200 mil obreros y campesinos se movilizan en contra del gobierno de Calderón.

 

La importancia de la movilización no sólo residió en la masiva asistencia ( 200 mil en la ciudad de México y otros cientos de miles en todas las ciudades importantes del país), sino por  la participación de las principales organizaciones sindicales y campesinas de México. La importancia de la movilización no sólo residió en la masiva asistencia ( 200 mil en la ciudad de México y otros cientos de miles en todas las ciudades importantes del país), sino por  la participación de las principales organizaciones sindicales y campesinas de México: Confederación Nacional Campesina; Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros; Unión Nacional de Organizaciones Regionales, Campesinas y Autónomas; Central Campesina Independiente; Unión Campesina Democrática; Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas; Diálogo Nacional, Unión Nacional de Trabajadores, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, Federación Nacional de Sindicatos Universitarios, Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios de la Educación Superior, Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana; Frente Sindical Mexicano. En suma se trata de la unión de fuerzas obreras y campesinas más importante desde hace décadas, lo cual es normal en la medida de que las agresiones de la burguesía se están danto en todos los planos y a todos los sectores de trabajadores.

Marcha combativa, símbolo de los tiempos que vienen

Uno de los aspectos que más llamaba la atención aparte de la inédita unión de fuerzas que en otros tiempos estaban confrontadas fue el carácter francamente desafiante de la mayoría de los trabajadores en contra del Gobierno de Felipe Calderón.

Los combativos campesinos provenientes de todos los estados de la republica eran saludados por decenas de miles de trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas y de militantes de la Convención Nacional Democrática y de las organizaciones populares del la ciudad. En todos los casos era evidente el ambiente de unidad y repudio a las políticas del gobierno espurio.

En el acto se declaró conformado  el "MOVIMIENTO NACIONAL POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA, LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES Y LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS" que como su nombre indica se trata de un frente de unidad de acción para afrontar los retos de una lucha que tendrá como escenario a todo el país y como protagonistas a todos los trabajadores organizados.

De entrada se han convocado a las movilizaciones del 7 de febrero, del 6 de marzo, del 18 de marzo, del 10 de abril y del 1° de Mayo.

Además de ello se ha diseñado una plataforma de lucha que abarca los principales aspectos de la lucha que el conjunto de los trabajadores organizados enfrenta: el campo, las relaciones laborales, la represión, etc.

La crisis del campo

 

Además del abandono histórico del campo mexicano, este sector de la producción ha tenido que padecer las graves secuelas que ha significado la casi década y media de libre comercio entre nuestro atrasado país y la principal potencia económica, los Estados Unidos, y Canadá. El saldo del TLC para el campo mexicano ha sido la destrucción de 2 millones de empleo del sector y la profundización de la miseria, situación esta última en la que se encuentra cuando menos el 70% de sus pobladores. Ello además de que se ha incrementado la concentración de la tierra de manera abierta o velada entre los grandes consorcios agroindustriales y el fortalecimiento y consolidación de monopolios como Mimsa y Maseca, los cuales controlan la inmensa mayoría de producción, procesamiento y comercialización de los principales granos. Una fenomenal dependencia alimentaría respecto al imperialismo yanqui, es otro de los saldos del TLC.

Para colmo de males, el 1 de enero del año en curso entró en vigor el llamado "arancel cero", recurso del TLC en el cual la apertura total de las importaciones agrícolas para las tres naciones que los integran, se extiende a todos los productos agrícolas que aun no estaban sujetos a este régimen, entre ellos el maíz y el fríjol.

Al parecer esta última medida es un acuerdo equitativo, pues se aplica por igual a los tres países que forma parte del TLC, sin embargo se trata de una acción totalmente desproporcionada que llevará al campesinado pobre a una situación de mayor ruina a la que ya padece, viéndose beneficiados solamente los agroindustriales y el imperialismo. Cualquier argumento a favor del TLC es mera hipocresía barata y cinismo sin escrúpulos dada la lamentable situación en que se encuentra el campo mexicano y las enormes diferencias y distancias que existen entre la agricultura de nuestro país y la del imperialismo yanqui: con el TLC el campo mexicano desindustrializado, de temporal y con escasa inversión, se ve obligado a competir contra la agricultura mas industrializada del planeta, tapizada con sistemas de riego y que recibe subsidios estratosféricos. A este último respecto, basta señalar que los subsidios para el campo en los Estado Unidos son 20 veces superiores a los que reciben los campesinos mexicanos.

Los campesinos mexicanos saben de lo nocivo que ha sido al TLC para ellos y sus familias y son concientes que el "arancel cero" para maíz y fríjol (los dos cultivos más importantes) se traducirá inevitablemente en una ruina mayor a la actual, es por eso que desde el 1 de enero pasado se lanzaron a las calles haciendo movilizaciones en diferentes ciudades, tomando carreteras y cerrando pasos fronterizos con los Estados Unidos.

