apellidos, son los capitalistas , los empresarios que tanto fuera como dentro de Venezuela no dudan en organizar guerras o golpes de estado para mantener su dominio y sus beneficios. Para mantener este sistema de explotación, la oligarquía capitalista se vale de la correa de transmisión de su dominación, que es un aparato especial para sojuzgar y facilitar la explotación de las masas. Esto es el aparato del estado.

Para terminar con el sistema capitalista, con la mentalidad de la búsqueda del beneficio individual, hay que terminar con sus causas. Estas no son otras que el monopolio que tiene la oligarquía criolla de las fuentes de riqueza del país y los restos del aparato del estado burgués de la Cuarta República que se hallan en la Quinta República y amenazan con devorarla.

El pueblo venezolano, con el Presidente Chávez al frente, han hecho a lo largo de estos años de gobierno un enorme esfuerzo para que los recursos del país, la riqueza creada por todos, sea distribuida equitativamente. Uno de los puntos fundamentales de esa lucha fue que PDVSA fuera del pueblo; que sus recursos y sus plusvalías se destinaran a satisfacer las necesidades del pueblo en vez de engordar la cartera de oligarcas y burócratas que vivían a costa del petróleo de todos los venezolanos. La oligarquía se resistió a esta iniciativa del pueblo con todas sus fuerzas. Organizó el golpe de estado y el paro petrolero. Fueron derrotados. Para ello hubo que purgar PDVSA y un sector importante del aparato del estado.

Este sabotaje económico a la revolución se sigue manteniendo. La apropiación de la riqueza que genera el aparato productivo del país por parte de la oligarquia criolla, que no reinvierte esos beneficios, continúa . La burguesía criolla realiza una huelga de inversiones histórica que se ha recrudecido los últimos 30 años y que continúa bajo la revolución. Ella es la causante del desempleo de la destrucción del parque industrial , del desarrollo exógeno y no endógeno. En fin de todas las miserias y males del pueblo venezolano.

La pregunta para todos los revolucionarios es: ¿qué modelo económico alternativo al capitalista debemos implementar para Venezuela?. El presidente Chávez lo ha respondido ya; un modelo socialista a través de la planificación socialista de la economía tal como señaló en el último Alo Presidente del domingo 11 de junio.
Las primeras iniciativas de este modelo de producción social socialista se han encontrado con algunas dificultades, tal como señala el articulo arriba citado publicado el domingo 11 de junio pasado en el diario Ultimas Noticias. Al igual que un niño que empieza a dar sus primeros pasos puede tropezar , algunas veces incluso caerse, los proyectos pioneros del modelo de cogestión revolucionaria que el Presidente Chávez presentó como primer paso hacia un nuevo modelo de relaciones productivas rumbo al socialismo también se han están encontrando con tropiezos. La tarea del conjunto del movimiento revolucionario bolivariano, socialista, es ayudarle a levantarse de nuevo, a avanzar para que sus pasos sean cada vez más firmes. En esto va el futuro de la revolución, pues intentar mantener la revolución bolivariana dentro de los limites del sistema capitalista, esto es ,de la propiedad de los resortes básicos de la economía bajo el control de los capitalistas sólo puede conducir a una catástrofe para esta revolución al igual que muchas otras que no traspasaron los limites del capitalismo.

El debate sobre cómo implementar ese modelo económico socialista alternativo es de una importancia vital para el movimiento bolivariano. Es para ello fundamental apreciar nuestros aciertos y sobre todo aprender de nuestros errores. Para ello también es fundamental apreciar las causas, las raíces verdaderas de estos errores.
En el citado articulo del domingo 11 de junio el ministro Elias Jaua hace toda una serie de juicios acerca de los problemas de las empresas en cogestión y hace toda una serie de propuestas acerca de cómo se pueden resolver los problemas que efectivamente existen. Su opinión es de gran interés ya que él estuvo al frente del ministerio encargado de estas empresas, responsable máximo del modelo cogestionario que se estaba desarrollando en nuestro país, y por ello debe tener información de primera mano acerca de las causas de estos problemas así cómo de sus soluciones.

