El miércoles 12 de julio, militantes de Hezbolá atacaron a las fuerzas israelíes en la frontera libanesa. Atacaron dos vehículos Hummer israelíes, hirieron a varios soldados, mataron a siete y secuestraron a dos. Y dispararon varios misiles Katyusha El miércoles 12 de julio, militantes de Hezbolá atacaron a las fuerzas israelíes en la frontera libanesa. Atacaron dos vehículos Hummer israelíes, hirieron a varios soldados, mataron a siete y secuestraron a dos. Y dispararon varios misiles Katyusha contra varios pueblos de la Alta Galilea.
Desde hace mucho tiempo los marxistas hemos dicho que Oriente Medio es un polvorín a punto de explotar. Las contradicciones se han extendido, la clase dominante imperialista israelí está provocando constantemente a Irán, Siria y a los palestinos, de este modo tiene una excusa para llevar a cabo la guerra contra la población de Oriente Medio, además de silenciar la oposición interna hacia su política. Hace poco más de dos semanas, Israel comenzó una campaña de terror en Gaza, destruyendo puentes, centrales eléctricas y asesinando a civiles. Se han producido varios enfrentamientos entre fuerzas israelíes y combatientes palestinos en los que han muerto decenas de palestinos y soldados israelíes.
El ataque de Hezbolá fue, a pesar de las ridículas pretensiones de los comentaristas pro-imperialistas, una respuesta a la agresión israelí en Gaza. Ninguna persona racional podría dudar de esto. Como explicamos en otros artículos, los recientes ataques “terroristas” contra Israel, en realidad legítimos, fueron operaciones guerrilleras provocadas enteramente por la agresión israelí. Las fuerzas israelíes tienen como objetivo a civiles mientras que las guerrillas palestinas en este caso sólo han atacado objetivos militares. Hezbolá no atacaba Israel desde su salida del sur del Líbano con el gobierno Barak en mayo de 2000. Intentar decir que estas dos cosas no están totalmente relacionadas es digno de la propaganda reaccionaria.
A pesar de todo esto, Israel aprovechó la oportunidad para iniciar un ataque masivo contra el Líbano, culpando al colaboracionista gobierno pro-estadounidense, de este ataque. Está utilizando la excusa de que el gobierno libanés es responsable de cualquier ataque lanzado desde su territorio. Israel ha divido Líbano en varias zonas de fuego. Las fuerzas aéreas y navales israelíes, además de las terrestres, están “rastreando” agentes de Hezbolá, en realidad atacando Líbano y aterrorizando a la población.
Cada vez está más claro que todo el caso de Gilad Shlait es sólo una excusa y que este secuestro también se podía haber evitado. Una vez más, las Fuerzas de Defensa Israelíes decidieron sacrificar soldados comunes para tener una excusa para atacar. Muchos se preguntan ¿cómo un pequeño grupo de combatientes de Hezbolá consiguieron cruzar la frontera y hacer una emboscada a los soldados israelíes? El laborista Yuli Tamir ya ha mencionado que hubo un conocimiento previo de que algo parecido iba a ocurrir en una entrevista en Channel 2 News. Algunos comentaristas de izquierdas han mencionado que los generales pueden haber permitido este ataque no sólo para atacar Líbano, sino también para evitar nuevos recortes en el presupuesto de defensa (hace unas semanas el presupuesto de defensa se redujo en medio millón de shekels, una cantidad pequeña, aunque en contra del ministro de defensa Amir Peretz que había prometido anteriormente reducir este presupuesto para aumentar el gasto social). La siguiente pregunta sería ¿por qué las fuerzas israelíes sólo comenzaron a atacar horas después del secuestro?
Hezbolá y el discurso de Nasrallah
Hezbolá es una organización nacida de la resistencia popular contra la ocupación israelí del sur del Líbano en 1982. Es una organización reaccionaria, que se basa en una doctrina fundamentalista islámica similar a la del régimen iraní. Ha sido responsable de muchos ataques contra el ejército israelí en el sur del Líbano. A pesar de su ideología reaccionaria se ha centrado en la guerra de guerrillas (frente al terrorismo) e incluso ha condenado varios atentados terroristas, incluido el 11-S.
Nassan Nasrallah, líder de Hezbolá, hizo una declaración el 12 de julio donde decía que el objetivo del ataque era obligar a Israel a liberar varios prisioneros libaneses encarcelados en Israel. Dijo que aunque Hezbolá está dispuesta a hacer un intercambio y aceptar un alto el fuego, también está dispuesta a defenderse de los ataques israelíes. No es un farol, Hezbolá es una organización poderosa, con raíces entre la población libanesa del sur y ciertamente puede luchar contra el ejército israelí.
Nasrallah no es un revolucionario y por lo tanto no apela a las masas iraníes o las masas del resto del mundo. Apela al gobierno israelí, al parlamento europeo y a la clase dominante libanesa para formar un “gobierno nacional”. Su perspectiva es nacionalista y el tipo de lucha que lleva a cabo es la de una guerrilla pequeño burguesa y no un movimiento proletario. Sin embargo, Hezbolá expresa la auténtica furia de las masas libanesas contra el reaccionario gobierno israelí y su represión de los palestinos. No ataca civiles sino a soldados. La indignación moral está fuera de lugar y es verdaderamente obra de reaccionarios burgueses hipócritas.
