Nosotros los trabajadores de la empresa en cogestión INVEVAL hemos decidido dar a conocer públicamente la constitución, el pasado día 26 de enero del presente año, del Consejo de Trabajadores de esta empresa con el objeto de dotar a la misma de una d Nosotros los trabajadores de la empresa en cogestión INVEVAL hemos decidido dar a conocer públicamente la constitución, el pasado día 26 de enero del presente año, del Consejo de Trabajadores de esta empresa con el objeto de dotar a la misma de una dirección colectiva y revolucionaria, cónsona con las mejores tradiciones de democracia obrera y en sintonía con los lineamientos dados por el presidente Chávez en su anuncio de los “cinco motores constituyentes” para avanzar hacia el socialismo del siglo XXI, luego especificados en el área laboral por el ministro del Trabajo, José Ramón Rivero, cuando llamó a la creación de Consejos de Trabajadores en todas las fábricas, tanto públicas como privadas. En abril de este año se van a cumplir dos años de la expropiación de la antigua CNV y de la creación de INVEVAL como empresa endógena y cogestionaria que, junto con INVEPAL, dio comienzo a una experiencia inédita en nuestra patria en donde por primera vez los trabajadores íbamos a tener participación directa en la gestión de una empresa. Es bien sabido por todos que luego del impulso inicial dado por el presidente Chávez, el proceso de la cogestión ha venido desarrollándose con altos y bajos, sin embargo, creemos que si algo ha demostrado este tiempo de cogestión revolucionaria es que los trabajadores sí podemos gestionar las empresas y que el Presidente Chávez no estaba equivocado cuando planteó esta propuesta e insistió en que las Asambleas de Trabajadores fuesen el máximo órgano de decisión en estas empresa y que, además, el presidente de cada una de las mismas fuese un trabajador elegido por sus propios compañeros.
En INVEVAL hemos venido tomando las decisiones en asamblea, debatiendo cada aspecto del trabajo, de esta forma hemos conseguido recuperar la empresa con un costo muy inferior al que se hubiese tenido de contratar la recuperación con empresas privadas como planteaban algunos funcionarios del Estado. Este trabajo se ha realizado con la imprescindible ayuda financiera del gobierno pero sin un efectivo acompañamiento de los funcionarios del Estado e incluso teniendo que vencer en bastantes casos la falta de confianza de éstos en nuestra capacidad para resolver los problemas. Al día de hoy la empresa se encuentra operativa y si no está en pleno funcionamiento es por esa falta de acompañamiento de la que hablábamos antes.
Estos problemas, que muchas veces son mostrados desde afuera, sobre todo por los capitalistas y sus voceros, como producto de la incapacidad de los trabajadores para dirigir empresas los señalamos nosotros, prácticamente, desde que el proyecto de cogestión revolucionaria nació, ya que sabíamos que iba a haber muchas dificultades y fallas, pero lo que ha fallado no ha sido precisamente el que, como propuso el Presidente, la Asamblea de Trabajadores fuera la máxima instancia de decisión o de que el presidente de cada empresa fuera un trabajador. Lo que ha fallado ha sido la forma jurídica y legal que se le dio a la cogestión revolucionaria y el hecho de que este embrión de socialismo que representa el modelo propuesto por el Presidente Chávez se haya mantenido limitado a un pequeño grupo de empresas y en medio de un marco general que sigue dominado por una legislación y un mercado capitalistas.
Hace unos meses fuimos testigos de cómo desde distintos sectores del gobierno se achacaban las culpas los unos a los otros diciendo que se había engañado al presidente dándole información falsa, que se les dio una responsabilidad a los trabajadores que éstos no estaban en condiciones de asumir, etc., etc. Muchos de estos funcionarios que criticaban con tanta ligereza se olvidaban que habían sido ellos los que diseñaron la política inicial bajo la cual se trató de enmarcar el proceso de construcción de las empresas cogestionarias, y que si esa política no ha dado los resultados esperados es porque esa política era equivocada: se trató de construir unas empresas donde prevaleciera el carácter social de las mismas, donde los trabajadores no fueran sólo la mano de obra que hace funcionar la fábrica sino que tuvieran una presencia significativa a la hora de tomar decisiones y dirigir la empresa, pero todas estas buenas intenciones se quisieron llevar a cabo dentro del marco legal capitalista, utilizando la figura de compañías comerciales que se rigen por una de las leyes más capitalistas que existen como lo es el Código de Comercio. Se impuso un modelo que es un híbrido entre socialismo y capitalismo. Se nos organizó a los trabajadores en cooperativas para participar como socios de unas empresas capitalistas. Las cooperativas pueden funcionar muy bien en un sistema de economía socialista pero en un sistema de relaciones de producción capitalistas, como el que aún tenemos en Venezuela, tienden a fracasar porque al tratar de competir en el mercado reproducen dentro de las cooperativas estas relaciones capitalistas.
