la lucha de las masas mexicanas contra el fraude está siendo una inspiración y un ejemplo para los revolucionarios de todo el mundo. Nuestros camaradas mexicanos de la Tendencia Marxista «Militante» fueron la única tendencia que previó lo que iba a viernes, 15 de septiembre de 2006
Al caer la noche, los últimos movimientos del desmontaje de nuestra carpa no dejan de provocar un sentimiento nostálgico. Han pasado apenas 45 días pero han parecido meses y años. La blanca carpa de Militante ya no está de pié, el mega plantón perredista del corredor Zócalo – Reforma se levanta como señal de que el movimiento pasará a otra etapa. Ahora la blanca carpa de Militante yace guardada para muy rápidamente volver a instalarse ahora en la Convención Nacional Democrática.

Momentos históricos pasamos en estos 45 días; ha sido como poder palpar la historia sin necesidad de leerla en los libros. Con la fuerza que se demostró el 30 de julio con tres millones de personas en el mitin de AMLO, quizás se pudiera haber evitado el plantón si se hubiese optado por estallar una huelga general que habría llevado el movimiento a la posibilidad de la toma del poder por parte de los trabajadores del campo y la ciudad, una medida como la huelga general habría aglutinado a muchos más sectores de la población, incluido sectores del Ejército -por cierto cuya mayoría de la tropa votó por el PRD-, y habría acallado a los repulsivos sectores de la pequeña burguesía que se lamentaban amargamente de los embotellamientos vehiculares. Sin embargo, el plantón jugó su papel formativo para los sectores avanzados de nuestra clase en el sentido de que dejó claro que fue insuficiente, que era necesario ir más allá, que si se tenía la capacidad para levantar y mantener un megaplantón, con una orientación correcta, de clase, hacia los sindicatos y hacia el Ejército, se tiene la capacidad de poner en jaque al Estado burgués, se tiene la capacidad de tomar el poder por parte de los trabajadores del campo y la ciudad.

Arrojando a la superficie contradicciones acumuladas por años, estalló el movimiento contra el fraude electoral, desatando una inconmensurable fuerza de las masas trabajadoras de este hermoso país, y, pasó a través del Partido de la Revolución Democrática, de ese PRD del que somos orgullosamente fundadores, del que tiene en sus cimientos la sangre de 600 camaradas, de ese que representa la esperanza de millones, de ese que a pesar de su dirección reformista y conciliadora, ha sido, es y será usado y rescatado por los trabajadores del campo y la ciudad como un instrumento de lucha, precisamente como los marxistas habíamos venido previendo y explicando pacientemente desde hace ya poco más de década y media. La realidad nos ha dado la razón.

Nos instalamos una fría y lluviosa noche de inicio de agosto, elegimos cuidadosamente el sitio, un sitio estratégico por el que transitan día a día miles y miles de personas. Nos ubicamos a 100 metros del Eje central Lázaro Cárdenas sobre la histórica calle Madero que es un paso clave de camino al Zócalo capitalino, en la base de la que por décadas fuese la torre más alta de América Latina, la "Torre Latino", frente al Banco de México, a diez pasos del famoso Sanborn"s de los Azulejos, el mismo donde alguna mañana desayunara Emiliano Zapata, a 300 metros del excelso Palacio de Bellas Artes. Allí estuvimos día y noche estos 45 días que han sido toda una escuela para los sectores avanzados de nuestra clase.