Causas de los problemas de la cogestión.
Invepal es un proyecto bandera del gobierno bolivariano, tal como señala el artículo citando al Presidente Chávez: “del éxito de esta empresa dependerá el éxito de la cogestión en Venezuela”. Como se señala en ese artículo, han existido problemas en Invepal: en noviembre de 2005 los trabajadores revocaron a dos de sus tres representantes en la Junta Directiva, incluido el presidente de la empresa Edgar Peña. Además, los mismos revocaron a toda la Junta Directiva de Covimpa , la cooperativa que agrupa a los trabajadores de Invepal. Al mismo tiempo en el artículo se señala que “Dieciséis meses después el modelo(de Invepal) no camina” Según el citado articulo, Elias Jaua señala como conclusión a la situación actual de Invepal.”El caso de Invepal nos ha demostrado que desde el punto de vista productivo y económico de desarrollo en parámetros normales tenemos un serio problema que definitivamente es la debilidad en el modelo de gestión , sobre todo como consecuencia de la división de los trabajadores y la falta de un adecuado proceso de formación socio política por parte del gobierno”.

Al final del citado articulo se cita de nuevo a Elias Jaua .Se refiere a que “Existen sobradas evidencias de que en muchos casos hay una incorrecta selección de las personas que integran los proyectos, sobre todo los referidos a la nueva cogestión. También hay una ausencia de conciencia política sobre esos modelos” El articulo prosigue señalando que “Allí es donde debemos tener mucho cuidado para seleccionar a la gente idónea , combatiendo a quienes sólo tratan de aprovecharse de la circunstancia para escalar posiciones , sin respetar ni siquiera al líder del proceso que es el Presidente Chávez”
Respecto a la cuestión de porqué muchos proyectos anunciados por el Presidente Chávez no se han puesto en marcha en las condiciones y tiempo que los presenta el mandatario (tales como Invetex o tomatera Centinela) Jaua señala como principal origen a: “funcionarios fabricantes de mentiras que sin, respeto por el liderazgo ni esfuerzo por la nación que hace Chávez , se atreven a hacerle que presente al país proyectos que no están totalmente definidos y que en muchos casos no son viables”
Para el ministro , evidentemente, el principal problema es la selección de las personas (funcionarios) para llevar a cabo , proponer o dirigir el proceso de cogestión . También señala como problema el de funcionarios que presentan al Presidente proyectos inviables o no totalmente definidos.

Elias Jaua tiene toda la razón en lo que expone más arriba y ha dado en el clavo en lo que respecta la problema central de la cogestión y el desarrollo de un modelo de desarrollo endógeno diferente al capitalista , socialista, en Venezuela: el problema de la selección del personal adecuado para dirigir la industria del país. Es evidente , y alerta de ello , el peligro de esos funcionarios que “se aprovechan de las circunstancias para escalar posiciones” o “fabricantes de mentiras” y señala que “Allí es donde debemos tener mucho cuidado para seleccionar a la gente idónea.”.

El ministro de tierras señala cómo el problema del burocratismo esta poniendo en peligro el proceso cogestionario del país y afirma que hay un problema muy serio en la selección del personal que debe dirigir esto procesos, que muchos de ellos tratan de aprovechar de la revolución para “ganar indulgencias con escapularios ajenos”.

Sólo la clase trabajadora puede hacer una selección de personal adecuado democráticamente para llevar adelante los asuntos del estado. El ejemplo de Invepal.
El asunto de la selección de personal adecuado para llevar adelante el proceso revolucionario es una cuestión de vida y muerte para la revolución bolivariana. Sólo la más amplia democracia puede garantizar que esa selección de personal sea efectiva. De hecho, el principio de elegibilidad y revocabilidad en asamblea inmediata de cualquier dirigente o funcionario debe ser el punto central para que se de esa selección que debe realizar el pueblo y los trabajadores. Si un funcionario es elegido desde abajo y su actuación es opuesta a los intereses de la revolución, la base que es la que mejor sabe como ha actuado. Quién lo ha puesto en su cargo debe revocarlo. Esta es la práctica que debería llevar adelante la revolución bolivariana.

