No hay revolución, sin teoría revolucionaria
«Las ideas de la clase dominante, son las ideas dominantes en cada época». Carlos Marx, La Ideología Alemana.
Toda teoría revolucionaria que en su época ofrecía romper con el orden político de turno, fue ferozmente atacada por la clase dominante del momento. Incluso hoy en día asociamos la palabra “maquiavélico” a las acciones malévolas llevadas a cabo por personas despiadadas y sin escrúpulos. Sin embargo, esta palabra viene de Nicolás Maquiavelo, uno de los primeros filósofos en criticar el poder político de la Iglesia Católica, que formaba parte integrante del estado feudal. Sus teorías, que si bien ya no representan ideas progresistas para la actualidad, en su tiempo significaban un paso necesario para romper con las condiciones de opresión de esa época.
Esto bastó para que la misma iglesia acusara a Maquiavelo de hereje, y a su vez, cualquier persona que lo apoyara o que simplemente cuestionara la sociedad feudal, era acusada de tener pensamientos o ideas “maquiavélicas” y terminaban siendo perseguidos e incluso llevados a la horca. Si a ver vamos, estos “maquiavélicos” realmente no defendían nada más que las ideas revolucionarias del momento.
En la actualidad las cosas no han cambiado mucho, se nos acusa a los comunistas de ser autoritarios, dictatoriales y hasta represivos, incluso mucho antes de que el Stalinismo y los países que hicieron sus revoluciones posteriormente copiando el modelo Stalinista, hayan cometido atrocidades contrarias a las verdaderas ideas del Marxismo, ya se nos perseguía. En países como Estados Unidos hora en día es una ofensa ser considerado comunista, y hasta se puede ir a la cárcel si se comprueban estas acusaciones. La burguesía internacional, considera a los comunistas como seres inferiores que pueden ser castigados con la muerte, solo por atentar contra el sistema establecido.
Es de esperarse este comportamiento de las clases dominantes. Las ideas revolucionarias prometen romper con los paradigmas de la sociedad, para transformarla en una sociedad mas evolucionada. Pero para dar este paso evolutivo, es necesario romper con las viejas estructuras sociales que atan a la sociedad y que frenan el desarrollo de la humanidad. Y con esto, desechar a la clase dominante y reemplazarla. En nuestra época, el Marxismo plantea el reemplazo de la burguesía, que representa una pequeña minoría, por la clase trabajadora, que es a la vez la inmensa mayoría.
Como podemos ver, no es raro entonces que el Marxismo sea visto por la sociedad como una teoría contraria al progreso, incluso llegando a filtrarse dentro de la ideología del movimiento obrero y de la izquierda en general. Como nos lo explicaba Marx, las ideas que se mantienen en la actualidad, son precisamente las ideas que la burguesía, como clase dominante, ha inculcado en los individuos.
La juventud crítica, debe cuestionarse estos planteamientos defendidos por la burguesía. La juventud es inherentemente revolucionaria, y tiene la capacidad de llevar a cabo las tareas que una revolución se plantea. Sin embargo, no solo hace falta la voluntad y el vigor juvenil. Sin una línea política centrada, esta vanguardia juvenil, en el mejor de los casos seria absorbida por las ideas de la izquierda reformistas, si no son antes comprados por la camaleónica derecha, que no es más que el brazo político de la burguesía.
Las ideas reformistas no requieren un análisis complejo y solo analizan al mundo de una manera superficial. Lo cual, de forma simple y sin una mayor profundidad ideología, pueden parecer totalmente acertadas, ante los ojos de los desprevenidos. La juventud debe romper con los paradigmas del momento, cuestionarlos y desmontarlos cuando haga falta. Solo así esta fuerza renovadora, puede jugar su papel histórico.
Para completar la tarea innovadora, la juventud debe entonces armarse con las herramientas ofrecidas por el Marxismo. La Dialéctica, siendo la filosofía del movimiento, nos enseña a entender al mundo como lo es, como una masa de contradicciones constantemente cambiantes. El materialismo histórico, nos permite estudiar la evolución de la sociedad, entendiendo los patrones de movimiento, y las condiciones que llevan al auge y caída de un sistema político, para así poder ver más allá del simplismo y comprender el camino que nos llevara a la emancipación total de la clase trabajadora.
Y por ultimo, y no menos importante, la teoría económica del Marxismo, o teoría del valor. Que nos permite comprender como se desempeña el sistema Capitalista, y como es que este moldea las bases de la sociedad, haciéndola a su imagen y semejanza, bajo la lógica del capital, la lógica individualista y egoísta.
Solo dominando, y llevando a la práctica estas tres herramientas fundamentales del Marxismo, la juventud puede prepararse para su tarea histórica, usando el partido como principal arma de ataque, y así poder planificar y llevar a cabo una estrategia social, para romper de lleno y sin titubeos con el capitalismo, que es la base de todas las desigualdades y de la mayoría de los grandes males que atraviesa la sociedad humana.