Ahora la magnitud de las acciones de repudio al TLC se ha incrementado, quedando esto de manifiesto en la movilización de este 31 de enero en la Ciudad de México en la que participaron 200 mil trabajadores del campo y de la ciudad.

Una elemento a destacar de esta movilización es una abierta unidad de acción entre campesinos y obreros, pues además de las diferentes agrupaciones campesinas, en este acto de protesta fue por demás visible la participación de sindicatos incorporados a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) del Sindicato Mexicano de Electricistas, del magisterio democrático, trabajadores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, del INBA, entro otros, además de contingentes del Frente Francisco Villa, del PRD y el PT.

Los tiempos cambian, tambien en la CNC

Entre las organizaciones participantes es necesario destacar a la Confederación Nacional Campesina (CNC) la cual llevó el contingente más grande de entre los participantes en la movilización. La CNC durante muchas décadas, junto con la CTM, fue  uno de los principales pilares del PRI y del régimen. Sin embargo esta central campesina se ha visto obligada a salir a las calles a luchar contra la política que defiende el PRI y el actual gobierno panista. Dicha situación es importante recalcar pues es un termómetro con el que se puede medir muy bien el estado de ánimo y la temperatura existentes en el campo mexicano.

La CNC ha funcionado como una maquinaria de votos para el PRI y como contrapeso a los movimientos y luchas que de manera independiente se han desarrollado en el campo; también durante bastante tiempo ha sido un instrumento para darle legitimidad a las políticas de los diferentes gobiernos hacia ese sector de la población y de la producción. Sin embargo las cosas están cambiando y por mucho que lo deseen los dirigentes de la CNC, su papel como herramienta de control social en el campo se está desmoronando a un ritmo preocupante para el PRI, Calderón y la burguesía. Todo ello debido a la enorme presión que existe desde abajo, entre la base social de campesinos que integran a la CNC, para pasar a la acción ante la bancarrota del campo.

A tal grado son esas presiones que a diferencia de otros dirigentes que participaron como oradores en el mitin del Zócalo capitalino, sitio que tuvo como punto de arribo la movilización, Cruz López Aguilar, dirigente de la CNC, sí demando la caída de Alberto Cárdenas como secretario de Agricultura.

Lo importante a destacar en este caso no es lo que diga o haga el dirigente de la CNC, sino lo que lo está atrás obligándolo a actuar de esa manera y a hacer declaraciones y exigencias que en el pasado reciente serían inimaginables en voz de quien está al frente de esta central campesina. Y lo que está atrás de ello es la lucha de los campesinos de esta confederación por romper toda clase de ataduras y frenos que le impiden lanzarse decididamente en defensa de sus intereses, todo ello producto de su enorme descontento social. Lo que está pasando al interior de la CNC refleja el sentir y el ambiente que existe entre amplias capas del campesinado mexicano.

El deseo de luchar y trasformar su amarga realidad por parte de los campesinos, quedó totalmente nuevamente en evidencia con la magnifica movilización de este 31 de enero. Se trató de una de las movilizaciones campesinas más combativas y militantes de los últimos años.

Respuesta hipócrita del gobierno

La respuesta por parte del gobierno ante esta movilización fue la de llamar al dialogo y a una reunión con las organizaciones campesinas para el próximo 6 de febrero, en la cual participaran las secretarias de Agricultura, la de Economía y la del Trabajo. Pero este llamado no es otra cosa mas que una burda maniobra para ganar tiempo esperando a que le movimiento se debilite y otra mas de las de las diferentes declaraciones cínicas e hipócritas por parte de régimen en el sentido de manifestar sus deseos por solucionar la problemática del campo.

La hipocresía del gobierno nuevamente quedó inmediatamente en evidencia, pues al mismo tiempo que el gobierno de Calderón llamaba al "dialogo", Germán Martínez Cázares, presidente nacional del PAN, hacia declaraciones en el sentido de que su partido cerraría filas en torno al secretario de agricultura, Alberto Cárdenas, y que se opondría tajantemente a cualquier clase de revisión de los acuerdos del TLC, desmanda esta última que encabeza el movimiento campesino.

Al margen de cualquier clase de declaración de bunas intenciones, lo dicho por el presidente del PAN refleja las verdaderas intenciones del gobierno. Lo mismo se aplica para el PRI, fiel aliado de Calderón. Ambos partidos representan los intereses de los más ricos, de todos aquellos que se enriquecen a costa de la miseria de los campesinos y de los obreros. Por ello defenderán los intereses de sus amos como perros rabiosos ante cualquier reclamo de los pobres y desposeídos. Los intereses de los empresarios, banqueros y terratenientes son totalmente antagónicos e irreconciliables con los de los trabajadores y campesinos.

Por ello no existe posibilidad alguna de arreglo, ni de dialogo con ellos para solucionar la difícil situación que padecen millones de mexicanos en el campo y la ciudad. Siendo esto así, o los trabajadores y los campesinos imponen su voluntad o terminan siendo presas de nuevos ataques y vejaciones por parte de los burgueses y su gobierno.