Desgraciadamente, todos los funcionarios designados por el Minep y por el Milco para llevar adelante el proceso de cogestión y de funcionamiento de las empresas de producción social , no han sido elegidos por los propios trabajadores y las comunidades. ¿Quien controla la actuación de esto funcionarios?. Y si esa actuación es negativa. ¿Quien los destituye?. La única manera de combatir a los burócratas y, a los “funcionarios fabricantes de mentiras”, a los arribistas, es desde la base y, particularmente, dando el poder de decisión , el control de las empresas a la asamblea de trabajadores –tal como de hecho planteó el propio Presidente Chávez cuando presentó por primera vez el modelo de cogestión revolucionaria- y que estos decidan que funcionarios son eficientes y cuales no.

Elias Jaua afirma que uno de los problemas de Invepal fue la debilidad del modelo de gestión como consecuencia de la división de los trabajadores. Seguramente Elias Jaua se refiere al proceso por el cual la antigua directiva de Covimpa fue destituida junto a dos directivos elegidos por los trabajadores para la Junta Directiva de Invepal que incluía a Edgar Peña el Presidente de la empresa.

Desafortunadamente, el ministro interpreta mal lo que sucedió en Invepal. En Invepal se puso de manifiesto lo efectivo del control obrero, de la democracia de los trabajadores , cuando estos , tras 7 meses de conflictos con Peña y Hornebo decidieron revocarlos y finalmente expulsarlos de la cooperativa. En Invepal se formó una burocracia en la directiva de la cooperativa que amenazaba el futuro y la viabilidad de la empresa. Esta burocracia condujo a una crisis económica a Invepal.

En cualquier otro organismo del estado esa burocracia se hubiera enquistado. Si no es por la intervención correctora de los propios trabajadores, al final Invepal hubiera terminado como el Central Azucarero Ezequiel Zamora. De hecho los trabajadores entendieron mejor que el propio Elias Jaua o Maria Cristina iglesias el carácter de esta burocracia que se había formado y que ponía en peligro un proyecto estratégico del Presidente Chávez y los expulsaron de la cooperativa. Peña y Hornebo eran de ese tipo de personas de que habla Jaua que “sólo tratan de aprovecharse de la circunstancia para escalar posiciones , sin respetar ni siquiera al líder del proceso que es el presidente Chávez”.Y los trabajadores Invepal fueron los que los eligieron y cuando vieron que no seguían lo dispuesto por los trabajadores y el presidente Chávez , los pusieron en su sitio. Es erróneo que en Invepal hubiera división entre los trabajadores. La revocación de Peña y Hornebo se aprobó con más del 80% de los votos de los trabajadores, la gran mayoría de los cooperativistas de Covimpa.

Lo que muestra la experiencia de Invepal como lección más importante para la revolución bolivariana es que la selección de personal para la administración de la industria y del estado debe dejarse en manos de la clase trabajadora a través de asambleas de base permanentes. Todo funcionario debe ser elegido y revocable desde esas asambleas y además su salario no debe ser mayor que el de un trabajador medio. Toda pretensión de intentar controlar a la burocracia sin permitir el control de los trabajadores terminará en un fracaso y un mar de lágrimas. No se puede controlar y derrotar el burocratismo con métodos administrativos, sólo mediante la democracia obrera.

