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Juventud MarxistaSocialismo feminista o Socialismo científico

En esta mal llamada época del post-modernismo, se ha hecho costumbre de los reformistas, revisionistas y en especial de los quinta columnas, decretar que el socialismo científico planteado por Marx y los marxistas, es algo pasado de moda, y que las condiciones modernas del proletariado impiden que se pueda llevar a cabo como se planteó, por lo que hay que adaptarlas y reinterpretarlas a nuestra era. Bajo estos planteamientos, estos políticos de “nueva era” reviven consigo, con la oferta de ser ideas frescas y actualizadas, los viejos argumentos ya desmontados tantas veces por Marx, Lenin, Trotsky y muchos otros.

En esta columna, nos enfocaremos en el denominado socialismo feminista, para esto veremos de forma breve como surge la sociedad patriarcal, y como este “nuevo socialismo” se convierte en absurdo, ya que sin entender la lucha de clases, la dictadura del proletariado y el socialismo científico en si mismo, no hay forma posible de lograr la emancipación de la clase trabajadora y con esto precisamente la emancipación de la mujer.

Una vez surge la propiedad privada sobre los medios de producción, en esa etapa transitoria entre el Comunismo Primitivo y el Esclavismo, la clase propietaria de dichos medios, se apropia con estos del control de la sociedad y la construye y moldea según sus intereses y a su imagen y semejanza. Es por esto que, precisamente en esta etapa es que se desmonta la sociedad matriarcal, propia del comunismo primitivo, y se reemplaza por la sociedad patriarcal que se mantiene hasta la actualidad.

En este sentido, contrario a lo que se cree comúnmente bajo un criterio simplista, esta sociedad patriarcal no fue impulsada por todos los hombres de la sociedad en general, con la intención de establecer esta superioridad del hombre sobre la mujer. Sino que fue una respuesta a la necesidad de la clase dominante, a la necesidad de defender su propiedad privada. Es por esto que el hombre – para esta sociedad ya dividida en clases –, cobra mayor importancia, porque precisamente es el hombre quien mejor puede defender esta propiedad, gracias a sus ventajas físicas con respecto a la mujer, esta es la frontera real entre el matriarcado y el patriarcado.

A medida que los modos de producción fueron cambiando (Esclavismo, Feudalismo, Capitalismo), se tomaron estos elementos de la sociedad de clases anterior y se mantuvieron, en la siguiente. Es por esto que es la sociedad dividida en clases, y a través de la clase dominante – o del grupo minoritario de la sociedad que posee la propiedad privada sobre los medios de producción – quienes impulsan el patriarcado, y no el hombre en general, ni mucho menos el hombre de las clases explotadas.

El socialismo científico, plantea la emancipación de la clase trabajadora, y con esto necesariamente la emancipación de la mujer. Es por que los marxistas no hacemos distinción entre el socialismo científico y el feminismo, ya que el primero es inherentemente feminista. Marx, casi un siglo antes del surgimiento del feminismo, ya reivindicaba los derechos de la mujer, al trabajo en iguales condiciones que el hombre, con mismo sueldo y mismos beneficios, algo que en su época y hasta hace relativamente poco no ocurría.

Como dijo Lenin “Perder de vista la lucha de clases evidencia la más burda incomprensión del marxismo.». Los marxistas entendemos que se trata de una Lucha de Clases, y no de una Lucha de Géneros. Y que si queremos la emancipación de la mujer, esto solo será posible a través de la emancipación de toda la clase trabajadora, y bajo la construcción del socialismo, acabando así con las relaciones de producción capitalistas.

El socialismo plantea acabar con la explotación de una clase por la otra, y con esto lograr la emancipación plena de la clase oprimida, de la clase trabajadora, conformada de forma homogénea por mujeres y hombres. Acabando con la dominación de unos pocos, que poseen los medios de producción y acumulan el capital, sobre las mayorías trabajadoras que producen el capital que los primeros se quedan de forma parasitaria. Con la libertad para la plena participación de la sociedad de forma verdaderamente democrática, libre y justa, las mujeres también sometidas al yugo de la burguesía, podrán con esto encontrar la reivindicación de todas sus luchas históricas.

Como dijo Carlos Marx “las ideas dominantes de una época son las ideas de la clase dominante”. En otras palabras, la clase dominante de la época impone su ideología, su moral, sus costumbres y su cultura. Es por esto que la dictadura del proletariado – el gobierno democrático de los hombres y mujeres de la clase trabajadora en beneficio de sus intereses comunes, y en contra de la burguesía y su dictadura del capital – debe y puede imponer la cultura del trabajo para el beneficio colectivo y no individual, de la verdadera democracia directa, de la igualdad de géneros (incluso de la igualdad para la comunidad sexo-género diversa) y con todo esto la justicia social plena.

En resumen de cuentas, sólo el socialismo científico significa la verdadera emancipación de la mujer y del hombre de las clases oprimidas por igual, ya que aborda correctamente la raíz del problema y plantea acabar con la sociedad de clases, y de los privilegios de unos por encima de otros. Es por esto no hace falta una reinvención del socialismo ya que las reivindicaciones del verdadero feminismo – el feminismo que busca la igualdad de géneros y no el dominio de la mujer sobre el hombre – forman parte y solo son posibles, precisamente en el socialismo científico planteado por Marx y los marxistas.


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