Nasrallah está muy dispuesto a liberar a los prisioneros. Si al gobierno israelí realmente le importara los soldados negociaría la liberación de los prisioneros. Sin embargo, el gobierno israelí no representa al pueblo israelí sino a la burguesía y sus aspiraciones imperialistas. Atacará a Hezbolá y ésta contraatacará, y el baño de sangre continuará. Si Nasrallah apelara a las masas israelíes podía haber evitado este ataque e incluso podían haberse puesto de su lado. Pero como él no representa a las masas proletarias sino a los reaccionarios islámicos pequeño burgueses, entonces esto no ocurrirá.
Un “gobierno de emergencia”: metiendo a la extrema derecha por la puerta trasera
El partido conservador Likud y los nacionalistas de extrema derecha israelíes del Beiteinu, tomaron la iniciativa de proponer un “gobierno de emergencia”, un gobierno amplio nacional en el que serían bien recibidos por partes del Kadima y la derecha del Partido Laborista. El presidente del Likud, Binyamin Netanyahu, dijo que prefiere apoyar el gobierno desde fuera, sin embargo, la mayoría de los dirigentes del Likud dijeron que están dispuestos a entrar en el gobierno. El semifascista NRP/Unión Nacional dijo que está dispuesto a entrar en el gobierno incondicionalmente a cambio de una acción masiva en Gaza y Líbano.
La derecha está intentando recuperar el poder perdido. Se habla de echar al presidente laborista Amir Peretz de su cargo como ministro de defensa y sustituirle por un ex-general, muchos del ala de derechas laborista están a favor, por no mencionar a los dirigentes del Kadima. Si esto sucede entonces la clase dominante israelí tendrá ya un gobierno tremendamente impopular ante las masas israelíes. Aunque los marxistas sabemos que la presencia de dirigentes socialdemócratas en gobiernos burgueses no es beneficioso sino perjudicial para los intereses de los trabajadores, no tenemos duda de que un gobierno de la derecha y la extrema derecha, realmente semifascista, sólo puede empeorar las cosas.
Este gobierno combinaría una política exterior agresiva como una política social agresiva, es decir, atacaría más allá de las fronteras de Israel mientras que al mismo tiempo continua atacando los derechos sociales de los trabajadores israelíes. A corto plazo, esto tendría un efecto desmoralizador, pero finalmente clarificaría donde están cada una de las clases y obligaría a los trabajadores de Israel a luchar contra sus propios opresores de clase.
La declaración más reveladora con relación a esto fue la del presidente de Beiteinu Israel, Avigdor Liberman. Liberman dijo que estaba dispuesto a entrar en el gobierno y pensaba que se debería formar un gobierno similar al de 1967, antes de la Guerra de los Seis Días. El mensaje es claro: la clase dominante israelí está preparándose para una guerra de conquista.
Una salida
Mientras se escribe este artículo, estamos recibiendo constantemente noticias sobre la situación. En cada uno de los aspectos, los acontecimientos recientes confirman nuestras perspectivas con relación a Oriente Medio. La clase dominante israelí ha ido a la guerra para reprimir más tanto a los trabajadores israelíes como a las masas palestinas. Los regímenes árabes reaccionarios sólo pueden ayudar haciendo declaraciones aún más provocativas. Temen a los trabajadores israelíes como a los de cualquier otra nación. La degeneración del capitalismo a escala mundial ha provocado este desastre. Sólo sustituyéndolo por el socialismo podemos tener esperanza en un futuro mejor.
La sociedad israelí no es un bloque. Está la clase dominante imperialista israelí, pero también están los trabajadores y los pobres, que sufren la política del gobierno. Los políticos burgueses les quieren hacer creer que este gobierno les representa. Están furiosos y no confían en su gobierno. Creemos que es el momento en que la mayoría de los israelíes deben de dejar de apoyar las acciones de su gobierno.
En este contexto merece la pena mencionar un incidente que ha ocurrido hoy. Cuando dos periodistas de Channel 10 News discutían la negativa de Olmert a liberar los prisioneros palestinos a cambio de los soldados israelíes, ellos dijeron que esta política sólo lleva a más destrucción y polemizaron contra la política reaccionaria de Olmert, aunque por supuesto de una manera tímida.
Vamos a pasar un período muy duro. Es posible que el gobierno durante un período pueda avivar los sentimientos reaccionarios dentro de la sociedad israelí. Aunque esta guerra es probable que sea muy brutal, pero al final se demostrará que nuestro análisis es correcto y que la clase obrera israelí tarde o temprano se levantará contra este régimen burgués. En Rusia, justo antes de la revolución de 1905, la mayoría de los trabajadores rusos habían sucumbido ante la posición chovinista del régimen. Lo mismo ocurrió en la mayoría de los países europeos durante la Primera Guerra Mundial, pero en pocos años, al final de la guerra, hubo una oleada revolucionaria en todas partes, con su punto álgido en la Revolución Rusa.
¡No a la guerra imperialista!
¡No a las masacres nacionalistas!
¡Por una revolución socialista y la creación de una Federación Socialista en Oriente Medio!