Incluso los sectores revolucionarios dentro del aparato del estado no podrán vencer a los sectores burocráticos y de la IV Republica que sabotean las iniciativas revolucionarias , si no se apoyan en la organización y cohesión de la clase trabajadora para crear un nuevo aparato estatal revolucionario. La clase trabajadora, a causa del el papel que juega en el proceso productivo, es el único sector de la población venezolana que puede crear un aparato estatal revolucionario desde la base. Las comunidades y los sectores populares podrán organizarse sólo después de que lo haya hecho la clase trabajadora, sobre la base de su ejemplo. Los campesinos y los soldados se pudieron organizar en soviets (consejos) durante la Revolución Rusa de 1917 sólo después de que la clase trabajadora se organizara en Soviets en las ciudades. Este es un punto central que debe entender todo revolucionario bolivariano y socialista.

Elias Jaua plantea otro idea completamente correcta: la de la falta de una adecuada formación socio política por parte del gobierno en el caso de Invepal , y refiriéndose al modelo cogestionario en general habla de “una ausencia de conciencia política sobre estos modelos”. Es enormemente positivo que el Ministro haya abierto el debate acerca del modelo cogestionario y los problemas que lo aquejan.

¿Porqué han surgido problemas en las empresas en cogestión y cómo resolverlos?

El primer problema es que ese modelo cogestionario se pretendió construir sobre la base del cooperativismo o de la cogestión del estado con cooperativas. Esta es la base de todos los problemas (además del burocratismo) del modelo de cogestión. Una mejor formación política de los funcionarios del gobierno les hubiera hecho ver que ese modelo iba a generar enormes problemas. El primero es que una cooperativa sigue siendo una empresa capitalista. Y hay una experiencia histórica de cual es el desarrollo del cooperativismo bajo el capitalismo. Una cooperativa, o quiebra bajo la competencia capitalista, o se transforma en una empresa capitalista más tarde o mas temprano.

Como señalaba la CMR en un artículo titulado Las empresas en cogestión y ocupadas en Venezuela, la lucha por el control obrero y el socialismo: “…Si ,además, la cooperativa nace con una deuda con el estado que debe ir devolviendo progresivamente a medida que mejore su cuenta de resultados y la inversión en nuevas máquinas o derechos sociales de los trabajadores como el HCM, etc. dependen también de la posibilidad de la cooperativa de obtener beneficios compitiendo con las empresas capitalistas en el mercado, la presión para que un sector de trabajadores pueda desviarse del contenido revolucionario y socialista del proyecto y asumir prácticas capitalistas es enorme Esto es lo que ha ocurrido una vez tras otra siempre que se ha intentado desarrollar cooperativas en el marco del capitalismo. La mayoría se arruina, las que logran sobrevivir reproducen en su interior todas las prácticas del sistema. Se sustituye un capitalista por decenas o centenares de pequeños capitalistas, según el tamaño de la cooperativa. Cuando la empresa necesita contratar mas trabajadores, los cooperativistas (o al menos, en un principio, un sector de ellos) se negará a incorporarlos a la misma, pues su ingreso va en detrimento de los beneficios e ingresos totales y por tanto de cada uno de sus miembros (hay que repartir entre más).

Esto amenaza con establecer castas entre los trabajadores. La visión de muchos trabajadores de la cooperativa, y muy especialmente de la dirección, pasará por demostrar al estado que los trabajadores son capaces de producir más y mejor que los capitalistas, que son buenos gestores y pueden hacer la empresa más productiva. Al mismo tiempo, la competencia en medio del mercado capitalista lleva tanto a la auto-explotación de los trabajadores cooperativistas como a la explotación de los contratados. Es el resultado inevitable de la búsqueda de un mayor beneficio a un menor costo, para no sucumbir en el mercado mundial. Siempre habrá alguien entre los trabajadores dispuesto a encargarse de organizar esa sobre- explotación, esa búsqueda de un mejor resultado económico, de trabajar a un menor costo.

También habrá siempre alguien dispuesto a responder a las protestas de otros compañeros con despidos, amenazas, etc; como ocurrió ,lamentablemente, con los camaradas que fueron despedidos de la planta de Maracay por alguno de los miembros hoy revocados de la Junta Directiva de Invepal. La diferenciación entre los propios trabajadores, que empieza siendo primero funcional, termina con la formación de una casta que acaba siendo el germen de los futuros “dueños” de la cooperativa y de la empresa”.
El nuevo modelo productivo del país no se puede construir sobre la base de cooperativas , del mismo modo no se puede construir sobre la base de ninguna colaboración con los capitalistas.

