Los temas de desarrollo endógeno y de socialismo están íntimamente relacionados y pasan por un cambio en la estrategia organizacional del Estado; así como, de la clase trabajadora. En el caso Venezolano la estrategia organizacional del Estado se ha centrado en la compensación de la falta de acumulación de capital de la burguesía nacional mediante el reparto que hace el Estado del ingreso proveniente de la explotación de petróleo entre las distintas clases sociales.
Históricamente esa repartición ha comprendido su aplicación no productiva en la economía nacional mediante la asignación de una fuerte cantidad del ingreso para el otorgamiento de dólares preferenciales a la burguesía financiera e importadora (dirigidas a la compras de mercancía para el Estado y para el mercado nacional) donde al beneficio proveniente de la diferencia cambiaria se añade la especulación cambiaria y la ganancia desproporcionada por la venta de mercancía importada, en el mercado nacional, alegando el costo de reposición de mercancía importada. Toda esta estrategia redunda en la acumulación de una inmensa cantidad de dinero en bancos fuera del país en manos de un pequeño grupo de burgueses. A esta práctica Estatal se agrega el otorgamiento a la burguesía nacional de créditos con bajas tasa de interés y en condiciones de pago ventajosas para aquellos pocos ensayos de acumulación de capital que se han hecho en el país. Experiencias que en general no han tenido mucho éxito y cuyos créditos en una gran cantidad de casos no han pagado al Estado. En general, la mayoría de los excedentes petroleros en manos de la burguesía nacional son improductivos.
Por su parte, la clase trabajadora en esa estrategia Estatal de reparto se ha visto beneficiada mediante su participación como funcionarios en el crecimiento de la burocracia Estatal; así como, a través de los beneficios en materia de bienes y servicios que ofrece el Estado. El crecimiento desproporcionado del Estado por esta razón es una mezcla que involucra de falta de absorción de mano de obra por parte de una burguesía y, por la otra, la sustitución de la burguesía por un Estado que está obligado a absorber la mayor cantidad de mano a través de administración pública. Esta situación se ve complementada con el ofrecimiento de bienes y servicios prácticamente gratis, que drenen el excedente petrolero que active la economía nacional mediante la compra y requerimientos de servicios hecha por la clase trabajadora. El campesinado venezolano, por su parte, no ha contado con las condiciones de acumulación de capital que le permita su transformación y, en cuento que el campesinado es un sector social con poco influencia en el aparato burocrático, resulta la menos beneficiada por la distribución de un excedente que se ha vuelto no productivo y que ha perdido su condición de capital.
Esa carencia de acumulación de capital no petrolero en suelo venezolano ha sido aprovechado por el capital extranjero, que ha contado históricamente con aduladores y traidores entre nuestros economistas e intelectuales que lo califican sin ningún reparo de capital productivo per set; y por la otra, a sido compensado por una inversión Estatal en bienes de capital y en el desarrollo de una industria pesada intensiva en capitales (industrias básicas) de bajo rendimiento. Inversión que realiza el Estado en la inocente creencia de que la simple adquisición de medio de producción (maquinas y tecnología) o el desarrollo de la industria pesada produce “por lógica” acumula capital en el país en la cadena productiva. Estas dos trampa han sido debatidas desde finales de la Venezuela agrícola e inicio de la Venezuela petrolera y minera. Venezolanos de la estatura de Salvador de la Plaza ya lo debatía con mas seriedad y profundidad intelectual de lo que se hace actualmente.
El tema no es la naturaleza de la propiedad del capital (extranjero o Estatal) para determinar si es productivo o no. El punto es, cuáles son las estrategias productiva de esos capitales. Si la estrategia de ese capital es producir plus valor y acumular capital a partir de la extracción de riquezas naturales y de la explotación de mano de obra nacional entonces el capital es productivo. Si por el contrario, la estrategia niega la producción de plus valor y la acumulación de capital sino que se orientada a la distribución del excedente del ingreso nacional mediante el pago de sueldos y salarios y la adquisición de bienes de capital, que después no se usan, entonces el capital no es productivo. Bajo esta última estrategia las empresas del Estado se trastocan en departamentos ministeriales pagadoras de sueldo y salarios; así como, suplidoras a largo plazo de bienes de capital para el sector privado nacional e internacional. He allí la diferencia entre los capitales. Unos cuya estrategia es la producción de plus valor y acumuladores de capital o otros pagadores de sueldo y salarios y compradores de bienes de capital.
En ese contexto, el desarrollo endógeno y el socialismo se centran en la viabilidad o no de la creación de plus valor y de la acumulación de capital socialista en suelo venezolano. Esta estrategia marca el rompimiento con la visión dependiente y colonialista del modelo de desarrollo venezolano basada exclusivamente en la distribución no productiva del ingreso nacional y en el culto al capital transnacional. En la nueva estrategia el Estado está obligado a permitir y propiciar zonas exclusivas de para el crecimiento del capital socialista y no sólo para el capital transnacional . En esta estrategia el Estado debe procurar políticas de importación y de compra nacional que estimulen la adquisición de productos provenientes de las empresas socialista. El capital semilla y la inversión en capacitación gerencial (aprendidos de los modelos del capital extranjero) deben ser los extremos del impacto del Estado en las empresas socialistas, reduciendo por otro lado, los criterios e influencia política en lo respecto al manejo de la mismas. Esta estrategia permitiría la creación y desarrollo de un juego económico socialista que privilegie el esfuerzo y la creación de plus valor, con su respectiva acumulación, a fin de determinar la subsistencia y crecimiento de las empresas socialistas. Esta estrategia permitiría la expansión de un polo de desarrollo económico paralelo al petrolero. Sin embargo, sin paciencia, esfuerzo sostenido, firmeza y continuidad de la nueva estrategia por parte del Estado se volvería a la vieja estrategia de distribución de ingresos petroleros dirigido al pago de sueldo y salarios.
De lo expuesto se desprende que desarrollo endógeno y socialismo solo es posible mediante un cambio en la estrategia organizacional del Estado y en la conformación de equipos de dirección y gerencia empresarial socialista cuyo objetivo se centre en la producción de plus valor y la acumulación de capital socialista en Venezuela. Si no se crea ese plus valor ni se acumula el capital en Venezuela no existe desarrollo endógeno. Y si la clase trabajadora no cambia su estrategia de quince y último por otra que la convierta en promotora de la dirección de la producción del plus valor y la acumulación de capital socialista entonces no habrá construcción del socialismo. Un socialismo desligado de las formas de apropiación y distribución capitalistas. De aquí que, sin un cambio en la estrategia organizacional del Estado y de la clase trabajadora orientado a la creación y acumulación de capital socialista en el país a través de la inversión del ingreso petrolero será difícil el socialismo. Pero, sin una dirección y gerencia socialista, ideologizada y capacitada para organizar y coordinar el trabajo del resto de los trabajadores, será imposible el desarrollo endógeno y el socialismo en Venezuela. Viviremos y venceremos, que viva el socialismo, Carajo.