En una carpa blanca de 20 metros cuadrados, más o menos de tres de fondo por seis de ancho, pusimos en la parte frontal una hilera de mesas en las que colocamos el fértil material teórico de la Fundación Federico Engels – México, por cierto, que se vendió muchísimo durante el plantón, lo cual es muy importante pues los marxistas de Militante no recibimos subsidio de nadie y sólo obtenemos dinero de parte de nuestra propia clase. Si veías de frente a la carpa blanca de Militante, en la parte del fondo del lado izquierdo estaba permanentemente armada una pequeñita tienda de campaña azul que noche a noche albergaba a los camaradas que hacían guardia. Hacia la media noche cerrábamos la carpa y extendíamos una segunda tienda de campaña, siempre nos mantuvimos un mínimo de seis camaradas en las guardias. Durante el día la actividad siempre se mantuvo consistente, desde temprano comenzaba a transitar la gente, muchos miraban, curioseaban nuestros materiales, muchos lo hacían más detenidamente y entonces los abordábamos iniciando una conversación que muchas veces derivaba en que sacábamos los datos de la persona para darle seguimiento como contacto, les invitábamos a las actividades de la carpa blanca de Militante, materialmente tapizamos el mega plantón con carteles que anunciaban nuestras actividades, muchas actividades durante el día, charlas, videos, conferencias de variados temas, por supuesto de la situación del movimiento, pero también sobre diversos temas de interés proletario, explicamos el proceso revolucionario en América Latina, explicamos incluso algunos tema de carácter teórico o histórico, como las experiencias de Bolivia, Venezuela, Cuba, Chile, la mujer trabajadora, los errores de los métodos de Gandhi, y un largo etcétera.

Un elemento muy importante es que las charlas se convertían en auténticos foros de debate político, donde los asistentes reunidos a un costado de la carpa blanca de Militante en cantidad de decenas, tomaban el micrófono e intervenían expresando sus ideas, sus pensamientos, sus aspiraciones. Se hacían valiosísimos mítines varias veces al día que expresaban claramente el proceso molecular de la revolución, los sectores avanzados de nuestra clase obteniendo y expresando conclusiones revolucionarias. Nuestra carpa fue un auténtico centro de agitación y debate político que se levantó como un referente para miles, y como muestra está la evidencia de que una de nuestras consignas es popularmente coreada: "Si no hay solución, habrá revolución". Es sintomático que esta consigna esté ganando eco entre las masas incluso más que nuestra consigna de la huelga general.

Siempre mantuvimos una nutrida asistencia a las tareas de la carpa, tuvimos un control detallado y profesional de las ventas de nuestros materiales, miles de periódicos, miles y miles de volantes, centenares de libros y documentos eran disciplinadamente registrados en unos formatos de control. La disciplina militante nos diferenció no sólo por la pujante e inspiradora juventud de nuestras filas, no sólo porque fuimos sin duda el único campamento en el que se debatieron ideas de forma organizada, preparada, sistemática, consistente, sino por el enorme entusiasmo con el que participamos. Cabe destacar el orden y limpieza de la carpa, especialmente cuando al frente de la responsabilidad estaban nuestras compañeras. Daba gusto llegar a la carpa porque siempre había un nutrido grupo de compañeros atendiendo las tareas, debatiendo, comentando, hablando con la gente que se aproximaba, escuchando y explicando ideas, gritando consignas, vendiendo el periódico. En estos 45 días crecimos en calidad y cantidad, en estos 45 días nos hicimos más amigos, más compañeros, estrechamos y ampliamos lazos con muchos sectores del movimiento, en estos 45 días Militante profundizó su radio de influencia, estamos en las entrañas de la lucha de clases de este país. Es por eso que nos atacaron desde El Universal, intentando vincularnos con la guerrilla del EPR, intentaron hacernos ver como un grupo "violento", porque la burguesía quiere desligarnos del movimiento vivo de nuestra clase obrera, porque estamos en el movimiento fertilizándolo con el programa del marxismo, porque vinculamos las necesidades inmediatas de nuestra clase con la necesidad de la transformación socialista de la sociedad, porque explicamos con mucha claridad cuales son los métodos correctos que el movimiento debe tomar. Si los perros ladran, señal de que avanzamos.

