En el congreso fundacional de Morena y en las reuniones nacionales que se han tenido, existe una insistencia de parte de la dirección nacional sobre dos ideas que no son contrapuestas en términos generales pero que en concreto están chocando y planteando dos concepciones de la construcción del partido. Por un lado están los que empujan todo el trabajo hacia la afiliación, por el otro lado los que decimos que la tarea es intervenir decididamente en todas las luchas de nuestro pueblo; dar la lucha hombro a hombro en las calles y no sólo en ruedas de prensa o comunicados- y de esta forma lograr afiliaciones y formar a Morena bajo una lógica militante.
El registro es importante
Los argumentos de unos, la mayoría de la dirección nacional e instancias estatales, han dicho que la tarea central de este año es obtener el registro como partido y para lógralo se necesitan 220 000 afiliados a nivel nacional y realizar por lo menos 10 asambleas estatales con la asistencia de por lo menos 3000 miembros en cada una de ellas.
Como se sabe de antemano que el IFE es una herramienta política de la oligarquía, los objetivos se han elevado hasta plantearnos lograr 1 millón y medio de afiliados este año y realizar 32 asambleas estatales, culminando en el DF con una gran asamblea de miles en el zócalo el 8 de diciembre.
Todo esto se tiene que hacer si queremos el registro de partido, no hay vuelta a atrás, esos fueron los resolutivos del congreso nacional. Sin embargo también se insistió en el congreso la necesidad de no separarnos del movimiento social, de ser parte de la lucha de nuestro pueblo, no abandonar a su suerte a los diferentes sectores en lucha y que Morena pueda ser un partido que apoye de forma decidida estas actividades.
Formalmente no se tendrían que contraponer estos objetivos. Para todos los compañeros de base de Morena que hemos estado en las diferentes luchas sectoriales sabemos que la única forma de hacer crecer al partido es participando en estas actividades, buscar las afiliaciones en estos sectores e invitarlos a que se organicen en comités de base de nuestro partido. Así la afiliación no plantea una contradicción con la lucha.
Sin embargo la visión que se le quiere dar desde la dirección es otra. Y puede resultar muy peligrosa. Se insiste en la cantidad de afiliaciones, se despachan planes generales ambiciosos y se pide que todos los comités adopten esto como la tarea fundamental.
Para empezar se pierde de vista el contexto político en donde se trabaja para la afiliación. Después de que no se llamó a dar una lucha sería contra la imposición de EPN, de que la oligarquía y sus partidos han votado reformas que afectan drásticamente los niveles de vida (reforma a la ley federal del trabajo y educativa), donde la economía indica de forma clara ir hacia la recesión. Todo esto ha creado un ambiente de reflujo, de pesimismo y nuestros compañeros, los que votaron por Morena en las elecciones, ahora están ocupados en tratar de sacar a sus familias adelante.
No se puede esperar otra cosa. Los trabajadores y sus familias has salido a luchar, la juventud se mantuvo en la calle buscando una alternativa, la burguesía nacional y el imperialismo se la han negado. Quisieron luchar pero desde la dirección no hubo un llamado serio. Después de esto es totalmente normal que nuestros compañeros se sumen a tareas cotidianas y por el momento no participen.
Esta es la base en que se plantean sacar más de un millón de afiliaciones. Como los objetivos se retrasan, la dirección en vez de llamar a una discusión seria sobre las perspectivas, lo único que se plantea es poner más presión y planes más minuciosos; lo más importante es que simplemente se está pasando por alto la lucha de los profesores en Guerrero, Michoacán, etc.
Para tratar de acallar a aquellos que ponemos énfasis en la lucha lo que se dice es que nosotros lucharemos en contra de la privatización de la renta petrolera y el aumento del IVA. Esto es correcto, lo que no se entiende o no se dice es que si hoy no luchamos con los profesores el día de mañana nos vamos a quedar solos en la lucha por la defensa del petróleo. Si mañana queremos triunfar hoy tenemos que salir a la calle y solidarizarnos de forma clara.
Las asambleas municipales y delegacionales.
