La Riposte 19/01/2013
Contrariamente a lo que afirman François Hollande y su gobierno, la intervención del ejército francés en Malí no tiene nada que ver con los llamados «valores de Francia», los «derechos humanos» u otras preocupaciones «humanitarias». Se trata de una intervención imperialista para proteger los intereses de las multinacionales francesas en la región. El reciente colapso del gobierno maliense y la ofensiva de los yihadistas en el norte del país amenazan con desestabilizar a los países vecinos de Malí, donde la clase dominante francesa explota a gran escala los recursos naturales: el uranio en Níger, el oro en Mauritania, el petróleo y el gas en Argelia, etc.
Lejos de «luchar contra el terrorismo», esta intervención militar les hará el juego a los grupos fundamentalistas implantados en el norte de África. La agresión imperialista a Libia, en 2010, ha aumentado el armamento de los fundamentalistas. Muchas de las armas en manos de los yihadistas que ocupan el norte de Malí proceden de Libia. En lugar de «dar estabilidad», la intervención francesa exacerbará la inestabilidad regional. Y quienes pagarán el precio por ello, como siempre, serán las personas que ya sufren de extrema pobreza.
Los objetivos de guerra del gobierno francés son la reconquista del norte de Malí y la reconstrucción de un Estado Maliense sometido a los intereses imperialistas franceses y que controle todo el territorio. Esto es imposible sin el despliegue sobre el terreno de un gran número de soldados durante un largo período, con su lote de atentados, soldados y civiles muertos, sin contar los cientos de millones de euros – y tal vez más – que gastará el gobierno francés, en momentos en que el presidente “socialista” François Hollande le impone la austeridad presupuestaria a la masa de la población. No hay dinero para hospitales y servicios públicos – pero sí que lo hay para defender los intereses del imperialismo francés.
Los gobiernos europeos y norteamericano «aprueban» por unanimidad la intervención francesa, prometen todo tipo de apoyo logístico, pero son muy reacios a enviar tropas sobre el terreno. Ellos saben que esta guerra será larga y costosa. Les dejan generosamente el privilegio a los soldados franceses de arriesgar sus vidas por cuenta de las multinacionales – y al gobierno francés que pague el precio político y presupuestario por ello.
El Frente de Izquierda y el movimiento obrero debe condenar esta acción y exigir la retirada de las tropas francesas que participan en Malí. Los pueblos de la región no tienen nada bueno que esperar de esta nueva aventura militar. Son los imperialistas los que, desde hace décadas, siembran el caos, la miseria y la desolación en el continente africano. Ellos no pueden constituir a la vez el problema y la solución. Sólo una movilización de las masas africanas contra el capitalismo y el imperialismo, les puede ofrecer un futuro digno de tal nombre.