Hubo varios momentos cumbre en estos 45 días, pero quiero referirme al del 1° de septiembre, cuando se evitó que Fox rindiese su informe de mentiras. Fue una tarde lluviosa, como muchas de las tardes y noches lluviosas que tuvimos que enfrentar y que tenían su relativo impacto en las noches de guardia. El ambiente se respiraba candente, la gente quería acción. Sectores enteros nos preparamos para enfrentar la represión. Días antes entre los campamentos se corría el rumor de que vendría un desalojo violento. La situación del movimiento insurreccional en Oaxaca con represión mortal se erigía como un escenario posible, unos días antes, el 25 de agosto, nos habían atacado públicamente desde las páginas de El Universal como "aliados tácticos del EPR". El 1° de septiembre intervenimos maravillosamente. Quiero dejarlo plasmado en estas letras porque fue realmente inspirador. Decenas y decenas y decenas de compañeros, muchos de ellos caras nuevas, recientes altas a nuestras filas, con el brazo en alto mostrando Militante y el grito combativo explicando ideas, organizados disciplinadamente por brigadas profesionalmente planificadas que abarcaban diversas zonas territoriales, de forma tal que nos incrustamos en la asamblea como un mecanismo de relojería, podías ver cada 50 metros a un camarada nuestro vendiendo el periódico y repartiendo volantes. Llegó el momento en el que AMLO mandó al diablo a las instituciones y puso a consideración de la asamblea el ir o no al Congreso. El operativo del Estado burgués para contener el movimiento fue una medida del terror ante la fuerza de la clase trabajadora organizada en torno al PRD y a AMLO, fue un operativo tremendo. Miles de policías, tanques antimotines, cercas de acero. Corría el rumor de francotiradores apostados en los techos de los edificios, cosa que no se comprobó, pero era parte del ambiente de tensión.

Vendría después el balde de agua fría. No iríamos al Congreso. AMLO decidió así, ya que temía que la represión llevase al movimiento fuera de su control. Sin embargo, los diputados y senadores del PRD impidieron que Fox tomase la tribuna. El momento dio la vuelta al mundo. Al caminar por los campamentos del plantón en Madero, se podía observar y palpar un ambiente de euforia. ¡Era una fiesta! A través del kilómetro de longitud que tiene la adoquinada calle Madero cubierta por enormes carpas de quince metros de alto, estaban apostadas siete televisiones y varios puntos más transmitiendo por radio a través de enormes bocinas. En cada punto había una multitud de varios cientos escuchando, viendo cómo se tomaba la tribuna. Gritos, euforia, alegría desbordada. Todo Madero era un festín, un triunfo, una victoria de las masas trabajadoras. ¡Duro, duro, duro! ¡No están solos, no están solos! Y efectivamente, los diputados sin el movimiento de masas no habrían podido hacer tal hazaña. Así, la toma de la tribuna aplacó la ofuscación de no haber ido al Congreso. Los marxistas comprendemos los procesos de conciencia de las masas. Hay una enorme ilusión en AMLO, sectores amplios de trabajadores lo adoran, simplemente lo idolatran, hacen escapularios de AMLO, canciones de AMLO, souvenirs de AMLO, acudieron "religiosamente" a las asambleas informativas todos los días con ferviente fe y esperanza, se desvelaron, mal comieron, sufrieron las recurrentes lluvias de agosto. ¡Por fin! alguien les representa, les defiende y se pone al frente de la lucha, ¡por fin, carajo! El éxito de AMLO consiste en el hecho de que es la personificación del primer movimiento nacional de masas después de décadas, lo que ha colocado ahí a AMLO es el movimiento instintivo de la clase obrera y el campesinado pobre, esto representa los primeros movimientos de la conciencia de las masas de cara a la inevitable revolución socialista.

Ahora, mientras se escribe este texto, los medios anuncian que Fox decidió no dar el Grito de Independencia en el Zócalo capitalino sino en Dolores Hidalgo Guanajuato. Una victoria más del movimiento, una derrota más a la larga lista del gobierno Fox. Mañana 16 de septiembre, la celebración de la Convención Nacional Democrática, sin duda un acontecimiento histórico que puede ir mucho más allá si se le dota de un contenido de clase, si se asume un programa socialista de transformación social. Militante tendrá una intervención potente, muy potente en la Convención. Este proceso de lucha social está en ciernes, grandes acontecimientos están por venir, Calderón no terminará su sexenio, es inevitable una confrontación entre las clases de mayor magnitud a lo que hemos visto hasta ahora, y la carpa blanca de Militante seguirá erupcionando las ideas del auténtico marxismo en el seno del movimiento de masas.

¡Vivan los trabajadores y la juventud!

¡Es necesaria una Huelga general!

¡Por una Convención Nacional Revolucionaria!