Esta lógica de buscar afiliaciones a toda costa plantea sobre la organización de Morena dos aspectos fundamentales. En primera instancia podemos comenzar a caer en presiones para afiliar y afiliar sin saber quiénes son los que se afilien. Esto puede ser la base de un movimiento corporativo en Morena pues los grupos y corrientes desplazadas del PRD pueden –y saben hacer este trabajo muy bien- comenzar a dar y pedir «favores» a grupos corporativos de cara a las elecciones intermedias.
Todo movimiento corporativo tiene una lógica muy simple: por medio de necesidades movilizo a un grupo de gente para hacer tal o cual tarea (afiliar, ir a asambleas a que voten por mí u otro afín a mí, etc.) y después, el pago a «mi gente» es poder solucionar sus demandas de puesto de trabajo o apoyos económicos, etc.
Se puede argumentar que en Morena en estos momentos no hay recursos y por lo tanto esto no se puede dar, y es cierto, sin embargo estos grupos no están viendo al Morena de hoy sino del mañana, con recursos y posibilidades importantes de pelear candidaturas en el DF.
Así, las asambleas delegacionales y municipales van a ser un buen termómetro de lo que sucede en Morena. Está claro que hay grupos organizados en torno a personajes de la dirección nacional y que están buscando «arreglos» para tener «gente» en la mayor cantidad de Comités Delegacionales y Municipales.
Estas prácticas son el resultado directo de una política de afiliación a toda costa. Es la idea de conformar un partido meramente electorero. Sabemos por experiencia que si se consolida esta tendencia será cuestión de tiempo para que veamos, en el momento que se consigan recursos estatales, como todos los supuestos «amigos» se levantan con sus vicios para obtener candidaturas.
Ya hemos visto actuar a estos grupos en el Estado de México: en Ecatepec la asamblea fue copada por grupos afines a UPREZ y el PRD desplazando a la base de Morena. En Valle de Chalco también vimos esto por parte del GAP. Lo que es interesante es ver que también ha habido asambleas que no sólo se han organizado y ganado a la burocracia ex perredista, el caso más emblemático ha sido el de la asamblea municipal de Naucalpan donde la base se organizó y voto un Comité Municipal digno representante de la base y las aspiraciones de los comités.
La primer batalla importante a lo interno de Morena.
Si desde la base somos incapaces de organizarnos para defender un proyecto que emana de nuestros principios y no damos la lucha porque Morena no se convierta en un partido electorero veremos repetir vicios del PRD.
En primera instancia tenemos que luchar porque las tareas de Morena no sólo se reduzcan a la afiliación por la afiliación misma. Así como se ha planteado en nuestros documentos básicos, somos herederos de las luchas revolucionarias de 1810, 1857 y 1910, de lo mejor de la lucha campesina, indígena, obrera y estudiantil. Si eso es verdad ahora no podemos hacernos de la vista gorda de la lucha de los profesores, organizaciones ecologistas y demás sectores.
Nuestra intervención no puede reducirse a declaraciones, hay que acompañarlos en las manifestaciones, en plantones, integrarnos a sus luchas de forma concreta no simbólica. Esto no implica dejar de afiliar, sino que la afiliación va a ser de mayor calidad que cantidad. Esta forma de conformación de Morena arrojaría la formación de comités dinámicos, inmersos en las luchas y con un buen debate político y táctico.
La segunda disputa es poder cerrar filas en torno a las asambleas e impedir que los grupos de ex perredistas puedan hacerse de las direcciones delegacionales y municipales. La base se tiene que organizar para impulsar a compañeros que representen las aspiraciones de lucha y transformación.
Si esta lucha se pierde veremos distorsiones seriasen en la vida interna de Morena, así como de sus objetivos. No se puede decir que es una batalla definitiva pero sí la primera y más seria que se ha visto hasta el momento.
Si Morena quiere el registro tiene que comportarse como movimiento social, si se reduce nuestro trabajo a afiliar estamos sentando la base para que seamos un partido electorero más.
¡Fuera arribistas y oportunistas de Morena!
¡La organización desde los comités de base y la formación política como antídoto contra el arribismo!
¡Luchemos hombro a hombro con nuestros compañeros que luchan contra los ataques de EPN!