En el programa Aló Presidente del domingo 28 de enero de este año, el propio presidente Chávez hizo unos comentarios referidos a las empresas INVEPAL e INVEVAL donde reconocía que había sido un error darle acciones de las empresas a los trabajadores, algo que nosotros ya venimos denunciando desde hace algún tiempo y que fue una de las consignas del encuentro del FRETECO en octubre de 2006. Es imposible construir el socialismo con las viejas estructuras capitalistas, y en esto está claro el presidente Chávez y es por ello que ha lanzado los cinco motores constituyentes para acabar con el Estado burgués. De todas las empresas cogestionarias quizás sea INVEVAL la que ha avanzado más lejos en el aspecto del control obrero, y la explicación no es muy difícil de hallar: de todas estas empresas es en la que la Asamblea de Trabajadores ha sido efectivamente la máxima instancia de decisión y en la que los burócratas han tenido menor participación a la hora de tomar decisiones, y no porque no lo hayan intentado sino porque cada vez se han encontrado con la férrea resistencia de un grupo de trabajadores con una alta conciencia política. En los hechos aquí se ha estado dando un control obrero donde las decisiones las tomamos en asamblea de trabajadores y ante la cual los compañeros que están al frente de las tareas de puesta en marcha de la planta deben rendir cuentas de sus acciones. Ante esta situación muchos de los funcionarios encargados de la parte estatal de la empresa parecieran haber optado por la estrategia de apostar a nuestro fracaso dejándonos solos en la tarea de poner a funcionar la fábrica. Para su frustración los trabajadores de INVEVAL sí hemos sido capaces de rescatar la empresa, tanto desde el punto de vista técnico, con el mantenimiento y recuperación de máquinas, equipos e instalaciones físicas como desde el punto de vista administrativo. Con ello hemos demostrado que los trabajadores podemos dirigir las empresas y no necesitamos de empresarios explotadores ni de sesudos burócratas para administrar y hacer funcionar las industrias.
Luego de la victoria popular aplastante del 3 de diciembre del año pasado, nuestro presidente Chávez ha lanzado la consigna de avanzar con toda firmeza y a paso redoblado a la construcción de la patria socialista. Los trabajadores de INVEVAL asumimos el reto. No queremos el modelo de cogestión que se nos ha impuesto, que es aquel en el que los trabajadores no tenemos participación decisiva en la gestión de las empresas y el esquema de una Junta Directiva compuesta por funcionarios designados a dedo por tal o cual Ministerio (el mismo modelo que ha fracasado durante años en las empresas públicas de todos los países capitalistas engendrando despilfarro, corrupción, burocratismo, etc), que no funciona ni funcionará, que es un camino directo al fracaso. El modelo al cual aspiramos y que consideramos fundamental para cambiar el rumbo del actual esquema cogestionario para hacerlo verdaderamente revolucionario y cónsono con la construcción del Socialismo del Siglo XXI pasa por llevar a la práctica los puntos que se aprobaron en el encuentro del FRETECO del 13 y 14 de octubre de 2006:
1. Las empresas cogestionarias deben ser propiedad del Estado, es decir, deben convertirse en empresas públicas y los trabajadores que laboramos en ellas, debemos pasar a ser trabajadores al servicio del Estado.
2. La producción y la administración de estas empresas debe estar bajo control de sus trabajadores para evitar que se degeneren sus objetivos bajo la administración de burócratas y tecnócratas que no se identifican con las mismas, que en muchos casos ni siquiera están comprometidos con el proceso revolucionario o que no lo comprenden y que en otras tantas ocasiones terminan reproduciendo hechos de corrupción dentro de la propia empresa.
3. En la dirección de las empresas cogestionarias deben participar, junto con los trabajadores, las comunidades organizadas (Consejos Comunales) de los sectores donde estén radicadas dichas empresas.
4. Esta medida debería concretarse en cada una de las empresas recuperadas en la conformación de un Consejo de Trabajadores compuesto por voceros elegibles y revocables en todo momento designados por la Asamblea de Trabajadores y que respondan periódicamente ante ésta.
5. Toda la producción de las empresas cogestionadas debe ser previamente planificada de acuerdo con las necesidades del Estado con el objeto de lograr su optimización y garantizar la colocación de dicha producción.
Es en el marco de estas ideas y de las líneas lanzadas por el presidente Chávez que decidimos constituir el Consejo de Trabajadores de INVEVAL, así como un batallón socialista para participar, igualmente, en la construcción del Partido Socialista Unificado de Venezuela, herramienta fundamental para la edificación de la patria socialista y bolivariana. Como ha dicho en más de una ocasión el Presidente Chávez: la revolución es de los trabajadores y del pueblo. Sólo si en la revolución mandamos los trabajadores y el pueblo, si los explotados la sentimos como nuestra y somos sus protagonistas y tenemos poder real de decisión, triunfaremos.
¡PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE!
¡POR LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA, LA INDUSTRIA BÁSICA Y LOS MONOPOLIOS BAJO CONTROL OBRERO!