La movilización del 31 de enero representa un verdadero paso al frente, pero reconociendo el carácter irreconciliable de los intereses de los campesinos y todos aquellos que se benefician del TLC, es necesario dar mas pasos adelante intensificando la lucha retomando por ejemplo, la propuesta expuesta por Artemio Ortiz, dirigente del magisterio democrático y de la sección 18 de la CNTE, en el sentido de impulsar una huelga nacional para combatir la política antiobrera y anticampesina de Calderón. Desde nuestro punto de vista este es el camino a seguir para luchar contra el TLC, para defender a la Ley Federal del Trabajo y para impedir la privatización del petróleo y la industria eléctrica.

Derrocar a Calderón, una necesidad de esta y otras luchas

La pobreza y atraso que se vive en el campo mexicano son históricos, esa ha sido la amarga realidad para millones de campesinos durante bastantes décadas. El TLC no ha hecho otra cosa mas que agudizar y profundizar esa problemática. Sacar de su atraso al campo mexicano y elevar significativamente los nivele de vide de quines lo habitan, requiere una inversión de recursos económicos que lo industrialice, que lo dote de infraestructura y que le proporcione escuelas, hospitales, etcétera. También exige la expropiación y eliminación de los latifundios abiertos o velados para colectivizarlos, dotando de esta manera de tierra a campesinos que no gozan de ella o las poseen de manera insuficiente por medio de pequeñas parcelas.

Además tiene que ser eliminados toda clase intermediarios para la comercialización de los productos del campo, ya sean empresas o los llamados "coyotes", que lucran y se enriquecen sobre la espalada de los campesinos. Los precios de garantía para los productos agrícolas y el incremento significativo de los subsidios de parte del Estado para el sector, son otras medidas que tienen que ser implementado para impulsar al campo y al campesinado.

Sin embargo todas esas necesidades son totalmente contrarias a los intereses de los burgueses y su gobierno. El interés de ellos son solamente sus beneficios y nada más. Ellos poseen los medios de donde pueden salir los recursos para sacar al campo y a los campesinos del atraso. En síntesis poseen el monopolio sobre todo aquello (los bancos, la industria, la tierra, el dinero del gobierno, etcétera) que necesitan los obreros y los campesinos para salir de la miseria. Los burgueses y terratenientes jamás pondrán todos esos medios al servicio de los pobres, por consecuencia el único camino, no hay otro remedio, es arrebatárselos.

Por ello, la única alternativa seria para sacar al campo de la pobreza es nacionalizando los bancos y la industria para ponerlos bajo el control democrático de los trabajadores de la ciudad y el campo. Siendo así, es de vital importancia seguir profundizando esta alianza que ha quedado de manifiesto entre el proletariado y el campesinado pobre. Solo la unidad en la acción del campesinado con el movimiento obrero, acompañada de un programa por la eliminación de la propiedad privada sobre los medios de vida, puede crear una base firme para superar la miseria que se vive en el campo. Las lucha por el socialismo al lado del proletariado, es la única alternativa para el campesinado pobre.

¿Cuál es la alternativa?

Sin duda la marcha es un acontecimiento histórico y hasta podríamos decir inédito en nuestra historia reciente. No obstante es muy importante advertir que si bien la movilización demostró el enorme potencial de lucha de obreros y campesinos, sin bien significo un llamado a la unidad real de los sectores que por su propio camino y con sus propios medios han enfrentado los ataques del estado, también es cierto que las masas están reclamando ir más allá de las manifestaciones por muy masivas que sean

Los campesinos de chihuahua, Sonora, Yucatán, que hicieron un enorme esfuerzo para participar con sus hermanos obreros de la ciudad, no vivieron a escuchar hermosos discursos de solidaridad, más bien asistieron de tan lejos en la espera del llamado a hincar una serie de acciones para que efectivamente se evite la catástrofe que amenaza el campo mexicano.

Lo mismo podríamos decir de los trabajadores  mineros, de los familiares y amigos de los presos y perseguidos políticos, de los trabajadores del Estado que están dando una lucha de ya larga duración contra la Ley del ISSSTE.

En el animo de la formación de este gran frente único de obreros y campesinos y en la lógica de luchar, no sólo para cumplir con el expediente, sino para efectivamente evitar la devastación del campo mexicano y las agresiones a los obreros, es necesario que la UNT, las organizaciones campesinas, -especialmente la CNC-, el Frente Sindical Mexicano, junto con la Convención Nacional Democrática llamen a prepara de forma seria un gran paro nacional. Sólo así la histórica movilización de este 31 de enero tendrá la continuidad que merece.

Obrero y campesino, Militante te invita a sumarte a nuestra lucha por hacer triunfar esta lucha inmediata y al mismo tiempo sentar las bases para el triunfo definitivo, es decir el triunfo de una alternativa socialista.