¿Qué “funcionario fabricante de mentiras” como señala Elias Jaua , engañó al Presidente Chávez con la idea de que el estado comprara una fabrica abandonada durante 14 años como era Hilanderías Tinaquillo (la que pretende ser Invetex) que no es más que un montón de chatarra para hacer una “cogestión” con una familia como los Mishkin, que construyeron su fortuna sobre la base de acumular subsidios de la IV República y desmantelar el sector textil despidiendo a miles de trabajadores?.
Esta pregunta está inserta en una cuestión más general: esto es, si es posible construir el socialismo del siglo XXI junto al capitalismo, si es posible una economía socialista con capitalistas; aquí el debate ideológico se debe profundizar en el seno de los revolucionarios bolivarianos. La causa fundamental de la crisis venezolana que heredo la V republica es que la clase capitalista, la oligarquía criolla es incapaz de hacer avanzar Venezuela .Es incapaz de desarrollar la industria, la agricultura , la vivienda , la sanidad , etc. La iniciativa privada, el libre mercado, el capitalismo de estado, arrojó a Venezuela al abismo. La oligarquía criolla es una clase parasitaria, que especula y que lleva toda su existencia siendo testaferros de los imperialistas en el saqueo del país.

Conclusión

La revolución no va a cambiar la conducta de los capitalistas. Al contrario, como demuestran estos años, la oligarquía odia y teme la revolución bolivariana y va a hacer todos los intentos para tumbarla, porque los capitalistas no pueden tolerar un pueblo consciente y organizado que defiende sus derechos, sus reclamos y no deja que lo pisoteen. Por ello la huelga de inversiones de los empresarios venezolanos en estos 7 años de Gobierno del Presidente Chávez que no va a cambiar por muchos llamados a invertir que se hagan.
Sólo la clase trabajadora, aliada con los sectores populares y los sectores revolucionarios que ocupan posiciones dentro del estado, puede hacer avanzar a la patria de Bolívar y terminar con todas las lacras heredadas del capitalismo y de la IV Republica erigida precisamente por los capitalistas para defender su dominación.

El ministro Elias Jaua como conclusión a sus opiniones , señala según el articulo que “..entre otras medidas a tomar para evitar nuevos errores (en estos proyectos que anuncia el Presidente) , debería tomarse en cuenta que no se vuelva a realizar ningún nuevo proyecto mientras no exista la certeza de los tiempos de ejecución y si no hay claridad en los procesos administrativos y legales que permitirán una perfecta planificación de lo ejecutado” . Todo esto es perfectamente justo. ¿Pero quién garantiza que los plazos se cumplan , que haya claridad y que se planifique lo ejecutado?. ¿Quién controla estos procesos?. Desde el inicio del proceso de cogestión en Venezuela una parte importante de los funcionarios y responsables nombrados al efecto por el gobierno han demostrado no ser los mejores para esa tarea. Hay que permitir que sean los propios trabajadores y comunidades las que decidan como hacer las cosas, que tomen su destino en sus manos con todos los errores y correcciones necesarias (pues eso es una revolución) y sean ellos los que elijan quienes están al frente del proceso cogestionario en Venezuela y como este se lleva a cabo.

Confiar en la capacidad de los trabajadores venezolanos es la única garantía de que los proyectos del Presidente Chávez lleguen su destino y a su hora. Con la toma y ocupación de empresas, la clase obrera venezolana ha iniciado sus primeros pasos hacia el poder. Algunos trabajadores tropezarán, otros se caerán, pero entre todos, aprenderemos de los errores y ayudaremos a seguir el camino que conduce sin la menor duda al triunfo del socialismo en Venezuela.